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Así como los pueblos del desierto, enviados por Dios para ser probados en la fe, en el contacto interior y en la confianza en la Voluntad Divina, pudieron construir las bases para la llegada del propio Creador a este mundo; que ustedes, hijos, llevados por el Padre al desierto interior, conducidos por las pruebas de este tiempo, puedan fortalecer la propia fe, puedan construir las bases para una nueva vida y, más que eso, puedan construir las bases para el Retorno de Cristo a este mundo.
En niveles diferentes, la historia de la humanidad se repite, porque los ciclos traen nuevas oportunidades para cumplir, con plenitud, la Voluntad del Creador.
Se están aproximando al Retorno de su Señor al mundo y, para que vivan ese momento, deben preparar Su camino. Y el camino para Cristo, hijos, será preparado no de afuera hacia adentro, sino de adentro hacia afuera.
Ese camino tiene su origen en su universo interior, en lo más profundo de la verdad humana, llamada esencia. Y ese camino, que comienza en ustedes, conduce al Universo Celestial, a la Fuente de la Vida, que está en la llamada Esencia Divina.
El camino para el Retorno de Cristo es el puente entre sus corazones y el Corazón de Dios, y ese puente está siendo construido ahora, a través de la fe, de la persistencia, de la obediencia y del amor absoluto a su Creador.
Por eso, dejen que las pruebas se transformen en ladrillos de esa construcción interna, en partes de ese puente hacia el Corazón de Dios.
No teman nada, solo aprendan con todo lo que vivan y háganse fuertes en Cristo, en cada nuevo desafío.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Acoge con amor y gratitud las pruebas que tu Señor te envía y descubre, a través de cada una de ellas, el camino perfecto para tu cura, tu despertar y tu redención.
A veces, hijo, Dios te da una enfermedad para experimentar y que, a través de ella, vivas una cura espiritual profunda. La enfermedad te muestra la fragilidad de tu ser humano cuando solo está sustentado por fuerzas humanas y en las leyes de este mundo.
Cuando te rindes de corazón y colocas tu vida en las Manos de Aquel que la creó, y que es el único capaz de conducirla con perfección, entonces comprenderás que la enfermedad viene para curarte de ti mismo, para vencer tus resistencias más profundas, para colocarte delante de Dios, tal como un frágil cordero en los Brazos de su Pastor.
Percibe la enfermedad como la advertencia que proviene del Cielo y que te llama a profundizar en tu entrega y resignación a Dios, en tu rendición delante de Su Voluntad, para que comprendas que Él es el único capaz de guiar tus pasos.
Mientras tú tienes fuerzas, Él tiene Poder.
Mientras tienes conocimientos, Él tiene Sabiduría.
Mientras tú buscas una verdad, Él es la Verdad.
Por eso, hijo, permanece delante de Dios en tu interior, para agradecer cuando Él busca abrir tus ojos, revelándote tu fragilidad.
Profundiza en el sentido de la entrega, de la rendición y de la obediencia. Profundiza en el sentido de la fe, de la gratitud y de la humildad ante Dios; porque de esa forma, tu enfermedad será curadora para ti y tu espíritu se liberará.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Es momento, hijo, de colocar las tentaciones en su debido lugar en tu consciencia.
Esto se hace comprendiendo quién eres, lo que viniste a hacer en este mundo y cómo tu misión espiritual es mayor que cualquier aspiración, pensamiento, sentimiento o asedio que provenga de este mundo.
Para que las tentaciones ocupen el debido lugar en tu vida, ya que son solo para hacerte crecer, superar miedos, infantilidades y condiciones retrógradas, tu consciencia debe estar también colocada en el lugar correcto.
Contempla quién eres y el poder de la unión de tu espíritu con el Espíritu de Dios, y pone fin a lo que te debilita y distrae de tu camino.
Contempla quién eres, hijo amado y semejante a Dios, cuya evolución valió la Sangre del propio Dios, derramada por completo en este mundo. ¿No será que para entregarse a Sí mismo por ti, por tu evolución, Dios sabe el misterio del potencial de tu vida y de la vida de cada ser?
