Sábado, 19 de agosto de 2023

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La devoción de las almas abre las puertas del Cielo y crea puentes entre el Universo Celestial y la Tierra. La devoción es un Rayo Universal, que surgió del Corazón de Dios en el principio de la vida para que Sus Hijos aprendieran a estar unidos a Él.

Cuando el Creador pensó en el Rayo de la Devoción, colocó en él Su más profundo Amor para que Sus Criaturas fueran capaces de sentirlo, pero no solo sentirlo, sino que pudieran actuar a través de esa devoción, por medio de la oración sincera, por medio de la alabanza verdadera, por medio del diálogo profundo con Dios.

Así es como el Rayo de la Devoción se expresa y da a conocer a las almas el Amor profundo de Dios, para que sean capaces de tocar ese Amor, aunque sea por un instante.

Así como el Rayo de la Devoción, otros Rayos surgieron del Corazón del Padre: el Rayo de la Voluntad y del Poder, que no habla sobre el poder humano, sino sobre el Poder de Dios, el verdadero Poder, que es celestial y que no somete a las criaturas, sino que las eleva para que cumplan una Voluntad Superior y manifiesten el Reino de Dios en la Tierra, mucho más allá del caos que existe en el mundo.

El Rayo de la Voluntad y del Poder fue manifestado por Dios para atravesar la dualidad humana e impregnar las tinieblas de este mundo con la Luz Divina. Este Rayo rompe barreras y quiebra las cadenas que prenden a las almas a estados de consciencia que ya no deben existir en el mundo.

Con este Rayo, hijos, son capaces de unir sus corazones al Corazón de Dios, y la Voluntad del Padre y su voluntad será una sola. Es así como manifestarán la nueva vida y reconstruirán esta Tierra a través del Rayo de la Voluntad y del Poder de Dios, que os llevará a superar cualquier obstáculo.

El Creador también manifestó el Rayo del Amor y de la Sabiduría, para que no solo supieran amar con un amor humano, sino que amaran con el Amor de Dios, ese Amor que es sabio y que no proviene de las emociones, sino del Corazón del Padre.

La Justicia, hijos, es fruto de ese Amor, que viene de la Sabiduría Divina, que entrega a cada una de Sus Criaturas aquello que necesita. Con ese Amor, vivirán los tiempos finales y sabrán dónde estar y qué hacer, sabrán cómo acoger a las almas que se aproximarán y cómo ser portadores de la Misericordia, como de la Justicia, para que los seres reciban exactamente lo que necesitan, ni más ni menos, para que no haya desequilibrios, para que las consciencias encuentren la paz.

El Creador manifestó también el Rayo de la Inteligencia, que no es la inteligencia de este mundo, sino la Inteligencia que surge y se expresa a través de la naturaleza. Y ustedes deben encontrar en la naturaleza el Espejo de la Inteligencia Divina, observando cómo la naturaleza actúa, la perfección de las flores y de las plantas, la perfección de la vida y de los organismos. Así se manifiesta la Inteligencia de Dios.

El Rayo de la Inteligencia solo se completa con la Unidad Divina. Cuando viven a través de la unidad, pueden actuar con Inteligencia, porque no serán inteligentes solos. La Inteligencia de Dios se completa a través de la unidad, cuando se unen unos a otros para cumplir su misión espiritual. Es así que harán descender a la Tierra la forma de cómo deben manifestar el Plan Divino: con Inteligencia Divina, así como vive la naturaleza.

Si quieren saber cómo ser inteligentes, divinamente inteligentes, contemplen la vida, los Reinos de la Naturaleza, los elementos y la vida inmaterial, lo que se llama antimateria, la vida que se manifiesta en el Pensamiento de Dios y que de allí comienza a descender hasta la Tierra para manifestar la perfección en la materia.

El Creador también manifestó el Rayo de la Armonía, para que aprendieran a través de la belleza y que, a través de la expresión de la belleza, fueran capaces de elevar la consciencia más allá del universo material.  A través del Rayo de la Armonía, unen las dimensiones y la Tierra ya no permanece en la tercera dimensión, en un tiempo separado del Tiempo del Universo, donde la realidad espiritual no puede tocar la consciencia humana. El Rayo de la Armonía une tiempos y espacios, une las realidades.

Es por eso, hijos, que cuando crean altares armoniosos, ambientes de paz, están uniendo el Cielo y la Tierra, aunque no lo perciban.

