Miércoles, 19 de marzo de 2014

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA  DE JESÚS

Hoy, les pedí que se aproximaran a Mi Corazón para que pudieran sentir Mi Presencia en sus vidas; pero en verdad les digo que este es un símbolo de su unión Conmigo, porque Yo estoy siempre junto a todos ustedes. Mi Presencia forma parte de la vida sobre la Tierra y los impulsos de Mi Corazón están siempre junto a aquellos que buscan consagrarse, están siempre junto a los que buscan caminar. 

Hoy, les pido que vengan hasta aquí porque quiero demostrarle al mundo que existen seres que responden al llamado, seres que escucharon la voz de su corazón y que se arriesgaron a responder a este compromiso que hicieron con el Divino hace tanto tiempo.

Mis queridos compañeros, ya hace un año que Mi Presencia está entre ustedes, está directamente con los corazones del mundo. Por eso, hoy quiero que se alegren y que se abran, de corazón y alma, para que Mis códigos divinos puedan permear sus esencias.

Muchos piensan que vinieron a Mi encuentro, pero les digo que convoqué a sus almas para que hoy estuvieran Conmigo. Dios hizo un pedido a los Mensajeros del Cielo para que despierten a todas las almas de este mundo; por eso, jamás Nos cansamos de venir a la Tierra, y si existe un alma que responde a este llamado, seguiremos viniendo para impulsar a la humanidad, porque un ser representa a todos los seres que existen en el mundo.

Hoy quiero que tengan en sus corazones la importancia del caminar de sus consciencias, que no desistan de proseguir, que sean persistentes, que sean valientes en este camino. Sé que para muchos no es fácil, que otros no consiguen encontrar un camino de simplicidad; pero solo les pido que abran los ojos, sobre todo, los ojos del corazón para percibir que las Manos Divinas están permanentemente extendidas y vienen en su auxilio siempre que necesitan un impulso. 

Hoy, les pido, Mis queridos, que no teman ingresar en este camino que para muchos es desconocido y para otros no tanto. Hoy, les digo que, con amor, se arriesguen a entregar sus vidas, a dar un paso, aunque sea pequeño, en nombre de toda la humanidad; porque los hombres no caminan en el mundo y, mientras muchos otros retroceden en su evolución, necesito que unos pocos se animen a caminar, a olvidar el pasado y a abrir el camino para una nueva vida sobre la Tierra. Muchas veces, en ese encuentro con los Mensajeros Divinos, Ellos borraron el pasado de sus vidas y, de esa forma, permitieron a sus almas ingresar en un nuevo ciclo de evolución.

Hoy, una vez más, los reúno para que, conmemorando un año de Mis Apariciones, puedan tener sus vidas limpias, sus corazones puros y prontos para ingresar en un nuevo camino. Pero, en este día, les pido que no desperdicien la oportunidad que les es entregada, porque muchas veces la humanidad desperdició lo que el Divino le entregó al mundo.

No es la primera vez que los Mensajeros están entre los hombres; pero este será el último llamado que Dios envía la Tierra, porque un nuevo tiempo debe surgir, nuevas almas deben ingresar en la evolución, en una evolución superior para que, de esa forma, Mis amados, una nueva raza surja en el universo y el amor vuelva a abrir las puertas que separan a las criaturas de su Creador.

Hoy les traigo un impulso del universo para que sus consciencias puedan reconocer una vida superior y, de esa forma, reciban la fuerza que necesitan para romper las barreras que los separan de lo Divino, de lo Verdadero, de lo Puro.

Hoy quiero, hijos queridos, que se encuentren con su origen, aquel punto en el universo del cual provienen, porque, como esencias cristalinas, ustedes fueron generados por un impulso divino para manifestar en la Tierra la Voluntad de Dios.

Hoy llamo primero a Mi encuentro a aquellos que se consagraran como familia, para que manifiesten un nuevo arquetipo de familia en el mundo. En esta tarde, les digo que ya es tiempo de cruzar el umbral entre la vieja familia y la nueva familia. Abran sus corazones, porque hoy les dejo en sus esencias un nuevo camino que encontraran si meditan y buscan lo que guardo en su interior.

También llamo a los misioneros, porque ya están encontrando un nuevo impulso, porque escucharon la voz de sus almas y supieron encontrar Mi Voluntad en lo invisible. Hoy, Mi Consciencia se expande y Mi Corazón llega hasta el barrio de San José, para consagrarlo definitivamente y para decirles a Mis queridos misioneros que otras casas surgirán en el mundo.

Por eso, les pido que hoy vengan a Mi encuentro a aquellos que aceptan consagrarse definitivamente, a aquellos que esperaban un impulso de Mi Corazón para dar ese paso en el servicio abnegado. El mundo necesita de su entrega y de la oferta sincera de sus corazones; porque hay muchos que sufren, que desconocen el amor y la caridad y que necesitan de aquellos que lleven Mi Presencia, así como la Presencia de Cristo, a los corazones que padecen.

Hoy los bendigo y los llevo a Mi encuentro para que ingresen en Mi Corazón y para que este Corazón Castísimo, que hoy tienen ante sus ojos, pueda ingresar en sus esencias.

Hoy también llamo a aquellos hijos Míos que llevan adelante Mi trabajo en las Comunidades-Luz y, a través de ellos, Mi Consciencia llega a cada una de las Comunidades.

