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Cuando una puerta espiritual y divina se abre en las consciencias que estaban dormidas, otras puertas se abren a partir del impulso universal que da la primera puerta.
En ese momento comienza a manifestarse el principio de la purificación, y las consciencias son llevadas a conocer por completo el proceso que les tocará enfrentar.
Así todo lo que forma parte de las deudas es atraído hacia la consciencia de los que al fin se decidieron a caminar en la senda del espíritu para que, de esa forma, todo sea liberado.
En este sentido, cuando las consciencias que ya sirven de forma continua y pasan por esa experiencia son llevadas a enfrentarse universalmente al proceso de su purificación.
Cuando la balanza de la vida y de las deudas está en desequilibrio, significa que las consciencias pasarán por una experiencia intensa, la que las llevará a definirse dentro del Plan del Amor y de la Luz.
En este tiempo la Jerarquía le ofrece a la humanidad la oportunidad de equilibrar sus caminos y de seguir la única senda de la evolución de la consciencia.
Eso llevará a que todo quede en evidencia en una consciencia. Debemos así orar y pacificarnos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Liturgia de la Vida
En el universo, hijos, la vida por sí misma es una liturgia permanente.
La hora de reposar los cuerpos es la hora de meditar en el Propósito divino, de reconfirmar al propio espíritu en su adhesión a los Planes de Dios y al camino evolutivo que Él propone a Sus criaturas.
La hora de despertar es la hora de ofrecer al Padre cada acción, cada movimiento, pensamiento, sentimiento, cada vibración emitida, para que todo sea por la manifestación de Su Voluntad.
Cada trabajo que se realiza, cada contacto que hacen los unos con los otros, todo es para que se establezca la paz y por la evolución de todas las criaturas, nunca solo por la propia evolución.
En el universo, no existe el individualismo: la consciencia de la unidad y de la fraternidad es viva.
Los seres saben, desde el principio de su evolución, que para crecer y llegar al Origen de Todo, deben vivir la unidad con todos. Saben que para llegar al Creador de todas las cosas, es necesario estar unido a todo lo que Él representa y, reconociendo que Su Esencia divina se multiplicó en toda la Vida, los seres conscientes viven la unidad con todos.
En la vida universal, antes de actuar, los seres ofrecen al Padre sus acciones y preguntan a sus esencias, que representan la unidad con Dios, cuál es el mejor paso para dar. La confianza en el Creador está por encima de todas las cosas. La certeza de que Él habita en el propio interior y ahí interactúa con Sus criaturas es lo que fortalece constantemente a Sus hijos, para que no salgan de Su Camino ni de Su Guía.
Les digo eso, hijos, porque la Tierra debe ingresar en el tiempo del Universo y eso comienza con la transformación de cada consciencia. Ustedes deben aproximar sus vidas a los patrones de vida universales y, para eso, es hora de reconocer y de recordar los principios de esa vida.
Hagan, de cada día, una liturgia viva: que todas las horas sean momentos de encontrar a Dios; que todas sus acciones sean motivo para buscarlo, y que las liturgias y momentos de oración, que ya conocen, sean el alimento que nutre las almas y las fortalece; sean oportunidades de interceder por aquellos que están dormidos y por los que no conocen la paz; oportunidades de clamar por los Reinos de la Naturaleza y de aproximarse más conscientemente a la Verdad.
Es hora de despertar para la liturgia de la vida.
Si ustedes viven lo que les digo, en poco tiempo, comprenderán por qué les enseñé estas cosas.
La liturgia de la vida es la puerta al cosmos.
Los amo y los bendigo siempre.
Aquel que vive en la oración permanente a Dios,
San José Castísimo
Contemplen Mi Gloria. Cuando Yo estoy presente todo es perfecto y nada hiere.
Hoy, les ofrezco nuevamente la cruz del mundo para que la carguen Conmigo en esta Sagrada Semana que se aproxima; porque después de tantas Gracias todo ya es diferente y nada puede ser igual.
Hoy, están aquí por Mi Misericordia, que es la Misericordia de Dios; la que los ha reunido a través de Mí y alrededor de Mí, para honrarme.
Hoy, estoy con ustedes y estoy con el mundo, con las necesidades de cada corazón y de cada alma, sin dejar de atender las peticiones de Mi Padre, para que se haga Su Voluntad.
Hoy, les muestro las llagas de Mis Manos para que las veneren durante toda esta próxima semana, donde daré señales precisas para estos tiempos finales, para que las almas continúen en Mi camino y en ascensión a Mi Sagrado Corazón.
Yo sé que es difícil vivir el caos del mundo, el caos de las almas y de las consciencias que se resisten purificar. Pero no puedo hacer más nada.
Sus corazones y el corazón de sus hermanos debe estar abierto para que Yo pueda obrar y así ayudarlos hasta el final. Porque es la Voluntad de Mi Padre que vivan en Mi Gracia y es el sentimiento de Mi Corazón que se regocijen en Mí todos los días de la vida, para que así conozcan Mi Voluntad, que es invisible ante sus ojos y perceptible para la intuición de los puros.
Yo necesito alcanzar en ustedes la santa humildad, la pacificación, la entrega y la mansedumbre. Pero sé que todo es por grados. Deben alcanzarlo a través del esfuerzo y de la dedicación que viven por Mí Corazón y por la Voluntad de Mi Padre que está en el Universo y que siempre los contempla con mucha compasión. Porque si de Él no brotara la compasión por ustedes y por las almas del mundo, ya no habría humanidad.
La tónica de estos tiempos es la intercesión de los Sagrados Corazones, de María, de San José y de Mi Corazón, de lo contrario nada sería posible, compañeros.
No vengo aquí para traerles decepciones sino la verdad; verdad que deben amar todos los días para poder alcanzarla y para que sus corazones sean cristalinos al igual que el Mío, sin soberbia, sin negación, sin indiferencia.
Deben persistir como Yo persistí por ustedes en la Cruz.
Deben madurar en el amor, como Yo entregué el Amor de Dios por ustedes en cada etapa de la Pasión, así como Mi Madre entregó el Amor por cada uno de Sus hijos que negaban y rechazaban al Rey del Universo.
Necesito que en esta Sagrada Semana, sus corazones vivan en humildad Mi Pasión. Que sientan Mi Pasión como la gran victoria y como la gran promesa para aquellos que aún no han despertado y que se separan de Dios día a día.
Necesito, compañeros, que a través de esta Sagrada Semana vivan Mi Pasión, para que sus almas confirmen que Yo estoy aquí presente todavía acompañándolos, así como también Yo acompaño a aquellos que más necesitan en esta hora aguda del mundo.
Necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana no solo vean Mi sacrificio, sino la victoria del Arcángel Miguel a través de Mi Corazón y de Mi Consciencia, que en el momento más culminante dejó Mi Ser para que Yo Me cristificara, así como en estos tiempos Yo los invito a vivir la cristificación del corazón a través de la entrega y de la oración perpetua.