Cuando se expresan a través de las artes, aquello que llaman arte, cuando manifiestan el espíritu a través de una música, están uniendo las dimensiones por el Rayo de la Armonía.

Cuando manifiestan en una pintura aquello que surge de sus corazones, y la belleza se plasma en la materia, allí, hijos, los ojos que contemplan esa pintura encuentran paz, porque encuentran la verdad de las dimensiones que se unen, aunque no lo perciban.

El Creador también manifestó el Rayo de la Ciencia, que no es la ciencia del mundo, sino la Ciencia Espiritual, que se debe transformar en el Rayo Inmaterial de la Omnisciencia, para que puedan ser conocedores del Pensamiento perfecto de Dios, cómo, por qué y para qué Él pensó cada cosa.

Esta es la Ciencia Divina que se oculta en el Propósito evolutivo de la vida en la Tierra. Cuando contemplan este Propósito, meditando en su propio mundo interior, allí van a encontrar la Ciencia Divina y van a comprender para qué están en este mundo. Y un día, más que eso, comprenderán para qué fueron creados en los universos materiales.

¿Por qué la vida se manifestó en las dimensiones? ¿Para qué existe cada criatura en esta Tierra? Estas son respuestas que el Rayo de la Ciencia les trae.

El Señor también manifestó el Rayo del Orden y del Ceremonial que, desde los pueblos del desierto, el pueblo de Israel, comenzaron a aprender lentamente el sentido del ceremonial de la vida, que es mucho más que lo que les fue enseñado. No es solo una ceremonia que comienza y termina, sino es la ceremonia de la vida, de la consagración del espíritu, del alma, de la consciencia, de la materia, de todo lo que son.

El Señor les enseñó a consagrar el pan y el vino para que, a través de la entrega de Cristo, aprendieran a entregar la propia vida. Un día, hijos, la Ceremonia Eucarística de comunión con Cristo deberá expandirse a cada criatura de esta Tierra. Todos deberán aprender de la entrega, de la reverencia, de la ceremonia de la vida, y así se manifestará ese Sagrado Rayo que proviene de la Consciencia de Dios.

Cuando la vida se desarrolló en el universo material, el Creador manifestó Rayos Inmateriales para que las consciencias aprendieran a trascender la materia y comenzaran a recorrer el camino de retorno al Corazón de Dios.

Por eso, Dios les entregó el Rayo de la Liberación, para que aprendieran a liberarse de todos los atavismos humanos e inclusive de la Ley de la Dualidad, para que pudieran liberarse de sus mentes concretas para sumergirse en el Universo Divino, en aquello que siempre fue un misterio para las consciencias.

El Creador manifestó el Rayo de la Trascendencia para que salieran del tiempo del mundo e ingresaran en el Tiempo del Universo, donde habita la unidad. Y no hablo solo de ustedes, de los seres que habitan en esta Tierra, sino de toda la Creación, mucho más allá de este mundo; porque todo lo que fue creado por Dios deberá retornar a la Fuente con todos los aprendizajes que vivió al recibir el Don de la Vida. Y, al retornar a la Consciencia Divina, allí nuevamente, hijos, Dios comenzará a recrear la Creación, en una vuelta más profunda de los grados de Amor.

El Creador manifestó la Omnisciencia para que sean capaces de estar presentes en todo lo que es vida, y así experimenten cómo es retornar a la Consciencia Divina.

El Creador manifestó la Omnipresencia, que es la manifestación perfecta de la unidad. No es solo estar en varios espacios al mismo tiempo, sino estar unido a todas las criaturas y perfectamente unido a Dios, donde pueden comprender el interior de cada ser, así como pueden comprender la Consciencia de Dios.

Y, como esos Rayos, Dios manifestó muchos otros, que poco a poco comenzarán a conocer, siempre y cuando se interesen por la vida espiritual, cuando dejen, hijos, de colocar la consciencia solo en lo que es material, cuando sus vidas ya no giren alrededor de los problemas humanos y despierten a lo que existe en el Universo Superior.

Así, comprenderán que llegaron a la Tierra por un Propósito Mayor: aprender, amar y comenzar a retornar a la Consciencia Divina. Hoy, les digo esto porque la Tierra se purifica y agoniza, pero sus consciencias no debe estar solo allí; deben ser capaces de ir más allá para soportar los tiempos que vendrán.

