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En este tiempo, ten fe absoluta en Mi Corazón, porque todo lo que sucederá no podrá hacer vacilar tu confianza en el Divino Propósito.
Desde ahora comienza a prepararte para los nuevos desafíos y los aparentes obstáculos.
Tu Maestro y Señor te ayudará a que esa fe, que debe nacer de tu interior, esté basada profundamente en el amor al servicio por los semejantes, en el amor a la Instrucción recibida, como también en el amor al Propósito Mayor.
Esas tres virtudes podrán fortalecer tu pequeña fe, para que ella sea fuerte e inmutable ante los acontecimientos de la vida.
Comienza desde ahora a afianzar esa fe en el Corazón de tu Maestro, para que, a pesar de todo, tú veas concretarse la Voluntad de Dios en las diferentes esferas de Su Obra.
Así, entrégate una y otra vez, en confianza, para que todo lo que está previsto pueda suceder sin temor al fracaso, al abandono o a la soledad.
Es hora de avanzar con valentía, sabiendo que por encima de todo debe reinar la unidad entre los corazones receptivos al Llamado Mayor.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Sigo camino hacia el encuentro de las necesidades planetarias, hacia el encuentro de las almas que más necesitan de Mi Corazón en este tiempo.
Compañeros, acompañen a su Maestro por esta nueva senda de Luz que los ayudará, como hermanos, a disolver las apariencias, las diferencias y los conflictos.
Caminen a Mi lado con la linda sonrisa del espíritu, para que todo en su interior sea curado y redimido.
Anímense a trascenderse a sí mismos y a ingresar en esta escuela del amor curador para que sus corazones sean aliviados.
Los animo al cambio de la consciencia para que sus corazones sirvan al Creador de todo lo que existe.
Les dejo Mi Paz y Mi Amor renovador.
Sigan adelante y en estos días esperen la llegada del Rey Universal.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Mis Palabras de Luz caerán en estos días como gotas de sangre, y será tan semejante como al momento de la Pasión dolorosa de su Señor.
Cuando eso suceda, deberán estar postrados ante Mi Corazón, porque su Maestro no solo transmutará el dolor humano y planetario durante los días de la Sagrada Semana, sino que también cada palabra que pronunciaré estará llena del Amor y de los méritos alcanzados por el Redentor.
Que Mis Palabras de Luz los guíen y, al mismo tiempo, los conforten.
No pierdan ni una Palabra de su Señor, porque la preciosa Sangre del Cordero estará siendo nuevamente ofrecida al Padre por la expiación de los hombres ingratos.
Solo les pido que Me acompañen con consciencia, amor y ardor en el corazón.
Solo les pido que se entreguen a Mí, para que Yo Me pueda entregar al mundo en Misericordia y Perdón.
En este tiempo vengo hacia ustedes diferente a otros tiempos, trayendo entre Mis Labios la Palabra Divina impregnada con preciosos códigos lumínicos de la Fuente. Es así que nada, absolutamente nada, se desperdicia.
Sé que muchos esperarán con fervor que Yo les hable a lo más íntimo del corazón para que ustedes sepan en qué punto se encuentra su redención y entrega.
Renuncien en esta próxima Sagrada Semana y reciban Mis impulsos de Amor como las señales verdaderas, las que les indicarán el próximo paso.
Para eso, estén atentos, despiertos y no dormidos físicamente, porque Mis Sagradas Palabras de Luz estarán siendo divinas gotas de Sangre que lavarán sus cuerpos, purificarán aún más sus mentes e iluminarán sus espíritus, así como lo espero, cumpliendo la Voluntad de Mi Padre.
Regocíjense en Mí.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Su Maestro se prepara en estos días para volver a derramar los códigos espirituales de Su Divina y Preciosa Sangre, a fin de establecer en la humanidad la urgente recuperación de los principios de la divinidad, de la lealtad y del bien en las almas.
Por eso, cada alma que se coligue Conmigo* durante los días de Mi Dolorosa Pasión, que en verdad comenzaron el domingo de Ramos hasta el domingo de Resurrección, recibirá de Mi Consciencia los impulsos que le ayudarán a sostener, junto Conmigo, esta próxima y cercana fase crítica de la humanidad.
Para eso, vengo a pedirles a todos los Adoradores que ofrezcan, al menos una vez al día, una adoración a Mi Corazón Eucarístico o una unión interna con Mi Sagrado Corazón durante quince minutos para aquellos que no tengan un lugar donde adorar.
Así, acompañarán a su Pastor en esta sagrada preparación espiritual que intentará poner el fin definitivo a muchas barbaridades que suceden en el planeta.
Prometo, ante Mis compañeros, hacerles sentir el significado interior de Mi Dolorosa Pasión para que, con los mismos sentimientos y percepciones que su Maestro vivió durante la Agonía, puedan servirse de los Méritos alcanzados por su Señor hasta Su Muerte en la Cruz.
Quisiera, especialmente de los consagrados, una unión verdadera con Mi Espíritu, porque Él actuará durante los próximos días para ayudar a las almas.
Solo les pido que intenten sentir Mi Corazón.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
*Nuestro Señor nos pide que desde el 22 de marzo hasta el 1.º de abril, Domingo de Pascua, nos unamos a Él durante quince minutos adorando Su Santísimo Cuerpo Eucarístico o contemplando alguna de Sus Sagradas Faces: Cristo Jesús Glorificado, Jesús Misericordioso, Sagrado Corazón de Jesús, para acompañarlo durante la Sagrada Semana.
Que la Palabra de Dios sea escuchada por los corazones abiertos y simples, para que se siembren en ellos los atributos del Universo y los Dones del Cielo.
Que la Palabra de Dios enriquezca al espíritu y santifique la consciencia que escucha con atención los Decretos de Dios.
Que la Sagrada Palabra de Dios impregne todos los espacios, todas las formas y todos los principios, para que reine el Don de la Sabiduría y del entendimiento.
Que la Palabra de Dios esté presente en cada labor, en cada trabajo y en cada corazón, para que en todo exista Luz y discernimiento.
Que la Palabra de Dios sea plena en los corazones y viva en las consciencias que escuchan a Dios.
Que la Palabra de Dios sea reconocida y valorada por las naciones del mundo, a fin de que se establezca la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hijo consagrado:
Renuévate en este día y celebra por estar formando parte de la Obra de Misericordia y de Amor de tu Redentor.
Renuévate en tu interior confirmando los votos internos que tú has hecho ante tu Maestro y Señor, y no te preocupes por nada, porque si Yo formo parte de tu vida y de tu existencia, tienes que creer para siempre que todo, absolutamente todo, está bajo Mi soberano Poder y que nada semejante a tu Señor podrá interferir.
