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Hijo Mío:
Busca en todo momento vivir la caridad de corazón y no permitas que nada ni nadie fuerce esa virtud interior ni tampoco que te exijan donarte, porque la caridad de corazón debe brotar y surgir así como tu respiración.
Que en cada nuevo paso que seas llamado a dar, surja de tus entrañas la caridad de corazón, para que aprendas a encontrar la piedad espiritual, un principio que te llevará a amar, algún día, el sacrificio de dar tu vida y tu servicio incondicional por los otros.
Que la caridad de corazón no sea una fórmula pensada. Que tu alma te impulse, mediante la intuición, a ser caritativo en cada momento y a centrar tu propósito en la realización del bien por los demás.
Despierta en ti la caridad de corazón y que sea algo espontáneo, algo que te lleve a comprender que la Misericordia de Dios también se encuentra en el servicio, así estarás confirmando tu voto de unión verdadera con Cristo.
Que en la caridad de corazón encuentres el sentido de evolucionar, porque en la caridad de corazón desarrollarás los grados de amor, más que en la propia sintonía o en la redundante inercia humana.
Que la caridad de corazón sea la tónica de los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que la fuerza del amor del corazón nunca se acabe, porque ella les dará la fuerza interior para llevar adelante los Planes de Dios.
Que la fuerza del amor del corazón los pacifique, para que en estos tiempos acepten y comprendan las situaciones más difíciles y complejas.
Que la fuerza del amor del corazón los reúna y los una como hermanos, porque así despertarán los dones y las virtudes de los nuevos apóstoles de Cristo.
Que la fuerza del amor del corazón los guíe e ilumine sus caminos, para que siempre reine la verdad y la transparencia entre las consciencias.
Que la fuerza del amor del corazón los congregue, para celebrar en estos tiempos la comunión con Cristo, el reencuentro único con la Misericordia de Dios.
Que la fuerza del amor del corazón los unifique, para que la Consciencia de Cristo los acompañe hasta el fin.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Soy la Sagrada Madre de los que se consagran, porque cuando un alma tan joven, inexperta e inocente se anima a dar los pasos y a caminar hacia Cristo, Mi Corazón Inmaculado derrama sobre el mundo gozo y alegría para que más almas se animen a darle el sí a Nuestro Señor.
Por eso, hijos, Soy la Sagrada Madre de los que se consagran, porque en las almas jóvenes se encuentra la posibilidad de que se refleje el Rostro Divino de Cristo; Rostro Divino que convierte, redime y consagra lo que parece imposible.
Soy la Madre de los que se consagran, porque protejo y cuido a los que recién comienzan el sendero de la vida de consagración, para que adquieran fuerza interior y fe en el momento de dar nuevos pasos hacia la Voluntad de Mi Amado Hijo.
Soy la Madre de los que se consagran, muy jóvenes, a la vida del infinito, a la vida universal, a la verdadera búsqueda de la pureza original existente en cada alma y en cada ser.
Soy la Sagrada Madre de los que se consagran al conocimiento de sí mismos y de sus propias virtudes, talentos que Mi Hijo vendrá a buscar en estos tiempos para llevar adelante la preparación de Su Retorno.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Comunidad Nueva Tierra: Rosa de la Redención
He aquí su Madre Celeste, que lleva entre Sus humildes manos la Rosa de la Redención, la flor más preciada entre todas las flores, el don que se torna posible en las almas que más necesitan de cura y de perdón.
He aquí la Rosa de la Redención, formada por la belleza, el amor y el servicio de las almas abnegadas.
He aquí la Rosa de la Redención; la que más contemplo, protejo y cuido a fin de que, intacta y pura, perdure a lo largo de los tiempos y por mucho tiempo más.
He aquí, entre Mis manos y en ofrenda, la Rosa de la Redención, integrada por la luz de cada pequeña alma que ha reencontrado el camino hacia Dios y ahora está en los Brazos de su Padre Eterno.
He aquí, entre ustedes, la Rosa maravillosa de la Redención, que ha expresado las virtudes de cada ser; Rosa que ha guardado en sí el recuerdo de una experiencia de amor entre hermanos, que se ha vuelto inextinguible.
He aquí, hijos amados, la Rosa de la Redención, que hoy se ofrenda a los Pies del Creador, como testimonio de que es posible vivir la conversión, el perdón y la reconciliación.
He aquí y ahora, ante su Madre Celeste, la Rosa de la Redención, que guarda los aromas de hermandad, de perseverancia y de lucha constante para alcanzar el amor del corazón y expresarlo en todo lo que existe.
He aquí la Rosa de la Redención, Rosa que ha dado nuevas rosas y que ha tornado bellas muchas vidas, haciéndolas dignas en esta humanidad y sobre este planeta.
He aquí Mi Rosa predilecta de la Redención, Rosa que ha testimoniado su amor por Cristo y por su Madre Celestial, Rosa que ha persistido ante muchas tempestades secas y condiciones extremas.
He aquí la Rosa de la Redención, Rosa que se ha vuelto ejemplo para otras rosas que están despuntando en el camino de la devoción, de la entrega incondicional y del servicio.
He aquí la Rosa de la Redención que ha reunido la síntesis de todos los Reinos creados, y que protege la continuidad y la existencia de cada uno de ellos.