Llamo, en consciencia y en alma, a que vengan a este encuentro los miembros consagrados de la Comunidad Espíritu Santo, la Comunidad de la Hermandad. Llamo a que vengan a Mi encuentro a los miembros consagrados de la Comunidad Fraternidad. Llamo a que vengan a Mi encuentro a los miembros consagrados de la Comunidad Nueva Tierra; y a todos estos Yo los bendigo para que, definitivamente, puedan manifestar sobre este mundo el arquetipo de la vida que toda la humanidad deberá vivir en este último tiempo.

Hoy les digo, Mis amados, que en esta reunión somos muchos más de los que pueden ver, que llamo a Mi encuentro a todos aquellos que Me acompañan con su corazón y que se dispusieron a consagrar sus vidas en sus ciudades, en sus casas, llevando a su día a día los códigos que deposito en sus corazones.

Este es Mi Mensaje para este día. En verdad, le dejo un impulso a la humanidad para que, a través de sus corazones, la consagración del mundo al Sacratísimo Corazón de Dios pueda manifestarse.

Hoy les digo, Mis amados, que seguiré presente entre sus corazones; que, mes a mes, Mi Voz volverá a resonar en el mundo y que, de forma extraordinaria, daré impulsos a aquellos que aspiran a dar un paso en sus vidas.

Hoy les pido que confíen en la Presencia de los Mensajeros de Dios en la Tierra, porque podré manifestar en sus vidas aquello que guardan en sus esencias y que  ya es tiempo de que vivan definitivamente lo que ustedes verdaderamente son.

Hoy, sus pequeñas almas están cristalinas ante Dios, y retiro los velos de sus corazones y de sus consciencias para que, no solamente Dios, sino también cada uno de ustedes pueda reconocer lo que en verdad es y pueda descubrir cuál es la misión que vino a cumplir en este tiempo, por dónde deberá seguir, lo que deberá realizar, de qué forma debe dar sus pasos. 

Pregúntense, Mis queridos, y busquen constantemente, porque esta respuesta está disponible en sus pequeños corazones.

Bendeciré estas imágenes como símbolo de Mi Presencia, pero Me gustaría recordarles que Mi Presencia está en todo; que Yo no solo estoy en esta Comunidad, sino que también estoy en el corazón de todos aquellos que aspiran a manifestar una nueva vida.

Aquellos que abran los ojos podrán ver y sentir como Mi Corazón se aproxima y, en esta hora, se funde en sus esencias.

Les agradezco profundamente por abrir las puertas a Mi Sagrado Corazón. Que Mi Presencia esté eternamente entre sus vidas. Yo los amo y los bendigo.

Su amado Instructor, Padre y Compañero, San José

 

Canción: "Sagrada Familia".

 

Hermana Lucía:

Vamos a hacer un pequeño relato de la Aparición de hoy.

Cuando comenzamos a realizar la última oración del devocionario, las Puertas del Cielo hoy se abrieron de una forma diferente. Fue como si hubiera una explosión de Luz, y podíamos ver todo el camino que llevaba hasta el Paraíso. Por eso, en ese momento, nos levantamos y nos arrodillamos aquí, en el altar.

Comenzaron a llegar muchos ejércitos de ángeles. Delante de ellos, venía un Arcángel que fue dándonos las indicaciones de que primero se aproximaran las familias, después los misioneros, luego llamó a los tres hermanos que coordinan las Comunidades-Luz y, en seguida, llamó a todos para que vinieran.

En ese momento, San José apareció. Él irradiaba mucha alegría, estaba vestido todo de blanco, con una túnica blanca y un manto blanco que caía sobre los hombros. Él apareció con el Niño Jesús en Sus brazos y con Su Castísimo Corazón manifestado, rodeado de pequeños lirios. Mientras Él hablaba, Su Corazón irradiaba una luz brillante e intensa a todos nosotros.

A medida que Él hablaba de la casa de los misioneros, podíamos ver el barrio de San José y cómo Su Corazón se irradiaba hacia ese lugar, a esas casas, no solo a las casas de los misioneros, sino también a las casas que estaban alrededor.

Mientras Él iba llamando a las Comunidades; podíamos ver, no sabemos explicar cómo, a todos los hermanos de las Comunidades: a los residentes, a los monjes y a los estables que viven en ellas. Era como si este salón estuviera mucho más lleno que lo que está ahora. Su Consciencia comenzaba a ingresar en los corazones de esos hermanos y en los corazones de todos nosotros.

En un momento, San José mostró cómo Su Corazón comenzaba a crecer, y Él iba atrayendo a las almas de cada uno para que ingresaran en Su Corazón. Al mismo tiempo, una imagen se sobreponía sobre esa: Su Corazón se multiplicaba, pequeños Corazones de San José iban ingresando en el centro de cada uno de nosotros. Todo eso acontecía mientras Él pronunciaba Sus Palabras.

Al final, Él pidió que los niños de la Comunidad de Figueira elevaran sus imágenes. Él se aproximó un poco más y podía tocarlas con Sus propias manos, bendiciendo las imágenes.

Después, al final, Él bendijo también las flores y les pidió a aquellos hermanos que estaban aquí; los residentes de la Comunidad que para Él representaban semillas que ya crecieron, dieron sus flores y sus frutos y, en el caso de las familias, dieron nuevas semilla, que entregaran las flores de esas semillas como impulsos a cada uno de nosotros. Fue un trabajo realizado por San José, no sabemos bien lo que Él quiso realizar con esto, pero guardamos en nuestros corazones ese impulso dejado por Él.

San José confirmó que estará con nosotros, aunque no haya dicho por cuánto tiempo, todos los días 19 de cada mes.