MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mantén tu corazón en paz a través de la Fuente de la Divina Misericordia y tórnate un instrumento para que Dios pueda verter Sus Gracias sobre el mundo.

Contempla la gran necesidad del planeta, de las almas y de la Creación; y fortalece tu fe en la Divina Misericordia, en la certeza de que con ella los corazones encuentren la esperanza de poder recomenzar.

Que ningún pecado sea eterno delante de la Fuente de la Divina Misericordia. Que ninguna llaga permanezca abierta, más allá de aquella de la cual fluye la Gracia del perdón y de la redención para el mundo.

En este tiempo, Dios te entrega todo para que no solo vivas la redención, sino para que conduzcas a la humanidad por ese camino. Sé agradecido todos los días porque Él te colocó en el camino de la oración y de la elección del amor, y vive sin temor los aprendizajes que te conducen a eso.

Que cada experiencia vivida te fortalezca en este tiempo. Que cada instante te lleve a la vivencia del amor. 

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

La Sangre que aún derraman Mis Llagas expresan el dolor que todavía Me ocasiona el mundo con sus actos, decisiones y engaños. Eso es proporcional a la Sangre que derraman Mis Manos, Pies y Costado.

¿Quién Me aliviará y Me curará?

Es verdad que no necesito de almas perfectas, sino de almas buenas, por más defectos que tengan.

Es muy grande lo que Me hace sentir el mundo todos los días, aunque en verdad no existe ningún remedio que Me pueda sanar.

Por eso, es a través de Mis servidores que Yo Me apoyo, completamente, para llevar adelante Mi Obra de Amor y de Redención.

Necesito que esta Sangre que Mis Llagas hoy derraman sea recogida por el cántaro de sus oraciones y súplicas, así el alivio interior llegará para todos.

Los animo a compartir Mi sufrimiento y a hacerlo parte de ustedes para que, dentro de este ciclo, la Misericordia pueda descender y actuar en todas las almas.

Que Mi Sacrificio, el que una vez viví, sea recordado todo el tiempo para que el mundo no pierda la paz.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS PARA LA 64.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FLORIANÓPOLIS, SANTA CATARINA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Segundo Mensaje

Si las almas creyeran que Yo ya estoy aquí y entre ustedes, el mundo cambiaría.

Si las almas creyeran que Yo ya estoy retornando y que vengo del Universo con todo el poder de Mi Gracia, el mundo ya cambiaría.

Por eso, la confianza de los corazones en Mi Presencia será imprescindible para poder llevar adelante la Obra de la Redención.

Hoy vengo por un mundo que está sufriendo y que, día a día, abre nuevas llagas en los Reinos de la Naturaleza, en la humanidad y en la consciencia del planeta.

Muchas de esas llagas la humanidad no las puede ver ni sentir, porque son internas. En eso trabaja la Jerarquía, incansablemente, para que el caos no se reproduzca ni tampoco se regenere por la acción de los hombres.

Vengo por un Brasil que necesita mucho de Mí, así como de Mi Madre y de San José, y porque, a pesar del caos reinante, la presencia interna y espiritual de Nuestros Corazones permite sostener a las almas que tienen fe en Mí.

Por medio de los Sacramentos que impartiremos en estos días las almas podrán ser renovadas y curadas espiritualmente; pero hay una parte que le corresponde a cada ser, hay una parte que la consciencia deberá asumir para su transformación y redención.

La Gracia de Dios, a través de los Sacramentos, viene a auxiliarlos, como una base espiritual, para generar y conceder esa transformación tan esperada por el Padre Eterno en cada uno de Sus hijos.

De la misma forma, por medio de los Sacramentos que impartiremos en estos días, el legado que Yo le dejé a la humanidad será nuevamente renovado.

Y no solo las almas se verán beneficiadas, sino también Mi Iglesia Celestial descenderá a la Tierra para unir a las almas con Dios, en esencia y en espíritu.

Los Sacramentos que Yo puedo impartirles a las almas que los solicitan, son medios para llegar a Mi Iglesia Celestial, son caminos para llegar al Centro de Mi Ser, al Templo de Mi Espíritu; de este Espíritu Divino, Puro e Inmaculado, creado por Dios, que descendió a la Tierra para traerle al mundo una oportunidad de amor, una oportunidad de luz y una oportunidad de esperanza.

A pesar de que Mi Iglesia en la Tierra esté muy disminuida, revivo el legado espiritual, entregado una vez a los Apóstoles, a través de los Nuevos Cristos, de los últimos apóstoles de los últimos días que Yo estoy llamando para servirme.

Porque Mi Mirada no está colocada en las miserias, en las imperfecciones o en las faltas.

Mi Mirada está colocada en la transparencia que Me puede dar cada corazón servidor.

Esa transparencia que ustedes Me pueden dar y esa confianza que ustedes Me pueden entregar, son las que harán realizar la Obra de la Misericordia y de la Redención en el Brasil y en la humanidad.

Ya no existe lugar en la Tierra que esté libre del mal o del pecado; ustedes eso lo saben, porque lo pueden ver.

Solo en ciertos espacios sagrados, en donde se concentra la Jerarquía Espiritual en su profundo silencio y contemplación, es que encontrarán las puertas para poder cruzar hacia la consciencia del gran Universo y comulgar de la Fuente Suprema.

En estos espacios de Sudamérica existen recintos sagrados en donde la humanidad, silenciosamente y en oración, puede volver a encontrarse consigo misma, con su esencia, con su origen, con su estado de luz y de trascendencia.

Pero si esos espacios sagrados, que no son visibles a los ojos físicos, no son protegidos ni respetados, esa Fuente se cerrará.

De ese alimento espiritual necesitan todas las almas del mundo, aunque no conozcan esos recintos sagrados.

Ustedes que son conscientes de esa realidad, promuevan, a través de la Misericordia, esa aproximación de las almas hacia ese estado de consciencia que es algo interno y sublime, en donde podrán estar en comunión con la Jerarquía y reencontrar ese camino que la humanidad ha perdido hacia la Verdad.

Por eso, Mi Corazón Misericordioso no deja de derramar gracias, bondad y luz, a pesar de que él esté en silencio y en reflexión, así como lo está el Padre Eterno en este momento.

El Universo contempla este momento en el que Dios se recoge en la Creación.

Un nuevo tiempo llega, una nueva revelación se manifestará.

Todos los Universos están concentrados en ese estado en el que Dios ha entrado desde hace algunos días.

Ustedes, por medio de la oración y de la misericordia, deben formar parte de ese movimiento para que puedan percibir lo que el Universo hará descender en el próximo ciclo, cuando las Jerarquías de la Luz estén en un mayor silencio, en un silencio más profundo y más interno.

Como ustedes saben, compañeros, no realizaré Mi Obra de redención con multitudes, sino con pocos discípulos, así como fue en el pasado.

Si tan solo once consciencias, a pesar de sus imperfecciones, consiguieron llevar adelante Mi Plan y testimoniar Mi Presencia como Hijo de Dios, en el mundo y en los cuatro puntos de la Tierra, ¿qué es lo que podrían hacer más de once consciencias en este tiempo final?

Toda la vida espiritual se está congregando y uniendo.

Toda la fuerza del Universo Inmaterial y Divino se está uniendo para impulsar en los espíritus la concreción del Plan, para que al menos una parte de la Tierra se torne rescatable y se convierta en una Isla de Salvación.

Podría decir en esta tarde muchas más cosas para sus corazones, pero sé que aún el ser humano necesita un tiempo para comprender a la Jerarquía.

Sepan que Nuestra confianza, como Hermandad Celestial, está colocada en todo lo que hacemos, porque Nuestra misión, en el nombre del Padre Celestial, va más allá de las formas y de la humanidad, abraza infinidad de espacios y de consciencias universales, porque existe un Proyecto por cumplirse y manifestarse.

Tengo la esperanza de que con la consciencia y el discernimiento del Brasil, que algún día podrían despertar, esta tierra vuelva a ser parte del Edén de Dios, y así la nueva raza se pueda expresar como Dios tanto lo ha querido.

Los invito a vivir esta Maratón como un paso de sus consciencias, sin dejar atrás ninguna Palabra de la Jerarquía, sabiendo que todo lo que decimos tiene un objetivo, un principio y una misión, sabiendo que es hora de comprender a la Creación, así como Dios lo necesita y no como los hombres lo creen.

Si la humanidad comenzara a respetar las Leyes de la Creación, muchas situaciones no sucederían.

Las transgresiones y las fallas son muy grandes delante de la Ley de la Divina Justicia, pero Yo vengo a colocar Mi Corazón como intercesor y no como un juez, como mediador y como abogado de todas las almas que en verdad se quieran arrepentir y transformar.

Porque lo más bello que puede sucederle a sus vidas es vivir en Dios, es sentir a Dios y es comulgar de Dios, todo el tiempo.

Que Mi Pasión vivida una vez en la Cruz, en el Calvario, en cada momento que sufrió su Maestro y Señor, sea revivida como un medio para la salvación y la redención de la humanidad.

Hemos venido al sur del Brasil porque Brasil lo necesita mucho. Es el país, es la nación, es el pueblo que deberá mantener su corazón abierto para que siempre sepan escuchar a Dios.

Yo los bendigo y los invito a la reconsagración de su patria a Mi Sagrado Corazón, los días 5 y 6, durante seis meses.

Si esa consagración fuera verdadera, en respuesta y adhesión, Me darán la autoridad de poder interceder en situaciones gravísimas de su pueblo.

Los amo y los bendigo con la Luz de Mi Espíritu, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL BALNEARIO EL CÓNDOR, RÍO NEGRO, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Nunca te olvides de Mi Misericordia, porque siempre la necesitarás.