He aquí, Mis hijos, la Rosa de la Redención, Rosa que ha convertido la tristeza en alegría, el error en perdón, la amargura en júbilo y las faltas en profunda redención.
He aquí, hijos Míos, ante Mi altar, la Rosa viva de la Redención, rosa formada por la luz de sus corazones, por la devoción de sus espíritus, por la constancia en sus labores diarias.
Esta es la Rosa que hoy presento ante el Padre Celestial como el mayor fruto de que lo imposible se vuelve posible, de que lo irrescatable se torna rescatable.
Esta es la Rosa del amor curador, amor que une y que fortalece, amor que comprende lo incomprensible, amor que vivifica lo que está apagándose.
He aquí, hijos, la Rosa de la Redención, la Rosa más preciada de su Madre Celestial, Rosa que dejará el ejemplo de que todo es posible, más allá de todo.
He aquí la Rosa de la liberación del pasado y del reencuentro con la esencia de la vida, de la unión con los Reinos de la Naturaleza y con el Creador, esta es la Rosa que ha hecho posible alcanzar en este lugar y en esta Comunidad un camino sincero hacia la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras Mi Luz Maternal y Divina penetra la Tierra junto a San José para redimir a los corazones caídos y perdidos, Mi Corazón recibe con júbilo sus oraciones y cantos. Cuando la ofrenda es sincera y espontánea agrada mucho al Corazón de Dios.
Así, queridos hijos, todos los días les enseño a amar un poco más y a perder el miedo de hacerlo, porque si amaran a sus hermanos así como Yo amo a cada uno de ustedes, muchos sufrimientos terminarían.
Los invito, hijos Míos, a reforzar el compromiso con el Padre Eterno de formar una sagrada familia espiritual, depositaria de los mismos códigos del antiguo pueblo de Israel; pueblo que en aquel tiempo vivificó la Palabra de Dios y la hizo carne dentro de sí.
Los invito a amar el conocimiento pero también a vivirlo, para que él sea en ustedes fuente de conversión y ejemplo de redención.
En este momento, queridos hijos, los Sagrados Corazones se aproximan a esta parte del planeta por la gran necesidad de despertar y de redención.
Necesito, Mis hijos, que puedan acompañar cada paso que dan los Mensajeros del Cielo, así ustedes podrán contribuir con el desarrollo de un Plan que no es físico, sino interno y espiritual.
Todos sin excepción son llamados en esta hora para aportar sus virtudes y sus dones, para que Mi Hijo pueda realizar Su Obra redentora en estos tiempos.
Para eso comiencen a amar de forma diferente a como han amado hasta ahora, que su amor humano se transforme por la oración y se transfigure en cada nueva consagración.
Yo los ayudaré a seguir ese camino infinito hacia el verdadero Amor. Yo los motivaré y los impulsaré a concretar en ustedes lo que el Padre tanto espera; para que eso sea posible entréguenme lo que son y así Yo seré en ustedes a imagen y semejanza de Dios.
Anímense todos los días a decirme sí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con la Sagrada Familia reunida en torno a este sagrado oratorio, Dios derrama nuevamente Su infinita e insondable Misericordia.
Para que eso sea posible, queridos hijos, Vuestra Madre Santísima hoy les entrega el Rosario de las Santas Virtudes de San José, algo que impulsará a las almas a vivir los atributos del Casto Corazón, impulsos internos que vendrán directamente del Santo Siervo de Dios en cada momento que este sagrado rosario sea rezado por un alma.
Este Rosario de las Santas Virtudes de San José retirará de la ignorancia humana a los que lo oren de corazón, invocando la devoción al Santo Obrero de Dios.
San José se compromete a ayudar al corazón humano que lo ore y así pueda santificar su vida, al igual que San José santificó Su consciencia.
Este Rosario ofrecerá a todos la posibilidad de volver a atraer los principios de la cristiandad de San José y de la Sagrada Familia, para que ellos penetren en la consciencia caótica del planeta y reviertan todos los males que son generados por la propia humanidad.
Este Rosario también ayudará a despertar la consagración de las almas al Castísimo Corazón de San José. Y a través de este acto de unión con el Divino Espíritu de San José, los corazones alcanzarán el Reino Celestial y lo podrán sentir próximo en la vida planetaria.
San José, a través de sus Santas Virtudes, se ofrece a la humanidad para ayudarla a vivir la santificación de la consciencia, como también darle a las familias la oportunidad de que vivan los Atributos de Dios, y se generen las condiciones propicias para que la Unidad esté presente entre todas las criaturas.
Ahora les presento el Rosario de la Santas Virtudes de San José:
Buen ejercicio de humildad para todos.
Los invito, durante nueve días, a ejercitar y a sentir este Rosario en lo profundo de sus corazones, para que San José pueda obrar en sus vidas.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los une al Casto Corazón del Siervo de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mi adversario no conoce las virtudes de sus corazones y él se enfurece cuando esas virtudes, que son parte de la santidad del espíritu, emergen al servicio de Dios.
Por eso en esta hora de batalla final, que sus corazones se apacigüen, que sus almas estén en paz y sin recelo de que algo malo puede suceder.
Entreguen sus vidas y comandos en las Manos de Dios, y el nuevo tiempo de la Luz llegará para colmarlos a todos, así como está pensado por el Padre.
