- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Como Señora y Madre de todo el universo, Me digno a descender a su amado planeta para despertarlos al propósito de la Tarea mayor.
Cerrando las puertas al mal, los corazones recapacitan y son colocados delante de su tarea espiritual e interna, pues llegó el tiempo y la humanidad necesita urgentemente de columnas sólidas para llevar adelante el Plan de la Divinidad.
Esa corriente de Luz no puede ser interrumpida ni cortada por nadie. La oración del corazón los mantendrá unidos a ese Principio Divino y así conseguirán dar los esperados pasos en la consciencia.
Hijos, sabían que el tiempo del Armagedón llegaría. Ahora, encuentran en sus caminos y en sus familias seres hipnotizados por la ilusión moderna de este mundo, y nadie consigue percibir la ausencia del espíritu de la paz.
Sabían que estos tiempos llegarían; por eso, fueron llevados a comprender la Voluntad de Dios, y ahora es necesario e imprescindible que la puedan vivir plenamente.
Hijos, sabían que estos tiempos llegarían. El Padre espera que sean sagrados receptáculos en donde los Rayos de Misericordia puedan derramarse y ser parte de la vida de cada alma.
Queridos hijos, sabían que estos tiempos llegarían. Mientras las cosas más difíciles suceden en esta última humanidad, su Padre Eterno atiende las emergencias, porque si no las atendiera, ustedes no tendrían percepción de las cosas ni de sus realidades y perderían así el sentido de la misión interior.
Ahora, el tiempo indica transparencia en la labor, fueron llamados para participar de la Obra de su Madre Celeste. La necesidad crece y debe ser suplida.
El universo cuenta con la consciencia de todos. Mi Hijo espera poder derramar Sus Dones de Misericordia sobre todos. Con atención, busquen ese Legado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva a la esencia del Propósito,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En tiempos de batalla, que reine la paz del corazón.
Que entre Mis soldados reine la unidad, para que así el enemigo no ingrese por ninguna brecha.
Que en el tiempo del Apocalipsis puedan escuchar Mi Voz y prepararse, para que algún día sientan la paz, igual que los oídos que escuchan una cálida melodía.
Hoy, queridos hijos, he venido en esta hora crítica para apartarlos del peligro y de la inseguridad que Mi adversario despierta a través del desorden humano.
Por eso, como en la victoria de Cristo en la Cruz, su Madre de las Siete Espadas se coloca en sus caminos para guiarlos y retirarlos de la adversidad y del peligro inminente que crea Mi adversario.
Su Madre Celeste enfrenta las primeras batallas con Su enemigo, para impedir la destrucción espiritual de los corazones, para evitar que las almas pierdan la fe en Dios y en Su Plan.
Por eso, los ejércitos de la Madre del Mundo se preparan para responder a situaciones inesperadas y no planificadas. Como verán, Mis hijos, el ritmo de los acontecimientos cambió y será a través de esas experiencias inesperadas que ustedes se transformarán en esencias de sacrificio y de entrega permanente para que, hasta el alma más distante de Dios, la más pecadora y condenada, encuentre Su Misericordia.
Hijos amados, no se desesperen. Sé que es difícil para sus vidas vivir tantos inesperados cambios, pero sepan que Yo Me he comprometido con Mi Hijo a retirarlos del peligro y del engaño que Mi adversario infunde en todo el colectivo de la humanidad, en lo que Yo llamo de tendencias y modernidades.
Los últimos acontecimientos han comenzado a desencadenarse entre el Cielo y el caos, y por todas las almas o por solo una, todo está permitido.
Síganme, Mis ojos no dejan de observar sus pequeños pasos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los protege más que nunca,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En el curso del servicio que está aconteciendo en África, Uganda es la nación que más necesita de oración, de adoración y de conversión. Por eso, en estos días en los que Mis hijos misioneros se encuentran trabajando en el corazón de África, pido a todos los grupos de oración que dediquen un momento de meditación por la paz en África y principalmente por las almas que son olvidadas.
A través de esta oferta vuestra, hijos Míos, vuestra Madre de Kibeho podrá recibir el permiso para dar ayuda espiritual a un cierto número de almas, que en esta vida pagan el precio de los errores cometidos durante años enteros.
Vuestro Lucero Universal, vuestra Santísima Madre, ha recorrido las regiones de Kampala y de los pueblos aledaños para derramar Sus Gracias en los corazones que, desde hace tiempo, están clamando por redención y liberación.
Ustedes, Mis hijos de América y del mundo, saben que Uganda es condenada todo el tiempo por la enfermedad y por todo aquello que producen las acciones de los hombres, que dicen ser más sabios que Dios. Esas acciones ingratas paralizan la evolución espiritual de la humanidad entera. La adhesión a las modernidades, a los placeres y a los gustos descontrolados hace perder y desvanecer el camino de la espiritualidad. Y son pocos, hijos amados, los que en verdad trabajan día y noche, y hasta luchan contra sí mismos para mantenerse dentro de la Ley de Dios y de Su Universo de Amor.
Queridos, estos son los tiempos del Apocalipsis, por eso recen Conmigo, vivan la oración como parte del camino de la salvación y de la redención y no se engañen más a ustedes mismos. Dios espera que, a través de vuestros pequeños sacrificios y oraciones diarias, el mundo alcance la Gracia de la liberación final.
Para eso, misioneros Míos, ustedes deben viajar a lugares remotos y olvidados como lo es África, para intentar despertar en los propios pueblos un mínimo de interés por ayudar al prójimo y mirar por un instante lo que sucede alrededor.
Hijos Míos, Uganda es la nación más marcada por la degeneración de la vida de las almas. Ruanda es la nación marcada por la soberbia y la conquista y Congo ha sido la nación que nunca ha encontrado la paz; y todos ustedes, como humanidad, son parte de esta realidad dolorosa. Ya no podrán decir que eso solo lo viven otros hermanos, ya no podrán estar ciegos ante una realidad que desborda.