Cada vez que ejercitas y practicas Mi Misericordia, un milagro de amor se produce en tu alma y en el alma del planeta.

Porque a través de la Coronilla invocas la Misericordia por los méritos alcanzados durante Mi dolorosa Pasión, y el Padre, que es infinitamente misericordioso, recibe ese pedido y en vez de aplicar Su Santa Justicia, sobre ti o el mundo, concede Su misericordiosa Compasión por todos los pecadores del mundo.

Recuerda que cada vez que evoques los méritos de Mi Pasión, mediante el poder del Rosario de la Misericordia, estarás abriendo la Llaga de Mi Costado y de Mí se derramará la Luz de la Sangre y el Agua de Cristo sobre todo lo que se ha corrompido y destruido espiritualmente.

Felices serán los que siempre invoquen Mi Divina e Insondable Misericordia, porque todas las veces que sea necesario Yo los sumergiré y los bautizaré en el Océano de Mi Misericordia y les concederé a todos el Amor más inmenso de Mi Corazón.

Les doy las gracias a los que se postulen como apóstoles de Mi Divina Misericordia, porque sus sufrimientos serán Mis sufrimientos, sus penas y angustias serán Mis penas y angustias y, por la fuerza de Mi Amor, los libraré.

Dichosos serán los que confíen siempre en Mi Misericordia, porque no los abandonaré en la hora de su muerte, sino que estaré a su lado como el Ángel de la Resurrección.

¡Les agradezco por invocar la Misericordia de Mi Corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE LA CIUDAD DE GENERAL ROCA HACIA VIEDMA, RÍO NEGRO, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

A través de Mis Llagas ilumino los oscuros abismos de la Tierra y cada vez que desciendo hacia aquí libero a los prisioneros caídos, llevando a gran parte de las almas perdidas a los océanos profundos de Mi Misericordia.

A través de Mis Llagas exorcizo la esfera psíquica de la Tierra y los Elohim purifican la corteza del planeta, a fin de desintoxicarla de las perversas corrientes de Mi adversario. Una vez más, San Miguel Arcángel entierra su poderosa Espada de Luz inmaterial y todos los grilletes de la perdición y de la maldición son disueltos al ingresar el potentísimo fuego cósmico transmutador.

A través de Mis Llagas los inocentes son protegidos, siempre que alguien clame por ellos y suplique por Misericordia. Así, todos los que son explotados en algún momento se liberarán de su esclavitud y nuevamente triunfará la Misericordia.

A través de Mis Llagas establezco el principio del Reino de los Cielos y las almas se liberan de los espíritus que vagan por el mundo para condenar a las consciencias. Lo más impuro sobre la Tierra es expulsado y los espíritus en constante pena se consumen en el fuego y en el azufre para que desaparezca cualquier vestigio de maldad.

Vuelve a triunfar la luz del poder de Mis Llagas y la Gloria del Arcángel Miguel para que se establezca la paz.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN BAHÍA LÓPEZ, BARILOCHE, RÍO NEGRO, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Durante la Hora de la Misericordia, cuando el mayor caudal del Manantial de Mi Corazón piadoso se abre, todos tienen la oportunidad única de poder sumergirse en Mi Océano de Amor para que las faltas más graves sean perdonadas y las heridas más profundas sean curadas.

En la Hora de la Misericordia, compañeros, se abre la Llaga de Luz de Mi Costado para derramar el potentísimo afluente de la Piedad de Dios sobre los pecadores que, en sinceridad y en verdad, pidan por Misericordia.

En la hora más culminante de la Misericordia, cuando todos los días se recuerda la Muerte dolorosa del Señor en la Cruz, las almas, y el mundo entero, tienen la oportunidad de poder purificar su corazón de toda mancha espiritual y de poder ingresar en el Reino de los Cielos, tan solamente recordando la dolorosa Pasión de Jesús.

Anuncien al mundo que todavía las entrañas más profundas de Mi Misericordia están abiertas, para que las almas, durante esta hora definitiva de la humanidad, alcancen la salvación espiritual y el perdón universal.

Que sus vidas sean testimonio de Mi Misericordia.

Que sus ejemplos y sus actos sean misericordiosos, a fin de que, en el gran universo de Mi Misericordia, las almas y el mundo alcancen la paz.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Dios contempla el mundo en silencio y, con un Amor inalterable en Su Corazón, recibe las llagas que, día a día, minuto a minuto, se van abriendo por la indiferencia de Sus hijos y por los ultrajes que ellos se causan unos a otros, por desamor e ignorancia. Y aun así, de Sus heridas sigue brotando Misericordia.

Como Su Hijo, parte Suya viva entre los hombres, el Creador también vive Su Pasión espiritual, porque para curar los males que se viven en la Tierra, el Padre y Señor de todas las cosas le ofrece a la Ley Divina lo que la humanidad más teme: el dolor, el sacrificio y el Amor verdadero que, en su expresión, supera todas esas cosas y vence esos temores. El Creador vive, en Sí, aquello que la humanidad más teme, para enseñarles a todos que hay algo superior a eso, que se alcanza a través del Amor.

Las Leyes Universales son vivas y actúan, por si solas, en todos los niveles de la Creación. Por eso, incluso el Señor de las Leyes las respeta y las vive, para que ellas se cumplan en Sus hijos. Para que las criaturas sigan recibiendo Misericordia, Dios repara, con Su propio Corazón, los males del mundo.

Para reparar el Corazón de Dios, ustedes solo necesitan vivir con Amor lo que, para la mayoría de los seres humanos, es doloroso y difícil. Y no les hablo de la muerte en la cruz o de las llagas y heridas del corazón. Les hablo de todo lo que mueve a un ser a llegar a la cruz y a ofrecer las llagas y heridas de su corazón por Amor y Misericordia.

El mismo Amor que movía a Cristo a seguir con la cruz es el que mueve a Dios a reparar las faltas humanas y es lo que ustedes son llamados a vivir hoy, dentro de sí y con sus semejantes, trascendiendo el amor pobre e inmaduro, que muchas veces vive en sus corazones, en un Amor verdadero, fruto de la fraternidad y de la Misericordia, fruto del esfuerzo por comprender y amar al prójimo, fruto de la entrega y de la sabiduría, fruto de la fe.

Anímense, hijos, a encontrar, en sus oraciones, las Llagas del Corazón de Dios y a ofrecerle una reparación consciente a través del esfuerzo de amar como Él los ama.

Anímense a dar pasos grandes a través del esfuerzo en las pequeñas cosas del día a día, en las que se presentan las oportunidades de elegir entre el Amor y la condición humana. Elijan siempre el Amor.

Tienen Mi bendición para eso.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Tercera Serie de Poemas
Segundo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús

Señor de la Bondad,
aplaca la injusticia
que se muestra
ante Tus Ojos.

Alivia el dolor interno
de los que verdaderamente sufren.

Coloca Tu Amor consolador
en las almas enfermas,
y no dejes de guiarme
ni por un momento.

Amado Jesús,
sabes que somos débiles
y frágiles de espíritu,
sabes que llagamos Tu Corazón
una y otra vez con nuestros
indiferentes actos,
sabes que no hacemos lo que podemos
y sí hacemos lo que no debemos.

Paciente y amado Jesús,
ingresa profundamente
en nuestros corazones
y arranca de nosotros
toda soberbia y arrogancia,
para que libres de las prisiones de la vida
aprendamos, humildemente,
a consolarte y a adorarte.

Sostennos en nuestras caídas.

Protégenos en nuestras debilidades
y libéranos siempre de nosotros mismos
para que seamos dignos
de honrarte y de glorificarte
como Salvador y Redentor
de nuestras vidas.

Que no te abandonemos.

Que nos abandonemos en Ti, Señor,
para que se cumpla Tu Sagrada Voluntad.

Amén.

¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Por medio de Mis Llagas, Yo vengo a curar heridas profundas en la consciencia humana y derramo, sobre esas heridas y secuelas, los códigos de Luz de la Poderosa Sangre del Señor.

Es así que en ese simple y sacerdotal ejercicio, su Maestro y Señor cura a las almas enfermas para que en una próxima etapa tengan la Gracia de reencontrar a Dios y de penetrar el misterio de Su confianza.

Por medio de Mis luminosas Llagas, Yo vengo a derramar más vida y más espíritu en todo lo que necesita ser amorosamente restaurado.

Es por esa razón que la Poderosa Sangre de Jesús les concede a los corazones la expiación de sus faltas y la cura de todos sus errores.

Que en este tiempo la Poderosa Sangre de Jesús llegue al mundo como un bálsamo que concede la paz y la cura espiritual de la humanidad.

Quisiera que las almas tuvieran confianza infinita y amor eterno por la Poderosa Sangre de Jesús, para que muchas más cosas sean reparadas.

¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!

Los bendice,

Vuestro Maestro, Cristo Jesús

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CUARTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Y ahora que he venido a tu encuentro, recuesta tu cabeza sobre Mi Pecho y siente toda la paz que Yo te puedo brindar en este tiempo, una paz que nadie más te puede dar, ni entregar.

Siente ahora Mi Corazón vivo, que pulsa interiormente cerca de tus oídos. Este es el Corazón que ha padecido por el mundo y por la humanidad.

Es el Corazón que ha derramado Su Sangre por las almas para el perdón de las faltas y que aún lo sigue haciendo por todos sus compañeros y por sus enemigos.

Pero hoy no pienses, amado Mío, qué es lo que estás sufriendo o lo que podrías sufrir. Piensa en Mí, únete a Mi Consciencia y siente Mi abrazo paternal, porque Yo cuido de todas Mis ovejas, una a una, y nunca Me olvido de nadie.