Contempla quién eres, hijo: un motor de transformación y de renovación de toda la Creación Divina.
Y es así que, miserable e imperfecto, la química oculta se realiza y el milagro se manifiesta. Es así que, pleno de errores y desvíos, la redención se concreta y la renovación se consolida. El misterio se revela en tu constante superación.
Coloca las tentaciones y los deseos humanos en el lugar de inferioridad que les corresponde.
Coloca tu batalla mental y tus aparentes derrotas en el ínfimo lugar que les corresponde, ante la grandeza del Pensamiento de Dios para ti. Y, así como tu Señor en el Huerto Getsemaní, pisa también la cabeza de la serpiente que te circunda, seca la sangre que corre por tu rostro y levántate de la debilidad de las ilusiones, en la cual el adversario de Dios te coloca todo el tiempo.
Hay en ti un potencial para superar tentaciones, humillaciones, dolores, renuncias y desafíos.
Hay en ti el potencial para ser flagelado, crucificado y muerto en la cruz.
Y hay en ti el potencial para amar más que lo que el propio Dios te amó y renovar Su Creación a través de ese Amor Mayor.
Por eso, contempla quién eres. Coloca tu consciencia en el lugar correcto, rinde tus aspectos más humanos a Dios y deja que el sudor de sangre fortalezca tu espíritu para descubrir que, más allá de la debilidad humana, se oculta una esencia y un Propósito Divino.
¡Despierta!, porque ya es tiempo, ya es hora.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Cuando un nuevo ciclo comienza, mira hacia el cielo y agradece a Dios por las oportunidades de recomenzar. Mira hacia adentro, hacia tu mundo interior, y renueva conscientemente tu compromiso con lo Alto, con el Plan del Creador, con Su Voluntad.
Agradece al Padre por estar en Su camino; agradece por oír Su Voz; agradece por ser parte de Su Plan, por ser parte de Su Voluntad y fruto de Su Gracia, de Su Luz.
Contempla el Verbo de Dios que resuena en el Universo. Su silencio dio lugar al sonido profundo de Su Voz y con Su Verbo, el Creador envía impulsos a toda la vida, diseña nuevamente Su Plan, renueva Sus Intenciones y Su Voluntad, renueva Su Presencia en el interior de Sus hijos y envía nuevos designios a todas las criaturas.
Escucha a la Voz de Dios que mueve a los Universos, que recrea a la Creación y entrega a Sus hijos la oportunidad de recomenzar.
Un nuevo ciclo siempre llega pleno de una nueva esperanza y de una Gracia. Acoge con amor estos impulsos. Vive en tu interior una síntesis de lo que caminaste hasta llegar aquí. Contempla las nuevas metas y emprende un nuevo camino, siempre hacia lo Alto, siempre hacia adentro.
Camina hacia Dios en ti y en las dimensiones sublimes. Elevarse es conocerse a sí mismo.
Agradece también, hijo, que, entre tantas renovaciones e impulsos, también se renueva la Presencia de tu Madre Divina en tu vida. Sus Planes de amor se plasman, cada vez más, en la humanidad. Su Verbo de paz da lugar a la Presencia viva de Su Hijo y Su Corazón hace silencio para que Cristo hable alto y se aproxime más a todos los seres.
Contempla los ciclos, observa los hechos, aprende del movimiento de las estrellas y de las palabras de quienes te guían. Todo tiene un motivo, todo es parte de la Voluntad Divina.
Siente cómo tu Santísima Madre renueva Su "sí", aquel mismo "sí" del primer Misterio de la Alegría. Vive este Misterio de la Alegría en tu propia vida y da también tu "sí" a Dios.
Tienes mi bendición para esto.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
Contempla la Misericordia de Dios que desciende sobre el mundo a través de las oraciones de Sus hijos. Son tiempos de milagros y de Gracias espirituales inexplicables.
Anuncia con tu corazón la Presencia de Dios. Une tu corazón a los coros de ángeles y arcángeles que proclaman la victoria de tu Señor en la batalla de este mundo.
Une tu voz a las súplicas más profundas de los que claman por la paz. Entrega tu vida, conscientemente, por un propósito mayor.