Hijos Míos, humanidad Mía, ¡despierten!, antes de que la bestia salga de su abismo para barrer las últimas estrellas. Yo les hago un llamado a la consciencia porque los tiempos urgen.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los convoca para amar a través del servicio,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Es el arrepentimiento desde el corazón el que los llevará a la cura y a la redención de los propios aspectos, aquellos que forman parte de la vida terrestre.
Mi principal llamado en Kibeho fue para hacer recapacitar a la humanidad a través del reconocimiento de sus pecados y del arrepentimiento consciente; esto no sucedió en Ruanda porque la soberbia y el considerar como propia la cultura de aquel lugar llevó a toda la nación a un destino sangriento.
Fui a Kibeho para intentar evitar esta grave tragedia, la que ya es historia, pero que aún no se ha curado en el corazón de Mis hijos ruandeses. Ellos no vivieron el amor, lo olvidaron y solo se encaminaron a defender la cultura y la realización de sus obras personales.
He aquí la gran falla de esta humanidad, llevar adelante sus propias ideas y principios modernos y después terminar en los abismos, llevando a millones de almas a la desesperación y al dolor.
Por eso, hijos, en Kibeho, la Señora del Verbo intentó hacer comprender que en la existencia de un Único Dios todos debían obedecer a la Voluntad Divina para que no reinara el caos y se manifestara el espíritu de la paz. Pero en aquellos momentos fue todo lo contrario, y la humanidad de aquel lugar prefirió hacer oídos sordos al llamado urgente que venía directamente de la Reina del Cielo.
Hoy, hijos Míos, les enseño a conocer los caminos desviados y confusos que recorre vuestra humanidad y cómo la arrogancia y la falta de humildad interior delante de la Voluntad Divina, modifica el destino y el porvenir espiritual de una nación entera.
Aunque en Kibeho las revelaciones transmitidas fueron bien claras y precisas, solo un pequeño grupo acompañó en fidelidad el llamado a la conversión, a la oración y al arrepentimiento.
En esta era, en la cual continúan sucediendo acciones graves de parte de la humanidad, y la vida de un hermano es quitada por las propias manos de otro hermano, el mundo se apaga y pierde su inocencia sin dar lugar para recibir una ayuda mayor.
Por eso Mi Hijo Me envía para estar entre ustedes, para que comiencen a vivir conscientemente el tiempo de vuestra purificación y para que todos los autoconvocados, por el Universo Misericordioso de Dios, se preparen para enfrentar el fin de un tiempo.
La constancia y la fidelidad absoluta del pueblo de Ruanda hubieran evitado la sangrienta tragedia. Ahora, aunque muy pocos en verdad escuchan el llamado de Dios, vuestra Madre Celeste los invita por última vez a vivir la fidelidad ante el Plan Mayor, que los llama a realizar todo lo posible en lo que parece imposible.
El espíritu de la oración y del perdón serán las llaves matrices para que, en el final de los tiempos, se concrete el Plan del Altísimo. Para eso vengo desde el Universo a ayudarlos, para redimirlos y colocarlos activos en el servicio inmediato por la paz.
¿Quién se animará a seguir a la Reina del Cielo?
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los unifica en el Corazón del Padre Celestial,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que en tiempos de Apocalipsis solo vivan en la fe del corazón.
Por eso, hijos, que vuestras almas confirmen al Padre Celestial el sentimiento absoluto de confianza y de amor, que cada uno de ustedes tiene por el Creador.
Hoy derramo sobre vuestros espíritus el poder Creador del Amor de Dios, algo que la humanidad olvida buscar y practicar con el corazón.
En estos tiempos, será el Amor Vivo de Dios que los ayudará a soportar el ciclo de los cambios internos, que llegará para todos sin excepción.
Hijos Míos, busquen el Amor de Dios a través del Amor que Cristo incansablemente les ofrece todos los días. Por eso, Mis manos hoy tocan vuestros corazones para encenderlos en la Luz del Amor del Creador, en el Amor que confía, en el amor paciente, en el amor renovador.
Tomen en vuestras manos el rosario y recen con amor, pues eso los liberará de todo mal y no sufrirán el acecho de las artimañas del enemigo.
Con vuestros corazones en la fe soportarán toda prueba y perturbación y, cuando les llegue el tiempo de enfrentar vuestra purificación, el poder de vuestros rezos los habrá hecho mansos y pacificadores en el Corazón de Cristo.
Permitan, Mis amados niños, que vuestras deudas sean aliviadas y perdonadas.
Confíen siempre en la Misericordia de Dios y no pierdan tiempo en los problemas superficiales.
A pesar de las graves situaciones que vive la humanidad, Yo les traigo la oportunidad definitiva de poder alcanzar la santificación interior.
Todo indica que algo deberá suceder en estos tiempos. Las leyes Universales, que brotan del Corazón de vuestro Padre Celestial, se están conjugando para que la armonía que le falta a este mundo se pueda manifestar.
Solo a través de la determinación abrirán la puerta correcta para que la humanidad entera no pierda la oportunidad de recibir la Misericordia de Mi Hijo.
Siempre los amparo con Mi Amor.
Vuestra Madre reza por ustedes, para que algún día sean aquello que vinieron a ser: ser dignos en el Señor y en Su Insondable Amor.
Recen por aquellos que, influenciados todo el tiempo por las modernidades, están presos en las tecnologías y pierden el hilo interior de luz que los une al Amor de Dios y están presos en las tecnologías.
Sean aquello que Mi Hijo espera: sean apóstoles del amor y de la redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los convoca para amar de corazón y de alma,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras el mundo sufre las consecuencias de sus propias acciones, vengo a traer Misericordia para los que se abran de corazón.
Mientras muchos están ciegos, hijos Mios, vengo a abrir los ojos de aquellos que aún pueden recibir una nueva oportunidad y que la aceptan.
Mi Corazón viene para anunciar al mundo el último tiempo de Salvación. Todavía hay posibilidades para aquellos que no conocen a Dios, pero muy poco es, queridos hijos, lo que la humanidad genera como mérito para el rescate de este mundo.
