MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DEL ESPÍRITU SANTO, CÓRDOBA, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo:
Descubre en el servicio el ennoblecimiento del alma y del espíritu, el nacimiento del amor universal, porque solo cuando la necesidad del prójimo trasciende las tuyas es que puedes comprender un poco la esencia del verdadero amor que viniste a aprender en este mundo.

Comprende que, cuando sirves, no es solo el acto de servir lo que libera a las almas de los infiernos de este mundo, sino también el amor y la caridad fraterna que imprimes en tus acciones y la sinceridad con la que trasciendes tus miedos y limitaciones; es haciendo lo que jamás pensaste hacer, lo que realmente une tus manos a las Manos del Creador y torna sagrado tu servicio.

Ve, sí, al encuentro de los más pobres; ve lejos, buscando en los abismos a los que necesitan de tu unión con Dios. Ve donde los desamparados no conocen la esperanza, donde los enfermos no conocen la fe, donde los hambrientos no conocen la misericordia, donde los pobres no conocen la riqueza que es vivir pleno en el Espíritu de Dios. Imprime todos esos atributos en el silencio de tu boca y en los actos sinceros de tus manos, en el pulsar profundo de tu corazón.

Coloca en el servicio la esperanza de que este mundo alcance la redención, de que las almas reconozcan la unidad y el amor.

No necesitas predicar, porque las palabras, en estos tiempos, a veces, son muy imperfectas. Opta por dar un ejemplo de pacificación, de fraternidad, de entrega abnegada.

No esperes jamás que agradezcan por el servicio que prestas.  No esperes retornos, no busques resultados. Coloca en el suelo la semilla de un árbol que tal vez no verás crecer, pero confía en que dará sus frutos para los hambrientos de un tiempo futuro y dará sombra para que los cansados de tanto andar encuentren en ella un lugar de reposo.

Así como enciendes tu corazón en el servicio a los más pobres, también enciéndelo en el servicio a los que tienes al lado. Muchas veces te preocupas con las almas que se pierden a lo lejos, pero no ves a los que se están perdiendo por no encontrar en ti un poco de sustento, de apoyo, de compasión y de fraternidad.

Sé que quieres curar al mundo, reconstruir la Tierra y no dejar que se hunda la barca de salvación para esta raza. Entonces, comienza por tu propia casa, por los Centros de Amor, por toda la vida a tu alrededor, porque aquel que aprende a amar no ama de vez en cuando o solo a algunos pocos, a los más miserables.

El amor, hijo, cuando habita verdaderamente en el corazón humano, contempla a toda la Creación; contempla a los semejantes y también a los Reinos de la Naturaleza; contempla a los pobres y a los ricos por igual, porque la mayor carencia es la carencia de amor.

El amor no tiene cultura, no tiene religión, no tiene un idioma, no tiene una etnia. El amor que se propone vivir en este mundo es el mismo Amor del Corazón de Dios. Por eso, vive en ese amor y sé ese amor a cada instante, con todo y con todos, en el silencio de tus acciones, en la soledad de tu corazón, de la misma forma que entre las multitudes. Así, aprenderás el mayor servicio que se vive en este mundo, que no es solo la caridad, es la cristificación.

Tu padre y compañero de siempre, aquel que te conduce al Corazón de Cristo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

La Paz es un don divino en el corazón de aquellos que confiaron sus vidas al Padre Altísimo.

La Paz en la vida espiritual proviene de la renuncia a todos los reAsultados de sus obras. Por más que el corazón se esfuerce para trascender sus propios límites, en pro del cumplimiento de la Voluntad de Dios, él no se apega a los resultados ni en sí, ni en los demás ni en ninguna cosa.

En estos tiempos, para no desgastar el corazón ni el ánimo de seguir adelante, deben mantenerse en paz y cruzar los días de conflicto interno y de purificación con cierta confianza en el porvenir, y no tan involucrados con la transición que ustedes o los otros viven.

Dios les dio la oportunidad de purificarse bajo el don de Su santa Paz, al amparo de Sus Centros Marianos y en una época en la cual el caos aún está comenzando su ciclo de expansión.

Dichosos los que se valen de las dádivas entregadas por Dios, porque Él espera que, en un tiempo próximo, no estén recorriendo más los caminos básicos de la propia transformación, sino que ayuden a los que tendrán que soportar el brusco despertar que vivirán y los cambios internos y externos que sucederáncon violencia, por decirlo de algún modo, en todo el planeta.

Sean más simples, no Me cansaré de decirlo, porque cuando descubran el don de la simplicidad, no enredarán más sus propias consciencias en las cosas cotidianas de la vida y no perderán energía espiritual con conflictos que serán, de ahora en adelante, el diario vivir de la consciencia humana y que, inclusive, crecerán en intensidad.

