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Amados Míos:
En este día de la novena, la tarea angélica se sigue profundizando a nivel planetario.
Las almas retiradas de la corriente del caos y de la adversidad ya se encuentran en niveles intermedios, siendo asistidas por los ángeles de la cura. Las almas son restauradas a través de las vendas de Luz que envolvieron el Santo Cuerpo de Cristo.
Por medio de ese procedimiento espiritual, las almas también reciben los Códigos Crísticos, para que la vida de las personas se pueda reconstruir, así como también la vida de las familias podrá ser reconstruida.
Por medio de la novena a San Rafael Arcángel, los ejércitos angélicos ya están trabajando en otros espacios de la consciencia planetaria, en donde existen verdaderos infiernos sobre la superficie de la Tierra.
Hijos, piensen por un momento lo que eso significa y cómo la desigualdad y la injusticia, generada por la propia humanidad, llevaron a millones de almas en el mundo a condiciones delicadas.
La poderosa novena a San Rafael Arcángel los está haciendo partícipes y conscientes de todo lo que la Jerarquía angélica realiza por este planeta y por su humanidad.
Por medio de la unión de los corazones y de las voces orantes, queridos hijos, continúen acompañando a San Rafael Arcángel en esta misión del fin de los tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En estos tiempos finales, queridos hijos, será necesario que ustedes tengan algunos cuidados para aprender a soportar y sobrevivir a las ondas violetas beta que están llegando del Sol del Sistema Solar y que son ondas que modifican la estructura celular del ser humano.
En este verano de 2020, será necesario que las consciencias apliquen ciertos cuidados básicos a fin de sobrellevar los cambios bruscos del clima que el propio ser humano generó al alterar y contaminar al planeta.
Esos cuidados son:
Estos simples cuidados ayudarán a soportar no solo uno de los primeros veranos más intensos de la historia de la humanidad, sino también equilibrarán de manera física, mental y emocional el fuerte ingreso de los rayos violetas beta, que son emanaciones directas del Sol del Sistema Solar, los que modifican el sistema nervioso y celular del cuerpo humano.
Con esos cuidados tendrán una base de sustentación en varios ámbitos. Son tiempos en los que la ola de purificación también necesitará ser cuidada.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mi Corazón está bañado de injusticias, pero es colmado por el amor de los que siguen adelante.
Mi Corazón siente la aproximación de la Justicia Divina, pero la mayoría de la humanidad no lo percibe.
La Justicia está descendiendo y la Misericordia le está dando su lugar para que la Justicia Universal comience a actuar.
Las almas no tienen consciencia de lo que significa la Justicia. Muchas veces juegan con ella al igual que un niño con un juguete. Comprendan con esta comparación todo lo que las personas están haciendo de sus vidas, cómo son capaces de perder completamente el sentido de la ley y de la lealtad.
Por eso, Mi Corazón también transmuta todo lo que siente Mi Padre y las consecuencias inesperadas que las almas podrían vivir.
Este es el tiempo de percibir la realidad y de asumir el fin de los tiempos. Es momento de comenzar a ver cómo la Justicia actúa a través de la atracción que las almas generan hacia sí mismas.
Cuando la Justicia actúa, coloca todo en su lugar y hace de cada etapa un aprendizaje.
Es hora de no generar más condiciones en las que la Justicia tenga que corregir severamente lo que en verdad y con inteligencia debería ser corregido por ustedes mismos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
El fin de algunas experiencias
Como una vez ya se los dije, compañeros, Mi tiempo entre ustedes se está terminando y cuando ese tiempo llegue, todo se desencadenará.
Hoy quiero anunciarles que no solo está llegando el tiempo y el ciclo del fin de los impulsos diarios, sino que también está llegando el fin de muchas experiencias crísticas que algunos de los Míos, los más próximos, vivieron en estos últimos seis años y que, por diversas elecciones, perdieron la experiencia espiritual Conmigo y solo quedaron con el recuerdo de lo que alguna vez vivieron Conmigo.
Con esto quiero explicarles y advertirles claramente, que la elección que hicieron algunos de los que estaban Conmigo, en Mi camino, y que ahora no lo están, los llevó a perder la gran experiencia crística de toda su vida, ya que fueron prisioneros de la ilusión y de la creencia de una supuesta invulnerabilidad a los asedios.
En verdad, se dejaron vencer, se rindieron y perdieron fuerzas internas por dejarse llevar por sus flaquezas.
Este es el tiempo del fin de las experiencias, y las almas que quedan sin la experiencia crística pierden el estado de Gracia que, por Misericordia y Piedad, una vez recibieron.
En verdad, la gravedad de las desmedidas elecciones de algunas almas no está en la acción, sino en la pérdida absoluta del sentido común y de la realidad, y del sentido espiritual de la vida.
Por ese motivo, y cuando esas situaciones suceden, la Jerarquía Espiritual ya no puede intervenir o rescatar, porque aquellas almas más miserables que recibieron todo del Universo y ridiculizaron y ofendieron a los tesoros espirituales de la Jerarquía, pasan a estar dentro del caos planetario y del común denominador del sufrimiento inerte de la humanidad.
Es perder absolutamente la posibilidad de estar en comunión con su propio espíritu, porque el espíritu de ese ser, que se desvincula del camino crístico, pierde la experiencia, la que es ultrajada y robada por Mi adversario, en el arte de su astucia y engaño.
¿Comprenden compañeros?
Estar con la Jerarquía Espiritual y vivir en el ámbito en el que está la Jerarquía, como por ejemplo son las Comunidades-Luz, no significa hacer, cumplir o realizar la voluntad propia.
Es obedecer por amor, y en la obediencia estricta y amorosa, poder profundizar en la confianza de la Guía que viene de lo Alto, y así seguir caminando en la transformación.
Quiero que todos comprendan que estar con la Jerarquía no es estar como con un amigo, familiar o con un coordinador de tarea.
Estar con la Jerarquía es corresponder y responder a un comando que proviene del plano espiritual, que es el que después se refleja en el plano mental y por último en el plano material.
En todo este movimiento de integración con la Jerarquía no hay elecciones o gustos, pareceres o ideas propias.
Es unirse a una corriente divina y cósmica superior que una vez los contactó, y así cumplir una Voluntad Suprema.
En claras palabras: estar y seguir a la Jerarquía es no ser nada.
Eso evita que ingresen en el caos de estos tiempos, en la pérdida innecesaria de profundas experiencias espirituales, las que una vez robadas por el adversario, quedan desactivadas del núcleo de la esencia.
Que el proceso de la purificación personal no sea el centro de la atención de ustedes.
Que el centro de atención sea la donación de sí y el amor a lo divino y cósmico, porque así no perderán los últimos impulsos que están descendiendo desde el Universo, y serán así el ejemplo de una transformación y de una redención verdadera.
La Jerarquía Espiritual se desdobla dentro de un campo hostil de batalla permanente, en donde la guerra de todos contra todos ya comenzó.
Pero ustedes deben aplicar la inteligencia del tercer rayo y no dejarse arrastrar por sus propios procesos o traumas, sino que deben sentirse impulsados y ascendidos por las últimas Palabras de la Jerarquía Universal.
Los tres días de oscuridad llegarán y las Islas de Salvación deberán estar preparadas y acondicionadas para el movimiento en masa que habrá que atender como emergencia humanitaria sin precedentes, la que se presentará, de la noche a la mañana, para ser atendida y aliviada.
Toda la preparación y formación que vivan los ayudará a estar a la altura de los acontecimientos.