Queridos hijos, sean lo que aún no fueron y para que eso sea posible, la determinación y la fe los ayudarán a manifestar ese modelo de vida espiritual que también debe estar al servicio de la vida planetaria.
Dejen que sus vidas humanas sigan siendo conducidas por Mí hasta la meta final y durante las batallas que viven por la redención de las almas. Adquieran un espíritu de mansedumbre mayor a todos los males existentes en este mundo; así podrán reunir todas las virtudes suficientes, las que los ayudarán a dar el último paso de entrega a Dios.
No le teman a Dios, porque por más que una y otra vez caigan, confirmen internamente que ustedes son hijos del Amadísimo Padre y Él se apiadará de todas las acciones que Mi adversario inflige a los corazones; el Padre los socorrerá con la fuerza de todos Sus ángeles para que nunca olviden que quien está en Dios nada teme.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los absuelve en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A todos los jóvenes por primera vez reunidos en el Festival de la Juventud por la Paz:
¡Alabado sea Cristo, queridos hijos!
Después de los últimos meses de preparación y de haber enfrentado pruebas y desafíos, finalmente Mi pedido se cumple y una nueva etapa en el rescate planetario se cumplirá a través de la integración de los más jóvenes dentro de Mi Campaña por la Paz.
Quisiera, hijos Míos, agradecer el apoyo incondicional de la Asociación María, por haber abierto las puertas a la juventud y, sobre todo, porque algunos consagrados se animaron a colaborar fraternalmente en el despertar y en la maduración de la consciencia de los jóvenes fundadores de este impulso espiritual que hoy está naciendo concretamente para todos.
Muchos de los jóvenes hoy presentes en Florianópolis, como también los jóvenes llegados de las diferentes Comunidades-Luz, podrán crear ese lazo de fraternidad y de servicio con el Plan Mayor del Padre Celestial.
Es así, queridos hijos, que este primer encuentro es la semilla de luz redimida que recién está brotando y mostrando todo su potencial.
En este día en donde no puede faltar la alegría, el amor entre hermanos y el entusiasmo por cumplir, Yo los invito a que den lo mejor de ustedes y un poco más, para que así, con la disposición de saber, conozcan sus virtudes internas y descubran que queriendo y sirviendo todo es posible.
Este primer Festival de la Juventud por la Paz ha sido considerado por la Jerarquía como preparatorio y al mismo tiempo, como desvinculación espiritual y material de todos los lazos humanos que crea Mi adversario entre las almas buenas.
Este primer impulso del Festival en Florianópolis promete ser el incipiente ciclo en donde nuevas puertas se abrirán para los jóvenes que quieran asumir su misión de fin de tiempo.
Por eso este primer impulso del Festival deberán sustentarlo hasta que se cumplan los próximos seis meses cuando, en el mes de enero de 2017, el segundo Festival de la Juventud por la paz atraiga el doble de los que hoy están presentes.
Invito a todos los jóvenes fundadores a trabajar como lo hace la Jerarquía Espiritual, de una forma cíclica y pausada, para que los verdaderos frutos puedan surgir y consolidarse a través de la tarea.
Los próximos seis meses serán, entre oraciones, servicio y difusión, de preparación para el segundo Festival de la Juventud por la Paz, el que adquirirá mayor importancia social y pública ya que el espíritu del mismo es, a través de la música, el arte y la elevación de la consciencia por medio del servicio a los Reinos de la Naturaleza, apartar de los vicios a todos los jóvenes que están sumergidos en los mismos.
Sepan que en el encuentro de hoy Mi Corazón estará con cada joven, esperando que las semillas del amor y de la paz broten en cada ser allí presente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Unida a cada joven corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
De Mi vientre purísimo deben nacer los nuevos sacerdotes para que, iluminados por los rayos de Cristo, alcancen a vivir en la Tierra la expansión de Su sagrada tarea.
De Mi vientre debe nacer el nuevo hombre, rociado por la Gracia de Cristo, como lo hace la lluvia, para que de él parta el sentido de cumplir el Propósito.
Hoy todos Mis sacerdotes, Mis hijos predilectos, son contemplados por el Amor de la Madre Celeste, para que en todos ellos brote la fuerza interior necesaria que los llevará a realizar las Obras de Cristo Jesús.
De los sacerdotes debe partir el ejemplo de una santa disciplina, de una constante e imborrable unión con Cristo, para que brote de ellos el ejemplo del simple servir. De los sacerdotes se espera la presencia viva del espíritu de la cristiandad, para que se establezca el puente entre el Cielo y la Tierra.
Las esferas mayores son las verdaderas moradas de todos los sacerdotes. Mientras estén en la Tierra, el pensamiento y el sentimiento humano deben estar dirigidos hacia el Universo Celestial, eso los ayudará a percibir las necesidades de servicio que deben ser suplidas física o espiritualmente en la humanidad.
Los sacerdotes deben ser asumidos por los grupos de oración, para que nunca les falte la protección divina para el correcto desempeño de su tarea espiritual. Los jóvenes sacerdotes son la primera expresión de la vida de Cristo; en ellos debe reflejarse el ejemplo del amor sacerdotal que Jesús expresó en el principio de Su joven vida pública.
El conocimiento es la escuela de los sacerdotes, no como algo erudito sino el conocimiento sabio que proporciona el corazón, el que hace colocar la mirada en la necesidad espiritual de las almas.