Por eso, con los ojos llenos de alegría y de luz, celebra, hijo Mío, este día de confirmación y de reconsagración a Mi Paterno Corazón. Que esta afirmación interior permita construir en ti el nuevo propósito y que ese propósito pueda abrazar a más corazones.
En este día de renovación para cada consagrado que no exista el temor, la duda o la falta de fe.
Que cada alma consagrada sepa que siempre deberá hacer lo mejor para que triunfe el Corazón Sagrado del Maestro, para que más puertas inciertas en el mundo sean cerradas por medio de la íntima comunión de los espíritus con el Salvador del mundo.
Que este día sea motivo de celebración, y no de angustias, de esperanza, y no de amarguras.
Que cada alma que se ha consagrado al Redentor mire con ardiente aspiración hacia el firmamento y que, en algún punto del espacio sideral, encuentre el retorno de Cristo, primero en su corazón y segundo, en este planeta dolorido.
Que hoy cada consagrado ofrezca su consagración y sobre todo su corazón humano para ser depositario de nuevas virtudes y Gracias, para que esta Orden de amor y de hermandad, que preciosamente he fundado, reciba la Gracia de nuevas vocaciones, del despertar de nuevos talentos para estos tiempos, en los que deberán reinar el amor y la paz universal.
Reciban de su Maestro la bendición paternal para que cada alma consagrada en este día vuelva a decirle a Mi Corazón: “Mi amado Señor, aquí estoy para servirte, para cumplir Tu Voluntad”.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cuanto más cansados y exhaustos están Mis discípulos por trabajar permanentemente para Mí, es señal de que con esa ofrenda Yo puedo salvar muchas vidas y rescatar miles de almas de las perdiciones diarias.
Cada esfuerzo y sacrificio ofrecido al Señor, por más pequeño que parezca, es reconocido por el Universo, porque el valor no está en lo grande o en lo pequeño, sino en lo verdadero y en cómo se ofrece con amor cada servicio a Dios.
Por eso, los animo a amar el sacrificio y a hacerlo parte de la consciencia apostólica de cada ser, porque eso equilibra grandes situaciones que están desequilibradas en el planeta.
Anímense a seguir por este camino porque nunca les faltará el descanso, el reposo y la recuperación.
Cada acción de amor ofrecida al Cielo tiene valores incalculables para la humanidad.
De esa forma, sus espíritus pacificadores estarán presentes en cada paso y nuevamente al mundo se le concederá un tiempo mayor de misericordia y de paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Por medio de la formación espiritual, educacional y académica de Mi Orden, consagrada hace ya casi nueve años, Yo podré civilizadamente ser aceptado por el mundo y por los hombres cultos, los que no creen que en Mis nuevos apóstoles exista fuente de instrucción.
Cuando le pedí a Pedro que fundara Mi Iglesia para los tiempos futuros, también le pedí que se formara, eso fue con el propósito de que Me representara en la Tierra como sucesor de Cristo.
Hoy, en estos tiempos tan acelerados, vengo para pedir la continuidad de la formación espiritual, educacional y académica de toda la Orden, a fin de que cuando Yo ya no pueda estar más presente entre ustedes, las naciones, los gobiernos, los diplomáticos, los presidentes y las religiones del mundo den un espacio espiritual y físico para que los Míos puedan testimoniar Mi Presencia y que exista, dentro de las leyes de la Tierra, una real aceptación de la misión espiritual que Yo he venido a cumplir durante estos años entre ustedes.
Por eso, es de gran importancia para Mí, que Mis fieles colaboradores y seguidores ayuden en este tiempo en la formación de los consagrados y, sobre todo, faciliten los medios y los recursos materiales para que estos hermanos suyos puedan representarme dignamente en el futuro que llegará.
Eso ayudará de gran manera para que la Obra de la Misericordia que llevo adelante en este lugar del mundo, y por medio de los Centros Marianos, pueda ser reconocida como un lugar propicio y seguro para la devoción, la oración y la comunión de las almas con Mi Sagrado y Glorificado Corazón.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Compañeros Míos:
Que nada que provenga de ustedes mismos los sorprenda, porque así como verán mostrarse lo más oculto del hermano, así verán emerger de ustedes lo que está más escondido. Y que eso no sea motivo de habladuría ni de comentarios entre Mis discípulos, porque llegó el tiempo en que la puerta del calabozo será abierta para que se haga una limpieza profunda de la consciencia, a fin de liberarla de sus constantes errores.
Animados por Mi Espíritu Sacerdotal entrarán y se sumergirán dentro de ustedes, en oración, para liberar todo lo que ya está viejo y no forma parte de Mi Plan.
Tal vez sientan un dolor interior insoportable, pero sepan que lo más resistente y duro estará siendo quebrado por Mi martillo de Luz para que, de esa cáscara, surja el espíritu pacificador, aquel espíritu de la verdad de cada ser que antes estaba encarcelado por los aspectos de la vida.
Sé que a la mayoría se les dificulta enfrentarse a sí mismos y ver la verdad, pero sean valientes, como su Maestro y Señor fue valiente para poder superarlo todo en el amor.
Que no les falte el amor en ese momento, porque el amor es el que los liberará de esas cadenas, de esos calabozos de la consciencia, de todas las prisiones internas.
Abran sus brazos y dejen que el Rayo Liberador de Mi Corazón los impregne, a fin de establecer dentro de ustedes un nuevo ser, así como el Padre lo pensó desde el principio.
Solo sean valientes y así alcanzarán la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Vengo en este ciclo para descalzar las sandalias de Mis discípulos y, al igual que en el pasado, lavaré los pies de todos los Míos, purificándolos con Mi Fuego, sublimándolos con Mi Consciencia, retirando de cada uno de ellos lo que no Me sirve más.
Por eso, cuando les toque el lava-pies, prepárense, porque será la hora de la gran rendición y de la victoriosa derrota. Ese será el momento en el que serán más purificados e ingresarán dentro de la corriente de Mi Fuego, para poder expurgar lo que ya está vencido y viejo.
Así, Yo los mantendré preparados para Mi retorno, sobre todo para la última parte de la Obra que deberá cumplirse al pie de la Sagrada Escritura de Dios.
Si ya están sintiendo que dentro de ustedes se está removiendo la gran resistencia interior y que ella hace lo imposible para no ser derrotada, les digo: no tengan miedo, el fin del cautiverio humano está próximo y conocerán la libertad.