Si no hubieran almas como ustedes en el mundo, así como hay otras almas que aman Mi Corazón insondable y misericordioso, Yo ya no estaría aquí y eso no sería una negación porque no tendría dónde derramar Mi Gracia y Mi Misericordia sobre aquellos que la claman de verdad por sus hermanos y por toda la humanidad, como por los Reinos menores creados por Dios, vuestro Señor, vuestro Padre Eterno.
Así Yo necesito, compañeros, que en esta Sagrada Semana, multipliquen Mi Misericordia por todos los lugares donde vayan y que ella se multiplique aún más cuando se retiren de aquí, de este Centro sagrado, después de haber recibido Mi impulso espiritual de amor y de compasión.
No necesito que se martiricen con Mi Pasión. Hubieron mujeres santas en el pasado que vivieron eso por Mí a través de los tiempos y sobre todo al lado de Mi Cruz, junto a María, Mi Madre.
Yo los invito, compañeros, en esa Sagrada Semana a ser santas consciencias que veneran Mi Sagrado Corazón a través de la Pasión y de la cruz y de cada paso que Yo di por ustedes desde la última Cena hasta Mi resurrección.
En esos pasos que hoy Yo les encomiendo meditar día a día, encontrarán la fortaleza para estos tiempos, la fuerza interior para superar sus problemas, la disipación de todas las dudas y de la falta de confianza al Corazón del Creador.
Necesito, compañeros, que revivan Mi Pasión por aquellos que no lo hacen y sobre todo por aquellos que nunca lo hicieron y que menos Me conocen en las diferentes partes del mundo, por vivir su propia idolatría.
Eso pesa para Mi Corazón, porque Yo vengo con Mi Gracia para todas las almas, para todos los que a pesar de todo continúan en Mi camino, como es en el día de hoy ante Mi presencia.
Así verán, compañeros, cómo es la Misericordia de Mi Corazón, cómo es el sustento y el apoyo que Yo puedo dar para sus espíritus cuando confían en Mí y lo decretan.
Yo no solo les traigo la revelación de Mi Gracia sino también la presencia de Mi Gloria celestial alcanzada después de Mi ascensión al Universo, a las moradas de Dios.
Necesito que se purifiquen en Mi confianza y que acepten la tarea que Yo, con tanto Amor, les he encomendado para estos tiempos desde el principio de sus nacimientos.
Así como Mi Corazón infinito agradeció el apoyo de Mi Santa Madre durante la Pasión y desde el principio de Mi vida en este mundo por cada uno de ustedes, así espero, compañeros, que ustedes agradezcan a sus madres por su existencia y presencia en este momento tan especial Conmigo. ¿Qué sería de ustedes sin sus madres?
Aunque sus madres no parezcan lo que ustedes desean, ellas son el modelo perfecto de la transformación para sus corazones y vidas. No podrán seguir caminando en Mi sendero sin antes recordar a sus madres por todo lo que han dado, aunque hayan sido errores, pruebas o conflictos.
Dios, a través de sus madres, quería quebrar sus corazones endurecidos para que sintieran el verdadero amor que nace de la maternidad de todas las santas mujeres que conciben ante la Creación y dan a luz, como Mi Madre dio a luz por cada uno de ustedes.
Necesito que amen la fuerza maternal y que no la rechacen, porque en la fuerza maternal se encuentra la salida a las posibles dificultades del camino.
Entre Mi Pasión para esta Sagrada Semana y el espíritu de la maternidad, encontrarán dos grandes puertas para alcanzar también el perdón y la reconciliación entre sus seres queridos.
No necesito, compañeros, que juzguen sino que amen lo que Dios les entregó a través de sus madres y también de sus madres espirituales que Yo he colocado en el camino, para trabajar el sendero de perfección y de santidad en ustedes.
Descubran en el misterio de Mi Pasión y de la maternidad el camino para la conversión y para dar los pasos en la simplicidad del espíritu y del alma que se dona al Padre celestial, abriendo su corazón y comprendiendo todas las cosas que llegan a la escuela del aprendizaje.
Les dejo en esta noche, compañeros, el símbolo de las llagas de Mis Manos, de las Manos que se donaron por ustedes, de las Manos que curaron, que sanaron, que multiplicaron los panes y los peces, de las Manos que derramaron gracias y prodigios, que resucitaron a los muertos, de las Manos que hicieron levantar a los paralíticos, que curaron a los ciegos y que redimieron a los corazones endurecidos por su propia voluntad.
Estas son Mis Manos, las Manos de Dios a través de Su Hijo amado, que nuevamente para esta Sagrada Semana se donan a ustedes y al mundo para santificarlo por la efusión del Espíritu.
Que sus manos imiten Mis manos. Que sus seres se donen en confianza y sin resistencia, porque Yo conozco, compañeros, la pasión de cada corazón, la pasión interior, los miedos y las incertidumbres.
Espero que en cada uno ustedes y de sus hermanos, Yo pueda hacer brotar lo que vengo a buscar hace tanto tiempo y después de tantas veces y de tantos intentos.
Ahora, compañeros, que saben todas estas cosas, anímense a dar el paso y a no retroceder, porque Mis pies caminan descalzos frente a los suyos, marcándoles el camino hacia la paz y la transformación.
Un pedido más para los que escuchan Mi voz. Quisiera verlos arreglados y limpios todos los días para recibirme. Así como Yo mandé a bañar a los pozos de Betsaida, de Samaria a los enfermos para que se purificaran, Yo los invito a prepararse todos los días para el encuentro Conmigo a las tres de la tarde, en armonía y orden, interior y exterior. No necesito que se embellezcan por Mí, sino que comprendan y sientan la importancia de la ceremonia en cada detalle, porque eso forma parte a la Ley de la Jerarquía.
Y ahora, compañeros, en esta víspera de preparación que sus corazones ya pulsen y sientan la Sagrada Semana latiendo en su interior como una llama viva que se moldea y se prepara para recibirme en confianza.
Y la síntesis de toda esta Sagrada Semana que viviremos por una humanidad enferma, separada e indiferente; por aquellos que no pueden vivir esto Conmigo y que aún no lo conocen, les recuerdo el misterio infinito del sacramento de la Comunión, del pan hecho carne de Cristo y de la Sangre preciosa del Maestro como fuentes de salvación y conversión para las almas que comulgan en la fe con la divinidad de Mi Espíritu ante el Padre Universal.
En gloria a Dios por esta gracia concedida para realizar la Sagrada Semana aquí, y en espera de todo el Cielo, que su colaboración sea eficiente para los próximos encuentros en esta orden material de la obra de la Jerarquía.
Espero que Mis Gracias no caigan en vano, sino que sean la multiplicación permanente del servicio y de la donación por esta obra redentora y corredentora junto a Mi Madre y San José.