Entrégate a Mí, y ríndete, como tantas veces te lo pido.

No temas por lo que vendrá sino por lo que no está sucediendo en tu vida.

Ahora, refugia tu alma debajo de los Rayos de Mi Corazón y siente el soplo del Espíritu actuando en cada momento, en cada respiración, así como en cada palabra.

Yo puedo restaurar todas las cosas. Yo puedo suplir todas las cosas, porque no soy Yo quien lo hace, es Mi Padre que está en los Cielos, es Él quien obra, quien realiza y quien manifiesta la Voluntad Superior.

Deja para atrás lo que no comprendes, lo que no aceptas o lo que no entiendes.

Confía en este Amor que Yo te estoy donando, porque es un Amor que debe realizarse en ti para que el Plan de Dios se realice en la Tierra.

Recuéstate como Juan, el apóstol, sobre Mi Pecho y siente los dolores y las agonías de tu Señor, en el silencio y en la calma.

Dios no ofrece sufrimiento a las almas, son las almas que buscan el sufrimiento, porque en el Reino de los Cielos, desde donde hoy provengo, no existe el dolor ni la culpa. Alégrate por estar recostando tu cabeza sobre el Pecho de tu Maestro.

Sé que no lo comprenderás todo de una sola vez, pero eso no importa para tu Señor. Lo que importa es que lo vivas plenamente, unido a Mí, en espíritu y en esencia.

No confirmes tus pecados, no afirmes tus errores, eleva tu corazón y colócalo dentro del Mío, para que Yo lo pueda transformar y pulir como las manos del alfarero. Y así estarás en perfecta libertad y en profunda calma y de la noche a la mañana no sabrás qué es lo que te ha sucedido, porque todo se habrá transformado tal cual Yo lo he pensado, según los designios de Dios.

Recibe el Amor de Mi Corazón como un bálsamo y ríndete. Mi Corazón no te hará mal, Mi Corazón no te hará daño. Mi Amor es bien y es pacificación para las almas.

Sírvete de todo lo que Yo te puedo donar y confía, porque todo está marcado, todo tiene su hora y su tiempo.

Así como tú estás hoy sobre Mi Pecho sintiendo el fuego de Mi Corazón y la suavidad de Mi Alma, la acción de Mi Divinidad y de Mi Espíritu, quisiera que muchos más imitaran este ejemplo de unión con el Señor.

Calma tu corazón de toda angustia y acepta lo que te entrego, porque todo tiene un fin mayor y un propósito que aún estarás por descubrir, algún día.

Deja para atrás lo que has padecido, lo que no has entendido, sumérgete en el océano de Mi Luz y todo se disipará, porque quien confía en su Maestro, confía en Dios, Todopoderoso. Y su vida, día a día, paso a paso, con esfuerzo y sacrificio, se volverá libre.

Yo quiero de tu alma un nuevo ser que sea parte de una nueva humanidad, consciente y despierta, responsable y digna con la Creación.

Hay tantos tesoros en el Cielo, querida alma, que tengo para revelar; Mis Manos están llenas de designios y aún no los puedo derramar sobre el mundo porque no encuentro lugar ni refugio en la humanidad entera.

Pero si tú, valiente Mío, hoy das el paso por muchos más, algún día muchos más reconocerán Mi Nombre y Mi Gloria, y la harán digna en sus vidas para que así triunfe el Amor de Dios.

Ahora, abrázame y siente el calor de Mi Espíritu, siente la protección de Mis Brazos y la respiración de Mi Cuerpo como un soplo renovador que a todo santifica y que a todo renueva.

No hay nada que se pueda perder. Todo es transformado según Mi Voluntad.

Conviértete en una de las santas mujeres de Jerusalén, o tan semejante al apóstol Juan, en total entrega y abnegación.

Todo lo que vives, alma Mía, tiene un motivo y un significado para Dios, no hay nada que esté fuera de lugar, todo tiene un sentido y un tiempo para realizarse. Sea en el bien, o lejos de él.

Pero Yo quiero que hoy sientas el latir de Mi Corazón manso, de un Amor inexplicable y redentor, que ansía por las almas buenas y dignas, que cumplan la Voluntad de Dios en este tiempo de difíciles pruebas.

Abrázame fuerte y siente Mi consuelo que es intransferible e inmediato. Deja que Yo te nutra con Mi Paz y con la llama de Mi Fe, que es la que me trae al mundo para buscar a los que he llamado por su nombre para que Me acompañaran en esta era y en este ciclo, en donde el mundo vivirá su mayor desafío de todos los tiempos y de todas las eras. No podré decirles lo contrario.

Almas Mías, es hora de vivir Mi Plan y de no esperar más tiempo.

A veces su Señor y Maestro necesita sentir el calor del amor de Sus hijos para poder seguir adelante. Por más que Yo esté en el Cielo no significa que no sienta como un ser humano, porque como ser humano estuve entre ustedes, para que me pudieran vivir y comprender.

Así estarán abrazando a su Padre Celestial, que también necesita de consuelo, al ver las ofensas y los agravios del mundo.

¡Cuánto el Amor puede hacer en los corazones que se deciden a vivirlo plenamente, el Amor que viene de lo alto y que puede brotar de los corazones haciendo nacer Nuevos Cristos!

Quiero que hoy Me ofrezcan su abrazo porque lo necesito, así como ustedes necesitan de Mí para seguir caminando por este sendero, el más difícil de todos los tiempos, el que ninguna otra humanidad vivió, en ninguna otra época.

Ustedes vinieron aquí, almas Mías, por un propósito y un designio mayor que conocerán algún día.

Pero hoy no necesito que comprendan Mis misterios, sino que sientan la agonía de su Señor y el pedido de consuelo a los corazones valientes.

Ahora, siente cómo Yo te cubro con Mi Manto, aquel manto que fue rasgado por las manos de Mis enemigos durante la Pasión y que cubrió Mi Cuerpo llagado de heridas y de ofensas.

Estas son las Llagas que Yo vivo por el mundo y quiero compartirlas con Mis servidores, con los que se han dispuesto a seguirme incondicionalmente.

Yo quiero ofrecerles Mis sacrificios y Mis dolores, porque quien padece con su Señor, padece con Dios, y el Amor que nunca acaba, todo lo transforma, hasta lo más impenetrable. Que Mis Llagas sean motivo de su santificación, de su persistencia y de su renuncia.

Porque Yo tengo un plan precioso para cada uno de Mis servidores que debe cumplirse en esta hora aguda del planeta, en donde todo se precipita, hora tras hora.

Por eso consagro hijas e hijos, para tener ejércitos sobre la Tierra que estén firmes en Mí, a pesar de lo que suceda.

No tengo nada más para dar, solo el Amor de Mi Corazón, que es el que Me ha traído hasta aquí, a través de los tiempos y de las generaciones.

Amor que testimonia la presencia del Cuerpo y de la Sangre de Cristo para la reparación de las faltas y de todos los cometidos que no están en la Ley de Dios. Les vuelvo a decir, almas Mías, que necesito aún más de sus corazones abiertos para que Yo pueda ingresar con Mi Consciencia en los recintos más profundos de sus almas, en donde el Reino de Dios debe realizarse, para que el mundo y la humanidad aún existan.

Por eso en este miércoles santo de recogimiento y oración, no solo les pido sus oraciones, sino también su abrazo, para que el espíritu consolador pueda estar presente y las almas se animen a decir ‘sí’, cada día más.

Hoy les traigo el momento más sagrado de Mi vida, que fue la antesala de la última Cena. Les vengo a hablar con el mismo amor con el cual Me dirigí a Mi santa Madre y a las mujeres de Jerusalén, así como a Mis apóstoles. Es este Amor irrestricto e infinito el que nunca acaba, porque parte y nace de la Fuente de Dios para Sus criaturas.

Ustedes necesitan, finalmente, ser como Yo y superarme, porque Yo vengo aquí para que hagan cosas más grandes que las que Yo hice algún día. Eso demostrará ante el Universo que es posible una Nueva Humanidad, que estará arrepentida y pedirá perdón por todo lo realizado, que no tendrá vergüenza de confesar sus faltas y estará abierta a recibir la Misericordia de Dios, que es inextinguible y eterna.

Quiero que vivan en el gozo de Mi Amor Celestial y tú, pequeña alma, que estás aprendiendo a amarme, no lo dejes de hacer. Anímate a cruzar los umbrales de la resistencia humana, porque Yo te ayudaré a ser verdaderamente libre de ti para siempre.

No dejes de sentir el Amor que hoy emana Mi Corazón y vivifícalo como si fuera la última vez, porque lo que Yo vengo a dar hoy no podré darlo nuevamente; ya se está cumpliendo el tiempo y la hora definitiva se aproxima.

No quiero coronarte con flores, sino con espinas, para que Me puedas superar en el Amor, sabiendo que el ser humano es un ser impredecible en todo este Universo, así como Yo lo fui, testimoniando Mi Pasión, Muerte y Resurrección.

Yo ofrezco la gloria y el honor para los que se han decidido estar a Mi lado, pero también ofrezco Mi dolor y Mi agonía para los que se han confirmado ante Mí en esta tarde de Gracia eterna.

Y ahora, devuelvo tu alma al centro de tu ser, en donde existe el Templo sagrado del Amor, que siempre debe estar encendido por la luz del Espíritu Santo.

Y Mi Corazón se recoge para ofrecerse nuevamente a otras almas en el mundo, que también Me necesitan.

