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Bases ardientes de una vida comunitaria y grupal - Parte VII
En una comunidad debe existir espíritu de unidad y de pacificación para que, en ese camino, cada miembro pueda hacer florecer lo mejor que tiene de sí, para aportarlo al camino de la construcción evolutiva.
La comunidad se conforma como una familia espiritual diversa, como un espejo del original Proyecto de Dios para los pueblos sagrados.
En esa diversidad se deben trascender las creencias y las formas de cómo llevar adelante una comunidad, así se evitarán desencuentros entre sus miembros.
Los valores antes detallados, que debe vivir la comunidad, formarán en las consciencias la gestación de nuevos atributos para que, en ese camino de formación y de aprendizaje, las almas comiencen a percibir no solo sus virtudes, sino también la Gracia que las atrajo para comenzar a vivir una vida diferente que permita aplicar valores hasta en lo cotidiano; pero, principalmente, que la consciencia sea colmada de valores espirituales que, con el tiempo, atraerán la neutralidad y la paciencia, lo que mostrará lo maravilloso de cada ser.
La familia espiritual, que es una comunidad, alcanzará la unidad inquebrantable a través de la consideración por aquel que se transforma e intenta vivir todos los días algo nuevo y profundamente evolutivo.
Los miembros de la comunidad son los hermanos internos de aquella alma que se está transformando lentamente o que también puede dar un salto en su proceso de redención.
La Hermandad es el arquetipo espiritual que la comunidad deberá alcanzar para que, algún día, pueda ser consciente de estar cumpliendo las Aspiraciones de Dios.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Muchos se preguntan de dónde partirá la unidad entre las diferentes culturas, religiones, razas y naciones. ¿Cómo unir tanta diversidad?
Pocos descubrieron la potencia del Amor de Dios y casi nadie vive la verdad que es saber que, si un Dios tan infinito fue capaz de crear tanta diversidad, Él se encuentra en todas las cosas y también en las diferentes religiones inspiradas por Él.
Las criaturas están dentro de la Consciencia de Dios, y Dios en ellas, pero la ignorancia que cerró sus ojos no les permite ver que el Creador está ahí, en lo profundo. Y, así, viven una ilusión, una vida separada de Él, solo por el hecho de no saber que Él Es en todo lo que fue creado. No lo ven y no lo sienten porque no se abrieron para saber que Él está en el interior de los seres.
El Creador, en Su posibilidad inconmensurable de amar, a lo largo de la existencia de la humanidad, concibió muchas religiones. Cada una conduciría una parte de Su Creación, pero al mantener viva su esencia todas llevarían a un único fin.
Cuando María dice que unirá, en Su Inmaculado Corazón a las diferentes religiones, pueblos y razas, no significa que todos reconocerán a la persona de María como Madre de Dios. María es la propia Unidad, pues Su Manto ampara en sí a toda la Creación. Como Unidad, Ella conduce a las diferentes religiones al Amor, que es el Principio que expresa Su Hijo.
Puede ser que muchos no reconozcan a la persona de Cristo como el Camino, la Verdad y la Vida, pero aquellos que creen en el Amor y viven en el Amor están en Cristo, sin saberlo.
El Amor que Cristo expresa trasciende la existencia de la persona de Jesús. La Unidad que expresa María trasciende la persona de María. Ellos ya no son parte material de una Creación. Aquellos que provinieron de un Espíritu Único se manifestaron en la Tierra para construir un camino, para expresar un arquetipo, para dar un ejemplo vivo y, ahora, en las diferentes escalas de evolución, siguen dando ejemplos y dejando Sus pisadas en todas las dimensiones, para que incluso los ángeles sigan Sus pasos.
Los principios de Amor y de Unidad son posibles de vivir para todas las religiones verdaderas e, incluso, aquellos que no tienen una religión guiada por una institución, pero que, en sus corazones, buscan religarse con Dios todo el tiempo por el Amor y por la Unidad. Es así como Cristo y María conducen a la humanidad.
Ser cristiano es más que creer en Cristo. Si quieren llegar a la religión del corazón, en la cual todos son hermanos, hijos de un único Dios, crean en el Amor y en la Unidad.
El Amor y la Unidad los llevarán al Origen. Esta es la razón de la existencia humana: vivir esos dos atributos universales, que un día se hicieron carne y que hoy retornaron al Corazón Purísimo del Creador, para que toda criatura que vive, desde la materia hasta el espíritu, pueda retornar a Dios.
Quiero que anuncien al mundo que Dios es único y que los une a Él en los principios del Amor y de la Unidad. No importa que el camino sea aparentemente diferente, porque unos tendrán más apertura para seguir los pasos de Mahoma; otros, los de Buda; otros, de Cristo; otros, de María; pero todos pueden unirse, en espíritu, en el Propósito de Dios para la humanidad, que es único: el Amor y la Unidad para llegar a Él.
Vivan con esa certeza en el corazón y no duden, ni un solo instante, de la posibilidad de que Dios, del cual provienen todas las cosas, pueda hacer retornar hacia sí, todo lo que un día Él creó.
Yo los amo, los bendigo y les pido que sigan orando por la Paz en el planeta. Todos los días recuerden que sus espíritus ya viven en Dios y que, solo de ser conscientes de la Presencia de Él dentro de ustedes, ya son portadores del mayor misterio de Amor y de Misericordia de esta Creación.
Oren por los que desconocen el Amor de Dios y por aquellos que creen que lo aman, pero que no conocen el verdadero Amor ni la verdadera Unidad que llevan al Creador.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más