Por más que duela perder el control de todo, el quererlo todo o el ansiarlo todo, ríndanse a Mis Pies, porque como Buen Pastor estaré incansablemente a su lado para levantarlos del suelo de sus amarguras y penas, cuantas veces sea necesario.
Lo único que les pido es que confíen en Mí, porque a pesar de la temible tormenta o tempestad que puedan estar atravesando en este tiempo, sepan que Mi Sagrado Espíritu del Amor siempre está allí, a la espera de que Me llamen, a la espera de que Me invoquen, para que Yo tenga el permiso interior de interceder.
No bajen los brazos, el Universo necesita de discípulos despojados de sí y de todo. El Universo necesita de almas capaces de vivir, más allá de sí, la Divina e Insondable Misericordia por los que en verdad son más miserables y están dentro de esta humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro del Amor, Cristo Jesús
Mi Madre Santísima reúne en este tiempo a los que se autoconvocaron para servir al Plan de Dios.
Por otro lado, Mi Madre busca la redención del mayor número posible de consciencias, las que aún no dieron ningún paso, pero que están en el momento y en la energía para poder hacerlo.
Es así que, a través de la Obra de redención del Divino Hijo, quien no lo pueda hacer será impulsado a dar el salto significativo de su vida.
Llegó el momento de abrazar el llamado y de hacerlo parte de sí, todos los días. Eso ayudará a elevar la consciencia de los servidores, para que, al final de todo, sean colaboradores incondicionales y se lo demuestren al mundo como una parte de la Victoria de Cristo.
En este tiempo todo será conducido a fin de que nazcan en la Tierra los Nuevos Cristos, los que poblarán el planeta con nuevas enseñanzas y experiencias de amor.
¡Les agradezco por colocar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Todo lo que les pueda decir o revelar el Universo a través de la Instrucción, los llevará a la Verdad y sus ojos no estarán ciegos; al contrario, por medio de la Instrucción divina ustedes conseguirán ver una parte y un poco más, de lo que normalmente pueden ver.
Así podrán estar a la altura de los acontecimientos y, con espíritu de premeditación, sabrán qué hacer y de qué manera proceder.
De esa forma, sabiendo todo lo que el Universo les revela por medio de la Instrucción, ustedes caminarán firmes y, por más que en algún momento esa instrucción parezca extrema para la vida de un ser y para la definición de una consciencia, aprenderán a agradecerla todos los días, por no estar ausentes o lejos de la Verdad que solo intenta colocarlos en un nuevo escalón del despertar.
Sepan, entonces, amar la Instrucción como ella es y podrán estar preparados para recibir y escuchar nuevas revelaciones, las que en estos tiempos solo intentarán colocar a las almas en el camino correcto de la definición y de la entrega.
A pesar de todo, la humanidad ya fue muchas veces advertida de que llegaría el tiempo en que el propio Tiempo de Dios separaría la paja del trigo y todo sería dicho.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Siempre los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Cuando un corazón se quiebra por dentro es señal de que la Ley de la Liberación Interior se está cumpliendo.
Por eso, en este día, deja tu corazón abierto para que, como otros, él esté disponible para que caigan las estructuras y se quiebren todas las formas.
Deja tu corazón disponible para todo lo que él deba vivir, porque así permitirás que fluyan en ti las Leyes Universales, las que ordenarán tu vida y ajustarán tu consciencia.
Que tu corazón encuentre la liberación necesaria de todo lo que obstaculiza el libre caminar del discípulo de Cristo.
Deja que tu corazón conquiste el vacío de sí para que pronto pueda ser llenado por el bálsamo de la Misericordia de Mi Corazón.
Ríndete como si nada más tuviera sentido y así encontrarás la puerta de salida que te conducirá por el camino de la esperanza y del Amor Mayor.
Deja que todo dentro de ti encuentre un sentido, una realización pensada por Dios, pero que no está bajo tu poder humano.
En este sentido, permite que la Obra del Amor actúe dentro de tu ser, a fin de que en el próximo ciclo seas lo que en verdad todo el Universo espera que seas.
Sigue Mis Pasos de Luz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
En el silencio de Mi Corazón y en la quietud de Mi Alma contemplo todas las cosas e intento que encuentren su camino correcto. Hay algunas de ellas que hacen sufrir a Mi Corazón, sobre todo cuando no existe consciencia ni determinación para poder llevar adelante los grandes cambios.
Así, Yo encuentro los lugares que he consagrado como abandonados; lugares en donde antes existía la energía divina y que ahora, por alguna razón, no está.
Esto demuestra, para Mí, la falta de consideración o la ausencia de valor para con las cosas que vienen de la Gracia, ya que fue la propia energía de la Gracia la que concedió maravillas y milagros en los lugares santificados.
Cuando un lugar consagrado por Dios se descuida, es por la pérdida de amor que existe a todo aquello que una vez se recibió, y eso, primero se refleja en la consciencia.
De esa forma, la Jerarquía Celeste espera que la consciencia que podría estar descuidando la energía divina, que es un tesoro del Cielo, pueda algún día despertar y reconocerlo.
Pero cuando no hay verdadero interés o ardiente devoción todo se vuelve difícil y, poco a poco, los grandes defectos del descuido comienzan a notarse en todos los detalles y en todos los lugares.
Solo la Jerarquía espiritual tiene la potestad de rehacer todas las cosas, ya que, en un sentido oculto, hay espacios ya consagrados que no pueden perderse.
Por eso, vengo a levantar con Mis propias Manos lo que está caído; vengo, en el amor, a erguir nuevamente lo que ya está en el suelo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Concentra tu atención en Mi Corazón, que es el predilecto refugio de las almas simples y amorosas.
Unido a cada una de ellas, su Maestro y Señor hace prodigios, porque, así como las almas buenas entran en Mi Corazón, Yo puedo comulgar de las almas humildes.
El primer paso es sentirte dentro de Mi plenitud celestial.
El segundo paso, para estar en Mi Corazón, es reconocer el Océano de Mi Misericordia porque allí todo se lavará y estarás purificado.
El tercer paso es perdonarte a ti mismo o al semejante y establecer, así, un acto de reparación capaz de disolver los sufrimientos humanos para que reine el Amor de Dios.
Entra en Mi Corazón en confianza y, allí, todo se aclarará desde el primer momento.
Siéntete partícipe de la Obra de Mi Misericordia para que, por medio de tu alma, esa Obra de Misericordia y Redención se refleje al mundo.
Decídete, ahora, a permanecer en Mi manso Corazón y Yo te abrigaré y te protegeré de las tempestades del espíritu.
