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Mientras Mi amado Hijo entraba y salía de Jerusalén para predicar el Evangelio en el Templo, los ángeles del Cielo también entraban y salían, acompañando la tarea que Jesús realizaba espiritualmente.
Con la Presencia de Jesús en el Templo, los ángeles trabajaron en la captura de los demonios para que estos no interfirieran en lo que Mi amado Hijo viviría durante Su Sagrada Pasión.
Los propios ángeles retuvieron a diferentes grupos de demonios que atormentaban, castigaban y poseían a los inocentes para que, en su derrota, observaran inmóviles,cada momento de la Pasión de Nuestro Señor.
De la misma manera, cuando Jesús retornaba a Betania, esos demonios esperaban el próximo viaje de Mi amado Hijo a Jerusalén.
Días previos a la Última Cena, Jesús, unido al Arcángel Miguel, reunió a todos esos demonios para que, a través de un acto de humillación, tuvieran consciencia de saber que estaban siendo derrotados por el Amor del Hijo de Dios.
Todos los demonios fueron colocados, por las huestes del Arcángel Miguel, en sus propios abismos para que, desde allí, se purificaran y tomaran conocimiento de la victoria que el Hijo de Dios viviría por medio de Su muerte.
Por eso, en aquellos días hubo una revolución en los infiernos, los que eran quemados y disueltos por los grados de amor que Jesús despertaba en las almas. Así, los espíritus impuros fueron vencidos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Después que Jesús entró en Jerusalén, el Padre envió cientos de ángeles al servicio de Su Primogénito para que lo acompañaran durante Su ingreso en el Templo, lugar en donde Nuestro Señor le demostraría a la humanidad, el nivel de consciencia y precariedad en la cual se encontraba.
Fue el Propósito de nuestro Padre Eterno que Jesús contara con la fuerza y el poder de cientos de ángeles para derribar las viejas estructuras espirituales de las consciencias humanas, que se manifestaban a través de los comercios y de los negocios.
Cuando Jesús entró al Templo y vio que la Casa de Su Padre Celestial estaba rodeada por bajas y mundanas energías, Su Corazón dio la orden de expulsar a todos los ídolos materialistas que eran venerados.
El Hijo del Padre quiso declararles a todos la existencia de un Único Dios, el Dios del Amor.
Con la entrada de Jesús en el Templo de Jerusalén, Mi amado Hijo sabía que, desde ese momento, Él sería repudiado por haber retirado la vida materialista y ambiciosa de la Casa de Su Padre y por haber expulsado a todos los que, a través del Templo, sacaban sus provechos y eran infieles.
Aquel día, el Señor ya sabía que Su hora se acercaba; mientras tanto, las santas mujeres estaban en Jerusalén a la espera del gran acontecimiento después de la Última Cena del Señor.
Los ángeles anunciaban, en sueños, a los simples de corazón, que la derrota del reino de las tinieblas estaba próxima porque el Primogénito entregaría Su Santa Vida por la liberación absoluta de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Antigua Ley de la Purificación
Desde el primer día en que Mi Madre, María, Me presentó en el Templo del Señor, el sumo sacerdote reconoció ante sus ojos y ante los ojos de los más sabios, que se encontraba en presencia de la Pureza Virginal de Dios.
En un acto de humildad, San José Castísimo llevó como ofrenda al Templo dos palomas, las que misteriosamente representaron al Espíritu Santo durante la circuncisión de Jesús. A partir de ese día, la Ley de la Purificación se convirtió en la Ley de la Consagración para todos los seres.
Cristo, como Niño Rey, trajo el cambio profundo para la vida de todas las consciencias. Él fue el Mesías que anunció la liberación del pecado del pueblo y, en consecuencia, de la humanidad, por medio del poder del Amor de Dios.
Por eso hoy no temas por estar ante la actual Ley de la Purificación, porque quien aspira a la Vida del Infinito podrá alcanzar la consagración de su corazón a Dios.
Nadie llega al Padre sin antes haber pasado por la purificación de su cuerpo, de su mente y de su espíritu.
El Niño Rey desde su consagración en el Templo de Jerusalén, trajo la oportunidad de revertir los pecados y los aspectos de la vida mediante la compasión.
No se vean tan impuros, vean sus seres en el ciclo de la ardiente purificación de la vida terrenal.
Jesús Misericordioso es ese Manantial que los lavará y al mismo tiempo les mostrará todo lo que deberá ser purificado por el alma valiente que se anime a vivirlo.
Están en un tiempo de profunda redención de los pecados capitales, por eso afirmen su fe en el Señor Dios Todopoderoso para que Cristo reciba el permiso de liberarlos y de auxiliarlos durante la gran purificación.
Ofrezcan sus miserias al Universo.
Hoy, los invito a ingresar en el templo de la purificación para que más almas se consagren pronto al precioso Plan del Creador.
Bajo el Bien del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por purificarse a través de Mi Amor Redentor.
Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más