Así como tienen un ángel de la guarda, los sacerdotes también deben tener padrinos que los asuman espiritualmente y los apoyen siempre que sea necesario.
El sacerdote en este tiempo debe aprender a guiar a los rebaños por medio de la fuerza de la fe y de la autoridad viva que es concedida por el propio Cristo.
La vida sacerdotal en esta era es la más difícil; esto fue visto por el propio Maestro Jesús, ya que en el ciclo del Armagedón, los sacerdotes deberán trabajar mucho para constituirse como verdaderos herederos de las santas virtudes de Cristo. Esto lo lograrán a través del sacrificio que proporciona la presencia de la pureza, a través de la entrega permanente que atrae constante sabiduría, a través de la renuncia que hace reflejar la humildad y, principalmente, a través del amor que permite reflejar en los actos la presencia de Cristo.
La vida sacerdotal es un ejercicio constante de elevación y es una misión de todos los orantes apoyar esa obra. Sin sacerdotes verdaderos y esforzados no existirá Cristo en la vida espiritual; esto es lo que Mi adversario genera en los sacerdotes de la Iglesia de Cristo, cuando en soledad no tienen fuerza de inspiración.
El Santo Cenáculo del Señor es el refugio para cada uno de ellos. Pidamos por los sacerdotes, porque por medio de ellos se podrán dar los pasos hacia Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Querido hijo:
Recuerda todos los días que a pesar del pecado o de la crueldad de los hombres existe el Perdón de Dios.
Hoy necesito que tomes Mi perdón, que lo sientas y lo vivas como un acto de reparación y de infinita misericordia.
Hoy necesito que te sientas libre de ti mismo para que Mi Luz poderosa pueda actuar y seguir silenciosamente transformando tu pequeña vida.
Hoy necesito que vivas dentro de Mi Reino, que es el Reino de Dios que viene a tu encuentro para santificar tu vida y tu consciencia.
Hoy te pido, hijo Mío, que no pienses en tus imposibilidades, sino que hoy creas en tus virtudes, las que Mi Hijo sembró en tu corazón desde el primer momento que reconociste al Rey. Por eso mantente lo más posible libre de ti mismo para que las Leyes del Cielo puedan transfigurar tu vida para ser un instrumento de Dios.
Aún no dejarás de batallar dentro de ti contra todo a lo que todavía no quieres renunciar, pero no te amedrentes, el Reino de Dios se alcanza subiendo los escalones de la humildad y de la confianza. Dios te creó a Su semejanza y tú guardas en tu espíritu esa confianza que todo lo renueva y todo lo transforma.
A partir de hoy envía este mensaje a tu consciencia:
Yo soy un digno hijo de Dios.
Soy parte de Su Fuente Purísima.
Mi alma brotó de Su Espíritu
y mi espíritu nació de Su Corazón.
Nada me separará de la grandeza del Reino de Dios.
He venido a la Tierra para redimirme
y después retornar a la Casa de Mi Padre
para unirme por siempre a Él.
Mi dignidad la encuentro en Su plena confianza,
y Su Infinito Amor vivifica mi pequeño espíritu.
Entre Dios y yo no existe ningún mal
porque soy parte de la eterna emanación de Su Amor.
Amén.
Y así, querido hijo, confirma ante el Universo tu verdadero arrepentimiento y hazlo por aquellos que no quieren ver ni escuchar a Dios; así la mayoría de las consciencias será tocada por el Amor del Creador, que es poderoso e invencible. Mantente cerca de Mi Corazón, Yo vengo para auxiliarte.
Para que el perdón descienda y se haga vida en cada corazón, te entrego el Rosario del Perdón de Dios, para que él sea el instrumento de liberación de todas las faltas e ingratitudes de todos los corazones que así lo imploren.
Rosario del Perdón de Dios
Cuenta de unión
Yo te pido perdón, Señor
por todo lo cometido.
Concédeme la gracia de la liberación.
Amen.
En las cinco decenas
Por el don del perdón
que brota del Corazón de Dios,
ábrenos, Señor, las puertas de Tu Reino.
Amén.
De esa forma todos alcanzarán la Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Corazón del Creador,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos predilectos, es tiempo de la gran transformación.
Es hora de cambiar los estados de la consciencia.
Es tiempo de renunciar.
Es hora de trascenderse para poder amar.
Hijos Míos, eso pronto los hará libres de la prisión que representa la vida en la materia. En poco tiempo conocerán la nueva consciencia, la cual estará libre de los errores humanos y purificada por el fuego de Mi Compasión.
Hijos predilectos, Dios espera realizar una parte de Su proyecto por medio de ustedes, por eso permitan transformarse dentro de esta escuela, a la cual Yo llamo purificación.
Vuestra Madre ve la urgencia de cura y de consuelo en el mundo, pero para que vuestra Madre Santísima se digne a derramar Sus últimas Gracias, alguien de esta humanidad deberá cambiar. El tiempo de las teorías y de las filosofías ya terminó, vuestro cambio y transformación debe ser aún más evidente para el Plan.
Así, Mis queridos hijos, las emergencias planetarias, las que están distantes de la capacidad de vuestro entender, serán atendidas y aliviadas por las columnas de luz que Mi Hijo ha formado en ustedes.
