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Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy vengo con una Faz que el mundo aún no ha conocido. Yo soy la Madre de todos los pueblos. Aquella Consciencia que una vez se presentó como el Espíritu Sagrado e Inmaculado, a los pueblos del principio.
Como Madre de la Consciencia Indígena, hoy Me presento con una Faz diferente para que vean que nada está separado y que las almas solo se pueden unir a través de Mi Corazón de Luz.
Hoy vengo con las vestiduras del principio de los pueblos para poder reflejar en esta humanidad y especialmente en este lugar, el espíritu de lo sagrado y de lo puro; lo que Dios concibió en cada consciencia indígena cuando originalmente vivía el principio de la unidad con la Creación.
Yo soy la misma Mujer que gobierna el Cielo y la Tierra y que, con Sus más de mil Faces, a lo largo y ancho del planeta, se presenta en esta región para unir lo que está separado entre las consciencias de los pueblos originarios y Dios.
Es por eso, que Mi finalidad de venir hasta aquí, sobre todo el Propósito que el Padre Me ha indicado, como el Espíritu Sagrado de la Paz y de toda la sabiduría del universo, es que hoy Yo ya estoy cumpliendo la Misión en la que el universo Me colocó, de poder trabajar espiritualmente con la consciencia de los pueblos originarios, no solo de Norteamérica, sino también del mundo. Porque en verdad les digo que, al principio de estas primeras civilizaciones, la Consciencia Indígena siempre fue pura, antes de que el hombre blanco surgiera.
En toda América, Dios creó una civilización sagrada, así como creó la civilización de los pueblos de Israel que fecundaron principios peculiares que ayudaron a la humanidad a encarnar el espíritu de lo sagrado, el espíritu de la reverencia y de la devoción, por todo lo que Dios concedía a las consciencias. Cada pueblo y cada raza, a lo largo de la historia de la humanidad, pudo comprender de diferentes formas a la Creación.
Pero hoy vengo a hablar de la consciencia indígena norteamericana, porque muchos de ustedes tienen que ver con ella, a pesar de que vengan de diferentes naciones y pueblos, de diferentes razas y orígenes. Todos están unidos bajo un mismo principio espiritual y también genético. Todos vienen desde la misma Fuente y todos surgieron desde el mismo portal para poder gobernar a este planeta bajo el orden y la armonía universal.
Por eso deseo, queridos hijos, que, abriendo sus sentidos y todas sus consciencias a las palabras de la Divinidad Celestial, puedan penetrar los misterios que en este día ya dejan de ser ocultos para toda la consciencia planetaria. Es que, como Madre y Señora de los Pueblos, vengo en esta tarde, queridos hijos, a intentar concebir y fecundar en el espíritu de la Consciencia Indígena, los patrones de vida y de evolución que una vez perdieron.
Sé que muchos de los pueblos de Norteamérica, que en el principio representaron al espíritu de lo sagrado, fueron influenciados por los colonizadores, llevándolos a realizar acciones que cambiaron el rumbo de su destino, de su futuro y de su propósito.
Y aunque todo esto ya sucedió, es el motivo y la razón, queridos hijos, de que vuestra Señora de los Pueblos, de los pueblos de Norteamérica, hoy se presenta con las vestiduras de la Consciencia Indígena, para recordarles el camino del retorno, el retorno al Corazón del Padre, del Espíritu Sol y del Espíritu Luna, que crearon en estos pueblos una manifestación sagrada de amor y de hermandad, con cada esencia de los elementos de la naturaleza.
Sé que para ustedes será imposible, queridos hijos, poder retornar al principio, al origen de cómo eran sus pueblos. Pero la experiencia, la experiencia de sus espíritus, que provienen de otros orígenes y estrellas, no se ha perdido. Es eso lo que Dios Me ha pedido: que sus consciencias y principalmente sus corazones vuelvan a recuperarse en estos tiempos. Porque será ese espíritu sagrado y puro que ayudará a la transición de los Estados Unidos, sobre todo para las pruebas que se avecinan y para las cuales la mayoría de los norteamericanos no está preparada.