Por otro lado, la Jerarquía los invita a todos a seguir colaborando en la manifestación y el orden de la vida de las Comunidades.
Pero también, la Jerarquía Espiritual invita a que las consciencias que, en este momento no estén a la altura de las necesidades del Plan, puedan reubicarse en otros lugares fuera de las Comunidades, para que ciertos procesos de purificación no continúen bloqueando la concreción de un propósito que, como les dije, es divino.
La Jerarquía siente en Su Corazón el esfuerzo y el amor de todos, pero no hay más tiempo, y ustedes deben escoger por su transformación verdadera o por su salida.
El Plan ha corrido riesgos importantes y, en este momento, la unidad de la Jerarquía Divina y la asistencia de algunos servidores en la superficie sostiene la realización de una meta que ya había sido desestimada.
Es momento de que cada uno sea sincero con la Jerarquía; que no se engañe más a sí mismo y que no dé tanto trabajo, así como lo da el resto de la humanidad.
Estamos navegando mar adentro en la única barca de la Hermandad, la que está viviendo la tempestad y el naufragio para que se pueda salvar la mayor cantidad de consciencias indiferentes, sea como sea.
Hoy vengo con Palabras de dolor y silencio a decirles todo esto, porque es responsabilidad y madurez de todos dar lo mejor a Dios, por todo lo que Dios les ha dado y les sigue dando después de estos últimos doce años de apariciones.
Como ustedes saben, el ciclo se cerrará y eso no significa que todo termine y que después de eso ustedes se alimenten de fuentes no seguras ni espirituales para poder sentir sus carencias suplidas.
Significa asumir con madurez este planeta, la redención de todo el género humano y, en el servicio abnegado, preparar las bases para el retorno de Cristo.
Son tiempos en los que la necesidad del cambio y de la purificación de las consciencias los colocará ante un universo de responsabilidades.
Muchos de los que hoy ya no están, todavía creen haber salido invulnerables, y creen estar libres de la Ley, porque no aceptaron ser ayudados, corregidos y enderezados como el pobre árbol que estaba torcido.
Ahora no hay tiempo de retroceder, es tiempo de avanzar, de dar ese testimonio que Yo tanto les he pedido y que muchos no comprendieron su significado.
El Corazón de su Señor y el de su Madre Celeste muchas veces se sienten solos, abandonados por las mezquindades, por las ofensas y ridiculeces que cometen frecuentemente, perdiendo la consciencia, el sentido, el discernimiento.
¡Ya basta de todo eso!
Porque es hora de crecer y no de reclamar. Es hora de agradecer todos los días lo que muchos no tienen, pero agradecer de verdad.
Cuando ustedes hayan leído muchas veces todo esto que les dije, Me demostrarán de verdad algún cambio. Mientras eso no suceda, todo seguirá en el mismo punto.
En Ruanda advertimos sobre el genocidio y nadie lo creyó. Hoy advertimos sobre la urgencia de muchos cambios, para que después su arrepentimiento no sea demasiado tarde.
Son momentos de madurar, pero también de abrir espacios o de colocarse hacia un lado para no bloquear lo que otros, con tanto esfuerzo, sí quieren concretar conforme lo pide la Jerarquía.
Llegó el momento de que escuchen claramente y que no se cierren, porque si se cierran a la instrucción, serán presa fácil de Mi enemigo.
Que el fuego de Mis Palabras los impulse y los coloque en otro escalón del Plan, para que las verdaderas emergencias humanitarias, que son muchas, puedan ser atendidas.
¡Les agradezco por tener valentía y amor para escuchar la verdad!
Los bendice y espera por su verdadero cambio,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Nuestros últimos mensajes, las últimas instrucciones que serán entregadas a la humanidad serán contundentes, determinantes y reveladoras.
Todo el conocimiento de la Jerarquía, guardado desde los Patriarcas hasta el presente, se conocerá y la humanidad será colocada, definitivamente, para dar su último y gran paso.
Este movimiento que impulsará la Jerarquía Espiritual, vendrá de la mano de la concreción de obras y de proyectos de caridad que beneficiarán a la humanidad y serán inimaginables, porque se concretarán de la noche a la mañana.
Por eso les digo a todos que aprovechen al máximo los últimos momentos en los que la Jerarquía los instruirá y los guiará, antes de que lleguen los tres días de oscuridad, los tres ciclos de transición, porque así estarán a la altura de los acontecimientos y no serán sumergidos en la indiferencia global.
Aprovechen al máximo los últimos impulsos, no pierdan ni una palabra de la Jerarquía, porque allí podría estar su salvavidas en el gran momento de la tempestad espiritual.
Estén atentos y sobre todo muy agradecidos.
Ya les hemos dado todo para que puedan triunfar en la humildad, háganlo antes de que nos vayamos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Compañeros:
No solo hablo para ustedes sino también para el mundo.
Esperé que pasara un tiempo y unos días para que llegara este momento de poder encontrarlos verdaderamente en unión a la gratitud, porque la gratitud es una expresión del Amor misericordioso de Dios. Y cuando hoy vi esa gratitud en ustedes, Me pude aproximar con confianza para hablarles.
Ustedes son parte del Plan de su Maestro y Señor, de un Plan que no puede fallar ni fracasar, porque detrás de ustedes hay muchas, muchas almas y consciencias que aún llegarán para beber de Mi Fuente, para nutrirse de Mi Mensaje.
El tiempo se está acabando, por eso las emergencias son muy grandes y los compromisos también son muy grandes.
En la llave de la gratitud y del amor podrán comprender todo lo que les pido y así se unirán a Mi Consciencia.
Veo a un mundo que sufre por la indiferencia y por el error.
Necesito que sean enmendadores de Mi Misericordia, que puedan compensar y equilibrar lo que la humanidad no hace bien en este tiempo, por los riesgos que corre día a día.
Por eso vengo con la Luz de Mis Llagas, para encomendarles la profundización de esta misión, y de esta tarea que es de la Jerarquía y de ustedes, de sus seres internos con la participación de sus almas.
Por eso es necesario corregir para mejorar y crecer. Todo lo que es dicho por la voz de la Jerarquía es por amor y no por otra causa.
Las almas a veces se resisten a escuchar y comprender porque tienen su corazón cerrado, pero ustedes aprendieron a abrir su corazón hacia Mí. Por eso les hablo tan directamente, porque ya no podemos perder el tiempo en lo que no es necesario, sino debemos invertir el tiempo en lo que es urgente, y ustedes saben, por la gracia que reciben, que las emergencias crecerán y aumentarán.
Yo estoy aquí por la responsabilidad que tengo con ustedes y ustedes Conmigo. Pero no es un compromiso que viene solamente desde la época en que estuve presente en la Tierra. Son compromisos muy remotos y desconocidos para ustedes.
Solo vendré a pedirles lo que necesito que Me den, pero no los obligaré, nunca les exigiré nada.
Mis apóstoles del pasado transitaron por la misma escuela, pero era una escuela más exigida e inmediata. Era una responsabilidad muy grande porque su Maestro y Señor, entre tan pocos, tenía que alcanzar una victoria muy grande y, por la Gracia y la Misericordia Divina, eso sucedió.
Sé que el ser humano es frágil y a veces tibio, pero el Amor que Yo les entrego y les he entregado hace tanto tiempo los debe encender interiormente en el fuego de Mi Amor y de Mi Verdad.
Yo vengo para pedirles que sean conscientes de lo que llegará en el futuro cercano, en el que ya no solo vivirán situaciones personales o realidades de las naciones. Ahora Mi Obra se ampliará para situaciones continentales, como lo es África.
