- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Como María de Nazaret, les doy hoy todo el Amor de Mi Inmaculado Corazón de Madre.
Queridos hijos:
Hace ya seis meses de mensajes diarios transmitidos con inmensa alegría y gratitud para ustedes. Con esto quiero decirles que el camino de oración es infinito para vuestras vidas y es en ese camino donde ustedes podrán encontrar la paz y la fe para el corazón.
Los acompaño hoy, como lo vengo haciendo desde hace seis meses, en este ciclo definitorio en la vida de Mis hijos en el mundo. La perseverancia de ustedes permitirá despertar la motivación espiritual de la oración en otros hijos. Cada acción que se realiza con el corazón glorifica a Dios Padre. Así ustedes estarán dentro del Reino de Su Amor y Su Voluntad.
Para que sus vidas puedan dar los pasos correctos hacia el Señor, ustedes deben imitar el camino de humildad y de obediencia que Cristo, Mi Hijo Resucitado, vivió delante de la Presencia del Corazón del Padre. Este ejercicio de obediencia y de humildad despertará la confianza en las decisiones misericordiosas de Dios y así vuestros corazones se podrán fortalecer en el camino.
Recuerden, hijitos, que las buenas obras que nacen desde el corazón no solo agradan al Corazón del Padre, sino que también repercuten en la misión redentora para la humanidad, misión que Mi Hijo llevará adelante en Su retorno a la Tierra.
Para esos momentos, vuestros corazones deberán estar en oración y despiertos delante de la necesidad real del mundo para que vuestros ojos, ojos de almas en servicio a Dios, puedan reconocer la Presencia de Mi Hijo entre ustedes.
Sepan, queridos hijos, que de la misma manera que Él estuvo entre sus seguidores después de la gloriosa resurrección, así Él estará de nuevo en el mundo, en especial con los nuevos discípulos que lo aguarden con el corazón abierto y entregado.
La Voluntad del Padre se podrá cumplir en este último ciclo a través de la respuesta de ustedes. Mi Voluntad de Madre viene desde la Voluntad Suprema.
Celebremos en oración los seis meses de encuentros diarios Conmigo, la Madre de la Paz.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos de Dios:
Estando ya cerca del aniversario de las Apariciones de Fátima, hoy los invito a abrir sus corazones a través de Mi llamado universal y celestial para el mundo.
Como Reina de la Paz, como Madre Universal, hoy Me dirijo especialmente a todos Mis hijos que han dejado el camino de Cristo, que han abandonado las aspiraciones y las promesas de Mi Hijo. A todos ellos los coloco dentro de Mi amoroso y misericordioso Corazón de Paz y les digo que retomen el camino hacia Cristo porque, en estos tiempos, Él les servirá como un lucero durante la noche.
Por todo esto, quiero especialmente, dirigir Mi Corazón Inmaculado hacia todos Mis hijos que niegan Mi existencia. Yo les digo que los amo, que los amaré y los socorreré aún más después de este mundo.
Permitan que en este momento sus corazones se reconcilien y se unan con el Único Padre del Universo, el que desde hace tiempo aguarda vuestro retorno.
Queridos hijos, solo soy una Mensajera del Cielo que los quiere ayudar a ver y a encontrar el camino que muchos han perdido por ignorancia o por distanciamiento de la Voluntad del Padre.
Sepan, hijos Míos, que Mi Corazón no les hará mal. Él solo quiere hacerles descubrir cómo en la vida se ama a Dios desde el corazón.
Por eso, queridos hijos, Mi Corazón guardián persiste en este mundo desde hace tiempo porque él debe ver surgir la nueva y redimida humanidad. Pero para que eso suceda, amados hijos, ustedes deben dar el salto hacia la divinidad, que es la misma y la única a la cual vuestras vidas deben dirigirse.
Necesito de todos Mis hijos para que retomen el camino del amor que han perdido y se reencuentren con el perdón, que falta en muchos de Mis hijos por no permanecer en Dios.
Por eso, queridos hijos, ustedes deben aspirar a la humildad porque es en ella que podrán comprender los grandes Misterios de Dios, misterios que muchos intentan mentalizar.
La verdadera vía en este ciclo será curar el dolorido y enfermo corazón de la humanidad. Ella debe conocer la Eterna Paz y el Verdadero Amor que brotan desde la Fuente de Mis Gracias a la que llamamos Dios Padre.
Acompaño sus espíritus a través del gozo infinito del Espíritu Santo y de las oraciones que constantemente elevo al Padre por todos ustedes.