Benditos sean los que recibieron Mis Palabras con gratitud, porque lo comprenderán todo en el próximo tiempo. Y cuando Yo ya no este aquí entre ustedes, en poco tiempo, conocerán profundamente todo lo que he querido hacer en este lugar y en esta casa, y principalmente, en ustedes.

Porque deberé aparecer en otros lugares del mundo que también Me necesitan, que también tienen sed de Mi Palabra y de Mi Verbo y sobre todo, del Amor de Dios.

Con esa solemnidad que intento construir en sus corazones a través de este encuentro, quiero que hoy se dignifiquen ante Nuestro Padre Celestial, asumiendo este compromiso Conmigo hasta el fin de los días, sabiendo que todo lo que vivirán será una gran escuela para el alma y el espíritu.

Solo necesito que den su amor al mundo, no importando quién sea, no importando su creencia o religión, su pobreza o su riqueza, su enfermedad o su salud.

Quiero que amen como Yo los amo, porque la prueba que llega al mundo será muy dura. Y no todos soportarán ese momento. Por eso, los fortalezco en este tiempo y por medio de Mi servicio incondicional a las almas les doy Mi Cuerpo y Mi Sangre para que puedan sobrevivir, así como su Maestro sobrevivió en cada paso de la Cruz, y de Su Agonía.

No es hora de estar divididos, distanciados, ni indiferentes. Coloquen sus corazones dentro del Mío y todo pasará. Porque lo que Yo deseo del mundo es muy grande y eso podrá suceder cuando retorne por segunda vez. Ofrezcamos entonces, almas Mías, este momento a nuestro Dios Todopoderoso, El que ha permitido nuevamente, en este día, esta Gracia espiritual para un mundo infiel. Pero el Amor siempre superará todas estas cosas. Todo será cumplido como Dios lo ha pensado.

Incienso.

Nos podemos poner de pie para la bendición de estos elementos.

Yo los llamé aquí porque nunca Me olvidé de ustedes y porque todo tiene un tiempo para Dios y para el Universo (*)

Al igual que estos elementos sagrados que están a los pies de su Maestro y Señor, hoy también ofreceré sus consciencias a Dios para que Él pueda cumplir Sus designios en ustedes.

El Señor Todopoderoso, nuestro Padre Eterno que está en los Cielos, bendiga con Su más infinita Luz y Sabiduría.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Gracias por abrazarme de verdad.

Hoy he escogido una canción que testimonia la Obra de la Madre Celestial, de cómo cada alma de esta Tierra, al igual que María Santísima, puede responder al llamado de Dios cuando Él lo realiza.

Hoy escogí voces tan complementarias, una de la otra, para que puedan ofrecer a Mi Corazón esta respuesta de las almas, este ofrecimiento que los corazones han realizado a Mi Espíritu.

 

(*) Cristo llama dos personas al palco.

MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO PARA LA 54.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Primer Mensaje

Mi Silencio también habla por Dios, y revelo en esta noche Mis Cinco principales Llagas para derramar Mi Sangre sobre los justos, sobre los que perseveran y hacen digno Mi Nombre mientras algunos de los Míos calzan sus sandalias para seguir sus propios caminos y apartarse de Mí.

Hoy ofrezco Mi Agonía por los que aún están aquí, y a Mi lado.

Y si han confiado hasta ahora en Mí, solo les puedo decir, compañeros, que algún día Me encontrarán, y en ese día recordarán que todo lo que he dicho no ha sido en vano.

No sufran por los que se derrotan a sí mismos.

Amen por los que no aman, tengan caridad por los que no sirven y sean misericordiosos por los que ultrajan Mi Sagrado Corazón.

Todo lo que les he dado a los Míos, algún día retornará al Padre, y nada se desperdiciará.

Por eso, quien no sabe cuidar de Mis Tesoros debe pedirme ayuda sincera y abierta para que Yo pueda interceder; mientras eso no suceda, no habrá cómo convertir lo impuro en puro, no habrá cómo transformar lo que es resistente en flexible.

Todo forma parte de una Ley, y si el mundo sale de la Ley para vivir su propia voluntad, sufrirá la Ley, porque la Ley está para generar justicia, igualdad y soberanía.

Nadie puede transgredir las Leyes de Mi Padre como si nada hubiera sucedido.

Tengo el permiso de perdonar y de absolver, pero no tengo el permiso para permitir injusticias ni rebeldías.

Porque quien no ha sido digno de llevar Mis Tesoros, ¿a dónde irá a parar?, ¿quién lo irá a conducir?, ¿y cómo sobrevivirá?

La energía divina que Yo derramo nunca es desperdiciada, ni tampoco usada en vano.

Los hombres creen que lo saben todo y se ríen, tal vez, de Mis Palabras o de Mis Pedidos, pero recuerden, compañeros Míos, que todo lo que Yo les digo de tiempo en tiempo ya fue pensado por Dios.

Gran parte de la humanidad no acepta vivir Mi Voluntad porque sabe que su propia voluntad deberá morir algún día, y ese será el gran momento de dar el gran paso en el amor y en la evolución.

Hoy no vine a dedicar este mensaje por los que han sido injustos o rebeldes.

Hoy vine aquí para estar con ustedes y con los que sin comprender absolutamente nada viven Mi Llamado y confían ciegamente.

Si Judas una vez Me traicionó, ¿acaso los hombres no podrían traicionarme por segunda vez?

La historia se vuelve a repetir y es doloroso poder verlo.

Nadie puede ocultarse a esa verdad. Yo solo les pido que aprendan a morir para sí para que sus enemigos internos no los condenen, así como algunos ya fueron condenados antes de entrar a la vida eterna, quedándose sin ella.

Pero nada quedará sin resolverse, compañeros, porque, así como Soy un Dios de Misericordia, Soy un Dios de Justicia. Y la Justicia de Dios está llena del Amor del Padre; pero ella no puede ser juzgada, ni tampoco tentada, por ninguna criatura de este planeta.

Hoy llevo sobre Mi Cabeza la Corona de Espinas para representar, en este día, la flagelación que vivo por los ingratos y por los soberbios de corazón.

Si Mi Amor aún no pudo llegar a ellos, enséñenles a todos, hijos Míos, que pueden llegar a Mi Amor antes de que sea demasiado tarde para que las almas se arrepientan.

Hoy vengo como el Dios de la Justicia y de la Soberanía, sin dejar de derramar Mi Divina Misericordia.

Para que Yo los pueda renovar deben morir para sí mismos, y eso se consigue con la obediencia y la confianza que muchos hoy no quieren vivir; por eso sufren, por eso se perturban y no encuentran salida.

Pero aquellos a los que Yo les he dado todo porque los he escogido, algún día deberán dar cuenta al Padre Celestial.

Les repito, compañeros, la energía celestial no se desperdicia ni tampoco se ultraja.

Quiero que reparen Mi Corazón por los que mienten, por los que se distancian de Mí y Me rechazan, por los que son ignorantes y están ciegos, por los que no creen en el amor del corazón ni en la regeneración de la vida, por los que Me dan las espaldas, por los que Me hacen sufrir y Me avergüenzan calzando sus sandalias para abandonarme.

Pero hoy les digo que todo esto Yo ya lo sabía, desde el Huerto Getsemaní hasta la Cruz.

Judas Me entregó para que Yo pudiera amar al mundo en su condición más mortal y humana.

Hoy revivo Mi Iglesia Celestial en los que son bienaventurados, en los que hacen honor a Mi Nombre y a Mi Evangelio, viviéndolo todos los días, a pesar de las imperfecciones y de las dudas.

Hoy quisiera que brotara de sus corazones un amor incondicional capaz de superar todas las pruebas, todas las indiferencias y todos los obstáculos.

No deseo que sean mejores que los demás, sino más humildes que los que son humildes y no lo saben.

Dios derrama Su Gracia para los que son más miserables, por eso Yo escojo a los más imperfectos para poder servirme y realizar Mi Obra, al punto de que Mi Presencia y Mi Corazón forjan la liberación de las resistencias y de todo lo que es arcaico.

Cuando les llegue ese momento, compañeros, no desistan, y repitan cuántas veces sea necesario: “Jesús, yo confío en Ti”.

Así, una puerta inexplicable de liberación se abrirá, sus corazones serán aliviados y ya no existirá temor porque habrán confiado en el Nombre del Señor.

Yo vengo aquí para celebrar este reencuentro con Aurora y dejar atrás a los que profanaron Mi Nombre y lo ensuciaron con sus ejemplos y sus palabras.

Yo vengo aquí, a Aurora, a dar honor a Mi Padre, Emmanuel, para que Él vuelva a descender con Su Rayo de Liberación y de Cura en todas las almas que participen en la bendición de la Cruz Azul.

Vendré especialmente a bendecirla el día 5, en la noche, cuando ya hayan orado durante todo el día a Mi Corazón Misericordioso.

Y he llamado a siete Ángeles Regentes para que depositen en la Santa Cruz los siete poderes de la Redención para las almas:

Primero, el arrepentimiento.

Segundo, la introspección.

Tercero, el perdón.

Cuarto, la cura interior.

Quinto, la reconciliación.

Sexto, la transformación interior.

Séptimo, la transfiguración interior.

Esos siete poderes descenderán sobre la Cruz Azul cuando ella sea contemplada como la Victoria de Emmanuel sobre la Tierra y para volver a consagrar los Centros Marianos al Plan del Creador.

Emmanuel vendrá para ver la unión y la congregación de Sus hijos durante ese día, y así, concederá una expiación al Uruguay y al Cono Sur.

Y aquellos que se postren ante la Cruz serán perdonados, porque el Padre que está en los Cielos espera el gran amor de Sus hijos, la gran confianza de Sus criaturas, la reparación de todos los pecadores.

