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Para que el Reino de Dios llegue a la Tierra, primero tendrá que vivir en el interior de los seres. Abran camino hacia ese Reino a través de sus oraciones, momentos en los que la pureza de sus corazones emerge y les da a conocer los verdaderos sentimientos y pensamientos que un ser humano vino a expresar en el mundo.
Oren, hijos, atrayendo la paz hacia su interior y hacia su consciencia y luego dejen que esa paz se expanda por este mundo.
Como criaturas semejantes a Dios, los seres humanos guardan en sí el potencial de irradiar hacia toda la vida lo que hay en su interior. El universo de sus cuerpos, el microcosmos que se guarda en la composición de sus seres desde la consciencia hasta el menor de los átomos, es un espejo del Cosmos infinito.
Ustedes, hijos, son espejos del Corazón de Dios. Lo que habita en ustedes se irradia al mundo, aunque no sean conscientes de eso.
Para tener un mundo de paz, ustedes deben dejar que la paz se instale en sus consciencias y se asiente en todas sus células. Pacifíquense, conscientemente y, así, estarán trayendo paz a la vida.
Todo por lo que ustedes claman lo pueden atraer hacia el mundo a través de la transformación de su propia consciencia. En oración, pueden encontrar en ustedes la puerta hacia el Reino de Dios y, cuando sean capaces de permitir que Él se exprese en su interior, ahí entonces, hijos, ese Reino comenzará a expandirse por el mundo.
¿Comprenden la ciencia de la existencia humana?
El Creador manifestó a los seres humanos para transformar, a través de ellos, a toda Su Creación. El amor que puede nacer en ustedes, cuando abarca su genética y se expresa en todos sus átomos, puede transformar galaxias y universos. De la misma forma, cuando ustedes no viven en paz, la oscuridad que habita en los seres también resuena en toda la vida.
Reconozcan entonces, el potencial de sus corazones, de sus cuerpos, de sus vidas y tórnense instrumentos de paz y de Misericordia para este mundo.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ora no solo en un momento de urgencia y de agonía; ora por una nueva vida, ora por el despertar de tu corazón y de tu consciencia a un nuevo tiempo, a una realidad superior.
Ora por todas las naciones, ora por los continentes y por los mares, porque llegó el momento de la gran prueba de la Tierra y la humanidad no puede estar indiferente delante de lo que sucede en el planeta.
Ora para traer la paz, ora para saber discernir y para que la sabiduría impregne tu espíritu, tu mente y tu corazón, retirando de tu consciencia las potestades del miedo y de la inseguridad.
Encuentra tu refugio en Dios, hijo, contemplando la grandeza de Su Plan para los corazones de los hombres, y ora para que este Plan, que es perfecto, descienda sobre la Tierra y sobre la consciencia humana.
Ora para que los corazones conozcan el amor y que sea el propio amor que los impulse a la unidad y a la transformación. Ora para que haya paz y se disipe la ignorancia de los hombres. Ora también por los que despertarán tarde y precisarán de una oportunidad para vivir la propia redención.
Ora para que en los corazones de los hombres siempre haya piedad y humildad, para que sepan perdonar y reconciliarse con el prójimo y con Dios.
Ora sin cesar y sin cansancio; ora porque esta es la herramienta para estos tiempos, que abre las puertas para que descienda sobre ti y sobre el mundo todas las virtudes que sustentarán la Tierra.
Ora y no te canses de orar.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ora por el Brasil, así como por toda América del Sur. Ora por el mundo entero. Ora por cada nación y ora con fervor por los países que fueron elegidos por Dios para ser la cuna de una Nueva Vida.
Ora en unidad con Dios y con tus hermanos, porque la semilla de la desunión fue colocada en el suelo del mundo y está siendo fertilizada por las acciones inconscientes de los hombres.
Ora, hijo, y siembra el amor en la humanidad. Pide y concédele el perdón a tus hermanos para arrancar de raíz ese mal que está intentando instalarse en el mundo. Busca la cura para las heridas del corazón humano y comienza por ti mismo, curando tu espíritu.
Ora, hijo, por las naciones, en unidad con todos los pueblos y culturas. Responde al llamado de tu Madre Divina para orar por la paz y reconoce que esta no es una necesidad tuya, sino una urgencia del planeta.
Fortalece todos los días la Oración por la Paz en las Naciones más allá de los obstáculos y de las tecnologías. Redime esos vehículos que para muchos son motivo de perdición y de engaño, y conviértelos en un Instrumento de Dios para unir a Sus hijos en una sola voz, en un solo clamor por la paz en este mundo.
Ve, hijo, como es necesario dar un paso en el amor, en la oración, en el perdón y en la reconciliación, porque las naciones agonizan y si no comienzas ahora a curar dentro de ti y a tu alrededor lo que necesita ser curado, nada podrá consolarte en el tiempo que llegará, en el que los hombres, privados por ellos mismos de la Misericordia de Dios, solo reciban Su Divina Justicia.
Por eso, ora y clama por la paz. Sé un puente hacia la Nueva Vida.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más