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Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora nos pide ir en procesión hasta el Portal de la Paz, con nuestras velas encendidas, porque allá nos mostrará algo.
Seguimos en oración.
Oración: Ave María (en latín).
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Queridos hijos, les pido que estén en sintonía para la revelación del próximo secreto. Manténganse internamente en oración.
Queridos hijos, soy la Mensajera de la Verdad. Recemos para que el mundo se salve.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Hoy, en Mi Corazón, elevo a todos los corazones que se consagran en este lugar como Mis discípulos de la oración.
Hoy, recibo en el altar todas sus flores como un símbolo de reparación, de restauración y de cura para las esencias que están caídas.
Agradezcan a Dios por su despertar, por su consciencia y participación en esta tarea que realiza la Mensajera de Dios.
Recen, no se olviden de rezar.
Yo vengo a anunciar, en este tiempo, lo que la humanidad debe conocer. Vengo a evitar muchas cosas en los tiempos cercanos.
Sigan en paz y en oración.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hermanos, hoy estuvimos ante una Aparición muy especial, porque Nuestra Señora se manifestó como la Señora del Verbo Divino y, desde el primer momento de Su llegada, Ella nos orientó a ir hacia el Portal de la Paz, lugar que consideraba más seguro para que, a través de ese portal, revelara el secreto, y Nuestra Señora nos pidió que explicáramos lo que nos dijo como esencia del secreto.
Cuando Ella revela un secreto a la humanidad, que en verdad muchos no saben de qué se trata y cuando Nuestra Señora dice que revelará un secreto y nosotros tomamos consciencia de que hay algo allí guardado, un misterio que nos revela Nuestra Señora, Ella lo llama así como una advertencia para nosotros. Es una forma de que nuestra consciencia esté atenta a Nuestra Señora, que está anunciando algo diferente para este ciclo del planeta.
Hoy, Ella nos dijo que ha revelado muchos secretos a lo largo de Sus Apariciones en el mundo; y cuando Ella anuncia un secreto en un momento especial y determinado, intenta despertar a nuestros seres a algo mayor.
Hoy, Ella intentó elevar nuestras consciencias hacia otros planos más sutiles; intentaba hacernos conscientes de cosas desconocidas para nosotros; por ejemplo, lo que Ella llama Leyes de Dios, que la humanidad, según Nuestra Señora, desconoce completamente; y la falta de conocimiento de esas Leyes y de poder vivirlas, dice Nuestra Señora, desarrolla acontecimientos en el mundo.
Hoy, Ella vino acompañada de Jerarquías Celestiales y a Su lado dos Arcángeles, todo el tiempo, y otros seres de Luz que la acompañaban en este secreto. María nos hacía conscientes de la esencia del secreto para que nosotros pudiéramos colaborar y revertir esa situación que está prevista.
Durante la revelación del secreto, María hacía vibrar y despertar nuestras células dormidas con la energía que estaba descendiendo en ese momento en el que se revelaba el secreto. Era una energía fuerte y superior, que Nuestra Señora canalizaba hacia nosotros y hacia la humanidad.
Ella dijo que cuando revela un secreto no es para traernos temor. Ella necesita que nosotros tomemos, con seriedad, consciencia de las cosas que acontecen en el mundo. Por eso, Ella cuenta con cada una de nuestras oraciones para que, día a día, vayamos revirtiendo esos secretos y las Gracias se puedan derramar sobre la humanidad.
Hoy, Ella dijo, por primera vez, que María tiene como tarea advertir a la humanidad, que siempre lo ha hecho en otros tiempos y lo seguirá haciendo hasta la Llegada de Cristo.
Ella dijo que estamos a tiempo de cambiar muchas cosas dentro de nosotros y que aprovechemos cada segundo de nuestra vida. Hoy, nos pidió que no dejemos pasar las cosas por alto, que nos transformemos, que aceptemos el momento de nuestra purificación, que confiemos plenamente que todo está en las Manos de Dios; porque Ella dice que en el cercano futuro nosotros seremos instrumentos para otras consciencias, que Ella llama “consciencias caídas”, de los que están dormidos, de los que no quieren cambiar, ni siquiera escuchar el llamado de María.