Espero que sus corazones, compañeros, despierten a la importancia de la colaboración en este proyecto de los Mensajeros Divinos en este plano material. Eso definirá después de esta Sagrada Semana la continuidad de ese proyecto sagrado de conversión y de paz para el mundo.
Que cada uno cumpla con su parte para que así se manifieste la Voluntad de Dios.
Mi último pedido, compañeros: recen por los corazones que se cerraron. Deseo ver en estas cuentas la persistencia de los consagrados. Que cada cuenta que oren represente la oportunidad y la gracia para una nueva alma que debe ser rescatada por la trinidad de los sagrados corazones.
En este sacramento, compañeros, Yo les dejo el modelo para su conversión, para que sean pacificadores, mansos de corazón y humildes de espíritu.
Yo les agradezco, compañeros, por compartir este momento Conmigo en nombre de la Luz y de la Redención.
Y así a los presentes Yo los bendigo preparándolos para vivir este sagrado momento Conmigo, en esta Sagrada Semana que se aproxima, donde los Cielos estarán abiertos durante siete días sobre este lugar para que las almas se eleven en espíritu a través de Mi Corazón a la Casa del Padre Celestial.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Vamos a cantar, a pedido de Cristo, “Pacificadores de Cristo Redentor”.
Mientras que no comprendan que la paz en el mundo nace en el interior de cada ser, ustedes seguirán viviendo en tiempos de caos y de indiferencia hacia Dios.
Para vivir en un mundo pacífico, tendrán que ser pacificadores, no solo en las grandes obras, sino en todos los instantes de la vida.
El inicio de los conflictos en el corazón humano es siempre el mismo: la imposibilidad de renunciar al parecer propio, la incapacidad de dejarse humillar, el ansia de manifestar las cosas en el mundo según su comprensión, la falta de fraternidad y la incapacidad de adherir a las ideas ajenas y de intentar comprender la forma de pensar y de sentir de los demás, para que así les muestren lo que, por sí mismos, no pueden ver.
La falta de paz está siempre ligada a la falta de humildad, porque un corazón humilde, que no teme renunciar y aprender con los demás y con las situaciones de la vida, vive siempre en paz, al menos consigo mismo. Si algo le quita la paz, es la tristeza por advertir que pocos despertaron a la Verdad y están perdiendo la oportunidad de conocer la paz, porque prefieren afirmarse a sí mismos todo el tempo.
En el mundo, los hombres pecan por la ignorancia, por la influencia de las fuerzas de opresión y de la involución, y por la propia incapacidad de dar se una oportunidad de renacer en conversión a un propósito superior. Pero aquellos que Me escuchan, así como escuchan a los demás Mensajeros Divinos, pecan porque prefieren afirmarse a sí mismos antes que confiar en todo lo que aprendieron de Dios.
¿Quién tendrá mayor pecado?
La paz no surgirá en el mundo por intermedio de los corazones de los ignorantes, porque estos están ciegos en su ignorancia y necesitarán del surgimiento de la Luz para encontrar el camino a la redención.
¿Quién abrirá las puertas y las ventanas del mundo para que ingrese el Sol?
Ustedes, compañeros Míos, siervos de Dios Altísimo, escuchan estas palabras no para volverse mejores personas en un mundo de absoluta indiferencia para con los Planes de Dios; ustedes escuchan todo esto para que, con Palabras Divinas, el Señor despierte al menos unos pocos corazones humanos dispuestos a volverse nada y a renunciar a todo, para hacer de su consciencia una fuente de paz para el mundo, a fin de que, gota a gota, esa paz pueda saciar la sed de los que nunca la conocieron en vida.
La heroica obra de estos tiempos no es martirizar el cuerpo, es santificar la consciencia, porque es mucho más difícil para el corazón humano renunciar a su parecer que renunciar a su vida. Incluso, hay quienes prefieren la muerte a la humildad.
Por eso, encomiendo esta misión a los valientes de espíritu, que batallarán en silencio y vencerán en el anonimato de su pública derrota, pues la victoria de los humildes solo Dios la conoce. En amor y paz, los despierta al espíritu de la humildad,
San José Castísimo
Que la Paz sea una realidad en el mundo, camino hacia la vida, recompensa divina en el corazón de los justos.
Que la Paz sea la bandera izada en el cielo de la Tierra, anunciando la Victoria y la Gloria del Reino de Dios.
Que la Paz sea la cura del pasado, el bálsamo que restaura las heridas de un tiempo de caos y de temor.
Que la Paz alcanzada por los hombres se establezca también en los Reinos de la Naturaleza, impregne el planeta y se irradie hacia los cuatro puntos del universo.
Que la Paz, triunfo de Dios en el corazón humano, sea el principio de los mil años de preparación y de unión con Cristo para que, después de la batalla final, el Reino de Dios vuelva a gobernar el interior de todas las criaturas, sin importar de dónde vinieron.
Que la Paz en el corazón de los que se mantuvieron fieles a Dios sea el motivo de la redención y de la reconciliación con Él, para aquellos que nunca lo encontraron.
La Paz será el motor que impulsará a los hombres a la Salvación.
La Paz es lo que los mantiene de pie en un mundo de dolor y tribulación.
No pierdan la Paz, fuente de Amor y de Vida.
No pierdan la Paz, base para madurar la Fe.
No pierdan la Paz, fortaleza inquebrantable de los mansos.
Sean pacificadores de Cristo, para que así establezcan Su Reinado en este tiempo final.
Paz para todos, Paz en todos, eternamente.
Su amado compañero, pacificador en Cristo,
San José Castísimo
Para que la paz sea una realidad en el mundo, debe comenzar a existir en el corazón y en la vida de algunos hombres, aunque sean pocos.
Para ser pacíficos, deben aprender a disolver los obstáculos que la propia consciencia coloca en el camino de los que intentan vivir en paz. Y esto se alcanza de dos formas: en el silencio y en el servicio.
El silencio debe tener como base la humildad y como meta la paz. El servicio debe tener como base la fraternidad, para llegar a la meta de la paz.
El corazón que se dispone a silenciarse alcanza la paz para sí y para el prójimo, evitando conflictos, desavenencias y discusiones incentivadas por el enemigo. El corazón que se dispone a servir, que asume para sí aquello que nadie quiere hacer y con buena voluntad lleva la paz a la vida diaria en su entorno, sin percibirlo está siendo un canal de Dios en el mundo, para disolver conflictos distantes y aplacar la ira de muchos corazones que él desconoce.
Cuando ustedes consagran sus vidas a Dios, todo lo que hacen con consciencia y en ofrenda se convierte en un servicio para toda la humanidad.
Ahora, les hago una advertencia: no sean indiferentes en su silencio ni dejen que sus mentes critiquen ni juzguen mientras hagan algo que nadie quiso hacer. Si no hay amor ni gratitud en sus acciones, es mejor que sean como la mayoría de la humanidad común, porque peor que no hacer es hacer sin ser verdadero.