La oración, hijo, es la llave perfecta que abre las puertas del Cielo y de los corazones de los hombres, que hace descender sobre el mundo los principios originales del Pensamiento de Dios en la vida y en los seres. Como una lluvia de códigos nuevos, lava a los seres de sus viejos patrones de conducta y los restaura, revelando la verdad que estaba oculta en su esencia.
La oración es esa melodía celestial que, cuando es sincera, recorre los Universos y se esparce por los aires, llevando la Buena Nueva de la renovación a todos los seres de todos los Reinos. Ingresa en lo profundo de los mares y restaura el espíritu de los océanos, ingresa en lo profundo de la Tierra y cura sus registros internos, ingresa en el profundo de los seres y los torna dignos hijos de Dios.
Por eso, ora con todo tu ser. Ora de corazón y verás cumplirse lo que te digo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Dedica tu vida a través de la oración cada día más sincera, profunda y verdadera.
Dedica tu vida a Dios a través de tus acciones y de tu conducta que, de forma transparente, transmitan paz, fraternidad y amor.
Dedica tu vida a Dios a través del servicio en las pequeñas cosas de tu día a día, pues es ahí que se construye el puente para la vida superior.
Dedica tu vida a Dios a través del conocimiento y de la sabiduría, sabiendo que cuanto más te aproximas a la Verdad, más te aproximas a tu Padre Creador, a tu Origen.
Dedica tu vida a Dios buscando cumplir Su Voluntad, no en grandes misiones, sino en la misión de la vida, en la misión de amar y comprender al prójimo, en la misión de auxiliar y obedecer incansablemente, en la misión de amparar y cuidar a los que lo necesitan, en la misión de dejarse cuidar y amar por los propios hermanos, en la misión de transformar el desamor y la indiferencia humana en el propio corazón.
Dedica así, hijo, tu vida entera a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ofrece a Dios todo padecimiento, dolor y sufrimiento, para que todo en tu vida sirva de reparación para toda la humanidad.
Transforma los obstáculos en un salto para la evolución y agradece al Padre todas las oportunidades que recibes de reparar Su Corazón.
Tú, hijo, eres llamado a ser un instrumento en las Manos de Dios, y por la perpetua gratitud de tu corazón puedes tornar eso una realidad.
La gratitud es la llave para que el Padre tome tu vida en Sus Manos.
Busca, cada día, amar más a Dios, Su Voluntad y Su Camino, y no te digo que no padecerás cosa alguna, pero si que todo lo que padecerás será para el Padre como méritos para que Su Amor y Su Gracia desciendan sobre este mundo, sobre todo para aquellos que son ingratos e indiferentes ante Dios.
La sincera gratitud es la llave para la unidad con el Padre, es la puerta para lo que en este mundo llaman santidad.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Confiésate con Dios para llegar al camino de Su Corazón y encontrar las respuestas plenas de sabiduría que Él tiene para ti.
Deja que tu corazón, al ser transparente delante del Padre, encuentre el camino para ingresar en Su Verdad y en Su Amor.
El Creador te quiere hacer partícipe de Su Sabiduría infinita, del conocimiento de Sus Leyes sublimes, de Su Verdad celestial, pero para eso, hijo, debes comenzar a abrirte a conocerte a ti mismo profundamente, sin capas, sin máscaras, sin resistencias, para encontrar lo más oculto que hay en tu consciencia humana.
Es solo develando la ilusión que conocerás la verdad. Siendo verdadero delante de Dios, encontrarás lo más puro que hay en ti, y es en tu propia esencia que todo te será revelado, porque allí encontrarás el camino hacia Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Peregrino es aquel que, conociendo sus miserias e imperfecciones y, por encima de todo, siendo consciente de las necesidades del mundo, sabe que solo en Dios encontrará la cura para sus males y el alivio para este mundo.
Peregrino es aquel que, aun sin saber, escucha la voz de su alma y va al encuentro del Padre en los lugares sagrados que Él bendijo y consagró como Fuentes de Vida para todos los seres.
Peregrino es aquel que, siendo simple de corazón, sabe que su morada no está en este mundo, sino en el Corazón de Dios, en su origen celestial de donde surgió toda la vida.