Comulga Conmigo en este día y siéntete renovado por la acción poderosa del Espíritu Santo.
Ten mucha fe.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice y los absuelve,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hijo:
Sé parte de una Hermandad Celestial formada por Seres de eterno e incondicional servicio a Dios.
Esa Hermandad conformada en el Universo aún es un misterio no develado; es la Hermandad de los eternos Corazones Servidores, la que Me acompaña día y noche a fin de establecer el despertar de la consciencia y de la misión de cada criatura.
Sumérgete en el Espíritu de esa Hermandad porque así conocerás, algún día, el propósito de tu existencia y, sobre todo, la realización de la Obra Redentora en esta superficie.
La Hermandad del Universo es un principio de Amor y de servicio a los Designios mayores.
Hoy te presento a esta antigua Hermandad, la que, silenciosa, trabaja por la protección espiritual de este planeta, la que responde a Mis comandos cuando su Señor y Maestro lo indica.
Sé parte de esa Hermandad de humildad y de servicio, para que en tu espíritu interior se construyan los mismos patrones de Unidad que la Hermandad vive en el Universo; así encontrarás la puerta correcta para poder cruzarla y comulgar del Espíritu Sagrado de la Hermandad.
Que la Hermandad sea el mensaje principal para los que despiertan y para los que ya despertaron; porque por medio del Espíritu de la Hermandad las almas estarán en contacto con el Universo y, así, serán fieles colaboradoras del Plan de Amor y de Redención de estos tiempos.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Retorno en esta época para terminar de preparar a Mis apóstoles de los últimos tiempos.
Vengo, en este ciclo, con la intención definitiva de terminar de cerrar el último grupo de Mis rebaños para que Me acompañen hasta el final, hasta terminar de preparar el retorno glorioso de su Maestro y Señor.
Mientras tanto, vengo para pedirles a Mis compañeros una disposición inmediata, capaz de responder a las urgentes necesidades de estos tiempos, en los que todo se desatará para definir las últimas piezas del Plan.
En este ciclo, esa disposición inmediata ayudará en la rápida elevación de la consciencia humana y, sobre todo, llevará a que las almas se den cuenta de que los tiempos cambiaron y que ha llegado la hora de abrir los ojos para lo que vendrá desde el firmamento y quedará marcado como señal.
Es momento de que los últimos soldados terminen de despertar.
Vengo con ese propósito porque será urgente e imprescindible que todos tomen consciencia, antes de tiempo, de que el planeta y su actual humanidad vivirán un gran giro.
Los espero siempre en comunión con los atributos de la Eucaristía, de la oración, del servicio y de la confesión ante Mi Corazón Glorificado.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Segundo Mensaje
Ha llegado el momento de la gran transición en donde los tiempos se unirán, en donde el viejo hombre quedará atrás para que pueda nacer el Nuevo Hombre.
Para ese momento deben estar preparados, porque nunca lo vivieron y nunca lo sintieron.
Yo estoy aquí como el Maestro y Señor para ser ese puente, para llevarlos primero hacia Mi Corazón y para que después vivan lo que tienen que vivir.
Porque ya está escrito, todo está escrito, desde el principio al fin.
Como Yo Soy el Principio, también Yo Soy el Fin, y todo pasará por Mí, para que los hombres lo comprendan.
Si el alma está unida a Mi Corazón, nada pasará porque tendrá guía, tendrá entendimiento y sabiduría para comprender todo lo que sucederá en este próximo tiempo.
Vengo como el Señor del Silencio para hablarles a los mundos internos, porque allí es en donde todo resuena, porque allí es en donde todo se escucha, porque allí es en donde todo germina y florece para la Gracia de Dios.
Vengo a llamar a los hombres y mujeres de la Tierra para que miren hacia dentro de sí y no tanto hacia afuera, porque afuera todo empeorará, ustedes lo saben mejor que Yo, lo pueden ver todos los días en los acontecimientos de la vida, en las noticias, en todas las comunicaciones.
Pero Yo vengo a usar todos esos medios para redimirlos, así como vengo a redimir a los hombres de la Tierra por segunda vez.
Todo lo que hagan en Mi Nombre tendrá un valor incalculable para este tiempo, pero deben hacerlo como Yo lo deseo y no como ustedes lo piensan.
Para saber cómo deben hacerlo, primero deben estar en Mi Corazón, de una forma verdadera y transparente. Segundo, asumir un compromiso verdadero y no tibio. Tercero, cumplir Mi Voluntad de una forma decisiva, afirmando en sus vidas la realización de Mi Plan en esta superficie.
Así estarán haciendo todo en Mi Nombre; porque muchos hacen las cosas en Mi Nombre pero no de una forma verdadera, no como lo prevén Mi Voluntad y el designio que Mi Padre Me ha entregado para cada una de sus vidas.
Necesito, de esa forma, servidores fortalecidos; necesito servidores dentro de Mi Fuego, para ayudar a concretar todo lo que está escrito y que aún no ha sucedido.
Por eso, vengo desde el Universo para generar el gran despertar; porque aún hay tiempo, aunque la mayoría no escuche, aún hay tiempo.
Como el Señor del Silencio vengo a reverberar las Palabras de Dios dentro de los mundos internos en donde se construirá la nueva humanidad, desde donde surgirán el Nuevo Hombre y la nueva consciencia para este planeta, que estará lejos de la autodestrucción y del abandono.
Vengo a construir los nuevos puentes para las almas, para que los corazones los puedan cruzar y encontrarse con lo que es eterno, visible y verdadero en lo divino.
Por eso, contaré con la ayuda de los ángeles y de los Arcángeles para llevar adelante este último impulso espiritual.
Por eso, como el Señor del Silencio, también peregrino en busca de los rebaños que han estado lejos de Mí por mucho tiempo y que ahora tienen la Gracia de retornar a Mi Corazón de una forma consciente y verdadera.
A todos esos rebaños que volveré a reunir, les entregaré Mi Estandarte de la Paz para que Me representen como embajadores sobre este planeta.
Aún es necesario seguir generando la paz en este planeta, delante de todo lo que sucede diariamente.
Aún es necesario que Mi Voz siga resonando en los corazones para que todos se abran a Mi Divina Voluntad, que es suprema e invencible.
Hoy vengo a hablarles a todos los mundos internos de los seres la Tierra.
Hoy vengo a hablar para todos sin excepción, porque allí será en donde se guardarán Mis semillas de Luz; algunas germinarán en los próximos tiempos, y otras en la próxima vida, en el próximo mundo, en la futura humanidad.