Les traigo estas instrucciones no para que cambien sus vidas, sino para que cambien la vida planetaria, porque ustedes son células vivas del cuerpo de este planeta. Por eso, todo lo que hagan repercutirá en toda la consciencia planetaria. Yo los amo y les agradezco, desde ya, la respuesta de ustedes y la consciencia que tendrán orientada hacia el cumplimiento de los Planes de Dios.
Su amado padre,
San José Castísimo, guiando a la humanidad en las cosas simples, para que un día alcancen el Reino de Dios.
Para que la paz sea una realidad en el mundo, debe comenzar a existir en el corazón y en la vida de algunos hombres, aunque sean pocos.
Para ser pacíficos, deben aprender a disolver los obstáculos que la propia consciencia coloca en el camino de los que intentan vivir en paz. Y esto se alcanza de dos formas: en el silencio y en el servicio.
El silencio debe tener como base la humildad y como meta la paz. El servicio debe tener como base la fraternidad, para llegar a la meta de la paz.
El corazón que se dispone a silenciarse alcanza la paz para sí y para el prójimo, evitando conflictos, desavenencias y discusiones incentivadas por el enemigo. El corazón que se dispone a servir, que asume para sí aquello que nadie quiere hacer y con buena voluntad lleva la paz a la vida diaria en su entorno, sin percibirlo está siendo un canal de Dios en el mundo, para disolver conflictos distantes y aplacar la ira de muchos corazones que él desconoce.
Cuando ustedes consagran sus vidas a Dios, todo lo que hacen con consciencia y en ofrenda se convierte en un servicio para toda la humanidad.
Ahora, les hago una advertencia: no sean indiferentes en su silencio ni dejen que sus mentes critiquen ni juzguen mientras hagan algo que nadie quiso hacer. Si no hay amor ni gratitud en sus acciones, es mejor que sean como la mayoría de la humanidad común, porque peor que no hacer es hacer sin ser verdadero.
Les traigo estas instrucciones no para que cambien sus vidas, sino para que cambien la vida planetaria, porque ustedes son células vivas del cuerpo de este planeta. Por eso, todo lo que hagan repercutirá en toda la consciencia planetaria. Yo los amo y les agradezco, desde ya, la respuesta de ustedes y la consciencia que tendrán orientada hacia el cumplimiento de los Planes de Dios.
Su amado padre,
San José Castísimo, guiando a la humanidad en las cosas simples, para que un día alcancen el Reino de Dios.
Para que la paz sea una realidad en el mundo, debe comenzar a existir en el corazón y en la vida de algunos hombres, aunque sean pocos.
Para ser pacíficos, deben aprender a disolver los obstáculos que la propia consciencia coloca en el camino de los que intentan vivir en paz. Y esto se alcanza de dos formas: en el silencio y en el servicio.
El silencio debe tener como base la humildad y como meta la paz. El servicio debe tener como base la fraternidad, para llegar a la meta de la paz.
El corazón que se dispone a silenciarse alcanza la paz para sí y para el prójimo, evitando conflictos, desavenencias y discusiones incentivadas por el enemigo. El corazón que se dispone a servir, que asume para sí aquello que nadie quiere hacer y con buena voluntad lleva la paz a la vida diaria en su entorno, sin percibirlo está siendo un canal de Dios en el mundo, para disolver conflictos distantes y aplacar la ira de muchos corazones que él desconoce.
Cuando ustedes consagran sus vidas a Dios, todo lo que hacen con consciencia y en ofrenda se convierte en un servicio para toda la humanidad.
Ahora, les hago una advertencia: no sean indiferentes en su silencio ni dejen que sus mentes critiquen ni juzguen mientras hagan algo que nadie quiso hacer. Si no hay amor ni gratitud en sus acciones, es mejor que sean como la mayoría de la humanidad común, porque peor que no hacer es hacer sin ser verdadero.
Les traigo estas instrucciones no para que cambien sus vidas, sino para que cambien la vida planetaria, porque ustedes son células vivas del cuerpo de este planeta. Por eso, todo lo que hagan repercutirá en toda la consciencia planetaria. Yo los amo y les agradezco, desde ya, la respuesta de ustedes y la consciencia que tendrán orientada hacia el cumplimiento de los Planes de Dios.
Su amado padre,
San José Castísimo, guiando a la humanidad en las cosas simples, para que un día alcancen el Reino de Dios.
Si ustedes son pacíficos en sus vidas y en todo buscan la armoníay la unidad, podrán percibir la unión de los tiempos y lo que esto causa en la consciencia de la humanidad.
Si entran en oración todos los días, tratando de sentir verdaderamente lo que sucede en la vida espiritual del planeta, podrán percibir que los conflictos y las guerras que hoy suceden en el mundo no son como los que sucedieron en tiempos anteriores.
Así como el bien que impregna los corazones en este tiempo los santifica y los torna plenos de modo que los lleva a la cristificación, el mal que vive hoy en algunos seres humanos es destructivo aun para las esencias y para los espíritus de los seres. Todo se está intensificando, todo está creciendo en proporciones desenfrenadas, tanto para el bien como para el mal, y el corazón que ora puede sentirlo y vivirlo. Les digo esto, queridos, porque deben aprender a lidiar con las situaciones que se presentan actualmente en el mundo.
El tiempo real del universo está comenzando a unirse al tiempo de la Tierra, y la consciencia humana también comenzará a sentir su verdadero potencial creador, tanto positivo como negativo. El pensamiento y el verbo tendrán más poder que nunca; por eso, les pedimos que oren, oren sin cesar para equilibrar y contraponer las oraciones a las ideas malignas que, de planos infernales, intentan plasmarse en las mentes de los seres humanos y manifestarse en la vida de la Tierra.
Ustedes no deben temer jamás, porque la mayor herramienta del ser humano es el corazón y no la mente. No habrá pensamiento maligno que no sea destruido y borrado por la oración sincera y plena de un corazón que responde al Llamado de Dios. Solo es necesario que oren, oren de verdad, con amor, con consciencia, llenando el verbo con la intención de que la Voluntad de Dios se plasme en la consciencia planetaria.
Cuando el tiempo de Dios se aproxima a la Tierra, sus espíritus también se aproximan y sus almas son colmadas por los impulsosdel verdadero ser. Por eso, al entrar en oración, busquen lo que ustedes son de verdad. Entren en contacto con la propia esencia por intermedio del silencio y de la paz, y de ahí reciban todo lo que necesitan para vivir los días actuales en unión con Dios y con Su Plan.
Ustedes saben que la humanidad es muy ignorante en relación con la Verdad, y pocos comprenden lo que los Mensajeros Divinos intentan transmitir al mundo. Por eso, es muy importante que aquellos que son conscientes y que comprenden, al menos un poco, la Voluntad de Dios, puedan vivir lo que enseñamos, abriendo así la puerta para que otros sigan el mismo camino.