En África están los que más sufren y son los que más Me dan, porque Me ofrecen sus corazones que es lo que Yo necesito de ustedes para que reconozcan la Gracia que han recibido, y aún reciben, y los cuidados que les ha dado la Jerarquía a lo largo de los tiempos sin hacerles faltar nada.
África será para ustedes una escuela de amor al sacrificio y de la posibilidad de reconocer que en la gran y extensa miseria existen almas que aman a Dios sin condiciones. Y es ese amor que las alimenta espiritualmente más que físicamente, que les quita la sed espiritual y así sacian su sed física.
No pido que sean iguales a ellos, porque cada uno tiene su escuela y sus aprendizajes. Necesito que los imiten internamente, que tengan consciencia de la posibilidad y de la oportunidad que reciben en este tiempo.
Dentro de un proceso de emergencia planetaria, a veces los corazones precisan ser enderezados para no perder el camino hacia Dios, porque uno nunca debe olvidar la humildad, que es la gran llave maestra de su liberación.
Hoy he visto que se aproximaron aún más a la gratitud, a una gratitud espontánea y sincera que tocó Mi Corazón. Por eso he decidido hablarles para traerles consciencia y sabiduría, para que cada uno reconozca en sí mismo el esfuerzo que aún tiene que hacer no solo por Mí, sino por su Padre Celestial que es Quien los colocó en este camino y en esta misión para que Me acompañen.
Por eso, hoy Me entrego nuevamente para acoger sus miserias y saber que la Luz de Mi Misericordia todo lo puede transformar y redimir cuando un corazón se abre sinceramente y suplica sin dejar que sus resistencias lo controlen y lo dominen.
Cuando un corazón se abre espontáneamente, los milagros pueden suceder. La fe es la gran Luz que baña la consciencia y la redime; tiene la Gracia, como consciencia grupal, de poder implorar a Dios para que ayude al mundo y a la humanidad, para que ayude en situaciones muy graves y dolorosas que vive esta raza de hoy.
Nunca pueden olvidar que Nuestra tarea es planetaria y no personal; que es una tarea con la Jerarquía y por la Jerarquía para el advenimiento de la energía de la Gracia y de la compasión en el mundo.
Hoy están ante la oportunidad de reflexionar sobre muchas cosas por amor y con confianza en Mi Corazón, porque vendrán tiempos de mayores desafíos y de proyectos que parecerán imposibles, pero quien esté unido a Mí lo realizará como ha realizado muchas cosas a lo largo de los tiempos por medio de esta misión de llevar el Amor y la Paz a las almas que más lo necesitan y a las naciones que más lo necesitan.
Mientras estoy aquí, atiendo a la humanidad en este momento y los llevo a todos a Mi Corazón, a los más miserables y pecadores que necesitan del alivio y de la cura espiritual.
Todo lo que se hace en este momento y a través de esta Obra es para la cura de la humanidad y para que el amor se establezca en el corazón humano, y que ese amor les permita liberarse y vivir su misión espiritual Conmigo.
Mi Corazón está lleno de gracias y de piedad para todos. Y el sostén que la Adoración les proporciona será la gran arma de defensa para los próximos tiempos y para las próximas misiones.
Agradezco el esfuerzo sincero y amoroso de todos, porque no todo es error ni fracaso. Deben alzar sus ojos hacia el horizonte para contemplar las victorias que Yo le he dado a cada uno, victorias espirituales.
En el fortalecimiento de esa unión y de esa alianza Conmigo, por encima de toda adversidad u oscuridad, nadie podrá quitarles lo que Yo le he entregado a cada uno, y deben defenderlo y protegerlo de ustedes mismos y del mundo.
Es esa misma convicción, certeza y fe que vivieron los apóstoles como, por ejemplo, San Pablo, que hasta el último segundo no dudó de lo que sentía y en lo que confiaba. El amor lo hizo creer en Mí hasta el final y así él se entregó.
Hoy vengo a hacer lectura de los logros y de las Gracias que le he entregado a cada uno y que ustedes siempre deberán contemplar para que de allí saquen fuerzas internas para seguir adelante, porque llegará un momento en que esta misión finalizará, y cuando eso suceda todo se desencadenará. Y en ese momento deberán estar fuertes y firmes en todo lo que Yo les he dado a lo largo de los tiempos, no solo para sostenerse a sí mismos sino a sus hermanos, los que no habrán podido construir, en sí mismos, la misma fortaleza que Yo les di por amor.
Este es Mi Mensaje para ustedes, porque también es un mensaje para el mundo, para los que se adentran en el servicio a Mi Corazón Misericordioso, para los que buscan día a día el camino de la transformación y de la elevación de la consciencia, porque en verdad no Me importa que no lo consigan, sino que lo intenten y que lo intenten todos los días. Y sin percibirlo, algún día llegarán a Mi Gloria y ese día se darán cuenta de que Yo les dije la verdad.
Por eso hoy estoy aquí y por esa causa rezo a los Pies de Mi Padre Celestial, porque sé que muchos más podrán superarme en el Amor. Confío en eso y sé que es posible.
Les agradezco por escucharme y por recoger hacia su corazón Mis Palabras, que ya son las últimas para el mundo.
Que la Luz que proviene del Amor, los guíe y los bendiga.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Se acerca, a partir del próximo año, el recogimiento de las Apariciones diarias de su Maestro y Señor, y con pesar en Mi Corazón por esta partida, respondo a la Voluntad Infinita de la Creación.
Cuando llegue ese momento, sus corazones ya no podrán tener dudas sobre lo que vinieron a hacer y a cumplir a este herido mundo.
A pesar de los desiertos que aún faltan atravesar, a pesar de las tribulaciones que aún faltan vivir, aunque les falte aprender algo, Mi Palabra será su sustento y su fuerza para cruzar el fin de estos tiempos.
Por eso, no pierdan Mis impulsos porque son los últimos, pero tampoco se acostumbren a escuchar Mis Palabras, porque si no Mis Palabras estarían cayendo al vacío.
Sírvanse del Amor que les proporcionan los Sacramentos y, así, asuman su camino de redención y de apostolado; porque, aunque estén dentro de Mi Barca, aún vendrán vientos fuertes y tormentas que intentarán hacerlos desistir del camino que escogieron.
En ese crucial momento, fijen su mirada en Mi Sagrado Corazón y afirmen en sus células el Poder Divino de Mi Sangre, así triunfarán y vencerán muchas veces en Mi Nombre; llevarán Mi Divina Misericordia al mundo y Mis sacerdotes perdonarán en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
No habrá mayor tiniebla u oscuridad que no puedan atravesar a través de la Luz que les da Mi Corazón. Sean valientes y sigan adelante, aún la humanidad sufre el precio de sus propias acciones.
Yo estaré, en el Universo de Mi Padre, esperando recibir, en la hora más dolorosa del planeta, la orden celestial de regresar a la Tierra y, en ese momento, los llamaré por su verdadero nombre para que Me sigan.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Mientras la Oración por la Paz en Sudamérica prepara a los corazones para el fin de los tiempos, por otro lado se siguen mostrando acontecimientos en Sudamérica que intentarán dividir a los pueblos y en los que la agresión al semejante será tomada como una moda de vida.
Mientras los principios y la ética se pierden en algunas naciones de Sudamérica, que la Oración semanal por la Paz, en este continente sufrido, sea el camino y al mismo tiempo el portal que conduzca a todas las almas y a las naciones hacia Dios.