Todo es parte de una construcción silenciosa, paciente y sensible.
Nada es para ahora, porque el hombre aún no está preparado para vivir la entrega total que Dios necesita.
Pero Yo los vengo a animar a hacer los esfuerzos necesarios, a cambiar los modos de la vida cotidiana, a adquirir costumbres evolutivas y sanas, a tener como base de la vida espiritual la oración y la Comunión Conmigo, para que estén protegidos de todo y, sobre todo, de Mi adversario.
Porque si toman esas bases como algo sincero e imprescindible, no perecerán y a pesar de los obstáculos y de las pruebas sabrán seguir adelante trascendiendo las barreras, los abismos y toda perturbación.
No pierdan la oportunidad de fortalecerse en estos tiempos.
No pierdan la oportunidad de madurar en estos tiempos y de ser servidores tan verdaderos, así como Dios lo necesita.
En sus mundos internos siempre encontrarán la respuesta. No busquen a otros guías o maestros porque no los encontrarán. La humanidad está enferma y todos están enfermos en algún grado, de una forma espiritual o física.
La humanidad ingresa de lleno en su tiempo de purificación que es algo que desconoce profundamente; ninguna otra civilización, ninguna otra raza en ninguna otra era vivió lo que ustedes viven en estos tiempos; por eso, para ustedes todo es nuevo.
Pero si mantienen su confianza en Mi Corazón Misericordioso, si cumplen los requisitos que les he dictado para una vida evolutiva y verdadera, no perecerán, tendrán fuerza interior para poder vivir todo, por más duro que parezca.
Es necesario que las viejas vestiduras se rasguen para que pueda nacer el espíritu puro, aquel espíritu de la Verdad que está dentro de ustedes y ha estado preso durante siglos, por falta de amor, por falta de misericordia, por falta de paz.
Vengo como el Mensajero directo de Dios, para que en sus mundos internos repercuta Mi Palabra, pues ha llegado la hora de la definición, y en poco tiempo todo estará permitido para que la humanidad escoja la próxima etapa de su evolución.
Mientras tanto, Yo gesto a través del Amor de Mi Corazón, corazones misericordiosos y simples.
No vengo a pedirle al mundo nada difícil y lejano.
Vengo a pedirle a la humanidad que se rinda, de una vez y para siempre, ya que sus modos de vida, su forma de pensar y de actuar está deteriorando el Universo y la próxima etapa.
Quisiera decirles, en verdad, todo lo contrario, pero Mi compromiso es dictarles la verdad tal cual es, por más difícil que parezca.
Aún hay tiempo de rendirse; aún hay tiempo de arrepentirse y de soltar el poder humano para que triunfen la Luz y el Plan.
Aún hay tiempo para que depositen a Mis Pies las espadas y los escudos que solo los atan a la batalla y que los aprisionan al dolor; esos son los símbolos de sus aspectos más difíciles que aún deben rendirse ante Mi Corazón de Luz.
Yo les traigo la Fuente de Mi Misericordia para permitirles todas las Gracias, aunque muchos no las merezcan.
Yo sufrí por ustedes en la Cruz, y en este tiempo también sufro por ustedes, de otra forma, que es desconocida para el mundo.
Vengo a señalar con Mi Mano a los que he escogido, para que sigan un único camino, que es el camino de la cristiandad y no de las diversidades espirituales.
Yo vengo a rehacer la Iglesia primitiva en estos tiempos. Vengo a reconstruir el Credo en todos los hombres y mujeres de la Tierra, porque ha sido desvirtuado por muchos de Mis seguidores, a lo largo de los siglos y de los tiempos.
Yo solo podré remover algunas cosas. Solo necesito que oren Conmigo para que todo se pueda sostener en estos tiempos críticos.
No ofreceré alegrías a los corazones, sino sacrificios y grandes presiones.
Solo a quien se disponga a estar en Mí todo el tiempo, Yo no lo soltaré y guiaré paso a paso su camino para que no caiga en los abismos de estos tiempos.
Seré como una antorcha de Luz frente a su pecho, seré esa llama incandescente ante todas las tinieblas de la Tierra e iluminaré con Mi Fuego y con Mi Misericordia todos los pasos que serán dados por Mis nuevos apóstoles, los apóstoles de estos tiempos.
Pero no prometeré reconocimientos, vanaglorias ni premios mayores.
Mis amigos son muy pocos, pero Mis servidores son muchos y en ellos tengo la base de Mi Infinita Misericordia.
No quisiera que el mundo pasara a un próximo ciclo sin saber la verdad. Por eso hablo para todos los continentes, todas las naciones y todos los pueblos, y deseo que Mi Mensaje llegue en todas las lenguas posibles a fin de poder salvar a muchas más almas que esperan, algún día, Mi Retorno.
Aunque no lo parezca, Yo estoy volviendo.
Mi Hora ha llegado, así como llegó Mi Hora en la Cruz. Pero ahora vendré a liberar al mundo y vendré a expulsar a los demonios que han encarnado en la Tierra para hacerla sucumbir.
El planeta al fin será el Nuevo Edén y las almas no sufrirán nunca más, no sabrán lo que es dolor ni la culpa; al contrario, conocerán lo que es el gozo y el júbilo de estar en el Reino de Dios para siempre.
Dios santifique estos elementos para que las almas sean santificadas, algún día, por el Espíritu Sagrado de Dios.
Dios santifique este espacio para que la oración tenga un efecto planetario en este tiempo y más allá de este país.
Porque a pesar de que se levanten nación contra nación, también se unirán naciones y naciones, se unirán corazones en el Propósito de Cristo para el triunfo de la Redención.
Amado Padre Celestial, santifica todo lo que has creado a imagen y semejanza de Tu Consciencia.
Santifica todo lo que existe y todo lo que es ofrendado en Tus Altares Mayores, para que triunfe en estos tiempos el Amor de Tu Corazón y las almas más sufridas se rediman. Amén.
Santifica, Señor, lo primero que Tú has creado en este mundo, el agua, para que las almas aprendieran a saciar su sed interior y siempre estuvieran nutridas por Tu Espíritu.
Que se establezca aquí, Amado Padre, la Comunión entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Tu Corazón, a fin de que triunfe Tu Sagrada Voluntad.
Y ahora Me iré de aquí bendiciendo a Ecuador y al mundo, a fin de que estos días de oración que compartiremos juntos, sean flores en Mi Jardín de Misericordia.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Primer Mensaje
Desde lo alto de las montañas vengo a pronunciar la Palabra de Dios.