Peregrino es aquel que llega rendido a la Casa del Padre y permite que su corazón no solo beba de las Fuentes de Paz que el Creador abrió para el mundo, sino que también se dispone a ser portador de esa paz para los que la necesitan.
Peregrino es aquel que camina en dirección a Dios y, a cada paso, vacía su corazón un poco más, para que, al estar delante de Dios, encuentre un espacio en su interior para que el Padre deposite allí los dones y las dádivas que el peregrino debe llevarle al mundo.
Sean peregrinos en este tiempo, portadores y sembradores de la nueva vida. Busquen en las Fuentes de los Centros Marianos las gracias que el mundo necesita y distribuyan esas gracias en su caminar.
Hoy bendigo la Casa del Peregrino y la consagro para que aquí aprendan a ser peregrinos.
Que los que lleguen a este lugar reciban de Dios Su Misericordia, Su Paz y Sus Gracias, y que, saliendo de aquí, sientan en sus corazones la aspiración y la necesidad de que muchas otras almas puedan recibir lo que ustedes recibieron.
Sean peregrinos, sembradores y multiplicadores de las Gracias de Dios. Dejen que las Gracias del Padre los transformen y, a través de ustedes, transformen el mundo.
Abro aquí, por Voluntad del Padre Creador, una Fuente inagotable de Su Paz y de Su Gracia que fluirá a través de este altar hacia todos los corazones que, con fe, lleguen aquí para beber de esta Fuente.
Recuerden siempre que peregrino es aquel que llega a los lugares sagrados no solo para buscar algo para sí, sino para llevarle al mundo lo que él verdaderamente necesita.
Las almas están muriendo en vida, pereciendo por la sed de Dios, porque no lo conocen y no lo buscan, no perciben Su Presencia. Por eso, hijos, sean peregrinos de Mi Casto Corazón y llévenle al mundo el despertar, las Gracias de Dios, Su Misericordia y Su Presencia. Eso se dará por medio de los ejemplos de sus corazones.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Los árboles y la vida - Parte II
Cuando el Señor creó el planeta y lo manifestó a través de Su Pensamiento más puro de Amor por la vida, colocó en cada detalle de la Creación una ciencia profundamente espiritual, en la que todo lo que vive y habita en la Tierra colabora en la renovación del Amor y en el retorno al Corazón de Dios.
La dualidad, el caos y el mal construidos por el hombre son fruto del desvío de la consciencia humana del Corazón de Dios. A través de sus elecciones, los seres escogen estar en Dios y descubrir, en comunión con la Creación, el camino de retorno a Su Corazón, o escogen permanecer en la ilusión y en los enredos de sus limitaciones humanas.
El Creador permite que ciertas cosas existan para conducir al hombre a la superación y al vencimiento de sí mismo y no hacia los abismos del mundo, en donde se adentran las almas todos los días.
La naturaleza aún es un misterio a ser develado por la consciencia humana, y eso no se dará a través de su limitada ciencia, sino que será por medio de su corazón, el que es capaz de adentrarse en la ciencia divina y comprenderla a través de la simple presencia del Espíritu de Dios.
Los árboles, hijos, son el hilo que mantiene la Tierra unida al Cielo y no permite que la consciencia humana se desvincule totalmente de Dios. A pesar de las acciones humanas, de las guerras y de la indiferencia, los árboles silenciosamente penetran con sus raíces físicas en lo profundo de la Tierra y, con sus raíces espirituales, llegan al centro del planeta, manteniendo la unión entre la vida en la superficie y la esencia de la Tierra.
Con sus copas, sus troncos, ramas, hojas y flores físicas los árboles mantienen el camino de elevación hacia el Corazón de Dios. Y con sus copas espirituales, llegan a los Cielos y se nutren en las Fuentes Sublimes para que, al transformar el aire que la vida respira en la Tierra, traigan también las gracias y el alimento espiritual que permite que las consciencias no pierdan la paz y la posibilidad de amar.
Los árboles nacieron para servir y ellos aman su servicio; por eso, hijos, a pesar de ser tantas veces ultrajados, no dejan de crecer, de florecer y de dar sus frutos en este mundo.