Que Mi pequeño Corazón de Sierva y de Madre Nazarena les ayude a revelar los verdaderos pasos que sus vidas tanto buscan. Vivan a Dios sin restricciones para que la sabiduría los oriente en el camino de Mi Absoluta Paz.
Quiero que puedan conocerme sin miedos porque muchos de Mis hijos aún le temen al poder de Mi Amor. Mi Corazón Inmaculado los reúne en esta vida y, en nombre de Mi Bienaventurado Hijo, Cristo Jesús, recuerden que Él es la Verdad que los une, Él es el Camino que los congrega y Él es la Vida nueva que los hará despertar por la presencia de Su Amor Misericordioso.
Bajo el espíritu de la paz, Mi Corazón los invita a ingresar en el Reino que siempre han buscado. Llegarán a la paz a través de Cristo, quien desde hace tiempo les abre una puerta nueva.
Sepan, hijos Míos, que los amo.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Bienaventurados los pequeños y humildes de espíritu, porque de ellos brotará el Amor de Mi Amado Hijo.
Queridos hijos:
Hoy los invito a plasmar, a través de la oración del corazón, un espíritu humilde de servicio y de donación a la Voluntad de Dios.
El día a día de sus vidas les proporcionará un espíritu humilde a través de la caridad y del servicio a los semejantes.
Queridos hijos, si ustedes tuvieran un espíritu humilde la humanidad ya podría ser otra y sería permeada por una Gracia Mayor. Sé que muchos de Mis amados hijos, que se han entregado en las manos de Mi Hijo, buscan a diario ese propósito y ese Don Interior Divino; pero Yo hoy les digo, Mis pequeños niños, que para los espíritus humildes todo pasará, mas el verdadero Reino de Mi Inmaculado Corazón prevalecerá en la vida de cada uno de Mis hijos.
Hijos Míos, cada pequeña alma que se consagra a Dios es una victoria en el Reino de los Cielos porque es un alma más necesitada de Luz y de Redención, que se incluye en el Propósito de Salvación.
Queridos hijos, que Mi Corazón Maternal sea un refugio y unreparo interior para cada uno de ustedes. Así Mi Luz universal los podrá auxiliar a cualquier hora cuando solo se unan a Mi Amor Maternal.
Recojo hoy del mundo a muchas almas de Dios que, gracias a la respuesta a Mi llamado, han podido ser elevadas hacia un Reino más cercano a la Faz del Señor.
Hijos Míos, hoy les entrego esta llave del espíritu humilde para que sea el verdadero motivo de renovar sus vidas de oración y de donación a Dios.
Sepan, queridos hijos, que cada acto de Amor verdadero repercute sobre el mundo necesitado de Luz.
Por todo esto, la Misericordia de Dios es grande en estos tiempos, y así Mi Faz de Misericordia estará con ustedes los días 25 y 26 de mayo en Fátima, Portugal.
Gracias por responder a Mi llamado.
Mi Amor Maternal para todos.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Amados niños de Dios: muchos aún no creen en el verdadero llamado de la Reina de la Paz.
Por eso, hoy les pido y les digo, hijitos: vengan a Mí porque si vienen, estarán en Mi Hijo, estarán en Mi Divina Paz.
Ya no teman por lo que aún no cambia en el corazón. Es importante, queridos hijos, que vuestros corazones estén en inmensa alegría cuando Mi Inmaculado Corazón viene al encuentro con todos ustedes. Ustedes son Mis amados hijos.
Y el mundo, ¿qué es para Mi Corazón? ¿Lo saben?
Yo les digo, queridos hijos, que la humanidad ha sido bendecida a lo largo del tiempo por los rayos misericordiosos de Dios. Dios no tiene ira por el mundo. Dios es Amor. Dios es Verdad. Dios es Esperanza y Perdón. Dios es la Fuente Primordial de la Paz para los corazones. Si ustedes, hijos Míos, dan los pasos en la consagración a Mi Inmaculado Corazón, les digo que lo estarán haciendo por todos Mis otros hijos que niegan el Amor Celestial de Dios.
Hoy Yo vengo a sus corazoncitos con un pedacito de Mi Cielo para que puedan venerarlo y honrarlo por amor al Creador del Todo.
Queridos hijos, ese pedacito del Gran Cielo es Mi Inmaculado Corazón, que debe ser reparado de tantas ofensas que recibe de los hijos de esta humanidad. Pero la Divina e Insondable Misericordia está presente todavía para aquellos que clamen por este aspecto divino de la Redención que Mi Hijo irradia al mundo.