Busquen todo el tiempo esa sagrada unión con el Plan Divino y les aseguro que pronto vuestras vidas reflejarán el verdadero espejo que ellas son desde el principio. Pero la búsqueda de la elevación es la meta de muy pocos, y el reclamo y los conflictos es la característica de muchos.
La Santísima Trinidad, que es el Don más importante de todos para la evolución de las almas, desciende en auxilio y en misericordia a través de vuestra Santa Madre María, para rescatar a los últimos rebaños que se encaminarán para formar parte de la Nueva Tierra.
Para que eso suceda, el tiempo de vuestra purificación estará acompañado por la definición de vuestros caminos y principalmente por la entrega absoluta a la Voluntad de Dios.
Es por esta sagrada razón que vuestra Madre Celeste los prepara en este tiempo de purificación, para que finalmente vuestras vidas estén consumadas en Cristo. Será así, que los cambios sucederán en la vida de las almas y nadie perderá el espacio y el tiempo para que el propósito se cumpla.
Es en estos tiempos que la Divinidad del Hijo y la del Espíritu Santo obrarán de manera determinada sobre aquellos corazones que se acoplen a la finalidad de la tarea. Será de esa forma, hijos predilectos, que el mundo se sustentará por un ciclo más, mediante los cambios que muchos de ustedes ya deberían estar viviendo.
Los obstáculos principales para las almas son la resistencia, el poder, la arrogancia y el orgullo, puertas infernales de condenación y de dominio; puertas que Mi adversario abre y utiliza para condicionar la evolución espiritual por medio de los aspectos no resueltos en las almas.
Por eso, vuestra Madre Celeste trabaja incansablemente para retirar estos velos del inconsciente y así abrir una pequeña ventana en vuestro mundo interior para que la Luz Divina transfigure vuestras vidas y puedan abandonar ese cautiverio interminable.
El solo hecho de querer cambiar y de dejarse guiar construye en la consciencia, por encima de todos estos aspectos, la posibilidad de equilibrar las deudas y de comenzar a reconocer los atributos de la humildad, de la mansedumbre y especialmente el atributo que todo lo supera: el atributo del amor.
Aceptando ser humilde, viviendo la mansedumbre y construyendo dentro de sí la capacidad de amar cada día más, más allá de lo que uno puede dar, posicionará el Plan en otra escala y las aspiraciones de Adonai podrán cumplirse tal cual fueron pensadas y meditadas por la Mente Única.
La receptividad de estos estados de consciencia, de estos atributos, articula nuevas experiencias, y es de esa forma que las almas se liberan de volver a empezar de nuevo en la misma experiencia aún no finalizada.
Vuestra Madre Celeste les revela estos aspectos profundos de vuestras consciencias para que, algún día, la humanidad entera perciba que ella está muy distante de comprender y de vivir la Divina Voluntad.
Ahora, vuestra Madre les indica uno de los últimos caminos para que, abiertos, despiertos y unidos a la nueva humanidad, estos atributos comiencen a surgir en lo profundo de cada ser.
Para que eso suceda, muchos cambios deberán producirse. Por esa justa causa, vuestra Madre Celeste desde ahora los ayuda a caminar en la fe, para después vivir la confianza y la consagración definitiva a esa Omnipotente Voluntad.
Mediten en lo que hoy les digo, así vuestros espíritus aprovecharán el sagrado conocimiento divino.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en la Voluntad Máxima de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Siempre lleven Mi mensaje de paz al mundo y a todas las almas que desconocen el poder de Mi maternidad y de Mi Amor.
En vuestros caminos encontrarán corazones necesitados de la Misericordia de Dios, y será esa Misericordia Divina la que abrirá la puerta a la redención y a la liberación de los pecados.
Por eso, hijos, sean apóstoles de Cristo en el amor y en la verdad; el adversario teme a estas dos grandes virtudes, pues allí él no puede establecer su reinado de oscuridad. El amor y la verdad los llevará a comprender y aceptar la actual decadencia de una humanidad indiferente y materialista. En esta humanidad aún existen soles orantes que brillan y traen esperanza a un mundo desenfrenado e inquieto, sin paz ni unidad.
Queridos hijos, los tiempos se complicarán porque la humanidad y principalmente algunos corazones sin Dios promoverán eventos inusitados para el mundo. Por eso vengo para pedirles que todos los días ofrezcan la oración del corazón, ella será vuestro escudo contra Mi adversario.
Quien no ora, ¿cómo se salvará? Esta es la ciencia del final de los tiempos: la oración del corazón, la oración del amor, la oración de la verdad, de la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice en la calma y en la paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Elevados al Cielo sean los corazones perseverantes y consecuentes con Mi llamado, porque serán coronados en el día de su Gloria por la Reina Celestial.
Elevados al Cielo sean los inocentes, porque en el día de su juicio alcanzarán la Misericordia de Dios.
Elevados al Cielo sean los misioneros de María, porque habiendo traspasado el umbral de la vida material alcanzarán el día de la unificación perpetua con la Divinidad Suprema de Dios.
Elevados al Cielo sean todos los Reinos creados, porque todos los que hayan trabajado incansablemente para salvarlos y resguardarlos recibirán el gran día de la liberación y del alivio.
Elevados al Cielo sean los Adoradores del Cuerpo Eucarístico de Cristo, porque llegando al Reino de Dios recordarán los momentos en los que abrieron las puertas a la redención de toda la humanidad.