La oración, dijo hoy Nuestra Señora, es una preparación para el fin de los tiempos, es un instrumento que nos protegerá y nos amparará.
En un momento de la revelación del secreto, Ella se detuvo, dejó de explicar muchas cosas y, con respecto a la oración, dio una llave importante para los Hijos de María. Ella dijo que consagra tantos hijos, en este momento, porque los Hijos de María deben ser escudos, escudos impenetrables que se fortalezcan a través de la oración y que presten ese servicio por aquellos que no oran. De esa forma, Nuestra Señora cuenta con cada Hijo de María, consagrado o aún no consagrado, para que preste ese servicio de oración que es tan importante en el fin de este tiempo.
Hoy, Nuestra Señora vino muy silenciosa. En ciertos momentos, Ella estaba un poco seria; pero a pesar de lo que estaba tratando y anunciando, nunca dejó de permearnos con Su Luz, nunca dejó de observar a cada uno de nosotros, aquí presentes.
Hoy, le preguntamos: Señora, ¿por qué dices un secreto que nadie puede conocer? Porque las almas, decía Ella, están atentas cuando Yo digo algún secreto; sienten un interés interior de poder colaborar y solucionar lo que sucede en el mundo, que es a través de la oración.
Y, al final, antes de retirarse, nos dijo que reveló ese secreto porque, los que estábamos presentes, estamos preparados para recibir ese secreto de forma desinteresada y simple.
Al final, Ella se elevó. Llevó nuestras flores como un símbolo espiritual. Consagró a los Hijos de María a través de la Señal de la Cruz. Y nos pidió que los Hijos de María, que hoy se consagraron, que forman parte de los grupos de oración de Salto, pasaran juntos frente a la imagen para agradecerle por esa bendición.
¡Gracias, Madre, por cuánto nos das!
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de San José:
Cuando los corazones le dicen sí a la llegada de los Mensajeros Celestiales, varios nudos se desatan en el mundo, porque es como si la humanidad entera emitiera su sí al Universo Celestial.
Como Casto Corazón, vengo al encuentro de sus seres para depositar, en cada una de sus esencias, los principios de una nueva vida. Siempre los llamo a que vengan a Mi entorno, a que se arrodillen ante los Altares Celestiales y delante de las puertas que se abren al Cielo, porque Mi Presencia en el mundo representa un nuevo paso para la humanidad.
Cuando estuve en la Tierra, viví la simplicidad, la pureza y la humildad que toda la humanidad debería expresar como raza. Mi Corazón era un corazón humano como este que pulsa en el interior de sus seres, pero la fe en la vida que llevaba, en Dios que guiaba Mi Corazón, permitió que transformara todos esos aspectos humanos que permeaban Mi Corazón.
Por eso, Me fue pedido que retornara al mundo porque Yo sé cómo vive la humanidad, Yo sé de cada prueba que viven sus corazones y también sé que, a pesar de todas las oportunidades que les son entregadas, siempre les costará mucho vivir la verdadera transformación de la vida; pero es necesario persistir, porque no saben lo que acontece en lo invisible de este mundo, el reflejo de sus más pequeñas acciones repercute en todo este planeta.
La Gracia de recibir a los Tres Mensajeros Divinos quedará marcada en la historia de esta nación, como en la historia de cada una de sus almas. Estos códigos, que depositamos en sus vidas, jamás podrán borrarse por más que lleven una vida común en el mundo. Solo les pido, Mis queridos compañeros, que cultiven con amor estos lirios de paz que hoy derramo sobre sus esencias, porque ellos representan la pureza que deben vivir como humanidad.
Hoy, quiero decirles que los Cielos se alegran, que los ángeles cantan y glorifican al Creador, porque la humanidad está dando sus pasos. Aunque no perciban, las almas están caminando en dirección al Reino de Dios y, a través de ustedes, muchas otras almas recibirán la oportunidad de despertar.