La realidad aun no tocó vuestras vidas, solo vuestras mentes. Muchos tienen conocimiento de los tiempos que llegarán, pero casi ninguno de ustedes comprende verdaderamente lo que está ocurriendo con la humanidad, con los reinos de la naturaleza y con el planeta.
Aquel que sabe realmente y que comprende Mis palabras y Mis intenciones, no mide esfuerzos para estar Conmigo, no piensa antes de dejar todo para entrar en oración cuando el tiempo anuncia que llegó la hora de orar.
Ya no sé con qué palabras decirles, Mis amados, o cómo hacerles sentir lo que siente Mi Corazón al llegar a este mundo.
Busco almas que estén en oración verdadera y no solo verbalmente; almas que oran con el espíritu y con el corazón, para equilibrar la indiferencia de este mundo para con Dios.
Falsos dioses surgen permanentemente en este mundo. Las modernidades y los placeres mundanos se están convirtiendo en la meta de adoración de los hombres. Todo esto perecerá con el primer soplo de la Justicia Divina, no quedará nada consolidado en la consciencia de gran parte de la humanidad.
De todas las formas les anuncié, en todos los siglos les advertí, pero ¿quién escuchó Mi voz? ¿Quién cambió definitivamente la meta de su vida? ¿Quién renunció a las ilusiones de este mundo, para dar verdadera importancia a lo que encontrarán en el próximo?
Mis amados, este es el mundo al cual llegan las almas para definir su evolución. Muchos no percibieron que están delante del último Llamado y que las trompetas ya están sonando, anunciando el último tiempo. La Voz del Creador resuena por medio de Sus ángeles y arcángeles que gritan a la humanidad adormecida: ¡Despierten! ¡Despierten!
¡Qué sueño tan profundo arrebató a la humanidad! ¿En qué andan los ejércitos del Señor?
A los que Me escuchan, Yo les clamo: ¡entren en oración! Entren en perpetua oración, pues el mundo entero la necesita. Enseñen a sus hijos a orar, enseñen los verdaderos valores que deben cultivar en sus pequeñas almas. No dejen que se pierdan los niños y jóvenes, esta es su última oportunidad de redención, ya no habrá otra para el mundo. Esta escuela está en al final de su ciclo, un nuevo tiempo se anuncia.
Los que no escuchen el último llamado, perderán la barca y se perderán en el mar de las ilusiones del mundo.
Escuchen Mi voz que clama.
A los que responden a Mi llamado, les pido que no se cansen jamás, que persistan en oración, servicio, donación y amor. Sean fraternos, sean puros de corazón. Generen méritos para el equilibrio de este mundo.
Yo les agradezco por escuchar Mi llamado y por venir al encuentro de Mi Inmaculado Corazón.
Es tiempo de difundir la Paz en el mundo.
Yo los bendigo.
María, Madre y Reina de la Paz
Para estos tiempos de pruebas, de confirmaciones y de entregas, Yo los invito al camino de la superación. Vuestro Padre Eterno contempla con atención los pasos ciertos y seguros que todos Sus hijos amados están dando para este tiempo de crisis espiritual y material.
Vengo en este día para anunciarles un nuevo ciclo, después de todos estos años compartidos Conmigo a través de las sagradas instrucciones del Cielo que Yo les he entregado.
Queridos hijos, he venido en peregrinación a Santa Fe para recordarle a la humanidad que en estos tiempos solo la fe y el camino de la oración permanente los salvará. Ahora, Dios Me ha pedido que Sus hijos queridos aprendan a descubrir el universo del crecimiento interior por medio de las pruebas y de las experiencias.
Antes de que el enemigo los quiera quitar del camino, Yo he venido a rescatarlos, trayéndoles este importante mensaje de preparación para el final de los tiempos. Ustedes, Mis amados hijos, son llamados para formar un ejército de oración y de luz, capaz de ser receptáculos para las energías divinas y supremas. Pero para que eso sea posible, Yo he venido a anunciarles como síntesis espiritual el tiempo de vuestra transformación y purificación.
Toda la humanidad se encuentra hipnotizada y sonámbula, debido al efecto nocivo de las modernidades y de los avances humanos. Les pido, en nombre de Mi Hijo, que no teman desprenderse de aquello que los lastima artificialmente por dentro. Que vuestra verdadera comunicación sea con Dios y todo el Universo Mayor.
Si las almas en verdad buscaran la unión con lo Alto y lo Supremo, muchas circunstancias no pasarían en la vida material de Mis hijos. Para este siglo definitivo, como ya les he dicho, vengo para desatar el gran nudo de la inconsciencia y de la falta de atención.
Como Vuestra Madre Celestial, deseo que den los pasos al despertar de una nueva vida, unida a toda la Creación Universal a la cual pertenecen. Mi urgencia es sacarlos del sueño que generan las modernidades y la falta de conexión con las Leyes Supremas.
Todos ustedes nacieron para vivir en la felicidad y el amor; el desorden del mundo y la falta de equilibrio generaron efectos irreversibles en la vida de Mis hijos y muchos fueron conducidos por el camino de la tristeza, del dolor y de la enfermedad.
Dios Me ha pedido avisarles por última vez, que el Cielo se abrirá para recibirlos a todos; Él derramará las Gracias y las bendiciones sobre todos los que no las merecerían.
Por eso, hijos, con valentía enfrenten este último ciclo de duras pruebas y confirmaciones, para que pueda florecer en ustedes la luz de Cristo.
Aguardo día y noche por ustedes y desde el Cielo oro por todos, para que la mayoría de Mis queridos hijos comprendan que llegó la hora de dejar de pensar en sí mismos, para comenzar a pensar en el mundo y en la necesidad de servicio y de oración por esta última humanidad.
De esa forma Mi Corazón se ofrece a ustedes, para que en consciencia y entrega reconozcan la Voz de Dios, la que resuena en el Universo y los llama al despertar.
En este último mensaje mensual, los invito a realizar una recopilación de todos los mensajes, para que puedan vivirlos y practicarlos, así podrán estar preparados para lo que vendrá.
Por este encuentro de Dios, quedemos unidos en oración para estos momentos.