Elevados al Cielo sean los humildes, porque en el día de su muerte verán llegar las Esferas Celestiales del Creador.
Elevados al Cielo sean los constantes y los perseverantes, porque en el día de su juicio podrán conocer la Faz Gloriosa de Mi Hijo y en sus vidas no existirá ningún mal.
Queridos hijos:
Hoy deseo que todos sean elevados al Cielo en espíritu de paz y de amor para que, de una vez y para siempre, vean surgir en vuestras vidas las virtudes y los dones del amor que despertaron en este tiempo. De estos dones vuestra Madre Celeste se sirve, sin olvidar el potencial interior que cada hijo expresa para esta sagrada Obra Mariana.
Ustedes, hijos Míos, son las piezas perfectas que Yo he escogido de todo este vasto universo para llevarlas al servicio y a la redención total de las deudas. Ya caminaron a Mi lado durante mucho tiempo, por eso sientan ahora en vuestros corazones el fruto de la Verdad y del Propósito Divino que Yo he depositado en cada hijo Mío. Aún frutos preciosos despertarán durante el tiempo de vuestra purificación.
Yo soy vuestra Guardiana y Madre de la Misericordia, con Amor materno los he escogido de entre tantos millones de almas para que la Obra de vuestra Madre Celeste se pueda cumplir.
Hijos, llegó la hora de que en vuestras vidas vean el fruto de Mi trabajo amoroso en ustedes, en vez de mirar todo el tiempo las espinas que se clavan en vuestros pies. Para llegar a la escuela de la paz deben pasar por la escuela de la purificación, de la entrega y de la renuncia.
Yo tengo un amor y una predilección especiales por cada uno de ustedes, porque son Mis hijos y los amo como nunca nadie los amó. Mi Amor es divino y puro, es simple pero verdadero. En cada encuentro Conmigo Yo les entrego un poquito más del Amor de
Dios que recibí cuando estuve en este sagrado planeta.
El amor todo lo vence, quien vive en el amor no teme caer ni derrumbarse por dentro. Mi mano maternal se extiende para ayudarlos en el nombre del Amor de Cristo. Pues Él es quien Me envía para interceder por todos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice a través del poder y la fuerza inamovible del Amor de Mi Hijo Jesús,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como una Estrella-Sol desciendo al mundo para iluminar los abismos de los corazones heridos y, así, rescatar a las almas de la perdición. A cada una de ellas le entrego la fuerza para poder proseguir, para que luego encuentren el nuevo camino que las llevará hasta Cristo.
Yo Soy la Estrella Universal que desciende sobre la humanidad para salvarla y volverla a colocar en el Propósito de Dios. Indico el camino a recorrer, así ninguna esencia de Dios pierde la Gracia de volver a reencontrarse con su cristo interior.
Yo Soy la Estrella del Mundo, la que señala el advenimiento de Cristo a los corazones, la que se suspende en el cosmos para irradiar el Amor de Dios y la que enciende el fuego de la nueva devoción.
Yo Soy la Estrella Guía de los navegantes, de las almas buscadoras de la redención, de los que esperan con paciencia la llegada de la Gracia y el gran día del perdón.
Yo Soy la Estrella del Cosmos, soy la Luz que proviene de Dios, soy el Espíritu de la Pureza, soy la Divinidad Espiritual del Creador, porque Mi Corazón brota de Su Amor Castísimo y Su Omnipotencia se expresa a través de la unidad perfecta de la Creación.
Yo Soy la Estrella de la Esperanza, soy la Madre que trae el espíritu de la redención, soy la que obra en nombre de Cristo y la que construye el nuevo templo interior.
Yo Soy la Estrella de las esferas celestes, soy aquella Ave que busca Su nido en la morada de los corazones humildes, soy la Madre que gesta a la Nueva Humanidad.
Yo Soy lo Puro, lo Invencible, soy lo Simple y lo Humilde, soy la Madre Curadora que cicatriza con Su Amor todo dolor. Soy la que guía a los perdidos, soy la que purifica el corazón, soy la Madre que limpia las manchas, soy la Reina del Amor.
Vengo a este mundo para buscar a Mis hijos. Desciendo en Gloria para llamarlos porque ya es la hora de despertar del sueño ilusorio. Vengo para establecer la paz en cada mundo interior. Vengo para que descubran la vida que se vive en las estrellas. Vengo por última vez para socorrerlos y para que emprendan vuelo hacia el Cielo. Vengo a buscar lo mejor de cada uno y a despertar las sagradas virtudes que Cristo les dejó.
En este tiempo vengo para que se preparen en consciencia y corazón para recibir a Cristo, vuestro Pastor. No dejaré sola a ningún alma, pero les pido que siempre recen Conmigo, para que todos sean merecedores de la paz y despierte en vuestra consciencia el arrepentimiento, así estarán libres del peligro y de los asechos del adversario. Sean inteligentes y buenos, sean mansos, humildes y verdaderos en este tiempo.
El mundo es una mentira, pero las almas son la plena verdad de Dios. Busquen los caminos correctos para tener resultados correctos. No se permitan ser engañados, el único consolador es Jesucristo. No busquen esperanza en nadie, sino solamente en Dios, el Padre Celestial. De Él recibirán la fuerza y el poder, de Él podrán tener esperanza para caminar. Solo sean verdaderos y nada les pasará. Pues el tiempo de la mentira mundial sucumbirá y vuestros corazones deberán estar prontos para orar con fervor y perseverar.