A medida que den sus pasos, queridos, nuevas oportunidades se abrirán para que puedan conocer verdades cada vez más amplias y para que los que están estancados en su evolución sean impulsados y den el primer paso.
Yo los amo y, por eso, los instruyo para que no solo conozcan la Voluntad de Dios, sino que también la vivan.
Su compañero de siempre,
San José Castísimo
Queridos compañeros y siervos de Cristo:
Mi Casto Corazón retorna al mundo, diariamente, porque confío en el potencial de amor de los seres humanos. Confío en el potencial que ustedes tienen de transformarse a sí mismos y a todas las cosas, porque pueden estar unidos en esencia a Aquel que todo lo creó y que tiene la potestad para transformarlo todo.
Únanse todos los días a la verdadera esencia de lo que son. Recuerden que son hijos de Dios y asuman, así, la responsabilidad de formar parte del Proyecto que tuvo como resultado el Rey del Universo, Cristo Redentor.
Les pido que sean un poco más pacíficos en sus vidas y que opten por estar en silencio, en lugar de crear conflictos y desgastarse. Sean más pacíficos también con ustedes mismos y, así, tendrán la paciencia necesaria para transitar los tiempos actuales.
La urgencia de los tiempos induce a la consciencia a exigir, de sí misma y del prójimo, cosas que tal vez no podrán dar de un día para otro. Por eso, es necesario estar con el corazón pacífico para saber discernir, de la mejor forma, en las situaciones que se presentan en sus vidas.
Con el corazón pacífico, podrán encontrar en su interior los recursos para superar una prueba espiritual; pero si, en vez de esto, están exigiendo y obligando a sus consciencias a dar los pasos con la rigidez de sus mentes, correrán el riesgo de creer que están avanzando y, entre tanto, contarán con falsos recursos internos, frutos de la creación de sus propias mentes, para aliviar la tensión en la cual viven y, más adelante, se encontrarán con la misma prueba una y otra vez.
Solo el corazón pacífico puede encontrar el manantial interior del Amor de Dios, y es ahí donde se fomentan las verdaderas virtudes.
Por eso, nunca olviden que la presión de las fuerzas de oposición, causada por el caos mundial, será suficiente para que la consciencia esté en una tensión que supera sus límites. Esa presión no puede venir de la propia consciencia, porque en los días que vendrán, ustedes necesitarán estar en paz consigo mismos y con el planeta.
Si hoy se asustan y se irritan con los errores del prójimo y pierden la paz al ver las imperfecciones ajenas, no estarán aptos para soportar lo que vendrá.
¡Pacifíquense! Pacifíquense todo el tiempo.
San José Castísimo, pacificador del Corazón de Dios
Hermana Lucía de Jesús: Cuando estábamos terminando el devocionario de San José, vi que los portales comenzaron a abrirse, pero esta vez no veía el Cielo, sino un lugar de la Tierra. San José se aproximó; vi que detrás Suyo sucedía una guerra, y Él intentaba ayudar a ese lugar de dónde venía. Durante un tiempo, San José permaneció en silencio, con una mirada pura, aunque un poco triste. Luego, comenzó a decir la siguiente oración, que pidió que anotásemos, y nos entregó el mensaje diario hablando muy pausadamente. A pesar de Sus palabras simples, sentimos que hacía un llamado al mundo por la Paz.
Oración y Petición al Dios Altísimo
por la Paz Mundial y por la Redención
Señor y Dios Altísimo,
pleno de Misericordia y Piedad,
bajo la intercesión de San José,
Tu humilde siervo, te rogamos.
Acaba con los conflictos, los desacuerdos,
las guerras y las maldiciones.
Perdona los pecados de los hombres
y llévalos a Tu santa Luz.
Calma el sufrimiento de los afligidos,
la soledad de los abandonados
y el dolor de los enfermos.
Aplaca la ira de los ignorantes
y la astucia de los que no creen en Ti.
Establece Tu Paz en el mundo.
Establece Tu Divina Misericordia.
Redime y consagra a Tu amada humanidad
y a Tus sagrados Reinos de la Naturaleza.
Haz este planeta semejante a Tu Reino de Paz.
Amén.
Lo que más quiero, hoy, es que sean pacificadores en sus vidas. Lo que el Señor necesita de los corazones humanos, en este día, es que vivan la paz y siembren la paz en el mundo.
Mis amados, el planeta no soporta más los conflictos del mundo; por eso, equilibren este mal con sus acciones de paz.
No se permitan entrar en conflicto con el prójimo, consigo mismos ni con Dios y Sus Planes. Busquen la esencia de la paz.
Hagan esto por el mundo en el cual viven, pues él está agonizando.
Paz, paz, paz para este planeta.
Les dejo Mi espíritu de paz y Mi más sincero pedido de que despierten a la eterna paz del corazón.
Su amado padre y pacificador de Cristo,
San José Castísimo
Como grandísima Gracia traída del Reino de los Cielos, Mi Casto Corazón viene a anunciar al mundo el último año de Mensajes que entregaré a la humanidad. Y como bendición principal para todos los corazones, durante el período comprendido entre el 20 de agosto de 2015 y el 20 de agosto de 2016, haré llegar el primer ciclo de Mensajes Diarios de San José, para el género humano.
Es de esta forma que, en la urgencia de los días, Mi Casto Corazón comenzará a entregarles a todos el paso a paso del surgimiento de la Nueva Humanidad.
Cuando este ciclo de mensajes finalice, ya no vendré al mundo como antes, y esa señal marcará el inicio del tiempo de pruebas definitivas.
Debido a sus oraciones y pedidos, los Mensajeros Divinos alcanzaron la Gracia de entregar este último impulso para la humanidad, con el fin de que todo lo que necesiten para transitar en los tiempos que vendrán, esté disponible para sus almas y consciencias.
Jamás olviden que este impulso llegará como una última oportunidad para seguir los pasos de Dios y de esta forma, impulsados por Mi Sencillo y Humilde Corazón, puedan seguir los pasos que los conduzcan a la materialización de este Plano Superior de Existencia.
Por medio de Mis palabras, llevaré a la humanidad al descubrimiento de lo Sagrado y con ejemplos y revelaciones de Mi vida santa, intentaré conducirlos por última vez a la santidad del espíritu y del corazón.
Sepan que son espíritus agraciados, en medio de una humanidad que padece y que se degenera día a día, como consecuencia de sus acciones. Deben reflexionar y meditar sobre lo que es el espíritu de la eterna gratitud -porque están siendo merecedores de esta Gracia- y lo que Dios espera de las almas que Lo Escuchan por medio de Sus Mensajeros.
A medida que el sufrimiento y la ilusión se expanden por el mundo, Dios les concede la Gracia de despertar, y con Sus Mensajeros, aprender la verdadera esencia de la existencia de la humanidad que aún no se manifestó plenamente en este mundo, con excepción de Su Hijo y de la Sagrada Familia que lo acompañó y que con Él aprendió.