Les agradece por la atención interior,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz
En estos tiempos de pruebas, de confirmaciones y de entregas, Yo los invito al camino de la superación. Su Padre Eterno contempla con atención los pasos ciertos y seguros que todos Sus hijos amados están dando en este tiempo de crisis espiritual y material.
Vengo en este día para anunciarles un nuevo ciclo, después de todos estos años compartidos Conmigo a través de las sagradas Instrucciones del Cielo que Yo les he entregado.
Queridos hijos, he venido en peregrinación a Santa Fe, para recordarle a la humanidad que en estos tiempos, solo la fe y el camino de oración permanente los salvará.
Ahora, Dios me ha pedido que Sus hijos queridos aprendan a descubrir el universo del crecimiento interior, por medio de las pruebas y de las experiencias.
Antes de que el enemigo los quiera sacar del camino, Yo los he venido a rescatar, trayéndoles este importante Mensaje de preparación para el fin de los tiempos.
Ustedes, Mis amados hijos, son llamados a formar un ejército de oración y de luz, capaz de ser receptáculo de las energías divinas y supremas.
Pero para que eso sea posible, Yo he venido a anunciarles como síntesis espiritual, el tiempo de su transformación y purificación.
Toda la humanidad se encuentra hipnotizada y sonámbula debido al efecto nocivo de las modernidades y de los avances humanos. Les pido, en nombre de Mi Hijo, que no teman desprenderse de aquello artificial que los lastima por dentro, que su verdadera comunicación sea con Dios y todo el Universo Mayor.
Si las almas en verdad buscaran la unión con lo Alto y lo Supremo, muchas circunstancias no pasarían en la vida material de Mis hijos. En este ciclo definitivo, como ya les he dicho, vengo para desatar el gran nudo de la inconsciencia y de la falta de atención.
Como su Madre Celestial, deseo que den los pasos hacia el despertar de una nueva vida unida a toda la Creación universal a la cual pertenecen. Mi urgencia es sacarlos del sueño que generan las modernidades y de la falta de conexión con las Leyes supremas.
Todos ustedes nacieron para vivir en la felicidad y en el amor. El desorden del mundo y la falta de equilibrio generaron efectos irreversibles en la vida de Mis hijos y muchos fueron conducidos, por sí mismos, por el camino de la tristeza, el dolor y la enfermedad.
Dios me ha pedido avisarles, por última vez, que el Cielo se abrirá para recibirlos a todos, él derramará las Gracias y las bendiciones sobre todos los que no las merecerían.
Por eso, hijos, con valentía enfrenten este último ciclo de duras pruebas y confirmaciones, para que pueda florecer en ustedes la Luz de Cristo.
Aguardo día y noche por ustedes y desde el Cielo oro por todos, para que la mayoría de Mis queridos hijos comprendan que llegó la hora de dejar de pensar en sí mismos, para comenzar a pensar en el mundo y en la necesidad de servicio y de oración por esta última humanidad.
De esa forma, Mi Corazón se ofrece a ustedes, para que con consciencia y entrega reconozcan la Voz de Dios, la que resuena en el universo y los llama al despertar.
En este último Mensaje mensual, los invito a realizar una recopilación de todos los Mensajes para que puedan vivirlos y practicarlos, así podrán estar preparados para lo que vendrá.
Por este encuentro de Dios, quedemos unidos en oración para estos momentos.
Les agradece por la atención interior,
Vuestra Madre María, Reina de la Paz
Mis pequeños amados:
Hoy, traigo, desde el Cielo, Gracias para todos Mis hijos, Gracias que Dios Padre ha permitido derramar sobre los espíritus que están sedientos y que aspiran a encontrar en Mi Corazón un lugar de refugio y de renovación.
Por eso, hoy, de una forma simple, ruego en oración que todos Mis hijos, presentes aquí y en sus hogares, abran nuevamente el corazón a la Madre del Cielo que viene a auxiliarlos y a traerles la Buena Nueva del Retorno del Redentor.
Amados Míos, que han estado alejados de Dios sin percibirlo, inmersos en las modernidades del mundo y dormidos espiritualmente, Yo vengo hoy para ofrecerles Mis brazos de Madre corredentora, aquella que quiere darles Su Corazón para que el Amor de Dios sea un hecho en sus vidas.
He venido hasta aquí para rescatar a Mis hijos del sueño en el que están inmersos, sueño que no les permite ver la Luz de Dios en sus mundos internos.
Para aquellos que quieren salir del letargo en el que se encuentran, Yo tengo una Gracia para sus vidas y la de sus familias. La Gracia que lo convertirá en un servidor del Plan de Dios para esta humanidad; la Gracia de convertirse en un soldado mariano, un alma que ore junto a Mí y junto a sus hermanos por la redención de esta Tierra y de toda su raza, para que aquel acto de Justicia Divina, que está escrito para la humanidad, se pueda aliviar.
Hijos queridos, Mis lágrimas expresan Mi dolor por ver cómo Mis queridos hijos se pierden todos los días sin siquiera percibirlo, en la ignorancia y el sufrimiento, y la maldad poco a poco se va apropiando de sus vidas.
Pero mientras Yo esté con ustedes, nada deberán temer, solo deberán estar unidos a Mí en confianza, que Yo colocaré Mi Manto maternal de amor y protección sobre ustedes.
Quiero que comprendan, hijos queridos, que este planeta está naufragando en el mar de la ilusión y que necesita de un gran despertar que disuelva esa ilusión y devuelva al corazón de Mis hijos esa unión sagrada con el Padre Creador, esa unión que se ha perdido.
¿Quién de ustedes responderá al llamado de Mi Corazón?
¿Quién de ustedes Me abrirá la puerta de su ser, para que Yo pueda amarlo y protegerlo, instruirlo y convertirlo en un soldado de Mi ejercito mariano?
¿Quién de ustedes permitirá que lo lleve de la mano hacia el Corazón bendito de Cristo, el Redentor y Salvador, que llegando está?
¿Quién de ustedes se animará a comenzar una nueva vida, llena de desafíos espirituales y de una gran esperanza, la de que en Dios todo puede cambiar?