Únanse a Mi Hijo y adórenlo. En Él está la salida, en Él está el camino al Paraíso.
Agradezco a Brasilia, al Centro Mariano de Figueira y al Centro Mariano de Aurora por haber preparado este especial encuentro.
¡Bendiciones de Paz en este día para Mi hija María Shimani!
Les agradece,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
¡Alabado sea Jesucristo, en sus seres y en todas las almas del mundo!
Hoy deseo llamarles la atención sobre un punto importante que les habla del espíritu de la pacificación y de la mansedumbre, virtudes que Mi adversario desconoce por completo y por las que ni una pequeña pizca del mal puede sembrarse en el alma que vive esas santas virtudes.
Por eso, hijos, su paz y su mansedumbre los hará más humildes y al mismo tiempo más libres de ustedes mismos, para que puedan servir bajo el fuego del servicio y de la plenitud.
La falta de paz y de mansedumbre en las almas del mundo, las hace distanciar muy lejos del espíritu de la premeditación que los lleva a la sagrada sabiduría.
Hoy, por amor a Dios y a sus hermanos, observen cómo se encuentra su trabajo perpetuo con la mansedumbre.
Imiten a Mi Hijo. Hace pocos días vivieron, de corazón, el espíritu profundo de Su Pasión. Así, hoy podrán comprender que sin paz y sin mansedumbre no existe la humildad necesaria y urgente para estos tiempos.
Como su Madre Celeste, vengo para ayudarlos a crecer en el Amor de Dios y, a partir de ese Amor Divino, que puedan dar los pasos en el vacío de sí y en el despojamiento de los viejos patrones de una humanidad precaria y desorientada.
Hijos Míos, no será necesario que se martiricen a sí mismos con sus pensamientos e incertidumbres, por no ser humildes y agradecidos. Acepten la mano que se extiende hasta ustedes desde el Reino de los Cielos y así, vivan los nuevos atributos que reformarán a la Tierra entera.
Aunque muchos de Mis hijos no perciben que están tan separados de la esencia del amor humilde y de la mansedumbre, Mi adversario les hace creer que ya los viven y, en verdad, es toda una ilusión.
Por eso, recen y pídanle a Dios que destierre de sus corazones toda arrogancia y orgullo, serpientes rastreras que los llevarán por los abismos del mundo, lejos del paraíso de Nuestro Señor.
El primer paso será dado verdaderamente cuando reconozcan su falta de paz y de mansedumbre. Con la ayuda del Ángel de la Guarda, podrán renovar sus caminos y serán llamados para ingresar, decididos, en Mi escuela de los nuevos discípulos de Cristo.
De esa forma, recuerden, hijos amados, que el momento de su purificación ayudará en la recuperación de la inocencia que la humanidad negadora perdió por haberse separado de la Misericordia de Dios.
¡Les agradezco por responder a mi llamado!
Los ayuda a encontrar la esencia del verdadero Amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como almas servidoras, eleven la bandera de la persistencia, de la sabiduría, de la humildad y de la valentía del corazón, para que puedan seguir marchando en dirección a Mi Reino, en dirección a la Redención de este mundo.
¡Oh almas por Dios convocadas!, para aprender en este mundo sobre el Amor y la Unidad, les pido que no bajen los brazos, que no se cansen de caminar, pues aún será larga la trayectoria de vuestras vidas.
Algunos partirán en breve, dejando para la Tierra el legado de sus aprendizajes; otros proseguirán en este mundo para aprender un poco más de todo lo que este planeta les puede ofrecer.
Congregué bajo Mi manto a aquellos de Mis hijos que, con valentía, Me entregaron todo y caminan con fe hacia la manifestación del Grandioso Plan de Dios y hoy los impulso a dar un paso en sus consciencias, un paso interior, más que un paso físico.
Cada uno busque, en Mi presencia, la fuerza para transformar aquello que hasta hoy no consiguió, porque traigo para vuestras vidas la posibilidad de una transformación intensa y permanente.
Quiero que manifiesten en estos campos el Reino de Cura Universal para las almas que buscan Redención; también que sean todos curadores de este mundo, junto a Aquellos que en los planos del espíritu trabajan incansablemente para Dios.
Veo muchos corazones que se angustian porque no consiguen descubrir el camino para dar los pasos en sus vidas. Hoy les digo, Mis pequeños, que están sobre uno de los recintos más sagrados de este mundo, por eso sus consciencias viven en una purificación permanente. Pero alégrense, porque esa purificación permitirá que en un tiempo futuro, puedan servir con perfección a Dios.
En vuestras vidas comienza a emerger todo lo que la humanidad como un todo debe transformar, por eso a veces, se vuelve tan difícil caminar en dirección al Hombre Nuevo. Utilicen entonces todos los impulsos que Dios les entregó y les entrega hasta el día de hoy, para que no sean arrastrados por las olas de imperfección que existen dentro de cada uno de vosotros y que, de vez en cuando se hacen presentes.
Mis amados, alegra Mi Corazón ver una familia tan grande, tan determinados corazones, que aceptaron cumplir con la Voluntad Mayor.