Están ante el Príncipe de la Paz, ante el Rey del Universo, ante el Corazón Humilde de Dios, el que viene a buscar de Sus hijos las obras de misericordia.
Yo Soy el Príncipe de la Paz y a la Paz de Mi Corazón los quiero llevar, para que sepan superar estos tiempos, para que sepan trascender las barreras, para que encuentren el camino de salida que en este tiempo Yo les estoy indicando y que los lleva hacia Mi Corazón Misericordioso; en ese lugar Yo tengo un recinto sagrado para todos, sin preferencias por nadie.
Vengo a buscar lo que hay verdadero en ustedes, lo que Dios ha creado desde el principio para que pudieran evolucionar y despertar a través de los tiempos.
Yo Soy el Príncipe de la Paz y les muestro Mi Soberanía. Les traigo Mi Gobierno Celestial, aquel gobierno que Dios Me concedió después de la Ascensión para que, después de todo, Yo llamara a las ovejas por su nombre y vinieran junto Conmigo a realizar el Plan.
Hoy vengo con la Paz del Reino de Dios, lo que estabiliza las energías y los espacios; lo que trae serenidad a la consciencia y despierta la mansedumbre en el corazón. Sin esta Paz nada será posible vivir en estos tiempos, sobre todo los planes que Dios espera realizar, porque Él necesita, compañeros, espejar Sus Designios sobre Sus hijos.
Ustedes saben que la mayoría de la humanidad no despertará; pero el Príncipe de la Paz hará el intento, porque la Gracia de Dios también es para los más miserables, para los que están más lejos de Mí, para los que no sienten Mi Corazón ni tampoco lo buscan.
Ingresen, ahora, hacia ese estado de la Paz celestial, en donde todo se equilibra, en donde todo se aquieta, en donde existe un profundo recogimiento para poder sentir a Dios en su interior.
El Príncipe de la Paz viene con los ángeles de la Paz para anunciarle al mundo el último tiempo de paz antes de que todo suceda, antes de que todo se desencadene, antes de que la humanidad de superficie vea la realidad que aún no quiere ver.
Construyan en ustedes, compañeros, estados de paz que sean inalterables; busquen la sabiduría y la paciencia para que eso se pueda construir en ustedes y en los momentos más difíciles sepan cómo trascender las dificultades y los obstáculos.
Desde lo alto de estas montañas pronuncio Mi Voz, y Mi Palabra Divina hace eco en los corazones.
Que resuene Mi Palabra en los mundos internos.
Que los mundos internos vuelvan a erguir los templos para que Dios pueda morar y hacer de los hombres personas nuevas, hacer de los espíritus consciencias consagradas que no temen saber quiénes en verdad son y qué han venido a cumplir en este ciclo.
Hoy coloco Mi Mano sobre Mi Pecho y les hago sentir Mi Corazón, Mi Corazón Pacificador, para que todo se neutralice, para que el obstáculo se disipe, para que las almas reencuentren el camino y la seguridad de estar en Dios.
Hoy vengo entre las nubes para anunciarle al mundo Mi llegada, primero en Divinidad y después en Gloria; primero dentro de sus espíritus y después cerca de ustedes, sobre esta superficie.
Ha llegado la hora del retorno del Señor, ha llegado la hora de la última preparación de los corazones para todo lo que ha de venir en estos tiempos definitivos.
Manténganse en la certeza de estar en Mi Corazón, construyan en ustedes ese puente que los une a Mí, y no permitan que las energías terrestres los hagan oscilar.
Estén firmes delante del Propósito, estén firmes delante de la vida, porque así serán buenos apóstoles, así cumplirán Mi llamado y realizarán sobre este planeta Mi Obra, que es para el mundo entero.
Recojan sus seres internos en lo alto de estas montañas y descubran la verdadera realidad que hay en ellas, los verdaderos tesoros que ellas guardan y que muchos aún no los pueden ver.
Pero Yo les revelo esos tesoros, Yo les revelo esos principios y esos Dones que vienen a construir el Nuevo Hombre, que vienen a hacer morir al viejo hombre, que vienen a despertar en los espíritus lo renovador.
Permitan que esos tesoros que aquí se guardan puedan ser acogidos por sus espíritus y que el viejo hombre pierda sus vestiduras para que sea bautizado por el Espíritu de Dios y esto lo haga merecedor de Su Reino.
Mientras estoy aquí, con ustedes, estoy con el mundo.
Les traigo la Paz para que la sientan y la vivan. La Paz que Yo traigo viene del Cielo y del Universo, es la Paz que viene del Silencio de Dios y de Su recogimiento más íntimo y eterno.
Que esta Paz los vuelva a erguir como consciencias, como soldados, como apóstoles y servidores Míos.
Que sus esencias sean impenetrables a los asedios del mundo.
Que sus esencias se fortalezcan ante Mi Presencia Celestial y que en ellas se depositen los códigos de la nueva Vida, los códigos de la Luz que Yo traigo a través de Mi Corazón, para hacer nacer en ustedes lo que Dios Me ha pedido para cada uno.
Que el advenimiento de los Nuevos Cristos se pueda cumplir.
Que el advenimiento de los últimos convocados se pueda llevar adelante, para que la Tierra sea preparada y también toda la consciencia humana reconozca la venida del Redentor, que aún espera con Sus Brazos abiertos el abrazo de Sus hijos y de Sus compañeros, para aliviar el dolor que siente Su Corazón debido a la indiferencia humana, a la ignorancia y al error.
Que la Paz celestial disuelva las indiferencias.
Que la Paz celestial unifique a los corazones.
Que la Paz celestial establezca el Reino de Dios dentro de los hombres, para que la vida sea regenerada y para que los Soles de estos tiempos despierten y despunten en el firmamento, dando el “sí” al Universo Creador.
Que nadie pierda la esperanza de poder redimirse.
Que nadie pierda la alegría de servirme.
Que nadie deje de seguir Mis pasos, porque son los últimos que estoy dando antes de Mi Retorno para llevarlos por el camino del gran despertar.
Que las Leyes Universales se cumplan en los hombres.
Que los Rayos del Universo desciendan sobre las consciencias para reconstruir los templos internos y, así, traer hacia la Tierra la Gracia de Dios.
Que esta Maratón sea ofrecida para la unificación de las creencias, para la trascendencia de las doctrinas humanas y de las filosofías, para que todos alcancen el Amor Crístico y allí se unan a Mí, en esencia y espíritu; para que la Iglesia que fundé hace más de dos mil años, viva los Designios de Dios y no los altere.