Todo depende de aquel que pasa por la purificación y de los que están a su alrededor. Si aprenden a vivir todo con naturalidad y sin espanto, podrán ayudar para que el proceso de cada uno sea menos doloroso.

No les digo que sean indiferentes delante de las pruebas que ustedes o sus hermanos viven, sino que traten de ofrecer el bálsamo de la simplicidad y de la paz en esas situaciones, reconociendo con madurez lo que debe ser transformado y disponiéndose a la limpieza del propio lodo interior.

Sé que existirán reacciones internas y externas que ustedes no podrán controlar y solo tendrán claridad sobre ellas cuando, en un momento de mayor lucidez, reflexionen sobre lo que les sucede. No piensen que no hay solución para lo que viven, sino, poco a poco, intenten no envolverse tanto con los propios procesos.

Sean más directos e, inclusive, más fríos consigo mismos. Perciban un error e intenten transformarlo. Al reconocer que cayeron y solo lo advirtieron cuando estaban en el suelo, levántense y continúen caminando, pues más adelante podrán abrir los ojos a otros para que eviten tantas caídas.

Sirvan y sacrifíquense con paz y valentía, porque el servicio abnegado los ayudará a descubrir la verdad de la magnitud del Plan de Dios y que, en el mundo e incluso a su alrededor, existen mayores necesidades que las suyas y mayores problemas que los de su purificación. 

Amen los tiempos en que viven, con la certeza de que el triunfo de Dios en sus vidas se gestará a partir de esas transformaciones que, a veces, son incómodas, pero que siempre valdrán la pena.

En la simplicidad de Mis palabras les dejo Mi paz, para que reciban de Mi Espíritu Divino todo lo que necesitan para consagrar la materia.

Todo sea en pro de la manifestación de la Voluntad de Dios.

San José Castísimo, pacificador y simplificador de los corazones humanos

MENSAJE EXTRAORDINARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS, PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN

¡Siempre sea alabado Jesucristo en ustedes y en todo el mundo!

Después de la venida del Hijo de Dios, viene hoy a vuestro encuentro interno Mi Casto y Humilde Corazón para anunciar Mi fraterna y amorosa compañía espiritual a todos los misioneros, que a causa de las leyes terrestres no han podido embarcar en la misión importantísima que la Virgen María les encomendó.

Por eso, hoy más que nunca, pequeños hermanos Míos, Yo les pido a todos los grupos orantes que oren para que los planes celestiales de paz y redención que imparten los Tres Sagrados Corazones de Jesús, María y San José puedan sembrarse en todos los necesitados corazones del mundo.

Hoy me anuncio a ustedes para instruirlos al respecto de que, si dicha misión a India demorara más allá de lo previsto, es decir, más allá del próximo mes de agosto, les anuncio que existirán también otras misiones que estaban esperando madurar en vuestras consciencias, misiones hacia naciones como Tailandia, Sri Lanka, Nueva Zelanda y los países asiáticos, que en este tiempo son los que más necesitan de piedad, de amor, de servicio abnegado y de Misericordia.

Sepan, Mis misioneros, que cuando una puerta del mundo se cierra, otra puerta divina se abre para el mundo entero trayendo Gracias y bendiciones para todos.

Desde el Cielo, en lo profundo de Mi Casto Corazón, Yo los bendigo, animándolos a vivir en la fe y en la esperanza de que los planes de Dios son perfectos y precisos para estos tiempos. Sigan Mis pasos humildes en silencio y en oración.

Les agradece por vuestra oferta y dedicación,

Vuestro Padre Misionero,

San José Castísimo

 

Al término del mensaje, San José nos envió el siguiente impulso orante, especialmente para todos Sus hijos misioneros:
 

Oración de protección y luz para los misioneros de Dios

Dios Padre, 
que por medio de San José Castísimo
tocaste nuestro simple corazón, 
y nosotros en humildad y fe 
respondimos a Tu misión celestial.

Te pedimos, en reverencia y amor, 
amado San José, misionero fiel, 
cúbrenos con Tu manto violeta de protección, 
para que nuestros pasos sean invisibles.

Entréganos Tu santo Cetro, 
para que podamos corresponder a la misión de amor y de paz.

Entréganos Tus poderosos siete lirios del Cielo, 
para que bajo esta Gracia, 
que proviene de Tu santo Corazón 
nosotros podamos vivir ahora y siempre: 
la pureza de alma, 
el amor a la donación, 
el servicio sin demora y sin tiempo, 
la humildad como fuente de fe absoluta, 
la entrega total a la Voluntad del Padre, 
el rescate de los más necesitados, 
la unión perfecta con todos los Reinos Creados.

¡Oh Humilde y Casto Corazón!, 
que bajo Tu poder de amor y humildad, 
se cumpla la gran misión de paz 
en toda la humanidad.

Amén.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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