¿Quién de ustedes querrá trabajar arduamente para que los que vienen detrás puedan vivir en una Nueva Humanidad, donde la fraternidad verdadera, el amor a Dios y a toda Su Creación, sea la premisa de la evolución para esta raza?
¿Quién, hijos Míos, quién Me dará un sí pleno de confianza para que Mi poder liberador toque su alma y le de una vida nueva?
Acércate a Mi Corazón, querido hijo, querida hija, que aquí está tu Madrecita del Cielo que viene a recordarte que eres un hijo de Dios al servicio de Su Plan de Paz y de Amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado de Madre y por estar hoy Conmigo!
Los amo y los bendigo siempre,
María, Madre de Dios y Reina de la Paz
Por la Gracia Suprema que ustedes reciben directamente de Mi Corazón, recen por aquellas almas que, aun estando con vida, están presas en las cárceles del enemigo y no consiguen ver el esplendor de Mi Divina Misericordia.
Yo les aseguro que en los próximos tiempos se quebrarán las cadenas que oprimen y llevan al pasado a millones de corazones del mundo, porque el Sumo Sacerdote del Amor será visto por muchos. Él vendrá entre las nubes anunciando la redención del mal en la Tierra y el establecimiento de la Eterna Paz en quienes la han perdido por diferentes razones.
Para ese gran momento, Mis discípulos deberán estar atentos y preparados, para no cambiar en la última hora Mi Presencia Gloriosa por las modernidades astutas que el enemigo logró sembrar en la consciencia de la humanidad.
Cuando llegue el Hijo de Dios, las malignidades que someten a las almas de Mi Padre serán expulsadas, y esas almas se rehabilitarán en el cenáculo del amor y del perdón. No quedará piedra sobre piedra, como una vez Yo lo anuncié. Todo lo que parezca estar lejano de los ojos de los simples se revelará y nunca más una mentira impedirá el despertar amoroso de un cálido corazón.
Aquellos que con inteligencia y devoción se unan a la Coronilla a Mi Divina Misericordia, sabrán qué pasos dar para no perder el sentido del camino espiritual. Y al fin, la Religión de Mi Padre será una sola, la Religión del amor, de la humildad y del perdón.
Nadie quedará sin saber que Yo retornaré pronto, en breve. Aquellos que Me negaron serán transmutados por el Fuego Poderoso de Mi Amor.
Ahora, antes de que la barca de la humanidad naufrague, sostengan con su fe las antorchas que iluminan el mar oscuro deste mundo. Pronto surgirá en el firmamento universal el Sol eterno que iluminará la vida de los que siempre tuvieron fe en el Regreso del Hijo de Dios.
Bajo el Bien y la Paz de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Profecías con atención.
Cristo Jesús
Cuando los Cielos se abren hacia la Tierra, se abre para el mundo una posibilidad de Redención.
Cuando Mis pies tocan este suelo, una vez más traigo a la humanidad todos los códigos que existen en el Reino de los Cielos.
Cuando abro Mis brazos y permito que de Mi Corazón fluya el Amor que recibo de Dios, derramo sobre las criaturas el verdadero Mensaje del Creador, que es Su Amor puro y Su Eterna Gracia.
Cuando las pequeñas criaturas responden al Universo, orando y vigilando en devoción, una luz se enciende en la Tierra y el Creador contempla entonces el fervor de Sus criaturas y comprende este llamado como pedidos de auxilio de toda la humanidad.
Mis amados, para Nuestro Señor y Dios, nada está separado, el paso de uno de Sus hijos es el paso de todos. De la misma manera, un paso que no se da es una oportunidad perdida por todos los hombres.
Aquellos que oran con amor y Me dicen sí, renovándose día a día, permiten que mes a mes Mi Corazón retorne al mundo e interceda por toda la humanidad.
Cuando les digo que contemplo el surgimiento de una nueva raza, es porque veo en vuestros corazones crecer la semilla que Dios plantó en el origen de la creación y que ahora, Sus Jardineros hacen crecer y florecer.
Como ya les he dicho, Mis amados, cada uno tome como suyas Mis palabras y siga el camino de Redención. Cada uno responda, por sí y por toda la humanidad, a este pedido de Paz y, si buscan la Paz en el mundo, cada uno sea pacificador de su propia vida.
Las grandes conquistas del mundo se alcanzan a través de las acciones más simples, no obstante, verdaderas; acciones que realizan con el corazón y con la intención de que sean irradiadas a toda la consciencia humana.
Mis amados hijos, cada uno de ustedes forma parte de un único Proyecto Divino. Proyecto que se torna posible a través de la vida de Mi Hijo Jesús. Ahora es el momento de imitar Sus pasos y de vivir en los tiempos modernos esta conversión.
Cada uno de ustedes debe contemplar en el corazón el propio camino de imitación de Cristo, permitiendo que Dios les muestre cuál es Su voluntad para este tiempo y cómo encontrarán el camino crístico en los tiempos actuales.
Hijos Míos, ya no sostendrán más una cruz de madera, sino una cruz de vicios y de modernidades, una cruz invisible de energías capitales.
Ya no caminarán más para convertir a los pecadores y curar a los ciegos del cuerpo, sino que se convertirán a sí mismos, y por medio del ejemplo curarán a los ciegos de espíritu y a los desamparados de corazón.
Podrán no tener apóstoles a través de la palabra ni tampoco serán perseguidos por los fariseos, pero encontrarán a aquellos que despertarán gracias con sus oraciones y que seguirán el camino crístico construido por lo invisible de sus intenciones y por el silencio de sus corazones; aunque, sí, serán perseguidos por todas las ilusiones y placeres que el mundo les ofrece, por toda la tecnología y por las modernidades que pretenderán distraer sus almas y apartarlas del camino de Dios, con la excusa de que este es un camino ya superado.
Mis hijos, encuentren en sus vidas el apostolado del nuevo tiempo y, con el estudio del Evangelio, procuren vivirlo hoy, encontrando los pasos de Cristo en sus vidas.
