MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis amados y queridos hijos:

En estos días, algo profundamente anónimo y significativo sucedió para su Padre Dios. Fue el servicio desinteresado y humilde que cuatro de Sus hijos misioneros prestaron por el bien y por la paz en Mi querida nación de Turquía, en donde su Madre Celeste vivió, en recogimiento en Éfeso, la síntesis de la Dolorosa Pasión de Jesús, después de que Mi Hijo ascendió a los Cielos.

En este gesto de misioneros tan jóvenes, de representar el código del Amor de la Jerarquía en un mundo y en una sociedad hipnotizados y anestesiados por la indiferencia y la ambición material, el servicio anónimo de Mis cuatro hijos misioneros elevó a las almas de Medio Oriente a la dignidad de almas rescatables.

Quiero que comprendan de corazón lo que esto significa, hijos Míos, ante un escenario desolador en Medio Oriente, un Medio Oriente destruido por el uso del poder, de las armas y de la guerra, que ha sacrificado a cientos de personas inocentes y principalmente a niños.

¿Saben lo que significa para Dios escuchar o ver a un niño morir en una guerra?

¿Hasta cuándo tanta impunidad y maldad, hijos amados?

Por eso, hoy Mi Corazón se alivia un poco, al ver todo ese sacrificio por Cristo, de solo cuatro hermanos, que vale más que todo el dinero y el prestigio en el mundo.

Tomen consciencia de esto y reconozcan, de una vez y para siempre, en donde ustedes se encuentran, repletos de Gracias, y en los espacios sagrados en donde están.

Hijos, ya no permitan que la ingratitud los controle y los desvíe del camino. El Corazón de Dios está sufriendo por este mundo frío y cruel. Yo los invito a valorar por amor todo lo que tienen y a valorarlo por todos los que ya no tienen nada y lo perdieron todo.

Este es el tiempo del Juicio, en el que todo se mostrará para que las almas decidan qué camino seguir.

Mi Corazón es el refugio para los afligidos.

En el nombre de Mi Hijo, agradezco la valentía, la resignación y el amor de Mis cuatro misioneros de la paz en Turquía.

Dios los bendiga siempre. Oremos por los que sirven en todas las misiones, para que el Amor de Cristo Vivo sea la fuerza de voluntad ante tanta desolación.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

 Los bendice,

 Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz