Domingo, 19 de abril de 2015

Mensajes mensuales
MENSAJE MENSUAL DE SAN JOSÉ CASTÍSIMO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

No esperen que los milagros provengan de las grandes acciones, porque es en la simplicidad del corazón que se encuentra la verdadera llave para toda cura y liberación de todo mal arraigado en vuestros seres.

No esperen que en este mundo se alcancen grandes conquistas materiales, porque la verdadera conquista es la Victoria de Dios sobre los corazones que se rinden ante Su altar.

Muchas veces las almas no alcanzan la paz en esta vida. Pero por su clamor, la alcanzarán en Mi Reino y aquellos que iluminan su mirada con el poder de la fe, pueden ver que la paz existe y es el verdadero mérito que generan los seres para ser redimidos.

Los pacificadores alcanzarán la gloria, pues se vencerán a sí mismos y al mundo.

Mis queridos, quiero decirles en este día que los frutos de vuestras oraciones son verdaderos. Pero para sentirlos, deben ingresar en aquel espacio de la consciencia que no busca los frutos de sus acciones, pues no buscando nada, se encontrará todo y el Todo que está en el Corazón de Dios.

Aquel que confía en la existencia de Dios, sabe que todo lo que vive es consecuencia de Su Voluntad y que cada acontecimiento trae un aprendizaje perfecto para el alma en evolución.

Ya llegó el tiempo de ser un templo vivo, manifestación perfecta de la Voluntad de Dios para esta humanidad. Pero para esto, deberán trascender todas las leyes de la materia y abrirse para las leyes que se viven en el Universo.

Deben reconocer que poco saben de la realidad del Reino Celestial, porque así, los verdaderos misterios les serán revelados. Dios guarda un precioso tesoro para entregar a Sus criaturas; mas ¿cómo podrá mostrarles ese tesoro, si muchos no creen verdaderamente que Él existe?

Amen lo que desconocen y conozcan aquello que está delante de ustedes. Miren al prójimo con los ojos de quien ve una creación perfecta de Dios, para la cual el Creador tiene un Plan y sin la cual, Su Voluntad no podrá cumplirse en su totalidad.

Quiero venir al mundo como portero de los corazones y de los ojos del alma, abriéndoles así el camino para lo nuevo. Deben redescubrir lo que sus ojos pueden ver, porque en realidad no saben lo que tienen delante de sí, cuando observan un ser o incluso este planeta.

Al mismo tiempo en que redescubren el mundo, descubrirán los mundos superiores que se muestran a aquellos que se disponen a ver la verdad y a vivirla.

Dejen atrás las preocupaciones de esta vida, sin ser negligentes con sus obligaciones; mas sabiendo que la verdadera prioridad se encuentra invisible ante vuestros ojos.

Ya no busquen concretar un plan personal, cuando el Plan de Dios para este mundo está tocando a su puerta. Es hora de transformar la forma de pensar, de sentir y de buscar la vida del espíritu.

Que el Plan de Dios para este planeta supere todas las aspiraciones personales. Porque ahora, Mis compañeros, el nuevo tiempo se aproxima al mundo y necesita encontrarlo preparado para vivir esta transición entre el viejo tiempo y el tiempo real, que los unirá a la Consciencia de Dios, que se encuentra en el tiempo infinito; la llamada Eternidad.

Les agradezco por ser misioneros de Dios todos los días y todas las horas de vuestras vidas. El servicio siempre estará en la necesidad que vive al lado.

Yo los bendigo hoy y siempre.

San José Castísimo

Domingo, 19 de abril de 2015

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hermana Lucía de Jesús:

San José vino acompañado por un coro de niños, niños de África. Él nos pidió que sigamos cantando porque este coro debe ser mucho mayor de lo que es.

Mientras cantábamos, San José estaba realizando una tarea en África, congregando almas de niños y jóvenes para Su coral.

 

Quiero que estos lirios, que toqué con Mis manos, sean llevados, cada uno de ellos, a un niño que lo necesite mucho. Se los pueden llevar a los que ustedes conozcan.