Escuchen la voz del Maestro que sigue resonando en el mundo, sigue tocando los espíritus y despertando las esencias que deben recordar el compromiso que asumieron con Cristo y la promesa que hicieron a Dios de estar en el final de los tiempos implantando, en medio del caos, una raza de Cristos, que caminará contra la corriente de la humanidad adormecida y florecerá en el desierto del amor, como un milagro de conversión.
Así deben ser sus vidas -el verdadero milagro que Dios alcanzó en el Universo- una raza que surge del dolor y del sufrimiento y enciende la antorcha de la Redención, venciendo la oscuridad que pretende derrotarlos y, entre todo el odio y toda la guerra que alimenta el enemigo en el corazón de los hombres, vence el Amor depositado por Dios en Sus criaturas.
El Amor es imbatible y la Misericordia todo lo alcanza en los corazones que dicen sí.
Les agradezco por aceptar seguir este camino de conversión y de vida.
Yo los bendigo,
María, Madre y Reina de todos los pueblos y del mundo entero
Fray Elías del Sagrado Corazón: Antes de Su Aparición diaria, el Maestro se manifestó caminando en una comunidad indígena en Brasilia, Distrito Federal, Brasil. Él estaba ayudando a los pueblos originarios; luego llegó hasta noso tros y nos transmitió Su mensaje.
Queridos hermanos:
Ustedes saben que, ahora y siempre, la humanidad entera forma parte del Manantial Inacabable de Mi Divina Misericordia.
Mi Corazón quiere derramar Sus Gracias, no solo en el mundo entero sino, de forma especial, sobre todos los pueblos originarios que surgieron desde el principio del Proyecto de Dios.
Con tal fin, hoy les entrego un nuevo ejercicio de devoción, el que ayudará a conservar y proteger la cultura espiritual y amorosa de todos sus hermanos originarios. Ellos también son merecedores, en estos tiempos, de Mi Divina Misericordia. Todos los religiosos y devotos que recen este devocionario podrán canalizar muchas Gracias sobre la consciencia de todos estos pueblos; espiritualmente, ellos están necesitando recuperar su identidad ante Dios, la identidad y la pureza que fueron interferidas por las modernidades del mundo actual.
Yo les pido que el Sagrado Devocionario al Corazón de Jesús por la Consciencia Indígena sea rezado con fervor los lunes, miércoles y viernes y, de forma especial los miércoles, junto al Devocionario a las Cinco Sagradas Llagas de Jesús² . Esto tendrá repercusiones espirituales importantes en el Cielo y Yo prometo estar atento a la voz de sus súplicas.
Este sagrado devocionario tiene la finalidad de proteger, por intermedio del Sagrado Corazón de Jesús, a todas las consciencias originarias, a las cuales ustedes llaman Consciencia Indígena.
Desde cuando Yo estuve en la Tierra, el Padre Me confió la revelación de la existencia de todos estos hermanos en América.
Después de Mi Obra en Medio Oriente, Yo prometí llevar Mi Misericordia a América, con el fin de que este continente se consagre al Inmaculado Corazón de María.
Este devocionario, podrá rezarse cuantas veces el alma sienta la necesidad de unirse a Mi Propósito de Salvación de la sagrada consciencia indígena.
Sagrado Devocionario al Corazón de Jesús por la Consciencia Indígena
En las cuentas de unión deberán orar:
Por la Fuerza Invencible
del Sagrado Corazón de Jesús,
Padre Amado,
atiende y escucha nuestras súplicas.
Amén.
En la primera decena repetirán:
Por la Fuerza Invencible
del Corazón de Jesús,
todos los pueblos son rescatados.
En la segunda decena repetirán:
Por el Poderoso Fuego
que brota del Corazón de Jesús,
todos los pueblos son salvos.
En la tercera decena repetirán:
Por la Luz Insondable
que emana del Sagrado Corazón de Jesús,
toda la Consciencia Indígena es amparada.
En la cuarta decena repetirán:
Por la Sublime Llama de Amor
que irradia el Sagrado Corazón de Jesús,
todos los pueblos originarios son reconciliados.
En la quinta decena repetirán:
Por los Sagrados Méritos alcanzados por Jesucristo
durante Su Pasión en la Cruz,
Amado Padre, únenos ahora y siempre.
Buena experiencia de amor y de oración por sus hermanos.
Bajo la Gracia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por responder al comando de Mi Corazón.
Cristo Jesús
Al final del mensaje le preguntamos al Maestro: ¿Por qué tantas pautas de oración para nosotros? Cristo respondió:
La cantidad de oraciones transmitidas es proporcional a la necesidad de luz en el mundo.
2. Ver mensaje del día 13 de junio de 2013.
Guarden sus esencias en Mi Corazón porque en ese Corazón Poderoso, el mal no los encontrará. No teman por los embates que puedan recibir, Mis ovejas, porque Dios siempre las protegerá bajo la intercesión de Sus Mensajeros Celestiales.
Caminen por la senda de los desafíos y del sacrificio que se les están presentando en sus vidas y beban Conmigo del cáliz que en estos tiempos les estoy sirviendo por amor y misericordia.
Que nadie desespere, pero que vigile; que el alma vigile Conmigo porque no son tiempos normales y muchos deberán despertar del sueño que les han tejido las modernidades del mundo, como por ejemplo, la competencia.
Las mejores llaves para vencer las batallas son el amor y la oración, un camino desconocido para aquellas consciencias que aún se deben redimir. La unidad marcará la próxima senda
que deberán recorrer, por eso será importante responder de manera inmediata a las necesidades que se presenten.
Estén atentos a aquellos que intentarán hacerse pasar por Mí, porque la Tierra, el mundo de ustedes en su totalidad está en redención. Sostengan con sus manos la bandera de la victoria de Mi Luz y por más que el viento del enemigo los intente hacer caer, no teman, llamen por Mi Nombre que corresponderé rápidamente a su necesidad.
El tiempo profetizado se está cumpliendo, por eso vayan al encuentro con el mundo de manera cuidadosa y orante para que Mis seguidores sean transparentes como el agua e invisibles como el silencio.