Que esta oración tan importante para su Madre Celeste pueda convertirse en el espacio espiritual en el que las voces clamen y pidan Misericordia y perdón; pero que al mismo tiempo esta oración semanal les conceda a las almas la guía espiritual para estos tiempos en los que todo podrá suceder.
Agradezco a todos Mis hijos que se adhieren a este pedido, porque a través de este ejercicio de oración su Madre Celeste intentará disolver en el plano espiritual futuros acontecimientos, para que estos no se manifiesten.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras los días transcurren, Su Maestro y Señor derrama Sus Rayos de Misericordia sobre Colombia para que no solo las almas despierten, sino también que los corazones sientan el cambio de la consciencia, necesario y urgente en estos tiempos para que, a través de ese cambio y de esa toma de consciencia, las almas alcancen, a tiempo, a vivir las transformaciones internas que no solo disuelvan sus deudas, sino también que las consciencias puedan asumir la misión que les corresponde en este momento.
Hoy Me encuentro derramando los Rayos de Misericordia sobre este querido pueblo para que puedan recordar que es un pueblo sagrado y bendecido por la más bella naturaleza que tendrá que ser base y sustento para el surgimiento de la Nueva Humanidad.
Así es que los Rayos de Mi Misericordia también preparan los pasos de la próxima peregrinación, ya que dentro de toda la Gracia que será ofrecida, las almas recibirán los impulsos del Universo como si fueran los últimos, los impulsos espirituales que colocarán a cada consciencia en el momento correcto y en la hora correcta para atravesar el fin de estos tiempos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Estar en Mi Corazón significa vivir grandes responsabilidades, asumir grandes pruebas y atravesar grandes desafíos.
Vivir en Mi Corazón representa un compromiso eterno y no pasajero, un compromiso responsable y maduro que los lleve a vivir Mi Plan y su manifestación en la superficie de la Tierra.
Estar en Mi Corazón representa algo más que un sentimiento, algo que los pueda conmover o emocionar.
Estar en Mi Corazón significa vivir una responsabilidad espiritual, pero también material. Es llevar adelante un propósito, una meta, una misión que el Padre les presenta, de tiempo en tiempo.
Por eso, vivir en Mi Corazón significa muchas cosas. Algo que ustedes deben descubrir, día a día, porque estar en Mi Corazón es estar ante Dios. Es escucharlo, es saber responderle y es saber proceder conforme Su Voluntad lo presente.
Estar en Mi Corazón es un momento de constante definición. Es aprender a superar los propios abismos. Es aprender a disolver las barreras de la consciencia y de la mente. Es aprender a amar cada día más.
Por eso, Yo les doy Mi Corazón como un testimonio de que es posible vivir a Dios y cumplir con Sus ardientes deseos de ver a Sus hijos dentro de Su Propósito infinito, porque vivir en Mi Corazón es también asumir un compromiso Conmigo en esta Obra de redención y de paz, en este tiempo en el que todo está en juego y se precipitan las cosas, las situaciones humanas, el proceso de las naciones y la experiencia de grandes conflictos que la humanidad deberá aprender a curar consigo misma, por medio de la profesión de su fe y de su confianza en el Padre.
Vivir en Mi Corazón es vivir un sacrificio para después vivir sacrificios mayores que los llevarán a experimentar grandes renuncias, momentos de enfrentar la trascendencia de cada ser para recibir del Cielo los grandes tesoros, las dádivas del Universo, la Sabiduría y el Conocimiento de Dios.
Vivir en Mi Corazón es morir para sí mismos, es colocar al otro primero para que también los demás sean colocados primero y así se viva la fraternidad, una base fundamental de la hermandad, de la cooperación y de la solidaridad entre las almas.
Vivir en Mi Corazón significa que algo mayor deberá cumplirse en este tiempo y que va más allá de los límites de su consciencia, de su percepción, de su interpretación o de su parecer.
Vivir en Mi Corazón es entregarse al vacío y a la nada. Es estar en confianza dentro de lo desconocido, de lo que es inmaterial, de lo que no es palpable, de lo que nadie puede controlar.
Vivir en Mi Corazón es entregarse al Poder de Dios para disolver el poder humano que es pequeño y frágil.
Vivir en Mi Corazón es aprender en nuevas escuelas y en nuevas academias. Es forjar y despertar en cada ser su verdadera misión, su propósito y el motivo de estar aquí, en este tiempo.
Vivir en Mi Corazón también es renovarse, es alegrarse, es reencontrar, día a día, el sentido y la razón de servir a Dios. Es saber que, más allá de todo o bajo cualquier circunstancia o dificultad, el amor deberá estar primero para que él pueda actuar y obrar en los corazones, para que él pueda sanar las profundas heridas de la consciencia y de la personalidad, para que el ego de cada ser humano aprenda a vencerse, aprenda a entregarse para que pueda ser transformado, para que pueda ser sublimado, para que sea disuelto en la Luz de Dios, que es la Luz del Amor y de la Consciencia Divina.
Vivir en Mi Corazón es asumir el fin de los tiempos, es saber dónde estar y qué hacer, es contribuir, colaborar, es servir, es donarse. Es abrazar con fervor y devoción el llamado y, en profunda reverencia, es cumplirlo para que aún más la Luz de Dios pueda ingresar al mundo y a la consciencia de la humanidad.
Vivir en Mi Corazón es dejar de ser lo que uno es, lo que uno cree, o lo que uno piensa.
Vivir en Mi Corazón es atravesar el umbral hacia el vacío, es perder los sentidos de la propiedad y del control humano, es rendirse, es humillarse, es entregarse por la existencia y la vivencia de un Amor Mayor que mueve a todo el Universo y a todo lo que fue creado.
Vivir en Mi Corazón es animarse a imitarme, a representarme, a ser Mi apóstol, a no vacilar ante las dificultades, a asumir con coraje y valentía cada una de las pruebas.
Vivir en Mi Corazón es aprender a superar las pruebas. Es confiar ciegamente que nadie perderá el camino, porque a quien está en Mi Corazón no le faltará la luz, no le faltará la paz ni tampoco el discernimiento.
Vivir en Mi Corazón es aprender a perdonarse a sí mismo y a perdonar a los demás, es saber que en este momento la cura espiritual y física es fundamental en la humanidad.
Vivir en Mi Corazón es cerrarle las puertas al mal, a la adversidad, a la oscuridad y a las tinieblas; es asumir vivir un cambio; es esforzarse todos los días por alcanzar el mayor estado y grado de amor por los que no aman, por los que sufren, por los que están perdidos.
Vivir en Mi Corazón es asumir junto Conmigo al planeta y a su humanidad. Es hacer algo por las naciones del mundo, por los pueblos, por las culturas y por las religiones.
Vivir en Mi Corazón es buscar la esencia del Amor Crístico de una forma incansable, sin detenimiento, sin dejar de caminar y de remar en esa barca que los lleva al puerto de Mi Corazón.
Vivir en Mi Corazón es solidarizarse, es comprenderse, es ir un poco más allá de la comprensión de la mente y de la consciencia, es abrazar al Universo como el Universo los abraza a ustedes. Es participar verdaderamente de una comunión interna con el Espíritu de Dios para poder traer la paz y la redención al mundo.
Vivir en Mi Corazón es animarse a morir por Mí bajo cualquier circunstancia, sea espiritual, mental o físicamente.
