El último 8 de agosto abrió las puertas para un nuevo ciclo planetario; ciclo que marca un tiempo de definición, de purificación y de transformación no solamente para la humanidad, sino también para el Universo.
Y, de forma incondicional, los Mensajeros Divinos estan presentes, guiando, instruyendo, curando, liberando, llevándonos al renascimiento y a una nueva vida. Todo lo que nos dicen es que no tengamos miedo, porque en este momento el Cielo desciende a la Tierra para que la Tierra, finalmente, se eleve al Cielo.
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En el Centro Mariano de Aurora, la alegria reinó. A pesar del frío intenso, el Amor de nuestra Madre Divina dio calidez a los corazones en el 11vo Aniversario de Sus Apariciones, que culminó en una linda confraternización al compartir las naranjas recojidas de Sus bendecidos naranjales.