En este ejercicio con la Divina Misericordia prepararán el camino para la hora de la Justicia, para el segundo retorno salvador de Cristo, Mi Hijo Universal.
Vivan en la fuente de la mansedumbre porque así hallarán el camino de la humildad.
¡Oremos hijitos; oren más!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Ámense los unos a los otros y protéjanse los unos a los otros; así podrán ser fraternos en la verdad y en el amor.
Hoy les entrego más llaves para que puedan comenzar a vivir la escuela de la humildad. Así, en la simplicidad, estarán imitando a Mi Hijo Victorioso. Para que el mundo cambie, es necesario que las almas vivan del fruto de la humildad, un camino que a todos, como corazones, los llevará hasta el Padre.
Por eso, hijos Míos, la humildad que cada uno de sus corazones pueda irradiar y vivir será el fruto de la victoria para los Cielos y, así, la Divina Misericordia podrá llegar a las almas que viven en las faltas más irreparables.
El don de la humildad despierta el afluente de la Misericordia. Recuerden, queridos hijos, lo que Mi Hijo les anunció una vez aquí en la Tierra: “Bienaventurados los misericordiosos, porque de ellos brotará el Manantial de la Misericordia”.
Por este motivo, hijos amados, Yo los invito a que a través de la oración fortalezcan la humildad en el corazón.
Una verdadera alma que vive en la humildad de Mi Hijo:
- No quiere nada para sí
- Está al servicio de la necesidad del prójimo
- Vive en el constante olvido de sí
- Ama para aprender a donarse
- Aspira a vivir en el Propósito de Dios
- Construye con sus manos el don de la paz
- Aguarda en vigilia la llegada de la Buena Nueva
- Reverencia a sus semejantes
- Ama el silencio
- En la oración encuentra la llave para su mudanza y para la conversión de su corazón
- Se permite vivir en la simplicidad.
Aguardo, queridos hijos, que cada día sus corazones vivan un nuevo acto de humildad. El Señor los tiene por buenas criaturas, y aquello que la humanidad aún no ha transformado, le corresponde ahora a cada alma transformar en el corazón y en la vida. De esta manera, la mayoría de los corazones podrá reconocer en la vida el sentido de la humildad como un don que convierte al corazón en un instrumento en las Manos de Dios. La humildad los llevará a encontrar en el Corazón de Mi Hijo un emblema para sus vidas.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Que hoy reine la paz en vuestros corazones para que la esperanza se haga vida y alegría en todas las almas. Hoy los invito a descubrir las cinco llaves que los llevarán hasta los Cielos:
- La caridad constante
- El olvido de sí
- La donación espontánea de uno mismo
- La humildad permanente
- El amor compasivo.
Con estas cinco llaves podrán abrir las puertas que los conducirán hacia el Reino Mayor.
Recuerden, queridos hijos, que el crecimiento del amor en el corazón se alcanza en la paciencia y en la humildad. Por eso, queridos Míos, sostengan este estandarte que Yo les estoy entregando, Mi estandarte de la paz para que, así como el corazón, él irradie la quietud absoluta que muchas almas necesitan para poder encontrarse con Dios.
Si las almas se quedaran por un momento en quietud muchos acontecimientos en el mundo no sucederían, y el Universo Creador estaría más cerca de la vida de todos los corazones. Abran las puertas con estas cinco llaves para recorrer el camino de la santidad que todos los corazones pueden vivir.
En Dios se despierta el amor al prójimo. Con Dios estarán caminando por un lugar seguro. Para Dios, las almas existen como Sus preciosas criaturas.
Los invito a ejercitar las cinco llaves que permiten la conversión del corazón.
Gracias por responder a Mi llamado.
Bendición celestial para el mundo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Confíen plenamente en el Amor Misericordioso de Mi Hijo; en Su Sagrado Corazón no solo hallarán refugio, sino también encontrarán serenidad y amor.
Entren con confianza y perdón en el Alma de Mi Hijo para que Su bondadosa mirada de paz los guíe en el camino que estén recorriendo.
Sientan en sus corazones la sagrada divinidad de Mi Hijo para que sus vidas encuentren al Espíritu Santo a través de las palabras que Su Voz dictó en las Sagradas Escrituras, en el Evangelio. Mediten con el corazón en el propósito de cada parábola. Enciendan la Luz de sus corazones en la oración y vean el mensaje de Cristo para el mundo.
Vivan bajo el escudo de la humildad para que puedan encontrar a Cristo en los demás corazones necesitados de conversión.