Esta será la única forma, hijos, de saber que la vida no comienza ni termina en los sufrimientos de este mundo. Existe más de lo que sus ojos pueden ver, de lo que sus corazones pueden hoy sentir; y siempre y cuando comiencen a aspirar a esta realidad divina, comenzarán a atraer esa realidad hacia sus vidas.

Es así como las transformarán: saliendo de las dimensiones de caos y de conflicto, elevando la consciencia para que puedan ver el mar conturbado de la Tierra desde arriba, y así, hijos, puedan ayudar a otros.

Este es el Propósito de que estemos aquí; este es el Propósito de que vengamos a su encuentro, de que consagremos sus vida y consciencias, para que puedan ser diferentes en este mundo de ilusión, para que no estén presos de los atavismos de la Tierra y aprendan a ir más allá.

Que las Palabras que les entregamos no sean olvidadas. Que puedan comenzar a estudiar lentamente, paso a paso, para que puedan comprender hoy lo que les dijimos hace quince años, y mucho más que eso, porque ya hablábamos con la humanidad aun antes de que el mundo supiera.

Si comenzaran a estudiar lo que les dijimos a lo largo de los años, hoy serán capaces de comprender lo que en otros tiempos no comprendían, porque Nuestras Palabras fueron dichas para construir un camino: el camino de la elevación de la consciencia, el camino de la transformación del corazón humano.

Y este camino fue siendo construido dentro de ustedes, a través de cada oración, de cada canto, de cada palabra pronunciada, de cada momento de paz experimentado. Y hoy, hijos, llegó la hora de que puedan sumergirse aún más para que sean capaces de no solo escuchar lo que les decimos, sino de vivirlo.

El Creador les entregó todas las Gracias para que sean capaces de vivir Su Voluntad. Desde el principio de la creación de la vida, el Padre Celestial manifestó todo lo que necesitarían para vivir Su Propósito y retornar a Su Corazón. Sin embargo, hoy el Creador observa el mundo, percibiendo, hijos, que Sus Criaturas están ciegas para Sus Gracias, que la oportunidad de vivir Su Voluntad está delante de sus ojos, que los Dones Divinos para la transformación de la vida están delante de sus corazones, pero ellos están distraídos con el sufrimiento, con el caos, con la purificación interior, con las distracciones del mundo.

Eleven sus manos a lo alto y pidan al Padre la Gracia de salir de ese estado de consciencia, para que puedan ingresar verdaderamente en un nuevo ciclo, en el que las Gracias y los Dones Divinos ya no estarán delante de ustedes, sino en ustedes y actuando en el mundo a través de ustedes.

Oren con sinceridad para que este Propósito se manifieste. Es así, hijos, que transformarán sus vidas; es así que la actuación de la Ley de la Justicia no será motivo de sufrimiento o dolor para ustedes, sino que descubrirán en ella la expresión del Amor y la Sabiduría Divina.

Comprenderán que la Justicia forma parte del Amor de Dios tanto como la Misericordia, pero para que puedan vivirla de esta forma, para que puedan experimentar la actuación de las Leyes Universales como ellas son en verdad, deben cambiar la actitud de sus consciencias, deben orar de corazón y servir.

Y así, con la sinceridad de sus almas, comenzarán a atraer estos Rayos que provienen de la Consciencia Divina y reconocerán las oportunidades que el Creador les enviará para que actúen diferente, para que reparen sus vidas, para que reparen sus acciones.

Este es un momento de reparación. Reparación es lo que este mes de agosto les trae, es lo que el Universo les presenta, para que ya no miren los errores del pasado, no estén presos en lo que ya vivieron, en la oscuridad, en los traumas, en el dolor, sino vivan en el momento presente, reparando con lo que son hoy lo que vivieron antes.

Esto, hijos, se llama redención, y nadie puede vivir esto por ustedes, ni aun Aquel que los creó.

A partir del momento en que la vida se manifestó en la materia, recibió también la independencia para que pudieran aprender y experimentar, para que pudieran pasar por las pruebas que la dualidad les entregaría y, a través de esas pruebas, pudieran renovar sus vidas, y así también la Consciencia Divina.

Sin embargo, cuando se disponen a ser instrumentos de Dios y cuando le dan permiso para que actúe a través de ustedes, ahí sí, hijos, Dios vivirá a través de sus vidas, se manifestará a través de sus corazones y con Su Santo Espíritu, el Espíritu Consolador, les mostrará cómo vivir este ciclo de reparación.

Hoy, les traigo una Gracia. ¿Será que ella permanecerá delante de ustedes o ingresará en sus espíritus y se tornará vida dentro de cada uno?