Que el espíritu de pacificación se vuelva vida en sus seres. Así descubrirán que es en las transformaciones más simples, que alcanzarán la manifestación de la Nueva Humanidad. Muchos buscan realizar grandes obras y se olvidan que, es en el espíritu de la humildad, que se encuentra la verdadera llave para abrir las puertas del Cielo y volver a unirse con la Consciencia de Dios.
Yo los amo y los espero despiertos y atentos a este nuevo y último ciclo de instrucciones de Mi Casto Corazón.
San José Castísimo, Siervo y Aprendiz de Dios
Queridos hijos Míos:
¡Alabado sea Jesucristo, en sus seres y en todas las almas del mundo!
Hoy deseo llamarles la atención sobre un punto importante que les habla del espíritu de la pacificación y de la mansedumbre, virtudes que Mi adversario desconoce por completo y por las que ni una pequeña pizca del mal puede sembrarse en el alma que vive esas santas virtudes.
Por eso, hijos, su paz y su mansedumbre los hará más humildes y al mismo tiempo más libres de ustedes mismos, para que puedan servir bajo el fuego del servicio y de la plenitud.
La falta de paz y de mansedumbre en las almas del mundo, las hace distanciar muy lejos del espíritu de la premeditación que los lleva a la sagrada sabiduría.
Hoy, por amor a Dios y a sus hermanos, observen cómo se encuentra su trabajo perpetuo con la mansedumbre.
Imiten a Mi Hijo. Hace pocos días vivieron, de corazón, el espíritu profundo de Su Pasión. Así, hoy podrán comprender que sin paz y sin mansedumbre no existe la humildad necesaria y urgente para estos tiempos.
Como su Madre Celeste, vengo para ayudarlos a crecer en el Amor de Dios y, a partir de ese Amor Divino, que puedan dar los pasos en el vacío de sí y en el despojamiento de los viejos patrones de una humanidad precaria y desorientada.
Hijos Míos, no será necesario que se martiricen a sí mismos con sus pensamientos e incertidumbres, por no ser humildes y agradecidos. Acepten la mano que se extiende hasta ustedes desde el Reino de los Cielos y así, vivan los nuevos atributos que reformarán a la Tierra entera.
Aunque muchos de Mis hijos no perciben que están tan separados de la esencia del amor humilde y de la mansedumbre, Mi adversario les hace creer que ya los viven y, en verdad, es toda una ilusión.
Por eso, recen y pídanle a Dios que destierre de sus corazones toda arrogancia y orgullo, serpientes rastreras que los llevarán por los abismos del mundo, lejos del paraíso de Nuestro Señor.
El primer paso será dado verdaderamente cuando reconozcan su falta de paz y de mansedumbre. Con la ayuda del Ángel de la Guarda, podrán renovar sus caminos y serán llamados para ingresar, decididos, en Mi escuela de los nuevos discípulos de Cristo.
De esa forma, recuerden, hijos amados, que el momento de su purificación ayudará en la recuperación de la inocencia que la humanidad negadora perdió por haberse separado de la Misericordia de Dios.
¡Les agradezco por responder a mi llamado!
Los ayuda a encontrar la esencia del verdadero Amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que se establezca Mi Paz en el mundo, y que esta Paz reine en los corazones de todos los hombres y en la esencia de todos los Reinos de la Naturaleza.
Hijos Míos, los invito a la profunda pacificación interior para vencer, así, a todas las adversidades de estos tiempos. Solo la paz guardada en el interior de las criaturas les permitirá vivir los tiempos de mayor tribulación en el mundo.
Sepan, Mis amados, que deben aprender a vencer a los propios conflictos internos por medio de la paz; aprender a dejar que el reinado de Mi Paz sea mayor que cualquier tribulación que les puedan causar las purificaciones y asedios de estos tiempos.
Quiero que sepan que los planes contrarios a los Planes de Dios siempre buscarán desestabilizar a Mis soldados y vencerlos por medio de la tensión, del conflicto y del cansancio de sus corazones.
Este es un tiempo en el cual aún cabrán las etapas de aprendizaje, en las cuales podrán caer y levantarse, una y otra vez. Por eso, no se cansen de vencer las propias tribulaciones para establecer la paz en su interior y, así, dejar que ella llegue a los corazones de los demás seres de este mundo; porque, en el tiempo que llegará, esta paz ya deberá estar establecida dentro de cada uno de ustedes, para que así vivan una mayor prueba, que es establecer Mi Paz en los momentos de caos planetario.
No permitan, Mis amados, que las confrontaciones los retiren de Mi refugio de Paz, pues mayores que cualquier confrontación que puedan vivir en este mundo son el poder absoluto de Mi Amor y la fuerza imperiosa de Mi Santa Paz.
Como Rosa de la Paz y como Madre de Jesús, quiero enseñarles a ser pacificadores frente a cualquier situación de sus vidas.
Acuérdense, hijos Míos, del ejemplo que les entregué al ver a Mi Hijo siendo flagelado y crucificado; pues aun sabiendo que ultrajar al Hijo de Dios era la mayor injusticia que se daba en este universo, Mi Corazón jamás perdió la paz, porque jamás perdió la confianza en el Creador de todas las cosas, que nos llamó por el nombre para cumplir Su Plan y que nos garantizará siempre que cada acontecimiento de nuestras vidas nos traerá el aprendizaje justo que debemos vivir.
Para estos tiempos y para los tiempos que vendrán, recuerden que Mi Paz debe reinar dentro de cada uno de Mis hijos y que, por medio de ellos, esta Paz debe expandirse por el mundo.
Hoy están bajo Mi Manto. Yo los protegeré y los acogeré siempre, los resguardaré del mal y curaré sus espíritus y sus corazones cuando estén fatigados en esta batalla para establecer el Reinado del Señor en el mundo.
Mis amados, no desistan, sigan en confianza. Comprendan el calvario que muchos viven como el camino único para el restablecimiento de la Misericordia entre los seres. Pero, para eso, deberán recorrer ese camino, sin perder de vista la Voluntad de Dios y Su grandioso Plan de Amor que deberá reflejarse en sus esencias como amor puro.
Los amo y los bendigo.
Yo les doy Mi Paz, llévenla al mundo entero.
Su Madre María, Rosa de la Paz, Reina de la Paz y del mundo
Hijos Míos:
En este día, un sol radiante cruzó el mundo, iluminó las vidas y los corazones, retiró las almas de la oscuridad y reposó sobre Venezuela. Este Sol que arde en Fuego Divino y proviene del Espíritu Santo, llega para encender los corazones de los Hijos de Dios, que se apagan por el miedo y por la falta de Fe y Esperanza.
Este Sol, vino a demostrar que, al que pide, siempre le será dado y al que llama con fervor a las puertas del Cielo y clama por el auxilio de Dios, Él siempre le enviará Su ayuda, escuchando con Amor las plegarias de Sus Hijos.