Por eso vengo a llamar fuera de Mi Iglesia a los que Me necesitan, a los que Me esperan y también a los que no Me buscan, porque en todos está el Amor Crístico, porque ese Amor está en ustedes desde el principio, cuando fueron creados a imagen y semejanza de Dios.
Que se encienda la llama de la fe en los corazones para que triunfe el Plan.
Porque no llegaré por la puerta mayor de Mi Iglesia para que Me reconozcan, llegaré de una forma diferente y anónima, por el lugar que nadie piensa, que ningún ser imagina.
Vendré en la noche de la gran Luna, porque ella iluminará Mis caminos y anunciará el amanecer de la Nueva Aurora.
Dios los bendiga y bendiga sus vidas, bendiga a todos los seres de la Tierra para que algún día despierten a Mi gran convocatoria.
Es hora de retornar al Amor de Dios, porque allí estará todo cumplido.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Segundo Mensaje
Y el Soplo del Espíritu de Dios llegará a la Tierra e iluminará a las almas de este mundo para que alcancen la redención y la paz.
La fuerza de este Espíritu Divino es desconocida. Él vivifica a las almas, colma con Su Luz a los corazones y trae sabiduría a todas las mentes.
El Soplo del Espíritu de Dios llegará al mundo en el momento más culminante de la humanidad, cuando las religiones definan sus caminos y cuando todos los pueblos de la Tierra vivan su gran y última transición.
El Soplo Divino del Espíritu de Dios no abandonará a los que creen en Él, porque el Espíritu de Dios, que llenará a los corazones y a las vidas, expulsará las tinieblas, vencerá a las fuerzas del caos, porque el ímpetu de Su fortaleza es desconocido, más aún cuando está en los corazones que invocan Su Poder y Su Divinidad.
Hoy vengo a anunciar el Soplo Divino del Espíritu de Dios porque algunos corazones ya lo están sintiendo y para vivirlo plenamente deben ingresar en el camino de la humildad, así el Soplo del Espíritu de Dios no se apartará y traerá a sus consciencias mucha sabiduría.
Este Soplo Divino del Espíritu de Dios fue el mismo que estuvo en María, Mi Madre, y en Mis Compañeros, los Apóstoles.
Fue el Soplo Divino del Espíritu de Dios que les permitió evangelizar, convertir a los paganos y traer esperanza a los corazones.
Fue el Soplo Divino del Espíritu de Dios el que construyó en las esencias la cristiandad, a lo largo de todos los tiempos y hasta los días de hoy.
Ustedes, compañeros Míos, han decidido, interiormente, ser colmados por el Soplo Divino del Espíritu de Dios, y eso implica una responsabilidad en sus vidas, que ya no podrán ser más las mismas, ya que sus caminos se enderezarán y una nueva vida llegará, porque el Soplo Divino del Espíritu de Dios les hará asumir responsabilidades dentro de la Obra redentora y espiritual de su Señor y Maestro.
Hoy vengo a darles la bendición, porque llegará el Soplo Divino del Espíritu de Dios, el que manifestará sus talentos, sus virtudes y dones, los que harán de los apóstoles de Cristo verdaderos misioneros de la paz y del servicio.
Es el Soplo Divino del Espíritu de Dios que preparará la llegada de los Nuevos Cristos y el despertar de las esencias crísticas que sabrán ingresar, en este tiempo final, en una profunda comunión con Dios, con el Hijo y el Espíritu Santo.
Sea el Soplo Divino del Espíritu de Dios el motivo de su alegría.
Sea el Soplo Divino del Espíritu de Dios la transformación de sus consciencias y la redención de sus seres.
Porque el Soplo Divino del Espíritu de Dios llegará con fuerza y las tinieblas le temerán, porque Su Luz es poderosa e invencible.
Fue el Soplo Divino del Espíritu de Dios que concibió la Consciencia del Hijo Primogénito en la Divina Fuente de la Creación, y desde allí Yo descendí para llegar a la Tierra, encarnar como un hombre y dar testimonio de la Palabra de Vida, así como lo hago hoy desde Mi estado de Ascensión.
Que el Soplo Divino del Espíritu de Dios los guíe, y no teman, porque cuanto mayor sea la batalla deben saber que más grande será la victoria, la victoria celestial.
Refúgiense, compañeros, en el Sagrado Espíritu de Dios, para que se tornen invisibles ante las fuerzas del caos que someten a millones de consciencias en el mundo.
Sean chispas del Soplo Divino del Espíritu de Dios y la Tierra será repoblada de nuevas gracias y misericordias, aunque la humanidad no las merezca.
Que sea motivo de su alegría estar en comunión con el Soplo Divino del Espíritu de Dios, porque así ayudarán a su Maestro y Señor a unir a las almas, a unir a las consciencias y todas las religiones bajo el Sagrado Espíritu de Dios.
Fue el Soplo Divino del Espíritu de Dios que creó el Universo.
En el Principio de todo, fue el Soplo Divino del Espíritu de Dios que por primera vez emitió el Verbo, y el Verbo emitió la Vibración y, a partir de allí, nació el sonido que dio forma y vida a todas las cosas.
Primero se crearon muchas más Fuentes para que la nueva vida de todas las humanidades fuera acogida por los Padres Creadores, los llamados Arcángeles.
En aquel tiempo, el Soplo Divino del Espíritu de Dios trajo una nueva consciencia, en donde no existía nada, y la Esencia del Divino Hijo y del Espíritu Santo, en la Sagrada Trinidad, concibieron la nueva vida en todo el Universo y en todas las moradas que recibirían a la Nueva Humanidad.
En aquel tiempo, el Soplo Divino del Espíritu de Dios atrajo hacia este Universo Material una Gracia muy especial, que fue el nacimiento y el surgimiento de la Esencia de la Madre del Mundo, de la Madre de Dios y Madre vuestra.
Dios les dio una Madre infinita y grandiosa, pura e inmaculada, que se humilló a sí misma para encarnar en este planeta y concebir en Su sagrado Vientre al Hijo de Dios, el Primogénito, el Unigénito, el Omnipresente.
Que el Soplo Divino del Espíritu de Dios, a partir de esos hechos que quedaron guardados en toda la memoria del Universo, pueda renovar sus consciencias, borrar el pasado y elevar sus espíritus a Su Fuente Inmaterial.
Hoy, Mi Corazón Misericordioso les trae este Don inexplicable para la mente humana, para toda la ciencia, para cualquier ser de este planeta.
Fue este Espíritu Sagrado de Dios que quiso que ustedes existieran, para que, algún día, alcanzaran altos grados de amor por intermedio de la escuela de su Maestro y Señor, en la esencia del Amor-Sabiduría.