Alegren sus corazones porque un nuevo ciclo comenzará bajo el estandarte universal de la Cruz de Emmanuel.

Bienaventurados serán los que crean en Su Poder, porque vencerán los asedios y el adversario perderá a millones de almas que ha conquistado, porque la Santa Cruz, una vez iluminada, llamará a las esencias, en Aurora y en los demás Centros Marianos en donde se eleve la Cruz de Nuestro Padre eterno.

Infelices serán los que hoy no están aquí para este gran acontecimiento, porque si tan solo hubieran confiado, sus amarras se hubieran liberado y sus deudas hubieran sido perdonadas.

La Confianza de Dios se conquista con el amor del corazón y no con la mente.

La mente es un medio para llevar adelante el Plan de Dios, pero no para dirigirlo ni para concretarlo.

Si el amor no está en sus corazones no pueden vivir el Plan de Dios; no lo intenten, porque fracasarán como algunos fracasaron.

Los que calzaron sus sandalias y se alejaron de Mí están escritos en la última hoja de Mi Libro Sagrado; no quedará piedra sobre piedra, eso ya no es una teoría.

¡Que se arrepientan las almas antes del tiempo de la gran tribulación!

¡Ay de aquellos que Me dieron las espaldas!, porque recordarán vivamente todo lo que ya no tienen, porque han perdido el estado de Gracia y han salido de la guía de Mi Mano.

Pero confíen, porque todo será encaminado, y los que ya no podrán estar aquí, estarán en otras moradas para aprender a amar desde el principio.

Los que Me han negado conocerán el Don del Temor de Dios, y cuando ese Don descienda, en poco tiempo todo estará consumado.

Celebren por los que están vivos de corazón y oren por los que están muertos de espíritu.

El legado que Yo les doy a los que he llamado no se puede desperdiciar ni alterar.

Mientras tanto, aférrense a la Cruz Azul de Emmanuel, porque así no solo Me ayudarán a cargar con el mundo y con la humanidad, sino que sus corazones y vidas se elevarán en unión al Padre por las alas que ella expresa.

Que esta Maratón sea dedicada como una entrega mayor por los que Me ofendieron, por los que Me hieren, por los que ensucian Mi Nombre.

Y con todas sus oraciones y súplicas podré decirle al Padre, así como lo dije en la Cruz antes de expirar:

“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.
Perdónalos, Padre, porque no Te viven ni Te sienten;
porque no Te llaman ni Te suplican con humillación y renuncia.
Perdónalos, Padre, y colócalos en Tu Reino para que, algún día, sean Tus dignos hijos.
Amén”.

Mientras Mis Llagas duelen por los clavos de los ingratos, Mi Corazón se alivia con el llanto de los justos.

Y así, todo se recrea, todo se transforma, y las almas participan de la comunión con Mi Espíritu.

Que en esta Maratón se reviva el compromiso de Mis soldados con Mi Sagrado Corazón; que sus cabezas, pies y manos, sean lavados y purificados por el Agua de la Vida para que rebrote en sus corazones la donación incondicional de sí, y el servicio a los semejantes y a los Reinos de este planeta.

Padre de la Humildad y del Amor,
Señor de la Misericordia y de la Justicia,
Yo Te ofrezco este Sacramento en nombre de los que aún Me siguen y persisten,
para que por medio de Tu Gracia y de Tu Sabiduría,
Mis ejércitos, Mis soldados y Mis compañeros
cumplan el porvenir de una nueva y fraterna humanidad.

Que así sea. Amén.

Como todas las veces en las que Me encuentro con ustedes para que Me revivan, Me sientan y escuchen la vibración y el poder de Mi mensaje, en este espíritu de reparación y de consolación deseo escuchar una canción para que Mis Llagas de los Pies, de las Manos y de Mi Costado se cierren y Yo también, como aprendiz de la Obra del Creador, pueda revivir lo que una vez el Padre Me mostró en el Huerto Getsemaní cuando las generaciones futuras, cuando todos Mis seguidores, harían digno Mi Proyecto en este planeta.

“Cristo eres Tú”. (Canción solicitada por nuestro Señor).

Ese es Mi pedido para sus Cristos internos y para los que hoy no están aquí, entre nosotros.

Yo los bendigo y los preparo para una Maratón de interiorización y de reconfirmación de votos, para que le hagan saber al mundo que existe una Cruz Azul que desciende como Proyecto a la Tierra para salvar a las almas más perdidas.

Bienaventurados los que lloran, porque serán consolados.

Bienaventurados los que persisten, porque serán fortalecidos.

Bienaventurados los que confían, porque tendrán sabiduría.

Bienaventurados los que aman, porque conocerán el Reino de Dios.

Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 52.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE VALPARAÍSO, CHILE, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Segundo Mensaje

Y así como Yo vengo del corazón de este universo, quisiera que sus almas se elevaran para encontrarme. Eso permitirá, en este tiempo, crear esa Comunión perfecta entre sus almas y Mi Corazón.

Quisiera que abrieran sus oídos más internos para escuchar Mi Mensaje y para hacerlo parte de sus vidas, porque ya no bastará solo saber el conocimiento, será necesario aplicarlo en sus vidas para que Mi Plan se pueda realizar, paso a paso.

Hoy vengo a dar continuidad a lo que he dicho ayer. Vengo a extender este mensaje especial a todos Mis compañeros, porque aún es necesario que crezcan en amor y en verdad, sin dejar atrás lo que deben transformar, todo lo que deben trascender, todo lo que deben aspirar a alcanzar en estos tiempos difíciles, en los que el Plan se vive con muchos riesgos que las almas desconocen, porque, en muchos casos, no están atentas a las señales que envía el universo.

Ahora, Yo los invito a redoblar los esfuerzos, los invito a ser considerados los unos con los otros, como Yo se lo enseñé a los apóstoles en el pasado.

Deben cumplir las reglas básicas de la evolución, porque así sabrán la Ley y no solamente la conocerán. 

Esa es una de las causas por las cuales las almas de este mundo y, sobre todo, aquellas almas que son Mis compañeras, no saben interiorizar los impulsos que Mi Corazón les envía de tiempo en tiempo, intentando elevar a las almas cada vez más hacia la Verdad y hacia el Sagrado Conocimiento.

Cuando no saben interiorizar lo que les decimos, se pierden en algún lugar del camino y pueden quedar confusos, sin saber hacia dónde ir o qué hacer.

Pero existe una llave maestra, para todo esto, que es la confianza. La confianza en todo lo que se presenta. La confianza en todo lo que se propone. La confianza en todo lo que se revela.

Porque, en esencia, todo va más allá de sus posibilidades, de sus conocimientos, de su intelectualidad.

No vengo a construir Mi Reino en mentes concretas porque, de lo contrario, no habría tenido sentido que Yo hubiera venido a este mundo a encarnar para testimoniar, en este plano, la Presencia del Amor de Dios.

Es el Amor el que les revelará Mi Reino. Es el Amor el que los unirá siempre. Es el Amor el que nunca los separará. Porque donde está el Amor Yo estoy presente, lanzando semillas de luz en tierras fértiles, que después Me darán frutos para que, al final, sean Dones que Yo ofreceré en Gloria al Creador.

Por eso busco de los corazones más simples lo que es bueno y verdadero. Me glorifico en los corazones humildes. Me distancio de los corazones resistentes. Me alejo de los que no Me quieren escuchar, porque sé que estos últimos temen al verdadero Amor porque nunca lo han conocido completamente, porque nunca se han animado a dar un paso y a dejarse rasgar por dentro, hasta que el Amor los haga herir profundamente.

Por eso, deposito Mis Llagas internas en los corazones conocedores de Mi Amor.

No puedo dar Mi Legado a mentes abstractas. El mundo y su humanidad perderían completamente el rumbo por su ambición y soberbia. Necesito quebrar lo que aún está rígido y duro.

Por eso, uso Mi gran martillo de Luz y golpeo en lo que está más resistente para que se pueda quebrar algún día y así, todo se rinda a Mis Pies; no por Mí mismo, sino por Mi Padre que es justo y compasivo, que es merecedor de la bondad de sus corazones y almas por todo lo que Él ya les ha dado a pesar de sus miserias, a pesar de sus errores, a pesar de sus caídas.

Vengo a elevar la consciencia de la humanidad hacia otro punto porque, aunque no lo parezca, Yo estoy aquí en constancia y en fe, para seguir adelante.

Por eso, a los que Me siguen en estos tiempos, a los que se dicen Mis compañeros de camino y de vivencia espiritual, los animo a vivir los cambios sin resistencias ni restricciones.

Los invito a no poner límites a sus consciencias y a saber reconocer, con humildad, el Sagrado Conocimiento que viene de Dios por medio de Nuestros Sagrados Corazones, para esta humanidad de superficie.

Así Yo podré traer aún más Mi Cielo, el Cielo de Mi Padre, Su Universo Celestial, y Mis Ángeles estarán acompañando cada paso, cada momento como cada prueba; así como ellos Me acompañaron desde el Huerto Getsemaní hasta la Cruz.

A los sufrimientos que Yo les ofrezco a Mis compañeros de este mundo, algunos les temen porque no los conocen, porque, antes de todo, no se animan a amar la Voluntad que Yo traigo para concretar en sus vidas Mis Proyectos y Mis Designios.

He escogido estar entre estas sagradas montañas de los Andes para recordarle al mundo que aún no ha elevado su consciencia ni su mente. Es hora de salir de lo atávico. Es hora de renunciar a lo superfluo y a lo mezquino.