Hoy, les traigo la Gracia de la Consagración, y solo les pido una cosa: que esta consagración no sea superficial, sino que puedan renovarla a lo largo de cada día, en cada momento de sus vidas; que esta consagración venga a recordarles que son Hijos de Dios, así como son hijos y amigos de Mi Casto Corazón.

¿Ustedes saben por qué los llamo hijos y amigos? Porque un hijo es aquel que amamos con profundidad, es aquel con el que establecemos un vínculo eterno que no se disolverá a causa de sus acciones o de los caminos que decida recorrer. Un hijo siempre lleva en su interior una parte de sus padres.

¿Y saben por qué los llamo amigos? Porque un hijo, a veces, se va por este mundo, pero un amigo nunca pierde el contacto, siempre está allí, caminando junto, aprendiendo junto, un compañero de la transformación de la consciencia. Eso es lo que Yo espero que ustedes sean, hijos y amigos. Y Yo seré para ustedes un padre y un amigo.

Que se aproximen a este altar aquellos que se postularan a consagrarse como Hijos y Amigos de San José.
 

Hermana Lucía de Jesús:

Los residentes de la Comunidad Figueira pueden subir al escenario, aquellos que aún no se consagraron. Los residentes de las Comunidades-Luz.

 

Mi Corazón se alegra de que tantas almas se dispongan a vivir la consagración, a renovar su consagración y a profundizar en este camino.

Hoy, hijos, vengo a concederles una Gracia que el Creador Me concedió cuando Yo aún estaba en este mundo, en cuerpo y alma, y necesitaba aprender de la transformación de la consciencia. Esa Gracia Divina ingresó en Mi Espíritu cuando Yo dormía, para que Yo pudiera acoger a la Virgen María como Mi Esposa y a Jesús como Mi Hijo.

¿Comprenden la grandeza de esta Gracia que les traigo?

Era la primera puerta que se abría para que Yo pudiera comenzar a retornar al Corazón de Dios. Esta Gracia permaneció dentro de Mí, en Mi Casto Corazón, más allá de los siglos y de los tiempos, y aun en el Real Tiempo del Universo esta Gracia siguió expandiéndose en Mi Corazón, se multiplicó y creció para que, en un día como hoy, Yo pudiera concederla a la humanidad.

Y es eso lo que les entrego, como un lirio de Mi Corazón, para que sus seres florezcan, se transformen, aprendan y crezcan, no con el crecimiento del mundo, sino con el crecimiento divino, en el que Dios es el que crece dentro de ustedes. Reciban la Gracia que les traigo y deposítenla en sus corazones.

Atrayendo los Rayos que provienen del Corazón de Dios, a través del incienso y del agua, a través del ceremonial de la vida, que vengan hasta aquí los sacerdotes, estos hijos Míos que los bendecirán y los consagrarán en Mi Nombre, y permitirán que toquen Mi Gracia a través del agua que bendeciré y del incienso que esparciré sobre ustedes.

Que Mi Paz se manifieste en estos elementos.

Que los Rayos Divinos se manifiesten en esta agua, los Rayos Materiales e Inmateriales que unen la consciencia al Corazón del Padre, que les permiten retornar a Su Pensamiento Divino.

Que así sea.

Reciban Mis Gracias.

Que así ingresen en la escuela de los consecuentes y den testimonio de la Presencia Divina entre los seres, a través del amor de sus corazones.

Tienen Mi bendición para esto.  

 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.                                                    


Hermana Lucía de Jesús:

A pedido de San José, nos vamos a preparar para la Comunión cantando "Padre de las almas".


Canción: "Padre de las almas".

 

Hermana Lucía de Jesús:

Cuando San José nos pidió esa canción, yo no recordaba muy bien que canción era, y Él nos pidió que fuera el himno de los Hijos y Amigos de San José.  Y ahora, cuando la fuimos cantando, tenía sentido. Ahí están guardados todos los principios que aspiramos a vivir: el servicio con las familias, con los niños, con los refugiados, y ese caer y levantarse todos los días.

A esa persistencia estamos siendo llamados. Cuando algo esté difícil, canten este himno, pidan a San José que imprima a fuego en sus almas esos Dones de Dios. Aquellos que son valientes, pidan también: “¡Ve más allá de todo, ve más allá de mis resistencias, ve más allá de cualquier cosa e imprime a fuego ese don en mi alma!”.

Vamos a quedarnos con ese impulso en el corazón.