Con Amor materno, con Espíritu Sagrado de devoción y de reverencia por cada una de las consciencias originarias que formaron el espíritu sagrado de los Estados Unidos, Yo vengo a pedirles, queridos hijos, que ingresen nuevamente en la Unidad de Dios. Que ingresen nuevamente en los patrones de vida y de evolución que hicieron de sus conciencias los pueblos más puros del planeta.
Es así que, en este tiempo, Yo los invito a reflejar lo que verdaderamente son, lo que verdaderamente son, esencialmente, porque eso es lo que Dios necesita para que en los tiempos que llegarán se pueda formar una Nueva Humanidad, basada en los principios sagrados que una vez existieron en la Consciencia Indígena como los pueblos antiguos del desierto, pueblos que permitieron la encarnación del Hijo Sol, en los tiempos pasados, en una humanidad que necesitaba ardientemente de la redención, de la salvación y de la liberación de la condición humana que le imponía su propio código genético.
Abriendo sus ojos a la Ciencia de Dios, queridos hijos, sientan Mi Corazón, Mi Corazón indígena, Mi Corazón de Madre, de Madre Tierra y de Madre Cielo, que viene a ofrecerse a ustedes en esta tarde, para poder recuperar lo que el mundo ha perdido de más valioso en este tiempo.
Quiero que lleguen a Mis brazos, a Mis brazos maternales, a Mi Espíritu de Paz, de hermandad y de reverencia, como pequeños niños, como niños de luz, como esos niños que participaron en los principios de los pueblos originarios de todo lo que era bendito y sagrado para la Consciencia Indígena y que hizo de esos pueblos pueblos sagrados, ya que estaban unidos a Dios por medio de los elementos, por medio de las ceremonias de alabanza y de adoración a los elementos de la Creación.
Queridos hijos, abran sus corazones a Mis Palabras, porque Mis Palabras son energía, son vida y son divinidad que vienen a transformar las cosas que están corruptas para que, finalmente, se vuelvan incorruptas y estén al servicio del Propósito de Dios.
Contemplen Mi Faz de Señora de los Pueblos, de la Consciencia Indígena, que hoy se muestra al mundo para que, a través de este símbolo de Mi santa Faz, puedan descubrir, comprender y penetrar Mi Mensaje para este tiempo.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Con esto, vengo a disolver la indiferencia de los corazones, para que comprendan, hijos, que cada pueblo, cada raza, trae un propósito divino, perfecto, para vivir en este mundo.
Como Madre y Señora de todos los pueblos, vengo a demostrarle al mundo y a sus pequeños corazones que, para recorrer el camino de retorno a Dios, deben aprender a amar y a respetar cada expresión de la humanidad, porque cada una de ellas, hijos Míos, representa una forma de amar, única, para que todas las conciencias del universo encuentren en este planeta las oportunidades de vivir el amor, así como poder expresarlo.
Hoy, con todo lo que les dije, le clamo a la humanidad y, sobre todo a esta nación, que disuelvan los preconceptos, las indiferencias y las negaciones de las expresiones de Mis hijos, que deben volver a ser sagradas, que deben reencontrar su origen.
No vengo a cambiar las formas, hijos Míos, porque existen cosas que en este tiempo no cambiarán en la forma, pero sí en la esencia más profunda de los seres humanos.
Vengo a retirar de sus consciencias los muros que los separan de sus hermanos, muros construidos en el pasado y que muchas veces desconocen, no saben que existen en su propio interior. Vengo a destruir esos muros con el poder de Mi Luz y de Mi Amor maternal, para entonces construir una fortaleza, en la que puedan entrar cada uno de Mis hijos.
Quiero que comprendan, Mis queridos, que Dios se expresa de muchas formas, que no existe un solo camino para llegar al Padre; pero todos los caminos que Él creó, cuando expresan el amor y la unidad con la vida, un día se encontrarán en la esencia pura y original de todas las cosas.
