Martes, 19 de mayo de 2015

Mensajes mensuales
MENSAJE MENSUAL DE SAN JOSÉ CASTÍSIMO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA

Mis queridos:

En omnipresencia, hoy estoy aquí, pero también en el Centro Mariano de Figueira, expandiendo las Gracias del Reino de Dios para el mundo entero.

Cuando oran de corazón, impulsados por el fuego del espíritu, los Sagrados Corazones pueden expandir la Luz de Dios en el mundo y esa Luz podrá llegar incluso a los más perdidos.

Hoy estoy aquí para llamarlos al espíritu de consagración, que en verdad es un don en el corazón de aquellos que se deciden a abandonarse a sí mismos, para que el Creador pueda obrar en sus seres.

Mis amados compañeros y servidores, vine para hablarles sobre la consagración, porque ese es un don que desparece del corazón humano, y es solo a través de la consagración verdadera de la vida y del alma que podrán volverse instrumentos de Dios en el mundo.

Los tiempos finales se aceleran y muchos ojos no lo quieren ver. También muchos se cerraron a las advertencias celestiales, porque prefieren sumergirse en las ilusiones de la vida material a ingresar en el verdadero Origen primordial de todo lo que fue creado.

En estos tiempos, los Sagrados Corazones descienden al mundo para conducir a la humanidad hacia un nuevo despertar. Los mensajes que traemos hoy no son los mismos de tiempo atrás y, solamente aquellos que saben leer entrelineas y que meditan en silencio Nuestras palabras, podrán descubrir la esencia misma de lo que venimos a transmitir al mundo.

La humanidad de superficie cada vez más se aparta de Dios, e incluso quienes buscan una forma de encontrarlo por medio de una religión o un camino espiritual, muchas veces se engañan y viven la desunión y la separación, ignorando que el verdadero Dios es Amor y Unidad.

Si piensan que ya lo saben todo acerca de las verdades del Cielo y dan poco importancia a las palabras de los Mensajeros de Dios, sepan que tan perdidos estarán cuanto aquellos que caminan en la oscuridad, por más que la Luz Divina esté resplandeciendo delante de sus ojos. Ellos estarán vendados por la mayor ignorancia que existe, que es la de no reconocerse ignorante y creerse conocedor de todas las cosas.

Aquel que no busque el espíritu de la humildad ni tome para sí todas las palabras de los Mensajeros de Dios, jamás dará pasos en su camino y se cansará de caminar, sin haber salido del lugar.

Mis queridos, les digo todas estas cosas, porque como Padre y Guía de esta humanidad Me corresponde sacarlos de la ignorancia de la mente y llevarlos al descubrimiento de los tesoros del espíritu y del corazón.

Solo quienes viven la consagración, como forma de estar vacíos y disponibles para vivir según la Voluntad de Dios, comprenderán la grandeza de todo lo que reciben en este tiempo.

Sean humildes y simples de corazón, sean obedientes, reverentes, serviciales. Sean alegres de espíritu, disponibles para dar al prójimo incluso aquello que no saben que pueden dar; descubrirán así el potencial oculto de vuestros corazones.

Un ser consagrado es aquel que permite que Dios actúe por medio de él y que entrega al Señor todos sus potenciales, sus intenciones, su voluntad, para que Dios se sirva de él, en pro de la manifestación de Su Plan Sagrado.

Los invito hoy a meditar en Mis palabras, a buscar los impulsos que dejé en cada frase pronunciada.

Sepan que la consagración de un espíritu transciende sus apariencias, porque la verdadera consagración es profunda y solo Dios, que es lo que verdaderamente actúa en el espíritu consagrado, sabe si esa consagración existe. Sin espíritus consagrados, la Tierra jamás podrá expresar el proyecto de Dios, porque el Señor necesita instrumentos con los que construir el nuevo mundo.

Aquellos que escuchen Mis palabras y las tomen para sí, prepárense no solo a vivir la Gloria de la Voluntad de Dios, sino también todas las pruebas que encontrarán en el camino hasta llegar a la consagración absoluta.

Un espíritu consagrado se forja con la voluntad, con la renovación permanente de sí mismo en Dios. Serán probados y tentados todos los días pero, por mayor que sea cualquier tentación, mayor será la Victoria de Dios en el mundo y la manifestación de Su Plan en los espíritus consagrados.

Anímense a seguir adelante. Los Mensajeros de Dios siempre guiarán vuestros pasos y los sustentarán. Solo necesitan ser verdaderos.

Yo los bendigo hoy y siempre,

San José Castísimo, Siervo Consagrado de Dios