Yo los invito a rememorar las Sagradas Escrituras para que vean las palabras del Redentor como una gran llave que abre la puerta a los Cielos. Con honestidad, vivan la instrucción como una señal de Buena Nueva para quienes caminan como peregrinos de la oración.
Velemos por la presencia de la paz a través de los grupos de oración. La paz es necesaria, en estos tiempos, en cada uno de Mis hijos.
Gracias por responder a Mi llamado.
Unidos en la Oración Divina,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Nunca pierdan el poder misericordioso de la fe en sus corazones. Ya estamos en la hora de unir, en fraternidad, los sentimientos y los talentos de cada uno para que las obras de Dios se cumplan en esta Tierra dolorida.
Queridos hijos, la confianza en Mi Hijo les dará Luz en el camino para proseguir hacia la vida de la eterna paz. El mundo aún tiene mucho que aprender a través de las lecciones de humildad. Si en verdad falta humildad en el corazón, las posibilidades de paz serán reducidas para la vida de los corazones. Se necesita humildad y oración, pequeños hijos, para vivir en la Voluntad del Padre Eterno.
Por eso Yo los invito a que a cada nuevo día se unan a Mi Hijo Glorificado en el acto sublime de la comunión. Cada momento de comunión con Cristo es una renovación para sus corazones y es el perdón de todas las faltas cometidas. De esta manera, pequeños hijos, sus almas, unidas a Cristo, estarán aliviando la desesperación y la falta de paz que vive el mundo. Además, si ustedes y cada uno de sus hermanos permiten que la oración se haga vida en sus corazones, siempre podrán encontrar la fuente que les saciará la sed.
En cada nuevo momento de oración sus corazones se renovarán y se afirmarán en el atributo de la fe consagrándose así a Mi Inmaculado Corazón. Vean a Mi Corazón de Madre como una llama de sabiduría para que sus vidas sientan el resguardo constante de cada uno de sus corazones por la presencia de Mi Amor Maternal.
Queridos hijos, saben que el mundo y la humanidad entera necesitan de las oraciones para que Mi Hijo, en Su Insondable Misericordia, pueda socorrer a todas las almas. Deben aguardar diariamente con alegría cada encuentro con el Sagrado Corazón de Cristo; en Él verán la claridad para la vida y la cura de todas las heridas de las almas. Con esto Yo les digo, queridos hijos, que a través de Mi Hijo encontrarán la Puerta Divina hacia los Cielos.
Estamos en un tiempo de Divina Misericordia. Caminen dando sus pasos hacia el Señor en la fe del corazón. Pronto todo pasará.
Los adora en el Santo Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Ama a tu prójimo como te amas a ti mismo. Vive bajo la Ley del Amor. Camina sin pausa hacia el Reino del Señor. En confianza siente la Paz de Mi Corazón en tu corazón. Renuncia al pasado para poder vivir en lo nuevo.
Alegra tu alma cuando le cantes a Dios. Sonríe a la vida que te fue donada y entregada, vive el ejemplo de la humildad para la vida. Si tu corazón está cansado, recoge tu alma dentro de Mi Inmaculado Corazón. Si tu corazón está desanimado, escucha Mi voz que viene desde los Cielos. Aguarda con esperanza lo que después vendrá como Buena Nueva.
Escucha con atención la señal del Señor porque ya puede ser la hora de tu llamado y de tu despertar. Encuentra en la oración el momento para tu esmero, entrega y donación, así las almas sedientas de Dios se servirán de tu servicio. Acepta con gratitud los cambios en la vida; así comprenderás los misterios del plan divino universal.
Une tu corazón al corazón de cada hermano; sé un eslabón que forma parte de la gran cadena de la fraternidad. Imita a Jesús y vive cada día en Cristo Jesús para que puedas seguir desde cerca las huellas que deja Su Sagrado Corazón. Abraza con tu alma el nuevo tiempo, vive la Hora de la Paz en este momento.
Obra como digno hijo de Dios en la unidad de los corazones; no desvíes tu corazón del propósito para que él pueda ver siempre el camino. Supera con valentía las sombras que trae la vida de la transformación; recoge tu corazón dentro del Reino de la Redención. Permite sentir en tu vida el poder divino que rige a cada criatura; únete a la Omnipotencia de Dios.
Acerca tu vida al Señor, siente desde cerca el poder de Su Amor. Cuando alcances el vacío en todo, permitirás que la fuente llene la amplitud de tu corazón. Vuelve a nacer con alegría para que todos vivan bajo Mi Gracia.
Queridos hijos, hoy los llamo a la reflexión del corazón para que todos se unan al único principio de la vida, que es Dios.