Contemplen la donación de los árboles y, enviándoles a ellos su eterna gratitud, dejen que sus consciencias sean conducidas a la esencia de la Tierra y al más alto de los Cielos, recordando, así, el verdadero motivo de su existencia.
Los árboles no se olvidan para qué fueron creados. A través de ellos ustedes también deben comenzar a recordar.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
A los que perseveran
Miren hacia el horizonte y dejen que sus ojos puedan contemplar aquello que no se ve con una mirada común, sino que se encuentra con la mirada del corazón.
Vean y sientan el despuntar de una nueva vida que comienza dentro de ustedes y, poco a poco, se va manifestando en el horizonte de este mundo.
Hoy Yo les traje el sol para que recuerden que la Voluntad de Dios mueve todas las cosas y, así como mueve el tiempo y las nubes en el Cielo, también mueve y transforma su mundo interior para que, libres de tinieblas y oscuridades, puedan encontrar lo que verdaderamente son.
Hoy, hijos, crean que la nueva vida comienza a manifestarse dentro y fuera de ustedes. Crean en el Poder de Dios que los transforma, que despierta el amor en el interior de los seres y les revela el verdadero propósito de esta humanidad.
Cada día vengo aquí para que este propósito esté más vivo dentro de ustedes. Quiero enseñarles a amar el Plan de Dios por encima de todas las cosas y a percibir que él se manifiesta más allá de sus miserias e imperfecciones.
En este día quiero demostrarles el poder de la unidad para que sientan que no solo trabajan con situaciones físicas cuando cumplen con Mi pedido de estar aquí. Mientras están aquí reunidos Mi Corazón actúa en su mundo interior, equilibrando y curando sus debilidades para que aprendan a amarse unos a otros.
Crean que, en estos días, todo puede ser curado, porque la Mano de Dios trabaja en ustedes mientras sus manos se unen a las manos de sus hermanos para realizar una tarea.
Crean que, durante los trabajos grupales que Yo les pedí, pueden curar su falta de amor, de fraternidad y de unidad con el prójimo. Dense la oportunidad de trabajar unidos con aquellos con los cuales tienen alguna dificultad y, durante ese servicio, observen y busquen las mejores virtudes de sus hermanos. Hagan eso como parte de una profundización interior, como parte de su camino evolutivo y como una oferta por el planeta. Todo sucederá dentro de sus corazones y, más aún, Yo les digo: las virtudes de sus hermanos les aportarán lo que les falta a ustedes. Y, sin que lo perciban, estarán recibiendo del otro lo que necesitan para transformarse.
Curen esa enfermedad de la humanidad de buscar las miserias, las dificultades y las imperfecciones del prójimo y busquen en sus hermanos las virtudes, los dones y la Gracia de Dios, para que sepan lo mejor que cada uno puede aportar al Plan de Dios. Así, les digo, no solo se curarán a sí mismos, sino a toda la consciencia humana.
Que cada trabajo grupal represente un nuevo paso interior.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Fija tu mirada y tu corazón en Dios, para que no te consuma el odio, el temor, la inseguridad ni la falta de fe.
Fija tu mirada y tu corazón en Dios, para que consolides, dentro de ti, lo que te sustentará en el planeta como una semilla de una nueva vida, inmutable en su amor, aun ante la Justicia Divina o del caos atraído y generado por los hombres.
Fija tu mirada y tu corazón en Dios, para que, siendo real y verdadera tu unión con el Padre, puedas guiar, levantar y sostener a otros que no supieron mantenerse en el camino correcto, cuando se les entrego todo.
Fija tu mirada y tu corazón en Dios y no tanto en el caos y en la ignorancia del mundo. Necesitas hacer de tu corazón un corazón sabio y puro en el amor, y de tu espíritu un espíritu firme y pleno en la verdad.
Por eso, hijo, ve lo que acontece en el mundo, ora y aprende con los errores y desvíos de la humanidad, pero, sobre todo, fija tu mirada y tu corazón en Dios, para que, así, estés en paz y atraigas la paz hacia la Tierra.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
¿Hijo, no ves que el mundo agoniza?