Por eso, les pido que, así como la Sagrada Familia fue, hace tanto tiempo, ejemplo y motivo de conversión para todos aquellos que se aproximaban a Nosotros, que la fidelidad en sus corazones sea motivo de conversión y que también sea la luz que guía a los que están en la oscuridad. Porque hoy les digo que llegará un tiempo de caos, que llegará un tiempo de profunda oscuridad al mundo; pero después de una noche profunda y fría brillará un nuevo Sol, porque luego de toda oscuridad la luz debe llegar. Esta es la Ley del universo.
Por eso, solo les pido que sean perseverantes, que jamás desistan de este camino de oración que los Mensajeros Divinos están construyendo en sus vidas. Estudien los Mensajes que les fueron entregados, porque en esas Palabras Divinas se encuentran las llaves para toda transformación, para abrir todas las puertas que los separan del universo, de su Origen Celestial.
Mis queridos, hoy les digo, como Casto Corazón, como Corazón que ya fue un corazón humano, que es posible vivir la transformación de la vida, que es posible que en sus almas nazca un nuevo hombre que representará, en el universo, la manifestación perfecta de la Creación de Dios. Todo el Cielo aguarda el paso de la humanidad.
Grande es el sufrimiento que vivieron a lo largo de los siglos, pero también grande es la destrucción que le causaron a este mundo, por la inconsciencia y la inconsecuencia con todas las Gracias que recibieron. Pero esta oscuridad es grande porque también grande deberá ser la Luz que emergerá a través de cada uno de ustedes.
Les quiero agradecer por haber venido a este encuentro; por acabar con las dudas que la mente les imprime en los corazones; por haber abierto las puertas de sus vidas, de sus casas, de sus familias al ingreso de esta Luz superior; porque, a través de este simple acto, los Mensajeros Divinos pueden transformar el destino de esta nación y liberar todo aquello que estuvo preso en este mundo, aunque sea invisible a sus ojos, todo el sufrimiento que aún existe, sufrimiento antiguo que marca el corazón de esta nación y que, a través del descenso de los Corazones Sagrados, deberá borrarse definitivamente.
Les agradezco por estar aquí; por decir sí a una vida superior, porque sus almas pudieron volver a aproximarse, porque ese hilo que los une al cosmos puede volver a existir, ligando cada una de sus esencias a su Origen Celestial, a la esencia divina de la que provienen y a la que deben retornar cuando llegue el tiempo.
Ahora, les pido que canten con alegría y con devoción, porque la Virgen María y Cristo Jesús desean acompañarme en esta hora, desean llegar a este lugar para finalizar, con la bendición del Espíritu Santo, este ciclo que realizamos en esta Nación.
Canten a la Sagrada Familia y aguarden que un nuevo portal se abrirá en el Cielo y nuevas Gracias y bendiciones serán derramadas sobre este mundo.
Canción: “Sagrada Familia”.
Palabras de la Virgen María:
Sigan tocando.
Queridos hijos, aquí les habla su amada Madre Celestial, que viene a su encuentro para derramar sobre sus almas las bendiciones y las Gracias que deberán llevar a los cuatro puntos de este mundo.
Hoy, los bendigo con la Luz del Espíritu Divino de Dios para que, hoy y siempre, este Santo Espíritu se pueda tornar vida en sus seres y pueda ser llevado a todos aquellos que lo necesitan.
Por eso, vayan y sirvan, portando en sus manos las acciones divinas. Vayan y vivan la fraternidad, la unidad con todos los corazones de este mundo. Sirvan sin distinción de raza, de credo, de estado social; sirvan a los pobres, pero también a los ricos; sirvan a los enfermos pero también a los que están sanos, porque existen muchas enfermedades en este mundo que sus ojos no pueden ver, pero que sus corazones sí podrán sentir; porque el sufrimiento, el dolor, el miedo, la falta de fe, la falta de compasión también son enfermedades que existen en este mundo y que pueden ser curadas a través del amor, de la fe, de la compasión, de la alegría, del compromiso fiel con el Corazón de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Nuestra voluntad es cicatrizar y curar sus corazones; y hoy, como Sagrada Familia de Nazaret, consagramos sus familias del mundo entero como la Nueva Humanidad.