Vivir en Mi Corazón es dar testimonio por Mí. Es decir que Yo ya estoy retornando y que en este tiempo Me anuncio al mundo por medio de la Palabra de Dios para cada uno de sus corazones y de sus vidas, para que estén prontos, disponibles y atentos a ese gran acontecimiento del Retorno de Cristo.
Vivir en Mi Corazón, compañeros, es erradicar la indiferencia, la omisión y la falta de hermandad.
Vivir en Mi Corazón es disolver el desamor, la falta de esperanza y la perturbación humana.
Vivir en Mi Corazón es poder alcanzar la Luz y entregar esa Luz a sus hermanos a través del ejemplo, de la conversión y de la redención de sus vidas; a través del camino del servicio, de la cura y de la santidad.
Vivir en Mi Corazón es elevar sus consciencias, es poder abrazar la cruz que Yo le entrego a cada uno y es no temer cargarla a pesar de lo que suceda o de lo que cueste.
Vivir en Mi Corazón es dejarse impulsar por Mi Amor para superar los límites de la consciencia, para vivir así como vive todo el Universo y sus Jerarquías.
Vivir en Mi Corazón es no bajar los brazos, es decir “sí” y es intentarlo nuevamente todos los días hasta poder vivirlo y poder representarme.
Es simple vivir en Mi Corazón. Por eso, aún muchos no lo están, porque están en sus propios corazones y mientras estén en sus corazones, en su propio yo, Yo no podré estar en ustedes.
Lo que Yo les pido es que se rindan, es que confíen y que se entreguen. Porque vivir en Mi Corazón no los hará sufrir, sino que los hará expandir su consciencia, su servicio y, sobre todo, la expresión de su amor por el planeta y por la humanidad.
Que en esta Maratón de la Divina Misericordia todos puedan volver a Mi Corazón, y los que ya están en Mi Corazón puedan ayudar a ingresar a los que aún no lo están, por diferentes circunstancias o miedos.
Que en Mi Corazón puedan sentir el Amor de Dios, puedan sentirse acogidos por Su Templo y por Su Sabiduría. Porque es en este Amor de Mi Corazón que podrán vivir en el amor de hermanos, en el amor de las almas que sirven a Dios, en el amor que fortalece, que disipa la oscuridad, que transmuta la ignorancia, la indiferencia, la maldad humana.
Que vivir en Mi Corazón sea un triunfo para cada uno de ustedes, para que este triunfo sea en cada una de sus naciones a las cuales representan en este tiempo.
Que vivir en Mi Corazón para cada uno de ustedes sea la posibilidad de la cura y de la redención de la humanidad y de los Reinos de la Naturaleza.
Mi Corazón aún está abierto, en Misericordia y en Piedad. Antes de que venga el tiempo de la Justicia Divina llamen al mundo entero a vivir en Mi Corazón porque Mi Corazón sufre por aquellos que aún no están en Él.
Mi Corazón es un portal al Cosmos y a la Divina Consciencia.
Mi Corazón es el umbral que los llevará hacia la paz y hacia la vivencia del apostolado de estos tiempos, el apostolado del fin de los tiempos.
Vivan en Mi Corazón para que el mundo se pueda reconciliar y la humanidad pueda recapacitar.
Que sus oraciones construyan el puente, en estos días, para que ingresen a Mi Corazón y en Mi Sagrado Corazón conozcan y sepan la realidad, todo lo que siente su Maestro y Señor, todo lo que Él vive y experimenta de lo que ve y observa del mundo.
Y una vez que ingresen a Mi Corazón sean parte del fuego de Mi Amor, para que Yo pueda iluminar al mundo y a todas las consciencias que lo necesitan porque, compañeros, si en este tiempo no hay amor, nada será posible.
El Amor que viene del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo los salvará, los redimirá y los reconciliará con lo Alto, con el Universo. Y encontrarán la Verdad, encontrarán la salida y levantarán sus cabezas para contemplar en el horizonte Mi Retorno.
Que sus corazones se unan a Mi Corazón y que sus oraciones toquen el Corazón del Padre para que Él les permita entrar en Mi Corazón.
Que así estemos en hermandad y en fraternidad, para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras que decisiones muy importantes son tomadas después del último 8 de agosto, situaciones inesperadas se definen dentro de esta consciencia planetaria, y las naciones del mundo, poco a poco, son colocadas ante el Juicio Universal.
Eso significa que dependiendo de lo que escojan las consciencias en el próximo tiempo, será cómo se mostrará el fin de los tiempos, y nadie podrá detener el resultado proveniente de esa elección.
Por eso las almas deben orar para que los acontecimientos no los sorprendan de la noche a la mañana y para que todo lo que verán y presenciarán no sea demasiado fuerte para ustedes.
Con sus oraciones, coloquen a las naciones dentro de Mi Misericordia, aunque algunas naciones le hayan cerrado las puertas a Dios por su ignorancia e indiferencia.
Que todo y todos puedan ingresar en Mi Misericordia para que, en algún nivel de la consciencia, algo reciba la oportunidad y la Gracia que tanto necesita.
Solo les pido que sean fuertes en la oración y pacíficos en el servicio, así ayudarán también a otros hermanos durante el tiempo de los grandes y definitivos acontecimientos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Uno de los importantes aspectos de Dios, dentro de Su Fuente Trina, es el Espíritu Santo, aspecto que actuó en la humanidad, en ciertos acontecimientos, con el fin de impulsar, de guiar y de socorrer a las consciencias que lo invocaban.
Hasta los días de hoy, el Espíritu Santo es un misterio no revelado de Dios que después de haber cumplido con Su misión hace más de dos mil años, en este tiempo Su manifestación, Su presencia y Su acción sucede a través de la Madre de Dios como la Señora del Espíritu Santo.
Es en este tiempo que el Santo Espíritu de Dios obrará a través de las almas que se dispongan a recibir Sus impulsos divinos y Sus Dones.
Sería de gran importancia que el ser humano fuera colmado al menos por uno de Sus Dones, porque eso ayudaría a que la verdadera tarea de cada ser se manifieste según la necesidad de la Divina Voluntad.
El Espíritu Santo acompañó acontecimientos puntuales de la humanidad y, al mismo tiempo, auxilió con Su ciencia y sabiduría en momentos culminantes, en los que solo el Santo Espíritu de Dios podía desviar o revertir un hecho que sucedería.
Sin la acción del Espíritu Santo, en la historia de la raza humana, el planeta como consciencia que evoluciona y vive, habría perdido su dignidad espiritual y el carácter de rescatable.
Por esa razón, Dios envió a Su Espíritu en ciertos momentos de la humanidad para ayudar a Sus criaturas, semejantes a Él.
Dios envió a Su Espíritu a los patriarcas para que de los pueblos surgieran los Dones del Padre y Sus Virtudes, para que despertaran los profetas y anunciadores de la Verdad Divina.
Dios envió a Su Espíritu para que Sus criaturas, a través de Cristo, fueran bautizadas por la potentísima Fuente inmaterial que es el propio Espíritu Santo.
Dios envió a Su Espíritu para que, de la célula principal de Su proyecto: la familia, surgieran los conocedores y los buscadores de la Verdad, para que despertaran los dones y las virtudes de los curadores, de los gobernantes, de los espejos, de los eremitas, de los guardianes y de los servidores.
Dios envió a Su Espíritu para repoblar la Tierra con Su Amor infinito, para que Sus criaturas aprendieran a sentir que la única guía proviene del Padre Eterno y que del Padre surgen todas las fuentes de manifestación.