Debo dejar Mis Llaves de Oro en los corazones simples, en los que pueden guardar dentro de sí Mi Legado, que no proviene de este mundo sino del Universo.

Para que este Plan continúe adelante, para que esta Obra prosiga, deben, compañeros, reposicionar sus lugares, sabiendo que todo lo que han recibido en estos últimos años, no será desperdiciado por la humanidad como lo fue una parte de Mi Pasión, aunque no lo crean.

Con Ojos de Misericordia, vengo a observar al mundo. Con un Corazón compasivo, vengo a socorrer a los que sufren y a los que no pueden darse por entero a Mi Corazón.

Sepan, Mis queridas almas, que aún hay mucho por hacer. Por eso, los invito a renovar la unidad y la fraternidad entre sus consciencias. Los invito a respetar la Ley de la Jerarquía para que el Universo de Dios siempre pueda estar cerca de ustedes y en cada detalle.

Ahora, sean Mis estrellas redimidas, salidas de los abismos del error y del pecado, de la perversión y de la maldad. Honren a su Rey y Señor como Él lo merece, en el Cielo como en la Tierra.

No se separen más. Únanse a través de Mi Corazón para que Yo pueda seguir viniendo a su encuentro; para evitar que Yo no pueda venir más en este tiempo en el que la humanidad necesita de altas vibraciones de amor y de paz.

Despojen de sus corazones y vidas lo que ya está viejo y resistente, lo que no hace a la unidad y al amor entre las criaturas y pueblos, entre las razas y los orígenes.

Entregué Mi Vida en este mundo y por esta humanidad para que supieran cómo hacerlo, y así no caer en tentación.

Vengo en este día, con este segundo mensaje, para abrir aún más sus ojos y, especialmente, para abrir más sus corazones a lo que necesitan escuchar con madurez y calma.

No quisiera ver a los responsables de esta Obra confusos, no quiero encontrarlos más así, sabiendo que cada etapa que vivimos juntos es imprescindible para vuestro Dios, para la realización de Su Voluntad, para la manifestación de Su Obra en los diferentes planos de este universo, hasta llegar a la humanidad.

Si los lazos de amor entre ustedes se rompen, compañeros Míos, ¿quién llevará Mi Plan adelante?

Si ya saben que es verdad que no encuentro un lugar o una morada en donde poder anunciar Mi nueva Palabra, Mi nuevo Mensaje enviado por Dios desde lo más Alto de este universo.

No quisiera perderlos de vista, porque existen almas en el mundo que también Me necesitan, y las debo atender, así como atiendo a sus almas en estos tiempos.

Por medio de esta Maratón, eleven a Dios su más sincera ofrenda para que un Rayo de Mi Corazón misericordioso toque aquel espacio en sus consciencias que aún está oscuro y se resiste a cambiar.

Recuerden que Yo lo puedo todo y que Mi Padre no Me ha puesto límites.

Vengo con Mi Gobierno Celestial para poner en orden todas las cosas, desde lo invisible hasta lo visible, desde lo inmaterial hasta lo material, desde el espíritu hasta la carne. Todo bajo el orden universal.

Que se alegren las almas de Chile por este momento, para que se pueda volver a repetir durante estos tiempos críticos, en los que más compañeros Míos deben despertar al llamado de la redención.

Felices serán los que escuchan y creen sin haber visto.

Bienaventurados serán en el Cielo los que guarden los Tesoros de Mi Corazón y los vivifiquen, de tiempo en tiempo.

Los bendigo en el nombre del Amor y de la Unidad.

Bajo la Luz del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

No vengo a prometer la victoria aquí en la Tierra a ningún ser humano, sino un sacrificio que es desconocido por la mayoría. Es parte de Mi Obra de Misericordia, la que Yo intento que vivan Mis apóstoles en estos tiempos de transición.

Hoy vengo con Mis cinco principales Llagas encendidas.

Necesito que sientan las Llagas de Mis Manos, las Llagas de Mis Pies y la Llaga de Mi Costado, a fin de que compartan Conmigo lo que estoy viviendo por esta humanidad y por la que vendrá.

Mi Pasión no terminó en la Cruz, ella continúa viva en el eterno silencio de Mi Corazón.

Pero hoy también les muestro Mi Corazón resplandeciente; este Corazón que ha dado la vida por ustedes, que se entregó por ustedes para que estuvieran en comunión con el Padre a través de los tiempos y de los siglos.

Vean Mi Corazón Glorificado, que aún arde de Amor por las almas.

Este Amor consume como un Fuego a Mi Corazón, es un Amor que a veces duele, por estar tan limitado para poder entregarlo a las almas que tienen mucha sed de Dios.

Este es el Fuego Divino que Me permite estar aquí con ustedes y el que a través de los tiempos ha acompañado a esta humanidad, desde el momento en que Yo estuve encarnado aquí, en la Tierra.

No deseo que este Fuego de Amor Me consuma. Aspiro poder derramarlo, entregarlo y compartirlo con las almas que están más vacías de Dios, que no tienen salida, que no encuentran un sentido para la realización del Plan de Dios en este tiempo definitivo.

Con la Luz de Mis cinco Llagas y con Mi Corazón ardiendo de Amor en el Amor infinito de Dios, hoy deseo que coloquen su mano sobre Mi Corazón, para que puedan sentir Mi Presencia, que es eterna y perpetua.

Amado Mío: coloca tu mano sobre Mi Corazón y siente la fuerza de Mi Amor inextinguible, este Amor que repara y que cura a las heridas más profundas de la consciencia, el desasosiego de los espíritus, la tristeza de los inocentes, el dolor por los que claman por una oportunidad.

Coloca tu mano sobre Mi Corazón Glorificado y siente Mi Presencia. Yo estoy aquí y si estoy aquí, nada semejante a Mí puede estarlo, porque Mi Fuerza es indestructible, Mi Poder es invencible.

A Mi Amor nadie lo puede derrotar; porque es un Amor que proviene de Dios, de Su Infinita Fuente, de la emanación más profunda de Su Corazón eterno y sublime.

Siente, a través de Mis Palabras, tocando con tu mano Mi Corazón, este Fuego Divino de Amor y de Gracia, de Cura y de Redención, que hoy derramo sobre ti para renovar tus células, tus sentidos y toda tu consciencia, que es bañada por Mi Espíritu, es colmada por Mi Consciencia, es elevada por Mi Divinidad.

Hoy deseo que todos toquen Mi Glorificado Corazón.

Recuesta ahora tu cabeza sobre Mi Pecho y siente la paz. La paz que conforta, la paz que renueva: Mi Paz, que restaura. Mi Paz, que cicatriza. Mi Paz, que consume cualquier dolor, cualquier angustia.

Ríndete a Mis Brazos; ingresa en lo profundo de Mi Corazón, en donde está Dios a la espera de tu espíritu, junto a Sus ángeles.

Recuesta tu cabeza sobre Mi Pecho y siéntete completamente vacío; lejos del mal, y cerca de la Fuente renovadora de Mi Corazón.

Ríndete a Mis Brazos, para que Yo te pueda cubrir con el Manto Sagrado de Mi Divina Alma, de Mi Sublime Compasión.

Ríndete y ya no te resistas.

Abre tu corazón, dime qué es lo que sientes en tu interior.

Yo conozco tus misterios y los rincones más profundos de tu consciencia. No hay ningún obstáculo para Mí, ni ninguna barrera que Me pueda impedir llegar a ti.

Entrégate al Fuego de Mi Corazón y déjate consumir por la Sagrada Adoración de Mi Corazón Eucarístico.

Bebe del cáliz que hoy te estoy ofreciendo y vive el sacrificio por Mí, por todas las almas, por todos los Reinos, por este planeta que agoniza por la falta de tanto amor.

Consúmete dentro de Mi Fuego y que Mis profundas Llamas de Amor transfiguren tus sentidos, transfiguren tus células y eleven tu alma a través de Mi Corazón, al Sagrado Reino de Dios.

Siente los Rayos de la Cura, para que lo más imposible se pueda curar.

Siente Mis Rayos de reparación, para que lo que está restaurado se pueda volver a transformar en el Divino Proyecto que Yo tengo para ti.

Ríndete a Mis Brazos y déjame obrar.

En Mi Corazón está el refugio para estos tiempos, la fortaleza para las almas, la fuerza y el poder que derrotarán el mal.

Ahora deja que Mis Llagas toquen tu cuerpo y coloque Mis Manos en donde tú más lo necesitas. Siente la Luz de Mis Llagas, siente Mis Manos, las humildes Manos de un Obrador de Dios, que se entregó a ti, por Amor y Redención.

Siente las Manos de tu Rey, las que fueron traspasadas; Manos que soportaron el dolor del mundo, la indiferencia de la humanidad, hasta los tiempos de hoy.

Siente el calor de Mis Manos, que irradian la cura y la restauración para tus células, para cada rincón de tu ser.

Ríndete ante tu Maestro Celestial.

Acepta a tu Señor, acepta a tu Esposo y vive Conmigo la alianza eterna con Mi Corazón.

Ahora observa cómo toda amargura se disipa y el poder de Mis Llagas todo lo transforma, para que algún día, amada alma de Mi Corazón, alcances la Luz y la Ascensión,

Rindete a Mis Brazos. Ríndete ante Mi Presencia. Porque ahora debes ser nada para que Yo sea en ti y tú en Mi Padre, que está sediento del amor de las almas; que está lleno de Misericordia para todos tus defectos, para todas tus heridas, para todo lo que nadie puede curar en este planeta.

Y ahora, siente Mi Abrazo, siente el refugio de Mi Espíritu y sumérgete en el océano de Mi Paz, en donde ya nada más importa, solo estar en Dios y en Su Divina Presencia.