Estoy con ustedes porque la definición de los rebaños ya está llegando. En el amor preparen Mi Camino de retorno para que pronto pueda entrar en sus casas. Espérenme, porque llegaré en el silencio de la noche.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por interiorizar Mis Palabras en el corazón. Cristo Jesús, el Consolador
Mi Corazón hoy siente y recibe el abrazo del amor de ustedes. Hoy Mi Corazón reza, reza por el mundo y en el silencio contempla el gran momento para las almas. Por eso Mi Sacerdocio Pastoral congrega en la oración a los creyentes y a los no creyentes, porque el Inmaculado Corazón prepara y gesta el templo interior en los corazones, corazones en los que intentará residir el Sagrado Corazón.
Queridos Míos, en un segundo día de vigilia en el que recibirán la presencia virginal y maternal de la Madre del Mundo, les pido que a partir de ahora cultiven en ustedes un corazón manso, un corazón confiado que llevará grabado el estandarte poderoso de Mi Corazón para lograr la victoria del Reino de los Cielos en los reinos opacos de la Tierra.
Sobre todas las cosas y situaciones les pido que contemplen, en la Naturaleza y en los Reinos, la grandeza que ha creado Mi Padre. Todo espacio manifestado por el Todopoderoso debe ser contemplado con amor y devoción, porque la Creación también deberá ser el motivo de su perpetua oración del corazón.
Si contemplan la Creación, también esa Manifestación Divina de Mi Padre volverá a ser salva. Algunos de Mis nuevos discípulos también deberán llevar la antorcha de la paz y del amor para que todos despierten al momento urgente que como humanidad están viviendo.
Es imprescindible velar por todo en vigilia y oración, de esa manera Mi Corazón se complacerá en escuchar sus voces y de contemplar la belleza de sus almas.
Queridos Míos, que la razón de la vida sea la consagración de sus corazones a Mi Sagrado Corazón y así, como almas, abrirán la puerta a los que hace tiempo la cerraron de forma definitiva a la vida del espíritu.
Mi Insondable Misericordia retorna antes de Mi Presencia para libertar del fuego del Infierno a los que han caído en los abismos de la ilusión, los deseos y las modernidades. La llave magnífica de protección será el amor que vivan mediante la oración.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis últimas Palabras en el corazón, Palabras preparatorias.
Paz en la Tierra,
Cristo Jesús
Amados hijos:
Nuevamente Mi Misericordia está sobre toda Argentina y en especial sobre Buenos Aires, esta necesitada ciudad del mundo.
Queridos hijos, hoy los llamo al despertar de la consciencia, en el final de estos tiempos, mediante la oración del corazón, porque un nuevo ciclo se aproxima y vuestros corazones deberán estar preparados para recibirlo. Para algunos, este ciclo será una Buena Nueva que cambiará el estado de la consciencia, pero para otros serán cambios profundos que los llevarán a definir el camino a seguir en este tiempo.
Por eso, queridos hijos, ustedes, que viven el día a día en esta ciudad de Buenos Aires, al igual que otras almas en diferentes ciudades del mundo, deben orar con fervor y desde el corazón para que la Gracia de Dios y la Misericordia de Mi Hijo se difundan en los corazones más necesitados de amor y de redención.
Hijos Míos de Argentina, en el día de ayer los invité a peregrinar a Luján de una manera diferente; esta vez para un servicio verdadero y abnegado, porque sepan, que las grandes colonias de almas también deberán ser apoyadas por la oración. Para eso, son necesarios grupos de oración que, consagrados a Mi Espíritu Maternal, persistan y caminen en la fe de Mi Hijo. Cada grupo deberá comenzar a ejercitar la fraternidad porque así, en vuestros núcleos de trabajo y de tarea, hallarán Mi Paz Universal.
Quiero formar, para estos tiempos, soldados despiertos que dejen atrás las comodidades de la vida y, como sinceros discípulos, sean instrumentos en las Manos de Dios en el final de los tiempos.
Ustedes, mediante la oración, tienen la llave para definir la salvación de toda la humanidad. Por eso, hace ya treinta y un años en Medjugorje, Mi Corazón Materno pronuncia y clama por ¡oración!, ¡oración! y ¡oración! Eso es lo que ustedes deberán ingerir como alimento espiritual en este tiempo permitiendo así que Mi Corazón redima los caminos que desvían a millones de almas, los caminos de la modernidad y del confort.
Estoy aquí, queridos hijos, en nombre del Altísimo, para abrir vuestros ojos aspirando, como Madre del Cielo, a que vuestras consciencias maduren y puedan socorrer a la propia humanidad por medio de la oración.
Hijos Míos, ¡alguien debe hacer algo por el mundo! Porque cada día se enciende en llamas por sus propias acciones, y ese alguien son todos Mis fieles soldados, los soldados de Mi Corazón.
Hoy llego al mundo para abrir las Puertas de los Cielos a vuestras vidas, para que la esperanza y la Misericordia sean cultivadas en el mayor número posible de almas.
Queridos hijos, Dios los está escuchando, por eso, continúen orando todos los días. Les estaré universalmente agradecida.
Que este mes de noviembre sea para todos ustedes una preparación para Mi próxima llegada a Buenos Aires en diciembre.
Gracias por responder a Mi llamado por la humanidad.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Que hoy despierte en ustedes la alegría de vivir y de estar en Dios, porque así, estarán en comunión interna con el Creador.
Queridos hijos, hoy les pido que, mediante la oración del corazón, comulguen nuevamente de la Presencia de Mi Hijo para que todas las almas se unan a Dios y despierten al llamado de este tiempo.
Hijos Míos, como Madre de las Gracias, hoy les irradio Mi Paz y los aproximo a todos al Gran Corazón de Dios. La meta de hoy, pequeños hijos, es continuar peregrinando a través de la oración, porque el mundo necesita de vuestro amoroso y donado auxilio. La redención de todos los corazones del mundo es primordial en este tiempo, y cada uno de Mis hijos guarda en su corazón el potencial interior para poder cumplir con esta misión orante que Mi Corazón les encomienda día a día.