La humanidad está perdida, y el Soplo Divino del Espíritu de Dios, en las diferentes Faces del Padre, por intermedio de Sus Nombres Sagrados, llegará nuevamente al mundo para colmar a la mayor cantidad de almas con Su Sagrada Presencia, con Su Infinito Amor, con Su Insondable Misericordia.
El Espíritu de Dios no es venerado ni tampoco reconocido.
Recuperen su filiación con el Padre, y la humanidad se redimirá.
Cuando el Soplo Divino del Espíritu de Dios llegue, muchas cosas ya estarán sucediendo, pero no se amedrenten ni tampoco se desesperen, porque quien crea en el Espíritu de Dios se salvará y tendrá conocimiento de dónde estar y qué hacer.
Quisiera que su oferta orante, en el día de mañana, fuera reforzada; que su oferta interior sea aún más grande, así como lo fue hoy, sabiendo responder a Mi llamado, sabiendo escuchar Mi Corazón y comulgando de Mi Palabra.
Yo estoy aquí porque ustedes quieren que Yo esté aquí, sino no podría estarlo.
Por eso, hoy vengo con el Soplo Divino del Espíritu de Dios para repoblar a la Tierra de nuevos códigos, para que sepan que el mal terminará, que el sufrimiento se disipará y que la cura se alcanzará en los corazones.
Mientras vivan sus pruebas invoquen el Soplo Divino del Espíritu de Dios con la misma sinceridad y amor que hoy han ofrecido a su Maestro y Señor, y que ha permitido ayudar a todo el planeta para que no padezca muchos más errores, ni tampoco muchas más transgresiones a la propia vida que Dios les concibió.
Los invito, compañeros, mediante el Soplo Divino del Espíritu de Dios, a realizar un acto de reconciliación con sus seres y entre sus compañeros de camino, así como con sus familias; para que así el Soplo Divino del Espíritu de Dios, en estos tiempos definitivos, esté presente en sus hogares y en cada momento, en cada nuevo paso.
Busquen el Soplo Divino del Espíritu de Dios por los que no lo buscan y les prometo que en poco tiempo no se conocerán, porque se habrán transformado por su ofrenda sincera a Mi Glorificado Corazón.
Que el Soplo Divino del Espíritu de Dios hoy bendiga a los que serán sacramentados y lavarán sus pies, borrando el pasado, el error y el dolor vivido durante los últimos años de sus vidas.
Que el Soplo Divino del Espíritu de Dios los renueve, porque será ese Sagrado Espíritu el que podrá quedar en sus corazones cuando los Sagrados Corazones se recojan y ya no vengan más, recordarán este día y deberán revivirlo para no perder la fuerza interior para concretar la Obra de Dios sobre este planeta.
Mientras bendigo los elementos del altar, que sea elevado al Universo su acto de reconciliación y ofrenda al Padre Creador para que Él también los bendiga con la fuerza de Su Espíritu Divino, el que los hará invencibles ante las fuerzas del mal.
Padre del Universo,
Sagrado Corazón Creador,
que hiciste emanar la Vida desde Tu Divina Esencia,
que emitiste el Soplo de Tu Espíritu para manifestar la Creación
y dar vida a Tus criaturas,
las que por toda la eternidad alabarían Tu Sagrado Nombre,
santifica estos elementos,
santifica a Tus hijos,
sana las heridas, repara los corazones,
para que sientan la fuerza interior de Tu Espíritu,
y Tu Espíritu sea el motivo de la renovación de sus seres en el camino espiritual.
Que se cumpla Tu Propósito
y que se geste en Tus criaturas una Nueva Humanidad.
Que así sea.
Les doy a los más simples todo lo que tengo, porque en ellos se gesta Mi Confianza.
Hace más de dos mil años les dejé un testimonio, una vivencia divina que también proviene del Soplo Divino del Espíritu de Dios, y este se manifestó como uno de Sus más grandes Dones, a través del Sacramento de la Comunión.
Hoy les vuelvo a decir, compañeros, así como les dije a los Míos, dentro de una humilde casa en Jerusalén, en donde su Señor y Maestro se preparaba para Su gran y última entrega.
Tomando el pan entre Mis Manos, le dije al Todopoderoso: “Padre, acepta la oferta de Tu Hijo, por la conversión de los pecadores y la redención de los impíos”.
Él bendijo el pan y en ese momento el Soplo del Espíritu Divino de Dios habló a través de Mi Boca y les dije a los Apóstoles, así como al espíritu de las santas mujeres: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.
Del mismo modo el Soplo Divino del Espíritu de Dios bendijo el Cáliz y aceptó la ofrenda de Su Unigénito, y en ese momento el Verbo Divino expresó para todos los presentes en aquel tiempo: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre, Sangre de la Alianza nueva y eterna, que será derramada por Su Señor y por todos los mártires para el perdón de los pecados y la salvación de los mortales”.
En ese momento, el Soplo Divino del Espíritu de Dios salvó a la humanidad.
Que el Señor bendiga estos elementos bajo la Luz poderosa de la Cruz de Emmanuel, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Los que aún hoy no se confesaron, que lo hagan interiormente, en este momento, ante su Maestro y Señor que viene a darles la absolución de sus pecados, la reparación de sus corazones con la Luz de la Fuente de la Vida Eterna.
Mientras escuchan la melodía, confiésense a Mi Sagrado Corazón y háganlo por todos los pecadores, especialmente por los que no aceptan el Nombre del Señor y crean las guerras en el planeta, la división entre las naciones y la indiferencia entre los corazones.
Hoy Me estoy sirviendo de todas sus oraciones, las que fueron pronunciadas en este día, para que el Soplo Divino del Espíritu de Dios también llegue a los que escuchan detrás de este medio de comunicación.
El Resurgimiento de Cristo está sucediendo, y así como en el Getsemaní pisé con Mis Pies a la mala serpiente, hoy piso con Mis Pies lo que causa el dolor, la indiferencia y el temor en los corazones, y así, se disipará.
Y Me elevo al Cielo escuchando sus canciones, que glorifican aún más Mi Sagrado Corazón para que Él pueda derramar Sus Rayos de Misericordia, de Gracia y de Redención en toda la vida planetaria.
Yo los bendigo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por hoy estar Conmigo en la humildad del corazón, en la simplicidad de la oración y en el amor de sus espíritus.
Reciban Mi Paz como un bálsamo para sus vidas y que esta Paz inmaterial se expanda por donde vayan. Amén.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más