De las entrañas de la Tierra son expurgados los males que le ocasionan heridas profundas y espirituales. De las entrañas de los hombres son expurgados los males milenarios, frutos de una historia construida con base en errores y desvíos, en decisiones sin Dios, en corazones sin amor.
Como tu Señor en el huerto Getsemaní, cierra tus ojos y observa el mundo; ve cómo el planeta agoniza y la consciencia de los hombres se estremece sin percibirlo. No conocen la razón de sus males y catalogan nuevas enfermedades para darle nombre a una vida vacía de Dios o plena de una profunda ignorancia.
Como tu Señor en el huerto Getsemaní, observa la vida sobre la Tierra y ve, hijo, como solo un gran Amor podrá curar a este mundo.
El Amor es esa potencia desconocida y oculta que hizo que el propio Dios se multiplicara y se espejara en Sus criaturas para que ese Amor se tornara vivo y se renovara, de tiempo en tiempo, en un Amor Mayor.
El Amor crece cuando el corazón se aparta de la ignorancia y se adentra en la Verdad. El Amor se multiplica cuando el ser no solo conoce la Verdad, sino que la vive, expresando su sabiduría por medio de acciones de amor.
El camino hacia la Verdad es la oración, la que los coloca en dimensiones internas, que están más allá de toda la ignorancia. Por eso, ora y clámale al Padre por Su presencia. Elévate hacia Su Corazón y desde adentro del Corazón de Dios observa el mundo y la vida, así como lo hizo Su Hijo en el Huerto Getsemaní.
Ve que no hay límite para el Amor, porque él es infinitamente necesario en la Tierra y mucho más allá de ella.
Ora, hijo, y encuentra una causa mayor para tu propia vida. Encuentra la causa de Cristo, la causa de Dios, el sentido de tu existencia que se guarda en la necesidad que tiene la vida de una constante renovación en el Amor de Dios.
Observa cómo en el silencio de tu corazón puedes servir y en la sinceridad de tu espíritu puedes traspasar fronteras. Sin una vida espiritual verdadera y profunda nada tendrá sentido. Esta es la gran sed del mundo; esta es la sed de Cristo; esta es la Sed de Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
En donde hay vida, allí habita el Corazón de Dios, esperando manifestarse y expresarse en el interior de los seres.
En donde hay vida, allí habita el Corazón de Dios; a veces silencioso y humilde, oculto, secreto, solo observando y esperando que la mirada tan distraída de los seres se vuelva hacia su propio interior y lo encuentre.
Ve, hijo, dentro de ti, más allá de todo lo que ya conoces de tu propio ser. Traspasa las capas del cuerpo, de la mente, de la consciencia, del subconsciente y deja atrás todo lo que la ciencia espiritual y humana te enseñó hasta hoy.
Llega a aquello que está oculto, que es desconocido y cuya presencia nunca fue verdaderamente develada, sino solo en Aquel que abrió el camino a la Unidad con Dios. El Padre solo se expresó con perfección en Su Hijo, porque la misión de Cristo fue revelarle al hombre el verdadero propósito de su existencia.
Hijo, Cristo no vino al mundo para decir: "Yo Soy un ejemplo para ti". Él te dijo: "Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida".
Si Él es el Camino, coloca tus pies en esta senda. Si Él es la Verdad, cruza el umbral entre la ilusión y lo que es real y entra en Cristo para encontrar la Verdad. Si Él es la Vida, apártate de la muerte y encuentra en Él lo que verdaderamente significa vivir.
Dios envió a Su Hijo al mundo para ser un Espejo para la humanidad y para que, ante Él, los hombres pudieran descubrir cuál es el verdadero sentido de la vida, cuál es el propósito de la existencia, qué es el Camino, la Verdad y la Vida, tanto en la Tierra como en el Cielo.
Adéntrate en ese misterio que está dentro de ti, pero que se oculta de ti mismo. Cumple con la Voluntad y con la Obra de Dios en su manifestación sobre la Tierra; pero, por encima de todo, busca el cumplimiento de la Voluntad y de la Obra Divina en tu interior.