Mis amados: quiero invitarlos a la persistencia en el Espíritu de la Pacificación, porque aquel que busca la Paz y la vive, la irradia a sus hermanos y trae al mundo la posibilidad de que otros descubran el Poder de la Paz y puedan vivirla.
Confirmen día a día la unión Conmigo, pues Mi Corazón vigila día y noche este mundo, siempre atento a un llamado sincero, a una plegaria plena de fe.
Hijos Míos, son tiempos de caos en todo el mundo. Está permitido por Dios que la humanidad aprenda a través de las consecuencias de sus propios actos. Mas hoy les digo, que este aprendizaje no es para todos, porque existe la posibilidad de aprender a través del Amor y de la Paz; solo necesitan caminar hacia esta meta y en sus vidas sembrar acciones que generen frutos dignos para una vida de Paz.
La Paz se alcanza a través de la unión con Dios, porque si están unidos a Él, pueden comprender Sus Planes; si están unidos a Dios, pueden encontrar Su Voluntad en todos los acontecimientos de la vida y en todo, encontrarán la oferta perfecta para realizar al Señor, por todos aquellos que viven en el mundo y sufren aún más, pues sufren en la ignorancia y en la falta de Dios.
Mis amados, para encontrar el camino de Cristo, descubran la semejanza que hay entre sus vidas y la vida del Señor y pidan con fervor, que Él los ayude a descubrir esta unidad entre el calvario de Cristo y el calvario que vive el mundo entero.
Deben, en este tiempo en que el caos está creciendo, aprender a trascender los límites de los acontecimientos de la vida y, como les enseñó Mi Hijo, “estar en el mundo, sin ser del mundo”. Sepan que toda vivencia trae un aprendizaje y todo aprendizaje trae un fortalecimiento y una madurez interior.
Un soldado aprenderá a ser soldado, batalla tras batalla, y un soldado de Cristo, aprenderá a fundirse con Cristo, cuando batalla tras batalla, se venza a sí mismo y a sus enemigos, amándolos.
Mis queridos, son tiempos de descubrir el Amor y encontrarlo en todo, porque todas las dificultades de la vida les traen la oportunidad de Amar. Como Mi Hijo, abracen esta cruz que les está siendo entregada como humanidad y sepan, que también en la época de Cristo muchos cargaron una cruz, mas pocos supieron amarla y encontrar en ella la liberación del mundo.
¿Quien se ofrecerá para renovar el sacrificio de Cristo?
¿Quien encontrara en el dolor, la voluntad de aliviar el dolor del prójimo?
¿Quien sabrá olvidarse de sí mismo para amar verdaderamente a sus enemigos?
¿Quien será el sol del nuevo tiempo, que retirará de la oscuridad a los que no supieron encontrar la Luz?
¿Quién me acompañará hasta el final, proclamará la Paz y vivirá la Esperanza en un mundo que se autodestruye?
¿Quién traerá Mi Reino para la Tierra?
¿Quién se autoconvocará?
Estas son las preguntas que sus corazones deben saber responder en este tiempo. Y a todos los que digan sí, Yo les digo, que siempre estaré con ustedes y siempre los acompañaré.
Solo oren, oren mucho y vivan la Paz en sus corazones.
Este es Mi último llamado: Paz.
Yo los amo y los bendigo siempre.
María, Madre y Reina de la Paz
3.ª Maratón de la Divina Misericordia – primer día
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy, el Maestro vino a nuestro encuentro con un presente especial.
Él abrió las puertas del Cielo e hizo descender una cantidad innumerable de palomas que comenzaron a rodear nuestras cabezas.
Algunos de los hermanos presentes fueron bendecidos con Cálices; ya que algunos Ángeles del Señor derramaban el líquido de los Cálices sobre ellos y, a través de este encuentro interior con Cristo, nos transmitió Su Mensaje.
Cuando Él llegó, abrió Sus Brazos y Sus Manos para bendecirnos; y en Sus Brazos había dos cintas, una cinta azul y otra cinta roja que representaban, según nos dijo, Su Sangre y Su Agua, y tenían escritas las siguientes palabras: “Paz Infinita”.
Así, Él nos comenzó a instruir en este día.
Paz Infinita será el nuevo bautismo de sus seres, porque solo por la Paz Infinita sus almas alcanzarán la misión que Dios les ha encomendado en estos tiempos.
Queridos compañeros:
Este es el amor que Yo les quiero revelar: a través de Mi Paz Infinita sus vidas se podrán unir al Universo, y la Tierra y el Cielo serán uno como estaba previsto desde el principio.
Para que esto suceda, primero deberán encarnar la Paz Infinita en sus corazones porque ella será el camino perfecto para que ustedes se puedan amar de verdad, como Yo les enseñé desde el principio, cuando Mi Vida estuvo entre ustedes.
Solo a través de la Paz Infinita encontrarán el sendero predilecto de la humildad y así sus almas resplandecerán ante Mi Reino, porque estarán cumpliendo con el don precioso de vivir en paz.
El mundo se apaga por la falta de verdadera Paz; busquen esta Paz Infinita en el Origen, en la Naturaleza, en el corazón de cada hermano pacificador.
Hoy, les pido que sean ejemplo de paz, para que al menos los grandes acontecimientos de la Ley de Dios sean leves sobre los que no son pacificadores.
Que a través de esta Tercera Maratón de Oración a Mi Infinita Misericordia, ustedes, como soldados de la oración por la paz, puedan salir fortalecidos y amparados, salir listos para realizar la tarea misionera y de apostolado a la que Yo los invito en estos tiempos.
Hermanos, siento una profunda alegría por ver corazones argentinos un poco más maduros y dispuestos a colaborar con el Plan de Mi Padre.
Que en este encuentro sus seres puedan renacer y recibir el Espíritu de Dios, para que obren unidos de corazón y de alma con el prójimo.
Buena jornada misericordiosa para el día de mañana.
Mi Corazón acompaña sus plegarias de amor.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en Mi Corazón.
Cristo Jesús de la Argentina
En este día de misericordia Mi Corazón irradia Gracias sobre las almas que más las necesitan, principalmente aquellas que se han distanciado de Mí.
Yo reúno a las esencias para el gran momento, para que todas se vuelvan a unir como una sola y representen el nuevo rebaño redimido, rebaño con el que Yo contaré en la hora importante de Mi Regreso al mundo.
Pero ahora es necesario cultivar la semilla de la pacificación interna, porque esta sublime luz de la paz deberá servir como un foco incandescente que alivie la perturbación de muchos seres internos en el mundo.
Por la oración misericordiosa el mundo alcanzará la paz, y la victoria del Reino del Padre será posible por el esfuerzo de los pequeños seres que sirven al Plan de Dios. En estos tiempos Yo los llamo a la unidad interior y al cumplimiento del Propósito Divino en cada ser y por el Bien Mayor del mundo.
En este camino de oración que recorren los peregrinos, Yo los llamo a proseguir por la senda segura de la fe y del amor, porque de esta forma muchos más imitarán su ejemplo crístico de evolución.