Oremos por los que están en la ignorancia del corazón.
Paz para todos. Fe para cada corazón.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Sean como niños y vengan hacia Mí porque Yo los protegeré.
Queridos hijos, hoy los invito a contemplar Mi Inmaculado Corazón. Quiero enseñarles a vivir en la humildad de la vida para que sus corazones se fortalezcan día a día.
Quiero decirles, Mis pequeños, que debemos orar por el mundo y por todas las almas que carecen de la verdadera humildad del corazón. Si ustedes, queridos hijos, oran con el alma y con el corazón, podrán ayudar a que nuestro Padre derrame Su Amor y Su Misericordia sobre este caótico mundo sin paz.
Por eso, pequeños, Yo vengo como la Reina Mensajera de la Paz. Vengo a enseñarles cómo ustedes deben actuar con sus corazones delante de la vida. Quiero que, desde Mi Corazón, recojan Mi vida de Sierva como María, la Madre de Jesús, para que ustedes guarden los momentos gloriosos que Mi Hijo brindó a todas las almas a través de los episodios de cada parábola. Cada una de ellas los ayudará a meditar con el corazón sobre el Amor en las palabras de Cristo. Por eso, Yo los invito a recuperar lo que siempre, desde niños, les enseñaron sobre la vida real de cada Evangelio. Unidos así, en oración, las almas podrán reencontrar un camino de verdadera comunión con Cristo. Ustedes estarán junto a Mí haciendo renacer el espíritu de la lectura en los corazones que deben aprender a amar en cada nuevo día.
Queridos hijos, guarden Mis palabras en sus corazones para que ellas crezcan como flores en cada amanecer. El Señor los llama a reconciliarse con las enseñanzas que Cristo dictó a la humanidad.
Mis pequeños, Yo los acompañaré por esta nueva senda de oración y de comunión con Mi bendito y misericordioso Hijo. Si ustedes abren sus corazones al llamado que viene desde los Cielos, será la señal de que más almas perdidas se podrán reconciliar con Mi Inmaculado Corazón.
Los guía con Divino Amor,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Lleven hoy Mi Rostro Luminoso y Milagroso a vuestras vidas. Permanezcan bajo la Fuente de Mi Amor Maternal para que el Verbo Divino se haga carne y vida en vosotros como se hizo Vida en Cristo.
Para vivir de esa Fuente Original de Pureza, deben, Mis pequeños, practicar fielmente la humildad y la paz. Si no hay paz, no hay humildad en los corazones. Por eso hoy los invito a ejercitar el don de la humildad por amor a todos Mis otros hijos que ofenden con su soberbia a Dios y se olvidan de Él.
Ejerciten la humildad para poder nadar en Mi océano de paz y, así, el mundo podrá ser salvo todavía más, y más corazones podrán ser convertidos y redimidos. Para eso, Mis queridos hijos, recuerden la humildad de Nuestro Señor Cristo cuando Él se entregó por amor a ustedes y, en confianza plena, aceptó vivir el martirio de la Pasión para la liberación del mundo.
Vean Mis pequeños, que el Salvador de los corazones está retornando y primeramente tocará las puertas de los corazones. Para ese esperado momento, deberán estar preparados en oración y en vigilia. Las horas del eterno sueño ya están terminando; es necesario hijos, estar despiertos para lo que vendrá desde las Alturas.
Pero primero es tiempo de ejercitar con el corazón la humildad. Serán verdaderamente humildes cuando acepten entregarse por amor a otros, cuando no teman ser juzgados y cuando puedan vivir de la Divina Fe del Señor, a pesar de las indiferencias de los corazones que aún no viven en Dios. Todo lo que puedan llegar a hacer, lo harán por amor y por la salvación de otro hermano; así comenzarán a recorrer el camino de la humildad.
Se debe aspirar a no saber quién es uno para abrirse en donación y entrega a los otros sin querer nada para sí. Por este sendero estarán viendo, poco a poco, el destello de la Voluntad del Señor.
Lleven hoy en sus corazones Mi Amor Misericordioso y recuerden, Mis pequeños, que ya estamos en el tiempo de la última preparación. Con este fin y por esta misión Yo aparezco diariamente a vosotros.
Aguardo desde los Cielos encontrarlos en oración cada día, antes del amanecer. Vigilemos con amor y por amor a Cristo.
Que cada hijo done con consciencia lo que el Señor puede recibir como ofrenda desde el corazón: donarse verdaderamente con esfuerzo y amor.
Oremos.
En la Paz del Reino de los Cielos,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más