Después de dos mil años, durante los cuales el Espíritu de Dios obró y se hizo carne entre Sus hijos, a través de Cristo, hoy el Espíritu Santo vendrá con los mismos Dones que recibieron los apóstoles y mártires, por medio de la Sagrada Palabra para colmar los corazones dormidos y oscurecidos de una confirmación y de una confianza absoluta en que, a través del Espíritu Santo de Dios, se cumplirá el Proyecto, que nada ni nadie impedirá que Él actúe a través de los hijos de Dios, que el mismo Espíritu del Padre los hará a todos partícipes de Sus obras de Piedad y de Misericordia, que las Santas Virtudes del Espíritu de Dios puedan despertar y encarnar en la esencia de Sus hijos para que todos los talentos y los linajes estén al servicio del actual y crucial tiempo de la humanidad.
Quien se abra y acoja la llegada del Espíritu Santo tendrá la fuerza interna para representar a la Obra redentora de Cristo sobre la superficie de la Tierra; tendrá la fortaleza para proclamar la llegada del Reino de la Paz y del fin del cautiverio planetario; tendrá el impulso de la fe para seguir transformando su vida completamente según ese mismo modelo espiritual que el Padre Celestial manifestó en los patriarcas y en los profetas.
Dios les viene a dar Su Espíritu a través del Cuerpo y de la Sangre Divina de Su Hijo y a través del Mensaje que es anunciado por Sus Mensajeros Divinos.
Que el Espíritu Santo los ayude a enfrentar el fin de los tiempos, dentro y fuera de ustedes; y que se puedan sostener, en este ciclo definitivo, por la acción del Santo Espíritu de Dios.
Que el Espíritu Santo les traiga la fuerza de la renovación y de los cambios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos compañeros:
La misión realizada, hasta hoy, en Argentina significó para el Padre Eterno un importante paso espiritual e interior que los corazones dieron en la búsqueda incesante de la fe y del amor a Dios.
Hoy, el Castísimo Corazón de San José cerró una etapa especial y única en la obra de amor y de redención de los Mensajeros Divinos; y San José mismo abrió un nuevo ciclo que irá despuntando como un sol para todos los servidores de Cristo.
Es así que, como hace más de dos mil años, San José cumplió hoy con una etapa en el propósito de la instrucción palpable para las almas, lo que permitió preparar el suelo fértil de cada corazón para poder atravesar el fin de los tiempos.
En este sentido, la instrucción del Castísimo Corazón de San José abrió una puerta, en este siglo XXI, para que la humanidad entera nunca se olvide de aprender a ser muy humilde y austera en la vida sobre la superficie de la Tierra.
Argentina fue el escenario escogido por el propio Padre Celestial para que en el mes de agosto fuese colmada de las gracias y de las bendiciones de los Sagrados Corazones.
Después llegará el momento, en que su Maestro y Señor se retire también, y por último, se vuelva a elevar para la gloria de Dios, nuestra Santísima Madre.
Así, cuando esto suceda, se desencadenarán los últimos tiempos y todo lo que está en el Cielo como lo que está en la Tierra se mostrará, y será en esa hora que los soldados de Cristo deberán sostener sin vacilar la antorcha del triunfo de la Luz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy vengo a un lugar, a una ciudad, a un país que está viviendo los primeros momentos agudos de la humanidad. Por esa razón, Yo estoy aquí entre Mis compañeros, amigos y servidores.
Vengo para consolar al corazón afligido. Vengo para traer cura al corazón enfermo. Vengo para traer alegría al corazón que perdió la esperanza. Porque estos son tiempos cruciales para la humanidad, resultado de sus elecciones y decisiones de vida. Con nada de esto tiene que ver vuestro Dios, Nuestro Padre Celestial. Él envía a Su Hijo para auxiliarlos y socorrerlos porque ustedes, compañeros y servidores Míos, han dado testimonio de Mi Presencia en sus corazones y en las acciones de la vida. Por esa razón, también estoy aquí para que, unidos en la fe, aprendan a trascender el fin de los tiempos, primero dentro de ustedes, y para después ayudar a la humanidad, a todos sus hermanos y conocidos.
Estos son tiempos inexplicables, en los que las naciones están definiendo su destino y en ese destino hay millones de almas, muchas pero muchas almas inocentes, especialmente almas que deberían estar en este tiempo y en esta humanidad, y que no las quieren dejar estar debido a la libertad que hoy asume la mujer en la humanidad. Esto también es una aflicción para Dios, porque los hombres y mujeres de la Tierra no quieren vivir Sus Leyes, sino alterarlas. Es no tener consciencia de la Verdad y del resultado de lo que esto significa para la vida en la superficie de la Tierra.
Por eso, también son tiempos de Misericordia, porque la Misericordia concederá milagros, llevará a las almas hacia Dios y permitirá que los corazones se reconcilien, unos con otros, sabiendo que es necesario aún curar muchas heridas en los corazones y también en las naciones. Por eso, Nuestro peregrinar por las naciones del mundo se volverá, cada día más exigente, desafiante y diría, de una gran osadía, porque son tiempos en los que las fuerzas retrógradas del planeta quieren mantenerse en la humanidad para tenerla presa y oprimida. Pero la Luz y el Poder del Cetro de Dios llegará, de la Mano del Hijo del Hombre, para liberar a los corazones y a las almas de la Tierra que viven las prisiones de la vida, que viven la opresión, que viven la perdición.
No puedo prometerles, compañeros, tiempos de alegría porque lo que hoy vive la humanidad es por su propia elección. Pero si están Conmigo, Yo les puedo prometer tiempos de júbilo, de milagros, de conquistas internas y espirituales, tiempos de trascendencia y de cura, momentos de perdón, de reconciliación y de paz, aunque el mundo en su superficie esté en constante batalla.
Toda la Creación está llegando al momento de su Juicio Universal y, cada día que pasa, ese momento se aproxima a la consciencia humana. Nadie estará excluido de ese acontecimiento. No será un Juicio para castigar, sino que será un Juicio para rever, para reflexionar y madurar y, especialmente un Juicio para corregir.
El Padre Celestial Me ha enviado a la Argentina, en esta situación y circunstancia, y también Me envía por el mundo entero, por todas las almas, por todos los pueblos y todas las culturas, por todas las religiones, para que Yo les anuncie la Buena Nueva que debe despertar en sus corazones la oportunidad de volver a Dios y de estar ante Su Presencia; sabiendo que el Padre Celestial espera entregarles Su Amor y Su Bondad, Su Misericordia y Su Perdón para que, verdaderamente, compañeros Míos, aprendan a ser felices en la vida espiritual y material, uniéndose todos los días a la Fuente de Dios, sabiendo mantener, dentro de sí, el contacto interior.
Mas, lo que Me mueve a venir a las naciones del mundo es la adhesión de Mis compañeros, servidores y colaboradores, de los peregrinos, de los que intentan seguir fielmente el Camino de Cristo. Esto es lo que Me motiva a venir aquí, especialmente a la Argentina, porque sé que existe el potencial para gestar, dentro de cada corazón argentino, su proceso de redención y de perdón, para que vuelvan a ser como en los tiempos pasados, los apóstoles de Cristo.
Dentro de cada uno de ustedes, dentro de cada uno de Mis hijos de Argentina, existe una luz desconocida que aún no han descubierto. Argentina tiene una tarea importante como país y como pueblo, como una parte de la humanidad que preparará, por su compromiso, el Retorno de Cristo. Y esto ayudará, beneficiará y favorecerá a las demás naciones del mundo, como por ejemplo a Uruguay que no se está abriendo para escuchar la Voz del Padre Eterno.