Quédate en Mis Brazos como un pequeño ser y sé tan insignificante como todo lo creado. Sé pequeño entre los más pequeños. Sé el último entre los primeros.

Te invito a ser nada, en el sagrado vacío de Mi infinito Amor.

No busques resultados, sino constantes esfuerzos.

Complace a Mi Corazón por todas las Llagas que el mundo me genera día a día.

Así como te entrego Mi Ser, entrégate en rendición a Mí, para que puedas salir de ti y puedas estar ahora en el sufrimiento de tus semejantes; curando como Yo he curado, amando como he amado, entregándote completamente, como Me entregué en la Cruz por cada uno de ustedes.

Haz de Mis Palabras el Fuego de tu vida, la Llama infinita que todo ilumina en estos tiempos de oscuridad.

Toma Mi Corazón como una nueva alianza y bebe de Mi Sangre Divina, para renovar tu ser, y así, transfigurarte de la noche a la mañana.

Quédate en Mis Brazos tan solo por un momento y ya no pienses en nada.

Estás dentro de Mi Reino, viviendo de Mi Verdad.

Estás en la realidad del Universo y, en este mismo momento, lejos de la ilusión.

Ríndete a Mis Brazos, para que puedas sentir el Fuego de Mi Amor, y así, aprendas, en este tiempo, a amar cada vez más, sin condiciones, sin barreras, sin defensas, sin apariencias.

Ama como Yo he amado a todo el mundo cuando estaba en la Cruz, en la mayor agonía.

Ama más que el dolor y que todo sufrimiento, porque el amor vencerá y algún día serás lo que Yo tanto aspiro, desde el surgimiento de tu consciencia.

No pienses en el pasado, sino en el eterno presente que hoy te ofrendo con Amor, para que puedas comulgar Conmigo en la plenitud de Mi Espíritu y en la Gracia de Mi Consciencia.

Ama por los que no aman.

Ama por los que no saben amar.

Ama por tus enemigos.

Ama delante de tanta indiferencia, y que encuentres en tu prójimo el Amor de Dios, que está vivo, pero herido, en tu semejante.

Ama como los ángeles aman a Dios. Que este Amor pueda arrebatarte, el Amor que hoy te entrego, el Amor que proviene de Mis Llagas y de lo profundo de Mi Corazón.

Ríndete a Mis Brazos y aprenderás a amar como Yo lo espero para este tiempo de crisis.

Que este amor surja de ti como un espíritu verdadero, como una Gracia incondicional que pueda superar tus límites y todas tus imperfecciones.

Ahora que estás rendido a Mis Brazos, rodeado por el Fuego de Mi Amor, por la Divina Luz de Mis Llagas, acepta Mi Llamado: curar a este planeta bajo el Amor de Mi Corazón, para que muchas almas más se salven, para que millones de consciencias despierten a la vida del espíritu.

Está llegando del Universo la fuerza imperiosa de Mi Amor, que quiere traspasar muchos corazones más que hoy agonizan.

Siente los Rayos de Mi Amor y libérate del cautiverio.

Siente los Rayos de Mi Amor y, en el sagrado silencio, entra en comunión Conmigo para entrar en comunión con Dios, a fin de que se establezca la sagrada reparación.

Ahora guarda en tu corazón lo que hoy te he donado de una forma incondicional, porque te estoy ayudando a cargar la cruz de estos tiempos difíciles, Yo Soy el nuevo Cirineo.

Yo vengo a hacer de tu vida una nueva vida, algo que tú desconoces, algo que está lejos de tu control y de tu pequeño poder, vengo a hacer de tu vida lo que Dios espera.

Hoy solo vengo a cumplir Mi Voluntad. Amén.

Lleven las manos hacia al corazón y comulguen Conmigo, en el calor interno que hoy los une, en la Comunión renovadora que hoy nos congrega para que, algún día, nos tornemos libres, libres de la cadenas, libres de las prisiones y de todos los atavismos, tan libres como lo fueron los apóstoles.

Solo les pido que no teman cruzar el desierto porque Yo siempre estaré allí, para extenderles Mi Mano y levantarlos del suelo, dándoles fuerza y coraje, templanza y esperanza para poder caminar hasta el fin de la meta, hasta el Reino de Dios.

Hoy vengo con Mi dulce Fuego de Amor y con la suavidad de Mi Espíritu, con Mi Amor-Sabiduría, para curar al mundo de los núcleos más internos que aún no se pueden transformar, por temer a vivir el gran Amor que Yo tengo por todos, eternamente.

Siente tu corazón vacío de toda secuela; y ahora, contempla en tu corazón cómo se abre la flor de la redención, tan bella como las rosas y todas las flores del Universo.

Este es el toque de tu esencia.

Este es el resurgimiento de tu pureza que se ha entregado a Mis Brazos para poder despuntar como el Sol de Mi Corazón, en este Universo, para siempre.

En los tiempos de oscuridad vendré a dar fuerza a los que Me sigan, a los que Me escuchan abiertos de corazón, a los que Me adoran y a los que aún esperan Mi llegada al mundo, aunque no Me puedan ver.

Yo quiero que se rindan a Mis Brazos los que aún no se han rendido.

Yo vengo a buscar de ustedes lo que es verdadero y justo.

Vengo a traspasar las capas más profundas de la miseria, los muros más rígidos de la consciencia por medio del Rayo Poderoso de Mi Amor, y así los hago resurgir bajo Mi Espíritu, que es el Espíritu de Mi Padre.

Y ahora, en Mis Brazos, sientan el Sacramento de la Reconciliación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Vengo a hacer de sus vidas nuevas cosas.

Vengo a concretar lo que parecería imposible.

Vengo para manifestar en este tiempo la Gracia de Dios, una Gracia que aún no es comprendida ni valorada por la humanidad.

Vengo a entregarles lo que viene de Dios, a través del Corazón Amadísimo de Su Hijo.

Vengo a santificar este aceite con la emanación más profunda de Mi Espíritu,para consagrar a nuevas auxiliadoras de Mi Divina Misericordia, que serán a partir de esta noche, Mis Brazos y Mis Manos, para llevar al mundo, por medio de los Sacramentos y del Ceremonial, la Misericordia de Dios para las almas, para las almas más moribundas.

Hoy contemplaré esta consagración con regocijo, como lo fue en Santiago de Compostela, en donde pude ver en esas almas la verdadera misión de sus esencias, manifestada en la vida material por el simple hecho de adorar y de amar Mi Corazón.

Hoy vengo a entregarles esta Gracia que va más allá de sus almas, de todas sus condiciones, de todas sus imperfecciones.

Hoy vengo a liberarlas para que estén en Mí y Yo en ustedes, en comunión perpetua con las esposas del Señor.

Que el Señor bendiga este elemento, que surgió en los principios de este planeta para santificar a las almas y para quitarles la sed de Dios, con el fin de que se reconcilien con la Santísima Trinidad, presente en el elemento agua, fuente de gracia y de reparación,

Este es el símbolo1 que las unirá a Mí. Aquí está la unión con Mi Sagrado Corazón, fuente de gracia y de cura.

Y así, en momentos de alegría como de tristeza, en momentos de desafíos como de pruebas, así Yo siempre las quiero ver. hijas Mías, fortalecidas por el coraje del espíritu, la templanza del alma, por el fuego de sus corazones unidos al Fuego de Mi Corazón.

Bendigo a todos y al mundo entero, con la señal luminosa de la Redención: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

1Fray Elías exhibe el pan y el vino.

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

A veces, no puedo contarles toda la verdad a Mis compañeros porque no la podrían soportar.

Por eso hoy, con Mis Pies descalzos, toco este suelo sagrado para volver a bendecirlo, protegerlo y resguardarlo por medio de Mi Sagrado Corazón.

El tiempo del Universo se detiene, porque su humilde Pastor ha ingresado en la órbita de este planeta, y a través de este portal de paz, para auxiliar al mundo.

La humanidad aún no conoce el verdadero escenario del fin de los tiempos.

Todo lo que ven por televisión es una pequeña ilustración de la verdad, porque aún existen secretos peores, que se mantienen ocultos bajo llaves de puertas inciertas.

Yo vengo a colocar Mi Luz en esa realidad.

Yo vengo a traerles consciencia a Mis compañeros para que, en los momentos más críticos que se avecinan, no estén durmiendo como durmieron Mis apóstoles en el Getsemaní, y cayeron en tentación.

Los invito a estar despiertos más allá de su despertar.

No solo hablo de salir del sueño, hablo de un despertar espiritual, de una vigilancia extrema ante los acontecimientos que los rodean todos los días y que solo saben de ellos el uno por ciento.

Hoy, a Mis Pies, traigo la realidad planetaria y espero que los que se han consagrado a Mi Corazón pronunciando votos de vida, los cumplan.

No vengo a juzgar sus dificultades, ni tampoco sus imperfecciones.

Yo quiero que Me den lo que pueden darme, porque a través de lo que Me den, podré socorrer al mundo.

Los brazos, las manos y los pies con los que cuento no Me bastan para realizar esta Obra de servicio mundial.

Necesito que sus talentos estén disponibles para Mí, porque mientras sus talentos no están disponibles, millones de almas desesperan, y muchas son víctimas de la muerte, de la injusta muerte.

Los sellos del Apocalipsis ya se están abriendo. Cuando el séptimo se abra, todo, todo se desatará. No habrá quien pueda escapar de esto.

No vengo a traerles terror, sino consciencia.