Queridos hijos, hoy, delante de las Puertas del Cielo, les pido que reverencien al Universo, porque muchos de Mis hijos se olvidan de mirar hacia el Infinito para encontrar la paz. El enemigo distrae a la humanidad con modernidades y eso desconecta a Mis hijos de la oración.
Hoy los invito a amar el ejercicio primordial de la oración para que, al menos, algunos de Mis soldados ayuden en el despertar de la nueva consciencia del espíritu y del corazón que cada hijo debe tener en estos tiempos frente al Altísimo.
Dios agradecerá vuestra postura orante en el final de los tiempos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado por la paz.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos Míos:
Con los brazos abiertos hacia el mundo, derramando inmensa Misericordia, hoy los llamo a contemplar de nuevo el flagelado Corazón de Jesús, el que recibe ofensas de parte de muchas almas negadas a la vida del Gran Espíritu de Dios.
Mis hijos, les pido que oren como todos los días para que Mis demás hijos también puedan recibir la Gracia de la salvación. Ustedes ya están dentro de la Gracia de Dios teniéndome a Mí todos los días a vuestro lado. Pero, queridos hijos, hoy deben saber que muchos corazones se desvían porque son tentados por los embates y por las trampas del enemigo, por lo que, Mi Inmaculado Corazón se dispone a luchar por la salvación de todos antes de que Mi Hijo descienda del Cielo por segunda vez.
Queridos hijos, en esta misión de salvación, ustedes pueden ayudarme orando por los que más necesitan de Luz y de Redención. Ha llegado el momento de auxiliar a todos los corazones que día a día se pierden por las modernidades del mundo.
Hijos Míos, ustedes tienen como alianza y como protección a Cristo, el Redentor; en Él podrán dar los pasos hacia la donación y la caridad por los demás.
Hoy les muestro una realidad del mundo que muchos, por ignorancia, no quieren ver.
Yo los llamo a colaborar con toda la humanidad y con vuestra casa, que es este mundo.
Queridos hijos, abriendo vuestros ojos al llamado serán invadidos por la Luz de Mi Espíritu Maternal, para que, con firmeza, caminen rumbo a la misión orante que Mi Corazón les pide.
Ustedes, los más despiertos, pueden ayudar a consagrar, de nuevo, el mundo al Creador.
Obremos en nombre de la paz.
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
¡Alabado sea Jesús en sus corazones por toda la eternidad!
Hoy los invito a contemplar con gratitud el Sagrado Corazón de Mi Hijo porque Él les dará la fuerza necesaria para convertir sus corazones en instrumentos preciosos del amor y de la verdad.
Por eso, queridos hijos, guarden siempre en sus corazones y en sus vidas un momento de oración para conversar con el Dios Todopoderoso. Así sus almas podrán ser partícipes de la Misericordia del Redentor.
Hoy, Mis brazos de piedad están extendidos e irradian Mi Luz de Amor en lo profundo de sus espíritus. Para que esto pueda seguir ocurriendo, hijos Míos, deben vivir en el acto sincero y verdadero de la oración del corazón, porque así ustedes descubrirán cómo el espíritu de la oración del corazón los ayudará a perdonar y reconciliar sus propios corazones con Dios y, en especial, entre sus más queridos, familiares, amigos y otras almas conocidas.
Por eso, pequeños Míos, es hora de vivir el acto de la oración de la reconciliación para que todos Mis hijos puedan ser partícipes de las promesas de Cristo.
El compromiso de sus corazoncitos, que están sobre esta Tierra, es vigilar en oración, vigilar por los que no vigilan y por los que se distraen con las modernidades de este mundo.
De esta manera, hijitos Míos, vuestros corazones serán como los corazones de Mis ángeles querubines que vigilan, en la esencia del amor, por todos los que fácilmente día a día se alejan de Dios Creador.
Por eso, en el final de estos tiempos, la tarea de los grupos consagrados a Mi Inmaculado Corazón será vigilar en constante oración, porque así la fuerza de Mis hijos estará en el Verbo del Amor guiado por el Espíritu Santo.
¡Les agradezco, hijos Míos!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Quiero hoy, que sigan a Dios sobre todas las cosas y todas las causas. Que sus corazones vivan en la absoluta confianza de la venida de Su Reino Mayor. Que estén en constante oración con Mi Hijo porque, de esa manera, queridos hijos, ustedes honrarán a Mi Inmaculado Corazón Maternal.
Quiero que, como buenos orantes y vigilantes del corazón, siempre oren por todos aquellos que, al fin de este tiempo, se separan rápidamente del Propósito de Dios. Quiero que, como almas que caminan con constancia hacia Mi Pureza Virginal, transformen la vida en un templo de oración y, en comunión reparadora con Mi Hijo, la ofrezcan por la conversión de la humanidad.
Hoy vengo a pedirles que el compromiso divino Conmigo sea hacer triunfar Mi Inmaculado Corazón en todos los corazones que están vacíos de Dios y más aún en aquellos que, sometidos al mundo moderno, pierden la Luz del espíritu.
Por eso, hijos Míos, así como ustedes fueron llamados por Mí, quiero que los demás hijos de Cristo puedan ser llamados hacia la Casa Venerable del Padre, refugio eterno del Amor de Dios. Ya estamos en el tiempo de elevar a todas las almas hacia el Reino de los Cielos, y esto comenzará cuando todos los grupos orantes predilectos de Mi Inmaculado Corazón ofrezcan y entreguen las oraciones por cada uno de los hijos que están en el mundo y por los que desconocen y necesitan de la Misericordia de Mi Hijo.
Hoy quiero que ustedes, viviendo del don y del manantial de vida que representa Jesús Cristo, como fieles servidores de Mi Inmaculado Corazón, construyan torres de Luz sobre la Tierra a través del acto sincero de la oración del corazón. Con este pequeño acto de entrega a la vida de oración, muchas causas escritas por las Manos de la Justicia de Dios podrán ser reparadas. ¡Unan, solo unan el amor de vuestros corazones al gran e inmenso Amor de Dios!
Ahora es momento de encender la Luz Divina del corazón y de irradiar paz a todos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más