Este es el tiempo, compañeros, de saber luchar por medio del amor y sin espadas, porque el triunfo de Mi corazón se dará en la concreción del Plan Divino en sus vidas, con sus ejemplos, en su fidelidad Conmigo. Esto es lo que Yo necesito, algo tan simple pero profundo, algo que nace del corazón de aquel que comprende, más allá de Mis Palabras, el Propósito de su Maestro y Señor.
Vengo a colocar en Argentina un bálsamo de paz y de reconciliación, sabiendo que Dios, su Padre Celestial, no puede estar ausente de la consciencia de Argentina y no puede ser sustituido por las formas de vida y por las elecciones, tan inconscientes, de los hombres y mujeres de este país.
No pueden entrar, compañeros, en la misma corriente de conflicto, de adversidad o de caos. Por medio de la oración, activen el Rayo de la inteligencia, del discernimiento y de la ciencia; y tendrán fe y conocimiento para poder superar el fin de los tiempos y así poder ayudar a sus hermanos, a los más ignorantes, a los más perdidos, a los que no tienen a Dios y a los que lo niegan completamente.
Pero los tiempos más difíciles llegarán y no será necesario que los vivan. Aún tienen tiempo para poder recapacitar y reconciliarse con Dios, así como Mi Madre lo pidió una vez en Fátima a toda Europa, después de que Europa fue completamente destruida por la adversidad y el caos. Pero, en la Argentina, a pesar de sus tiempos difíciles, existe una pureza que aún es desconocida, una pureza especial que les ha dado Dios para que por medio de su Rayo de Voluntad-Poder aprendan a alinearse con el Propósito y a manifestar Su Voluntad. Sé que aún no alcanzaron esto, pero mantengan firmes sus aspiraciones para poder gestar, sobre la superficie de la Tierra, una verdadera familia espiritual que es parte de la Hermandad Divina de Nuestros Corazones y que, más allá de todo y de cualquier acontecimiento, se une a Dios de corazón y en fidelidad.
Hablo tanto de fidelidad, compañeros, porque es lo que los protegerá de ustedes mismos, no solo a Mis compañeros de Argentina, sino a todos Mis seguidores, servidores, colaboradores y consagrados. El mal no conoce la fidelidad, la fidelidad a Dios, a Su Propósito, a Su infinita Voluntad y Sabiduría. Si ustedes conocen la fidelidad, se volverán verdaderamente libres de las cadenas, de las amarras, de las opresiones de la vida y del caos planetario; porque la fidelidad siempre los podrá llevar a la paz, a la confianza y a la certeza absoluta de que Dios está en ustedes y en todo.
Argentina es el preámbulo de grandes acontecimientos que se avecinan y que se aproximan. La adhesión de los corazones, por poco que parezca, representa mucho para Dios. Por eso, Su aproximación a la consciencia de los argentinos se dará en estos meses de agosto y de septiembre de una forma especial, porque será la preparación para una nueva etapa de desafíos, de exigencias y de entregas cada vez más profundas y definitivas.
Sé que muchos podrían no sentirse preparados, aptos ni disponibles para lo que les estoy diciendo y pidiendo, pero crean y confíen que si siempre están Conmigo y Me llaman, lo podrán lograr porque conozco a sus personas, a sus almas, a sus espíritus y a toda su vida interna. No pediría algo que nunca pudieran alcanzar, pero hay una parte que ahora le corresponde a cada uno de Mis compañeros, servidores, colaboradores y consagrados.
Cada uno tendrá su momento de entrega y de profunda definición, que será entre el alma y Dios, para que la Gracia Divina siga descendiendo al planeta y a la humanidad. Y, a pesar de que en la superficie de la Tierra ya nada tenga sentido ni motivo, habrá una razón de seguir estando aquí, en este planeta azul, por esta creación y por esta sagrada naturaleza que les ha dado el Padre Celestial para que aprendan a contemplarlo, a adorarlo y a amarlo en todo lo que vive y vibra.
Sé que quisieran escuchar palabras preciosas, agradables y que consuelen a sus corazones, pero yo nací en la superficie de este planeta no solo para anunciarles la Buena Nueva, sino también para decirles siempre la Verdad que los hará madurar y crecer interiormente.
Que esta Maratón, tan importante para Mí, sea una Maratón de madurez y de crecimiento en la consciencia y en las acciones, para que nuevas responsabilidades puedan ser entregadas en sus manos y puedan seguir representándome en este tiempo crítico, en el que la mayoría de las almas no quiere ver a Dios.
Le pido al mundo entero que ya no culpe más al Padre Celestial por lo que le sucede, que asuman la responsabilidad de lo que hacen, día a día, sabiendo que el Universo les dió leyes y mandamientos para estar alineados con el Propósito y para saber seguirlo sin necesidad de perderse ni confundirse.
Coloquen sus consciencias en lo que es vertical, en lo que va hacia lo Alto, en lo que los une al Universo y así encontrarán la paz y la fuerza interior para seguir adelante, para seguir Mis pasos, de pies descalzos y humildes que los llevarán al encuentro de la Vida Crística.
Que esta Maratón sea un motivo de renovación, de conmemoración, porque se cumplen más de seis años desde que Yo les pedí, compañeros, ofrecer la Maratón de la Divina Misericordia en estos tiempos difíciles, para sostener el Plan de Dios en la humanidad y soportar las corrientes de la adversidad y del caos, aprendiendo a transmutarlas y a liberarlas con la fuerza y el poder que tiene el verbo en la oración.
En la confianza de Dios, Yo les doy la paz y la gratitud infinita por haber preparado cada detalle con amor, consciencia y entrega para su Señor, su Maestro y Redentor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Así como en Mi Corazón espiritual guardo a cada una de las almas, de la misma forma guardo a las naciones del mundo, especialmente a aquellas que en el fin de los tiempos tendrán una importante misión.
En este sentido Argentina será la cuna espiritual de los nuevos tiempos, tiempos que vendrán llenos de la Gracia de Dios y que permitirán que ciertos acontecimientos se presenten a fin de impulsar el despertar de las almas.
Argentina es un pueblo y una nación con muchas oportunidades que sus propios habitantes reconocerán, si viven el camino de la redención y del perdón.
Argentina es un país no solo repleto de bellezas naturales, sino que también es una tierra que guarda sus heridas, heridas muy difíciles que Yo mismo iré a cicatrizar a través de Mi Presencia.
Para que la cura llegue a los corazones de Argentina y a todo su pasado, el pueblo argentino y la humanidad deberán invocar verdaderamente por Mi Misericordia, para que desde lo más alto del Universo pueda descender el rayo inmaterial de la liberación y sea ese rayo el que transmute y redima a la consciencia argentina, y así un nuevo ciclo podrá comenzar.
Estaré atento a la voz de las suplicas de cada uno de Mis compañeros.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
No tengan miedo de dar un salto en dirección al vacío.
No tengan miedo de corregir sus caminos y recomenzar.
No tengan miedo de dar lo mejor de sí por amor.
No tengan miedo de dejar de lado los propios pensamientos, sentimientos, angustias y alegrías para superarse a sí mismos, en nombre del dolor que el planeta padece en este tiempo.
No tengan miedo de entregarse y de descubrir la plenitud que no se basa en las satisfacciones humanas. Encontrar la vida superior es también transformar el sentido de la alegría y de la plenitud, transformar lo que los satisface y dejar que sus seres encuentren la paz de servir a Dios y al entregar todo de sí, al descubrir que se pueden olvidar de sí mismos por un planeta que sufre, por un Plan a cumplir, por un Amor Divino que se debe renovar.