Sé que para muchos todavía es difícil amar y comprender al prójimo, por ser diferente; pero les pido, hijos, que aprendan a amar las diferencias, para que también puedan ser amados y construir en este planeta, una humanidad que exprese el verdadero Amor. Mi Hijo les enseñó a amar sin fronteras, sin límites, sin culturas y sin religiones. Y es ese Amor que les vengo a traer en estos tiempos, porque esa es la verdadera esencia del proyecto humano.
Quiero que les enseñen a sus hijos, a sus nietos, ese Amor sin límites, para que puedan crecer y vivir la fraternidad entre todos los seres de esta Tierra. Crean, hijos Míos, que en Mi Presencia Divina todo es posible si abren sus corazones y contemplan en ellos Mi Inmaculada Presencia; porque hoy, contengo en Mi Inmaculado Corazón a toda la vida, a toda Creación. Dentro de Mí, como Madre de toda la vida, de todos los pueblos y de todos los seres, están todas las cosas, están también ustedes, hijos Míos.
Reconózcanse en Mi Corazón y sepan que allí todos son uno.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En los planos internos, en donde verdaderamente todo se realiza, Nuestra Señora de los Pueblos viene a sembrar, en esta tarde, semillas de Luz que brotarán como han brotado los Hijos de María, trayendo dones de Gracia y de Misericordia para las almas.
Hoy he venido también a consagrar a aquellos que Me han aceptado como su Madre de la vida, como Madre protectora y Madre del Amor.
En esta hora crucial del planeta, en la que muchas cosas esperan por acontecer en esta humanidad, Yo les pido, queridos hijos, que, con la fuerza de sus corazones y el potencial de su fe, no se cansen de consagrar sus vidas a Mi Corazón. Porque así como los consagro a ustedes, día a día, por medio de la transformación y de la purificación, para que algún día sean espíritus sublimes, Yo consagro también, queridos hijos, a la Consciencia Indígena, porque ese legado que ellos guardan en sus esencias, debe estar presente en este tiempo para una humanidad muy dormida y también para todo el universo, que se servirá de esa experiencia para seguir evolucionando y salir de esta dualidad que ha llevado al planeta y a la raza a su autodestrucción.
Ahora llamo a los hijos, que hoy se consagrarán, para que estén a Mis pies y los pueda bendecir como la Señora de los Pueblos, como el Espíritu de la Paz, como la Consciencia Divina que fecunda a la consciencia humana, a la Nueva Raza.
Vengan aquí, queridos hijos, para que Yo los pueda bendecir en nombre de muchos hijos Míos que no Me escuchan, que no Me buscan, que no Me aceptan ni tampoco Me aman.
Yo Me sirvo del amor de sus corazones, queridos hijos, para que, sin naciones ni fronteras, Mi Amor se pueda expandir en el mundo y abrazar a los que más necesitan de redención y de paz.
Es a través del espejo de sus corazones que Yo puedo refractar la Luz para el mundo, la Luz salvadora de Mi Hijo, la Luz redentora del Padre, la Luz de la sabiduría que proviene del Santo Espíritu.
Con cada paso que ustedes dan todos los días, en la vida de servicio y de oración, Yo puedo trabajar ocultamente en la consciencia planetaria y en todas las criaturas que necesitan encontrar el camino de retorno hacia el Corazón del Creador.
Con las Gracias que hoy derrama Mi Consciencia Indígena, presente como Espíritu Sagrado en todos los pueblos, consagro a sus corazones y almas para que Mi Corazón Inmaculado, que es infinito e inmaterial, triunfe en sus vidas y en cada hermano, en cada hijo, en cada criatura que encuentren en sus caminos. Porque Yo los invito a formar parte de la consciencia de Mi Amor, para que los pueblos originarios de los Estados Unidos recuperen el amor que concibieron, el amor que los hacía comulgar con el Creador, el Amor de Jesús y de todo Su Reino.