Estos lirios representarán Mi Amor por todos los niños de este mundo y, a través de algunos pocos niños, llevarán la cura del corazón y del espíritu a aquellos niños que se abran a Mi Casto Corazón.

Que la pureza de los niños de África, que hoy ingresarán en Mi Reino y reconocerán Mi paternidad divina, pueda servir de ejemplo a todos los seres de este mundo, no importa la edad que tengan.

De esta forma, Mis queridos, traigo a estos niños a su encuentro para que sepan, así, que solo es necesario tener pureza de corazón, y todas las puertas del Cielo se abrirán delante de sus seres.

Verán, a través de esta puerta, las Manos de los Mensajeros Divinos que se extienden al mundo y, en ese momento, percibirán que Nosotros siempre estuvimos aquí, que Nuestras Manos siempre estuvieron extendidas hacia el mundo, incansables, esperando que aquellos seres de la humanidad manifestaran un poco de pureza, oraran con el corazón para que así sus ojos pudieran ver y sus corazones pudieran sentir que Nosotros siempre estuvimos aquí.

Sigan cantando desde lo profundo del corazón. Sean verdaderos en el clamor de sus almas y confíen en el poder de salvación que Dios concedió a Su Siervo por Su infinita humildad.  

Hoy Mis lirios se multiplican, y no solo Mis manos los ofrecen a la Tierra, sino que también las pequeñitas manos de aquellos que descubrieron el poder de redención y que comprendieron, con sus pequeñas almas, que ningún sufrimiento de este mundo se compara con la grandeza del universo; que todo vale para aprender a amar y a perdonar y así, ingresar en Mi Reino, que es el Reino de Dios y de Su Hijo, del cual Yo soy el portero y el celador que abre las puertas a todas las almas que, en la sinceridad del corazón, claman por paz y por Misericordia para este planeta.

Hoy, les agradezco por estar a Mi lado y hacer que este coro de ángeles, que hoy era tan pequeño, se tornase grande.

Por el poder que Dios Me concedió, Yo los bendigo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Que sigan en paz y en oración.

 

Hermana Lucía de Jesús:

Vamos a hacer un pequeño relato, porque hoy San José nos dio una gran sorpresa.

Cuando Él apareció, vino con muchos ángeles, pero también con muchos niños.

Al principio, no entendimos mucho de qué se trataba. Los niños eran muy pequeños, su altura llegaba hasta la cintura de San José, en varias filas, a ambos lados. Estaban todos vestidos de blanco, era todos negros, no tenían cabello, eran calvos y cantaban.

Cada uno tenía un lirio bordado en las túnicas blancas que vestían.

San José estaba con Su Corazón expuesto, había un lirio que abrazaba Su Corazón y, cuando Él comenzó a pronunciar Sus Palabras, nos explicó que esos niños habían venido de África, que eran almas rescatadas por el mérito del servicio que está siendo realizado en estos últimos días.

Cuando Él dijo que siguiéramos cantando, porque este coral debe ser mayor, San José comenzó a mostrarnos infernos y purgatorios de niños. Y, mientras cantábamos, Él los iba rescatando. Eso era algo mágico, porque ellos salían de ese lugar y aparecían con la misma ropa de los otros niños, y era como si una síntesis ocurriera en la consciencia de ellos.

San José nos explicaba que, cuando ellos llegaban a Su lado, pasaban a comprender todo lo habían vivido en este mundo y comprendían que ninguna experiencia que habían vivido en la Tierra había sido poca ante la grandeza de lo que estaban viviendo en aquel momento.

Después de un tiempo, vimos que, por detrás de San José, también habían muchos adultos, seres de diferentes edades que, mientras cantábamos, iban uniéndose a este grupo de niños.

Después, San José transmitió el Mensaje.

(La Hermana Lucía se refiere al Mensaje Mensual de San José del 19 de abril de 2015, también recibido durante esta Aparición)

Con estas Palabras de San José, vamos a guardar Su Presencia en nuestros corazones y a agradecer, profundamente, que Él haya venido a nuestro encuentro.

¡Estamos agradecidos, San José, por cuánto nos das!

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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