Miren hacia la Cruz todos los días; contemplen el Amor absoluto de su Señor. En él se encuentra la llave para la cura de todos los pecados, para la trascendencia de todas las miserias, para la entrega de todas las resistencias.
Transformarse, en este tiempo, es dar un salto al vacío y a lo desconocido. Descubran un servicio que no vivieron, un amor que no sintieron, una entrega que no conocieron. Esto comienza, hijos, queriendo, luchando y afirmando la propia superación todos los días.
Tienen Mi bendición para esto.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Cuando se abren las Puertas del Cielo para que su Madre Celestial llegue hasta aquí, el Tiempo de Dios se une al tiempo del mundo y una realidad superior se hace visible, transformando con su presencia las capas de la ilusión de la vida sobre la Tierra.
Traigo Conmigo la realidad sublime del Paraíso para que puedan sentir la Gracia de estar en Dios. Cada vez que Me aproximo al planeta, la presencia de este Reino Celestial transforma un poco más la vida sobre la Tierra y auxilia a la humanidad para que encuentre la Verdad de la vida superior y la viva.
Vengo en este tiempo a concretar la Misión espiritual que Dios Me concedió y a manifestar las profecías que fueron anunciadas a lo largo de la evolución humana y que hoy deben ser vividas.
Estoy despertando a los corazones de los que deben preparar el Retorno de Cristo a este mundo a través de la oración y de la entrega incondicional de sus vidas, porque para eso vinieron a este planeta. Sus almas, hijos Míos, se están preparando para ese momento desde el principio de su creación. Llegó la hora de manifestar y de vivir el Propósito de Dios para sus vidas y eso sucede cuando despiertan definitivamente y comprenden el tiempo que están viviendo como humanidad.
Vengo a conceder estas mismas Gracias insondables a las consciencias de las naciones y a la esencia del planeta; de forma que, por la intercesión de unos pocos, muchos tengan la oportunidad de retornar a Dios.
Ustedes ya saben que cada vez que llego a una nación es para arrancar con Mis santas manos las raíces del mal, del sufrimiento y de la ilusión que, desde hace siglos, se fueron adentrando en las consciencias de los hombres para estimularlos al mal, a la indiferencia y al desamor.
Estamos en el tiempo de una gran batalla espiritual, hijos Míos, la que, a diferencia de los conflictos de este mundo, se vence con el amor, con la unidad, con la oración y con la persistencia en la fidelidad a Dios y a Su Propósito.
Esta batalla es más profunda que lo que fue descripto en el Apocalipsis de Juan y más amplia que las dimensiones de la vida sobre la Tierra. Ella comienza en lo más profundo de los corazones de los hombres, en donde la consciencia debe luchar consigo misma para permanecer en el amor y en el Propósito Divino, y después más allá de las dimensiones de la vida material, esta batalla adquiere proporciones mayores y más profundas y para vencerla los corazones deben alcanzar grados mayores de amor, de consciencia y de despertar.
Por eso estoy aquí. Yo soy su Madre Celestial, Aquella que sostuvo al Redentor hasta los pies de la Cruz y que, lavada por Su Sangre, se comprometió a sostener la cruz de cada uno de Sus compañeros hasta el final del fin de los tiempos. Estoy aquí, guiando sus pasos y sustentando sus corazones y sus consciencias a través de Mi permanencia en el mundo.
Confíen en Mi presencia, hijos Míos, porque lo que vengo a hacer en sus vidas es manifestar la Voluntad de Dios y auxiliarlos para que ayuden a este mundo y más allá de él, para que sean los precursores de un Amor nuevo para toda la Creación.
Hoy quisiera conducirlos a un despertar profundo para que sientan la Verdad y el Reino de Dios. Por eso, oren con el corazón para que el Reino de su Padre descienda hasta aquí y les dé a conocer no solo Su Paz, sino sobre todo Su Gracia, Su Verdad, Su Sabiduría y Su despertar.
¡Yo los bendigo y les agradezco por responder con amor a Mi llamado!
Los aguardo en oración.
Su Madre María, Rosa de la Paz
No importa cuán imperfecto o defectuoso seas. Eso no tiene ningún valor para Mí, lo que tiene importancia es que mejores todos los días un poco más para que, así, Mi Obra de Redención y de Misericordia se realice en tu vida y en el mundo.
Lo que verdaderamente importa es que lo intentes todos los días, que te esfuerces de verdad por agradar a Mi Corazón ofendido. Eso Me bastará para contarte como parte de Mi rebaño apostólico en el fin de los tiempos.
Nunca dejes de abrir el corazón para la transformación de la vida y de la consciencia, porque en esa simple apertura permitirás que los milagros de conversión y de transformación sucedan, de etapa en etapa.
No busco tu santidad ni tu realización inmediata. Busco lo más verdadero que guarda tu corazón y lo que aún no le has mostrado a nadie.
Ábrete a amar tus imperfecciones para que ellas se transformen. Nunca entres en conflicto ni en batalla. Nunca te dejes vencer por la soberbia ni por la arrogancia.
Ríndete a Mis Pies todo el tiempo y sobre ti construiré Mi Templo Espiritual.
Adelante.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Yo los hago apóstoles del fin de los tiempos para que puedan testimoniar dentro de ustedes los frutos de la Divina Palabra.
Yo los hago apóstoles del fin de los tiempos para que representen a su Redentor en este ciclo crítico y agudo del planeta.
Yo los hago Mis apóstoles para que vivan Mi Voluntad y para que la manifiesten más allá de sus posibilidades y miedos. Porque viviendo Mi Voluntad alcanzarán la libertad espiritual que necesitan para poder seguir dando los pasos rumbo al cumplimiento del Divino Propósito.
Yo los hago Mis apóstoles del fin de los tiempos para que vivan en caridad y en servicio, para que en ese ejercicio de entrega puedan experimentar el Amor Crístico y lo puedan manifestar en la Tierra.
Los hago Mis apóstoles del fin de los tiempos para que se arriesguen, cada día más, a vivir en el vacío de sí y con absoluta confianza de que todo se cumplirá conforme a lo designado por Mi Padre.
Los hago Mis apóstoles del fin de los tiempos a fin de que preparen internamente Mi Segundo Retorno.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Soy la Señora de la Cruz y en este sagrado día rememoro todos los hechos importantes y benditos que Mi Hijo dejó como legado a la humanidad.
Soy la Señora de la Cruz y hoy permanezco abrazada a ella, porque la Cruz es la reliquia espiritual de redención y de amor más importante para las almas; porque en la Cruz está la salvación del mundo y la liberación de los perdidos.
Soy la Señora de la Cruz y revivo el gran misterio de amor y de compasión que expresó Mi Hijo, desde que estaba en Mi vientre hasta Su gloriosa Resurrección.
¿Cuál es el misterio de la Cruz?
Es el amor inconmensurable e infinito entregado por un corazón humano, al igual que el de ustedes, que se donó hasta el último momento, hasta la última espiración, para conceder al mundo la redención.
Soy la Señora de la Cruz y hoy contemplo todo el nuevo legado que les entregará Mi Hijo en estos días, para que Mis hijos aprendan a atravesar el fin de los fines, el término de un ciclo para comenzar uno nuevo.
Soy la Señora de la Cruz y hoy los invito, queridos hijos, a que ustedes sean parte viva del testimonio de la Santa Cruz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más