Quiero que puedan confiar más los unos en los otros y que, juntos, puedan establecer en estos campos el Reino de Nuestro Señor, de Nuestro Padre Celestial.
Arriésguense a vivir la verdadera fraternidad, a amar con el corazón, cada día un poco más. Dejen emerger las virtudes que guardan bajo siete llaves. Vivan algo nuevo todos los días, renueven la aventura de entregarse a Dios. Superen las barreras de la vida, enfrenten las dificultades y no se escondan de ellas. Vayan al encuentro de lo que les parece penoso y venzan el miedo de dar un nuevo paso en vuestras consciencias.
Amen los reinos de la naturaleza y descubran en ellos una fuente para la transformación de vuestras almas. Si quieren dar un grandioso paso, permítanse conocer más profundamente los reinos que los rodean. Compartan sus vidas con ellos y pidan al Padre que les abra el corazón, para que puedan al fin, comprender de qué forma deben actuar con esos tan amados reinos, esas expresiones del Amor Divino, que son ultrajados en este mundo.
Mis amados, entre Mis palabras les entrego muchas llaves, tómenlas y abran las puertas de vuestros corazones.
Les agradezco por estar a Mi lado y por ser fieles compañeros de los Mensajeros de Dios.
María, vuestra Madre y Reina Universal
Queridos hijos:
Que vuestras palabras no juzguen a los demás corazones, que vuestros labios solo oren por la paz y el amor en el mundo entero.
Hijos Míos, que vuestro sentimiento sea una emanación del Amor de Mi Hijo porque a través de Jesús hallarán la fuente de todo el amor y el perdón.
Que vuestras vidas, en el final de este tiempo, solo sean amor y perdón, y que vuestras virtudes sean transmitidas mediante las buenas obras. Ustedes son Mis hijos y todos Mis hijos deben ser portadores de la paz en el corazón e irradiarla a través de la caridad y de la donación.
Caridad y donación es lo que falta entre hermanos del mismo mundo; por eso Mi Materno Corazón viene hacia ustedes para enseñarles que el Verdadero Amor nace como una flor al despuntar el sol.
Queridos hijos, que vuestros brazos y vuestras manos siempre estén abiertos para acoger a los más carentes y a los que más necesitan de Dios.
Pequeños hijos, hoy los invito a imitarme. Hoy los llamo a ser representantes verdaderos de Mi mensaje para el mundo, porque, como Madre, sé que vuestros corazones pueden ser fieles representantes de Mis palabras en el planeta.
Ustedes están bajo Mi Gracia cuando Yo amorosamente los visito mes a mes. Pero el mundo, ¿dónde está ahora?, ¿él vive la Misericordia de Dios?
Queridos hijos, ustedes, como servidores y como almas en oración, son llamados a ser partícipes y difusores de la Divina Misericordia porque, con mucho amor, amor puro y cristalino, vidas y corazones son transformados.
En vuestras manos está el porvenir del mundo y de toda la humanidad. En la oración, el ayuno y la vigilia se encuentra la fortaleza de la vida para cada corazón.
Hijos Míos, estén en Mi Corazón Maternal porque la Señora de la Paz quiere hacerlos humildes ante Dios para que, junto a los ángeles, todas las almas vivan su salvación y conversión y alaben por los siglos de los siglos a Dios.
Oren por los pastores porque en ellos Mi Hijo siempre quiere estar.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
No temas estar delante de Dios, Él te ama. Mi Hijo te contempla y Yo te protejo bajo Mi Manto protector.
Dios conoce tus destrezas y virtudes, Cristo sabe del poder de los talentos y Mi Corazón auxilia a todos aquellos que, con amor en el corazón, Me llaman.
Por eso, queridos hijos, que hoy prevalezca dentro de ustedes la alegría de vivir en Dios y de donarse a Dios. Toda falta que el mundo comete puede ser perdonada. Por eso, ya no miren hacia atrás, vean la esperanza celestial que surge en el horizonte.
Solo dejen sus corazones abiertos para que el Espíritu Santo los pueda colmar y purificar. Es necesario, hijos Míos, mantener el corazón puro para que el sentimiento y el pensamiento delante del Padre sean puros. No se aflijan por cuánto ustedes ven que les queda por transformar aún; la vida de consagración es eterna y todo comienza ahora.
Sean portadores de la alegría de Mi Corazón Maternal, pues el mundo necesita de alivio y ustedes pueden ayudar con la oración. Eleven la consciencia hasta la Puerta de los Cielos y pidan con compasión por Misericordia. Mi Hijo los escuchará porque aún Sus Rayos están sobre el mundo.
Construyan con sus manos el puente hacia la oración del corazón.
Si han caído, Yo los levantaré.
Si se han desanimado sus corazones, Yo los alegraré.
Dios es todo para sus vidas. Dios es Amor y es Verdad para sus corazones.
Hoy, quédense en Jesús porque Su Sagrado Corazón los aliviará y los reparará con Su compasión.
Acepten el tiempo de Misericordia que aún queda y sean valientes soldados orantes dispuestos a consagrar la vida al Dios del Amor, el Único para todos.
Yo escucho sus oraciones cuando ellas nacen desde la esencia del corazón.
Levántense, como dijo Jesús, y no desfallezcan.
Sean espíritus en transformación.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más