Yo los bendigo queridos hijos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Hoy quiero que nuevamente Me canten en cherokee, porque esta proclamación la llevaré al Corazón de Dios con la intercesión de las almas simples que, viviendo su transformación y redención, imploran por sus semejantes, por sus orígenes, por la raza verdadera que concibió lo sagrado y lo divino en esta humanidad.
Con el Espíritu de la Gracia y de la Misericordia, les agradezco por haberme ayudado a llegar a Oklahoma y por todo lo que aún haré en estos días, en este lugar, con sus oraciones, en unidad con cada uno de sus corazones.
Los amo, y que este año que comienza sea un año de mayor Misericordia para el mundo y del despertar de los que aún duermen en la ilusión de la humanidad.
Les entrego una parte de Mi Cielo para que lo contemplen en el universo de sus corazones.
Sabiduría, mucha sabiduría para la humanidad.
¡Les agradezco!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Hoy Mi primer agradecimiento, queridos hijos, es para Mis hijos de la Red-Luz planetaria que, en estos dos meses, unidos a Mi Corazón Inmaculado, han sustentado esta corriente de amor y de purificación planetaria; porque Me han acompañado, paso a paso, por cada nación que Yo he visitado.
Mi segundo agradecimiento, queridos hijos, que Yo les traigo desde el Cielo, es para todas las almas orantes que, desde diferentes partes del mundo, con amor, esfuerzo y dedicación, ayudaron para que esta misión se cumpliera.
He venido aquí, a Orlando, para poder rescatar a las almas sumergidas en la ilusión de la vida material, para lavar con el agua bendita de Mi Hijo los ojos de todos los que duermen, para que puedan ver la Luz del Reino de Dios y construir en sus vidas un verdadero templo de consagración al Padre, un templo en donde pueda estar presente Mi amado Hijo para poder irradiar Sus Códigos de Luz y de Redención al mundo.
Hoy Me aparezco ante ustedes, queridos hijos, para confirmar Mi Presencia en la humanidad por un tiempo indeterminado; para unirme a cada corazón, a cada hijo Mío que acompaña esta sagrada misión, que va más allá de la consciencia mental humana y de la vida superficial.
Vengo así a traerles, queridos hijos, vengo así a mostrarles a cada uno de ustedes la Balanza de Luz de la Justicia de Dios que amorosamente hoy está equilibrada, sobre todo para los Estados Unidos, en correspondencia con las naciones más necesitadas.
He traído esta Balanza de Luz desde el Reino del Padre, porque ella ha estado a los pies del Creador siendo trabajada en estos dos últimos meses, primero por las naciones de Centroamérica, después por México y por último aquí, en los Estados Unidos. Esta es la balanza que porta y que lleva la Madre de Dios, la balanza que intercede por cada uno de los hijos, que porta en su interior y en toda su energía la Consciencia de la Madre Divina.
Es esa energía de intercesión, esa energía de Gracia, que viene al mundo para poder auxiliarlo. Y es con la ayuda y por la ayuda de los Arcángeles, que esta Gracia es posible para el mundo.
Es por eso que hoy Me muestro ante ustedes, queridos hijos, arrodillada ante la humanidad, mostrando el poder de Mi Corazón Inmaculado para pedirle a Dios una oportunidad para cada uno de los hijos de la Tierra.
Deseo en ese sentido, queridos hijos, que Me puedan seguir acompañando en esta Obra planetaria, con la ardiente aspiración de que Me puedan seguir ayudando, queridos hijos, para que Nuestros Sagrados Corazones puedan llegar a muchos más lugares del mundo, en donde también se necesita la Misericordia del Padre y de la Gracia.
Es por eso que hoy Mi Corazón emite este agradecimiento profundo y eterno a todos los que hicieron posible verdaderamente esta peregrinación. Quiero así transmitir, a cada uno de Mis hijos, Mi confianza maternal que es la que ha permitido que todas estas cosas sucedieran en este tiempo.
Deseo, queridos hijos, que las semillas que he sembrado en Centroamérica, México y Estados Unidos puedan brotar verdaderamente en este tiempo final, para que sus almas estén al servicio del Padre Eterno por todas las almas que necesitarán ayuda para vivir la transición de estos tiempos.