Adéntrate en este Camino, encuentra esta Verdad y vive esa Vida que Dios pensó para Sus criaturas desde el principio.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cristo no es solo su Maestro y Señor, Rey de los Universos, parte viva de Dios manifestada entre los hombres. Cristo es un estado de la Consciencia Divina, un principio de la renovación del Amor del Padre que despierta cuando los seres dan todo de sí por amor al prójimo, por amor al Creador y, cuando piensan que agotaron las fuerzas, dan un paso más, y otro, y otro, hasta que se superan, no en sus fuerzas, se superan en el amor.
Dios envió al mundo a Su Hijo para mostrarles un Camino: la cristificación, la entrega, la donación, el amor a todas las criaturas sin distinciones.
Dios envió al mundo a Su Hijo para mostrarles una Verdad: Él, el Creador de todas las cosas, habita escondido en el interior de todos los seres y todos aquellos que decidan salir de la oscuridad de la ignorancia para adentrarse en el camino del amor, que está más allá de cualquier ciencia, no solo lo podrán conocerlo, sino, sobre todo, vivirlo. Dejen que el Padre se exprese dentro de sus moradas, dentro de las criaturas pensadas por Él para renovar y superar Su Amor.
Dios envió al mundo a Su Hijo para revelarles la Vida. El Amor es la Vida. Donde no hay Amor, no hay Vida. Y a pesar de que los seres caminen por el mundo y crean que lo que experimentan es vivir, no hacen más que pasar por una experiencia permeada por la ilusión, sin haber conocido jamás la Verdad, sin haber experimentado jamás la Vida.
El Creador los llama para adentrarse en este Camino, conocer esta Verdad y vivir esta Vida que es Su Hijo, que es Cristo.
Siempre donen de sí un poco más. No dejen para después un auxilio que es necesario ahora.
Amen, sin esperar ser amados. Sirvan sin esperar ser servidos. Y cuando parecieran estar sin fuerzas, pídanle al Señor que los renueve y que les enseñe a superarse en el amor.
Díganle: "Señor, hasta aquí llegaron mis fuerzas. Ahora yo Te entrego mi cuerpo, mi alma y mi espíritu, y cedo el lugar para Ti, para que vengas y, estando en mí, me hagas superarme en el amor".
Comiencen disponiendo su ser a Dios para que se superen en el amor y, cuando le hayan ofrecido todo de sí al Señor, será Él, dentro de ustedes, el que se superará a sí mismo y, como Su Hijo, los elevará y los despertará en todos los niveles de su consciencia, a imitación de Cristo, para ser llamados los Cristos del Nuevo Tiempo. Esos que, adentrándose en el Camino ofrecido por el Señor, conocieron Su Verdad y llegaron a la Vida que Él pensó para Sus hijos desde el principio.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Llegó el momento de retornar, retornar al Corazón de Dios, retornar al principio puro y simple de su existencia, retornar a la esencia de lo que ustedes son, a la esencia de la Vida.
Llegó el momento de retornar, retornar al Padre, renovados por la presencia de Su Espíritu, llevando con ustedes todo lo que aprendieron en este mundo y en todos los otros.
Llegó el momento de retornar, retornar en consciencia al punto que dejaron atrás, antes del pecado original; retornar en consciencia a la Verdad, recobrando la sabiduría que, como hijos de Dios, guardan en su mundo interior.
Llegó el momento de retornar, retornar a la Vida y salir de la muerte en la cual muchos escogieron estar.
Llegó el momento de comenzar a recorrer conscientemente el camino de retorno, lo que no significa dejar de existir, sino existir dentro de la Verdad, perteneciendo a la Verdad, siendo uno con ella.
Retornar significa volver a la Consciencia Divina, volver a la consciencia de su Origen, destituyendo la fuerza de la ilusión y de la ignorancia, y abriendo espacio para que la realidad se manifieste.
Llegó el momento de retornar, porque todo lo que pertenece a la ilusión se desvanecerá con ella.
Oren y aspiren verdaderamente a estar en Dios, a conocer y a reconocer Sus misterios, y a dejar que, cada día más, Él se exprese en sus corazones.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más