Por sobre todas las cosas, recuerden que ahora y siempre estarán en Mi Corazón de Amor.
Bajo la Gloria del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir Mi Mensaje a través del amor del corazón.
Cristo Jesús Misericordioso
Paz para todas las almas y el Bien de Mi Padre para todos los seres de la Tierra.
Con misericordia y piedad infinita desciendo al mundo para irradiar con Mi Luz a los corazones que están vacíos y sin amor. Por eso Me sirvo de instrumentos dispuestos, que puedan vivir Mi Mensaje y llevar Mi Palabra de esperanza y conversión a los que más necesitan.
Cuando Mis instrumentos consigan unirse a Mi Corazón Misericordioso, Yo podré reunir a los nuevos rebaños en el nuevo cenáculo que prepararé desde el Universo para la Tierra. Para que eso suceda es necesario vivir los Mandamientos, para que la vida se pueda corregir y definitivamente unirse a la Voluntad Suprema de Mi Padre.
En estos tiempos Mi Presencia congrega a los discípulos para que, unidos como uno solo, representen la verdad y el ejemplo de Mi Mensaje para el mundo. Cuando cultiven un corazón manso, vivirán una vida pacífica y, viviendo en la Paz de Mi Padre, estarán irradiando humildad y misericordia.
Aún es necesario renunciar a las comodidades y vanidades del mundo de hoy; así sus almas, por medio de la oración misericordiosa, podrán redimirse y convertirse en bienaventuradas y santas cuando estén en el Cielo.
Cuando Mi Corazón llamó a los doce, reunió en esos tiempos a la humanidad más inmadura y difícil. Ahora Yo reúno a nuevos soldados para que, a través de Mi Insondable Misericordia, alcancen la conversión y el perdón del Universo que deben esperar de Mi Padre.
El alma que decida a estar para siempre Conmigo a pesar del embate de los vientos contrarios nada perderá. Quedará libre de sí para poder encontrar el verdadero camino y la segura misión que le espera.
Algunas almas se unen a Mí a través de la oración y del corazón; otras se consagran a través del servicio y de la donación constante; y otras almas se entregan en confianza a Mí para que Yo pueda obrar y hacer prodigios de amor y de paz. Pero todas tienen el mismo lugar en Mi Corazón, solo basta mirarme a los Ojos y decirme sí.
Bajo la Misericordia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por imitar Mis Enseñanzas desde el corazón.
Cristo Jesús, el Rey del Amor
Aquel que Me quite la sed estará Conmigo en el Reino de los Cielos.
Aquel que trate de consolar y glorificar Mi Corazón, herido por la humanidad, será llamado Bienaventurado.
Aquel que Me considere lo primero en su vida será una venerable oveja de Mi santo rebaño.
Aquel que Me confiese profundamente sus pecados y perturbaciones será perdonado todos los días por Mí.
Aquel que confíe en la plenitud, en el amor y en la inmensidad de Mi Sagrado Corazón será llamado Hijo de Dios.
Aquel que obre por amor al Bien y que pacifique los conflictos será un pequeño pastor de Mi Sagrado Corazón.
Aquel que ame la Justicia Divina sin comprenderla y que la viva como la Única Voluntad de Dios, será llamado Siervo de Dios.
En aquellos que Me vivan, Me sientan y Me abran la puerta del corazón, Mi Corazón podrá tener morada y los podrá guiar por los caminos de la paz y del bien.
No teman por nada, mas traten de ser verdaderos a la hora de vivir la Ley Misericordiosa de Dios, porque así sus almas serán transparentes como el agua y puras como las flores. Busquen la Verdad de Mi Padre por sobre todas las cosas de la vida, porque así ustedes podrán comprender Sus Bienaventurados Misterios de la Creación, el Bienaventurado Misterio de Su Magnífica Voluntad.
Día a día estoy con ustedes, recibiendo de sus almas todos los impulsos verdaderos de su ser; sean fuertes en la oración y valientes en el amor al Todo. Sean siempre pacificadores mediante la palabra del Evangelio, sean humildes ante los eventos inesperados de la vida.
La llave para trascenderse es la Ley Venerable del Silencio, porque en el silencio se aprende a vivir y a ser como Dios quiere a Sus hijos en estos tiempos.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por responder al Llamado de Mi Sagrado Corazón.
Cristo Jesús, el Salvador de la Humanidad
La Esencia de la Humildad
El vacío de sí se alcanza con el olvido de todo lo que controla la vida material, eso significa un paso importante para hallar el camino de la humildad.
El encuentro con aspectos de la vida puede reafirmar la condición humana, la que puede ser liberada por el amor y por la esencia de la humildad. Para vivir en esa esencia, que parece inalcanzable para muchos, la humildad se puede manifestar en la vida de aquellos que se interesen por la Vida Universal. Sabemos que el Universo es humilde y vasto como infinito y sabio, allí también se encuentra la esencia de la humildad.
Quien busca el camino de la humildad recibe una señal: el despojamiento de sí, primer paso para el olvido de los agravios y de las desilusiones que genera la vida material. La humildad, como esencia hermana, la podrán encontrar manifestada en otros atributos que permiten el despertar de la Consciencia Crística2 en las criaturas.
La humildad está presente en la esencia del servicio, en la esencia del bien común y fraterno, como también en la esencia de la verdad y de la sabiduría. Cada alma podrá ser afín a algunas de las vertientes de la humildad, y eso despertará un trabajo más consciente de entrega y de solidaridad para con los semejantes.
La esencia de la humildad es uno de los grandes escudos crísticos que protege a las almas del abismo del descontrol y de la ambición por bienes espirituales y materiales. Para hallar el camino de la humildad se debe haber recorrido el sendero de la pacificación.
Un ser humilde debe ser un pacificador crístico y activo, porque ese estado interior permitirá que la humildad tenga buenas bases en donde apoyarse para trabajar dentro del espíritu de cada criatura. La esencia de la humildad es uno de los dones más rechazados por la personalidad de las criaturas; la esencia de la Vida Crística de humildad y de paz afirma la existencia de los Dones Espirituales del Padre, que permiten la consagración de los seres al Plan de Dios.
Sin humildad es como navegar en una barca sin remo. La humildad, como esencia, es todo, aún más en este tiempo, en el que los rebaños deberán estar más vigilantes de sí mismos para soportar las corrientes misericordiosas de transformación que llegarán en auxilio de la humanidad.
Queridos Míos, aún son muchos los pasos que deben dar para divinizar la materia, pero todo comienza con querer y aspirar a alcanzarlo. Que la humildad sea una regla para los que se han consagrado, porque en la humildad ayudarán a los que ignoran Mi Nombre Salvador.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
2. Despertar de la Consciencia Crística: grado elevado de amor universal que será alcanzado y expresado por la humanidad en un próximo ciclo del planeta.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más