Por eso vengo a dejar en ustedes, por medio de las semillas de Luz que he sembrado, nuevos Códigos de Luz. Son estos mismos Códigos que he dejado en las naciones que he visitado. Son los que hoy les traigo a ustedes, queridos hijos, como la mayor Gracia para sus corazones y vidas, para que estén preparados y prontos para poder esperar a Mi Hijo con alegría y regocijo, construyendo en ustedes una fortaleza interior capaz de recibir todos los impulsos espirituales del Cielo.
Quiero así, queridos hijos, que puedan escuchar la voz de Mi Corazón. La voz que viene de Dios, con inmensa alegría y regocijo, porque toda esta etapa anterior sucedió según la Voluntad Suprema y concedió a los corazones más simples una oportunidad de curar sus vidas internas, de poder ser reinsertados en el camino evolutivo y de poder integrar la Hermandad Celestial para que más soles estén disponibles, brillando sobre el planeta, trayendo el Amor y la Gracia de Dios.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Con estas palabras, les enseño, hijos, cómo en verdad es simple transformar el destino de este planeta y también de cada una de sus vidas.
Les enseño, con el ejemplo de estos meses, cómo con el esfuerzo de cada uno y la unidad entre los servidores del Plan, la Voluntad de Dios se puede cumplir y expandir cada día más, en aquellos hijos Suyos que se olvidaron del compromiso que hicieron con Cristo.
A partir de estos meses, nuevas luces brillarán en la Tierra; nuevas consciencias despertaron y seguirán despertando, porque Mi Luz se expandirá más allá de los continentes, uniendo las fronteras y las naciones a Mi Inmaculado Corazón, y al Corazón de Mi Hijo.
Quisiera decirles, hijos Míos, que Mi Obra Divina no termina aquí, sino que comienza aquí para aquellos que no Me conocían, que no respondían a Mi llamado. Yo los llamo a la oración, los llamo a expresar la propia alma, la unidad con Dios, sin temer los juicios de este mundo. Yo los llamo, hijos amados, a transformarse en verdaderas luces que guiarán a aquellos que viven en la oscuridad cuando ya no encuentren salida en este mundo.
Yo los llamo a tornarse un ejemplo para las almas que están perdidas, expandiendo así Mi Manto en aquellos lugares donde no puedo llegar, porque las almas no Me abrieron el corazón.
Deseo que anuncien Mi llamado en los cuatro puntos del mundo; y que todas las lenguas y todas las razas puedan conocer la posibilidad de encontrar el Reino de los Cielos en el propio corazón a través de este puente que Yo construí en Mis hijos para que, dónde estén, Me puedan encontrar.
Quiero que sepan, hijos Míos, que construí en sus corazones la unión perfecta Conmigo. Esa unión debe ser fortalecida todos los días a través de la oración verdadera, a través de una plegaria de las almas que se rinden a Dios, que reconocen la propia pequeñez y la grandeza celestial para que, de esa forma, puedan ser parte de la Unidad Divina.
Vengo a este país a transformar, hijos, en sus consciencias y en la consciencia de esta nación, su forma de vivir, porque están perdidos por metas que no caminan hacia la Voluntad Celestial. Vengo a que encuentren una verdadera razón para su vida; a que descubran, en el Amor que Yo les entrego, la fuerza para trascender los obstáculos, la incomprensión de sus hermanos por ustedes haber elegido un camino evolutivo.
En esta noche, hijos Míos, les pido que coloquen a Mis pies aquello que les causa dolor, angustias y miedo; porque deseo verlos en profunda alegría y gratitud, como lo está Mi Inmaculado Corazón por haber concretado Mi Plan, esta misión divina que Dios Me encomendó.
Coloquen a Mis pies, como rosas de luz, todo sufrimiento. Deseo convertir su dolor en una dulce entrega a Dios; así como lo hizo Mi Hijo cuando estuvo en la Cruz.