Palabras de San José:
Como primer Padre y Sacerdote de Cristo, en la Presencia de Jesús y de María, del Amor y de la Pureza, bendeciremos a una pequeña alma que representará, para todos sus espíritus, la sanación de sus niños internos.
Con alegría, devoción y ceremonia, celebremos este encuentro, esta Voluntad de Dios que hoy es conocida por todos, por los más simples de corazón, los más humildes de corazón, los más puros de corazón que siempre consiguen ver a Dios.
Preparémonos para esta bendición y cerremos este Sagrado Encuentro.
Mi Casto Corazón, el Inmaculado Corazón de María y el Sacratísimo Corazón de Jesús, hoy presentes en Paraguay y el mundo, piden a todos los fieles que se arrodillen para esta bendición.
Cantemos.
Canción: Sagrada Familia.
Oración: Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
Por este destello de Luz que los permea y este encuentro con los Sagrados Corazones, sirvan de testimonio de vida para todos, en los tiempos que vendrán y hasta los días del Paraíso.
Los bendecimos a todos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras nos elevamos al Cielo, escuchando sus plegarias, canten junto a los ángeles a la Sagrada Familia de Nazaret.
Hermana Lucía de Jesús:
Para finalizar este encuentro, nos gustaría contarles un poco sobre la Aparición de hoy.
Antes de que San José llegara hasta aquí, los ángeles comenzaron a hacer llover lirios sobre nosotros, y esos lirios ingresaban nuestra esencia y desaparecían.
Después de que San José transmitió Su Mensaje, Él mostró cómo esta Luz de los Mensajeros Divinos se expandía más allá de este lugar y tocaba no solo a esta nación, sino también a muchas partes del mundo.
Como pudimos escuchar y sentir, los Tres Mensajeros Divinos estuvieron hoy con nosotros, entregando esta bendición, esta agua de vida que bautizó no solo a la niña, sino a todos nosotros presentes aquí.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Queríamos complementar que, cuando los Tres Sagrados Corazones anunciaron Sus Presencias, apareció a los pies de Ellos la imagen del Paraguay y un río de Sangre preciosa y luminosa comenzó a bañar a esta Nación, una Sangre que salía del Corazón de Cristo.
Y otra cosa que recordamos también es que cuando San José le decía a la Hermana Lucía que Él era un hombre de este mundo, Él mostraba muchas escenas de Su vida, aquí en la Tierra, que aún no han sido muy conocidas por la humanidad y que Él, algún día, pretende revelar para que conozcamos Quién fue verdaderamente San José y que misión cumplió con María y Jesús en aquel tiempo, y también cuál es la tarea que Él viene a realizar en este momento de la humanidad, como Mensajero Divino.
Para finalizar, queremos agradecer a todos los hermanos del Paraguay que hicieron posible concretar este Plan Divino, a todos los que oraron, a todos los que trabajaron, a todos los que difundieron y se animaron a dar un paso en este llamado; porque, en verdad, después de mucho tiempo comprenderemos lo que sucedió aquí, en esta nación.
Que, a partir de hoy, nuestro verdadero motivo sea la búsqueda de esos Tres Sagrados Corazones, la unión perfecta a través de la oración y que encontremos en Ellos la posible esperanza que necesitamos encontrar.
Si les seguimos dando el permiso para que Ellos trabajen en nosotros, seguramente muchas llaves se van a despertar en nuestras vidas, que servirán de ejemplo para otros.
Así que los invitamos a llevar esta Presencia de los Sagrados Corazones con mucha gratitud y paz, y vamos a agradecer.
¡Gracias, Señor, por cuánto nos das!
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más