De esa forma les digo que, cuando permitimos que vivan alguna prueba o algún tipo de sufrimiento, no los estamos castigando, hijos. El Creador solo les ofrece la oportunidad de entregarle una renuncia verdadera, de seguir el ejemplo de Cristo por aquellos que no quieren sufrir con nada y que solo buscan los placeres de este mundo.
Ofrezcan las propias dificultades en reparación del Corazón de Aquel que vivió el mayor sufrimiento de este mundo, para que hoy ustedes conocieran la alegría celestial.
Hoy, hijos, elevo a los Cielos sus plegarias, el clamor más profundo de sus corazones y les pido que entreguen en Mis manos aquellas peticiones que desean hacerle a Dios; porque Yo las elevaré al Cielo para que, a partir de hoy, sus vidas ya no sean las mismas y puedan caminar renovados por Mí y por la Gracia de Mi Hijo para que, a partir de ustedes, se establezca en este mundo y sobre todo en esta nación, un tiempo mayor de paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Amados niños, hijos de Mi Corazón Inmaculado, para terminar quiero decirles, con esta gratitud eterna que traigo por cada oración pronunciada, por cada canto entonado, por cada colaboración realizada, por cada sacrificio ofrecido a Dios, por cada detalle que le han ofrecido a Mi Corazón que, a partir de este día, los prepararé para una gran tarea, la más importante del fin de los tiempos y que se llevará a cabo en mayo en Europa, en donde el Reino de Lys-Fátima, en el aniversario de Mis Apariciones, realizará su expansión de consciencia a nivel universal. Sus corazones están llamados a estar presentes y a prepararse, a partir de estos días, para ese acontecimiento.
Lo anuncio porque sé que es importante para la humanidad. Porque aún muchos no saben lo que es Fátima, lo que fue, lo que es y lo que será a partir de ese acontecimiento, en el que muchas esencias dormidas serán beneficiadas.
Quiero así finalizar este encuentro, convirtiendo el sufrimiento de la humanidad por medio de Mis Gracias a través de la bendición a los Hijos de María que hoy se consagrarán a Mi Corazón Inmaculado como un ofrecimiento perfecto de unión al Padre Celestial y a Su Divina Voluntad.
Para esta consagración de hoy, quiero que canten algo especial para Mí. Algo que ha rescatado la esencia y la pureza de los pueblos originarios norteamericanos. Este canto bendecirá, como Gracia, a los Hijos de María.
Vengan aquí, a Mis pies, para que los pueda bendecir y entregarles Mi Amor maternal.
Canción: “Amazing Grace”, en cherokee.
Manténganse unidos a Mí, porque aún estoy presente trabajando con la consciencia de los Estados Unidos, para que hasta en los últimos momentos de Mi Presencia, pueda recibir la Gracia de Dios.
Hoy estoy ante corazones bien diferentes, corazones amables que agradan a Mi Corazón. Por eso es que Yo los invito, queridos hijos, en esta bendición, a confirmar sus almas a la cura, a la reconciliación y al perdón que Mi Corazón les trae por medio de la intercesión de Mi amado Hijo Jesús.
Ya no quiero que lloren, sino que abran sus corazones a la Misericordia de Dios que traigo del Cielo. Reciban Mi Luz con humildad y simplicidad. Esta Luz de Mi Corazón que viene de la Fuente de Dios para nutrir la consciencia, para iluminar el alma, para glorificar el espíritu.
Con esta Gracia que les traigo, queridos hijos, Yo los bendigo, por la autoridad que Dios Me concedió como Madre de la humanidad y de todas las criaturas, y les entrego el perdón de la consciencia cherokee y de todas las tribus que fueron diezmadas por el hombre blanco. Así como en México, establezco la reconciliación interior entre las razas para que vivan, de una vez y para siempre, en el Amor de Dios.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por haberme acompañado en esta sagrada misión. Que su voz y su canto pronuncien la paz para el mundo.
Que así sea.
Canción: “Amazing Grace”, en cherokee.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más