Aspiro a que puedan salir de sí, todos los días. Que no den trabajo a sus hermanos de camino. Que cumplan, en estos tiempos, con el don que vinieron a ofrendarme.

No pierdan tiempo en cosas superficiales. Ustedes fueron llamados por Mí, ustedes acogieron Mi Convocatoria a lo largo de los tiempos.

Yo sé que esta extrema entrega no es para todos, pero no vengo a pedir lo imposible.

Necesito que Me acompañen con madurez en estos tiempos.

Dejen de ser niños y, a partir de ahora, sean Mis apóstoles, Mis guerreros de la paz, servidores incondicionales de Mi Corazón.

Porque las agujas del reloj siguen corriendo y los acontecimientos se precipitan, uno encima del otro.

¿Quién detendrá esta corriente de maldad en el mundo?

Necesito que Mis cimientos estén listos para que Yo pueda retornar. Y eso será a través de sus corazones y entregas. Mientras eso no suceda, no tengo permiso ni autoridad para volver.

No les estoy haciendo un reclamo. No estoy desmereciendo sus esfuerzos, ni tampoco sus sacrificios, que son visibles a Mi Corazón Misericordioso.

Necesito que estén en madurez y lealtad. Ustedes saben, compañeros, que eso no está sucediendo.

Mientras tanto, Mi Corazón es flagelado por el mundo, al ver tantas víctimas en el abismo de la muerte.

¿Quién las rescatará? ¿Quién dará la vida por ellas? Y no solo hablo de la humanidad, sino también de todo lo que es invisible a sus ojos.

Hoy vengo a declarar Mi preocupación por la humanidad.

Tengo el poder de detener todo lo que sucede, pero muchos escogen el camino del sufrimiento. Y Mi Corazón está tan lleno de Misericordia, como un cáliz que desborda y que aún no es bebido por nadie.

Siento, en Mí, las llagas del planeta.

Escucho, a través de Mis Oídos, el llanto de las víctimas en el desierto, en el desierto de esta transición planetaria.

Necesito que se unan definitivamente, de verdad. Porque en verdad les digo, compañeros, ya no lo aparentan. No es bueno para ustedes ni para Mi Obra en el mundo.

He venido a llamar corazones sin experiencia, vidas en redención, corazones en transformación.

San José es el camino para alcanzar las metas.

Él se ha ofrendado a Mí, en extremo sacrificio, por aquellos que sí perseverarán y que sí seguirán Sus enseñanzas, paso a paso.

Porque Él es el ejemplo de una posible y verdadera humanidad, de una Nueva Humanidad, portadora de una nueva consciencia.

Mientras tanto, San José hace lo imposible para que Mi Proyecto se cumpla en la humanidad.

Los Mensajeros Divinos hacemos lo inalcanzable, por intermedio de todas las criaturas, para cumplir con lo imposible.

Hoy vengo a hablarles desde el Principio de la adultez espiritual porque, a partir del último 8 de agosto, todo ha cambiado, mucho más de lo que parece y de todo lo que conocen.

Deberé colocar a Mis servidores en lugares de conflicto.

Deberé llegar, por medio de sus vidas, a los lugares de mayor caos, con el fin de que atraviesen todas las dificultades, sin perder el empeño ni la esperanza, para que Yo pueda colocar Mi Espada en el monte más alto de este planeta.

En ese momento, todo caerá, y será el fin de la corrupción humana.

La Tierra se abrirá como una madre que está a punto de dar a luz.

Todo se purificará y nadie podrá detenerlo, porque llegará la hora de la gran Redención.

Y como en una noche de estrellas, vendré en silencio, aunque muchos estén agonizando, sufriendo las consecuencias de estos tiempos y de todos los que los gobiernan.

Traeré en Mis Espaldas la Cruz de la Salvación y ya no cargaré con la deuda de la humanidad, sino que traeré la Cruz luminosa de Emmanuel para iluminar al mundo, en los cuatro puntos del planeta.

Muchas naciones estarán unas contra las otras. Pero no se desesperen, el aparente cautiverio terminará, y todos podrán verlo conscientemente, hasta que se ponga fin a la autodestrucción de la humanidad.

Vengo a traerles un mensaje de Sabiduría, vengo a irradiarles Mi Discernimiento.

Ahora, es hora de crecer, no solo interiormente, sino también exteriormente.

Cada uno sabe lo que debe madurar, que cada uno asuma su lugar en esta transición, porque ya no hay tiempo.

Recordarán este mensaje cuando todo suceda y sus almas deberán servirse de la energía de Mi Luz, para estar por encima de todos los acontecimientos, sin indiferencia.

Porque así Me podrán acompañar, y podré apoyar Mi Cuerpo cansado sobre ustedes, recostar Mi Cabeza sobre sus hombros para que, al igual que Juan, alivien a su Señor.

Alivien a su Señor. Alivien a su Señor. Es lo único que les pido, y podrán estar en Mi Paz.

Alivien a sus hermanos, alivien a los que los guían, y estarán en Mi Paz.

Alivien al Padre Eterno y estarán en Su Plan de Amor.

No den trabajo en donde no existe. No creen complicaciones en donde no las hay.

Sean inteligentes, mucho más que Mi enemigo, y cruzarán los puentes hacia Mi Reino; así no demorarán sus pasos, no demorarán Mi Plan.

Hoy Me confieso, como un hijo se confiesa con su padre.

Hoy Me dirijo como un maestro se dirige a sus discípulos y también él muestra sus preocupaciones. Pero no la preocupación como ustedes la comprenden en esta vida terrena. Yo la llamaría de “impotencia celestial”, como la que diariamente viven algunos de sus compañeros.

¿Ahora comprenden el compromiso de los que se han consagrado a Mí?

Yo no vengo a entregar alianzas para que sean tiradas a la tierra u ocultadas por el polvo.

Vengo a reconocer lo que hay en ustedes interiormente. Y no tengo dudas porque, a pesar de haber sido hombre y de haber estado encarnado en este mundo, en Mi Reino ya no existen dudas; eso es del enemigo que confunde a los corazones y los desvía de Mi camino de Redención.

Los invito nuevamente a ser inteligentes y, como un ejército de Luz, cerrar las puertas para que aquel que es Mi rival, no pueda entrar por ninguna brecha.

Mi Manto de Luz siempre estará sobre ustedes, y si un día él no lo está, observen si no lo han sacado de sus cabezas o si se han apartado de Mí, al punto de que Yo no los pueda alcanzar.

Las naciones del mundo necesitan de mucha Misericordia.

Vengo a reforzar las oraciones por América Latina, como también por el mundo entero. El nuevo Edén no debe ser disipado de las mentes de los que tienen fe en él. La esperanza es la base para ese nuevo Edén.

Quisiera que todos Mis seguidores, a partir del día de mañana, reciban por escrito este mensaje, y todos los que lo pidan, lo recibirán. Tienen Mi Permiso para eso. Este mensaje debe llegar a todo el mundo y en todas las lenguas posibles.

Agradezco que, de cualquier parte del mundo, conociendo o desconociendo Mi Obra aquí en Sudamérica, las almas se ofrezcan a transcribir Mis Palabras y a traducir Mi Mensaje en todas las lenguas posibles, a fin de que muchos más sepan que estoy aquí, acompañándolos en estos tiempos de oscuridad, así como acompaño a Mi Iglesia en la agitación y en el temblor de su barca. Pero Yo ya les enseñé que todo se puede revertir.

Le dije una vez a Pedro, cuando estaba en el mar de Galilea: ¿De qué tienes miedo, Simón?, si tu Maestro camina sobre las aguas, ¿crees que tu fe te lo impedirá? ¡Sal de la barca y camina hacia el encuentro de Mi Sagrado Corazón! Tu fe puede ser tan inquebrantable como una montaña. Yo te doy la fuerza para hacer todas las cosas.

Y Simón caminó sobre el agua. Sin darse cuenta, él se apartó del miedo y entró en Mi Amor, en el Universo de Mi Amor.

Yo los invito a atravesar estos tiempos con mucha, mucha fe.

El terror podrá ser grande, la sangre que corre por el mundo podrá ser interminable, pero nadie podrá superar a Dios.

Los hombres deben comprender que están lejos de Dios, que le han dado las espaldas al Reino Universal de la Luz. Por eso, Él envía a Su Unigénito para dar fuerza y coraje a los corazones simples y buenos.

Yo vengo a ofrecerles en esta noche Mi Comunión, porque es ese Sacramento el que siempre los restaurará.

Pidamos al Padre por Su Misericordia, por medio Sus hijos, porque en Sus hijos está la Misericordia de Dios, sobre todo en aquellos que creen en Su Divina Fuente y concretan Su Plan en esta superficie.

Siembren en sus corazones Mis Códigos de Luz y todo podrá cumplirse, así como Mi Padre lo ha pedido. El sufrimiento cesará y las almas reencontrarán el amor y la esperanza. Que así sea.

No tengan miedo de que su Maestro les entregue revelaciones definitivas y contundentes.

Necesito que Me acompañen con la misma Sabiduría que Yo tengo, con el mismo amor que Yo vivo, con la misma Misericordia que Yo expreso por esta amada humanidad.

Fray Elías del Sagrado Corazón: Vamos a cantar los Nombres de Dios, a pedido de nuestro Señor.

Hoy consagro esta Sangre como Mi Sangre de Vida, por la sangre que es derramada en el mundo, por las víctimas que sufren la injusticia humana, en cada una de las naciones del mundo.

Hoy consagro este pan como Mi Cuerpo, por las almas que son mutiladas, explotadas; por las almas que son víctimas de la esclavitud y que están en cautiverio; por las almas que son presas por las manos de los hombres; por las madres que abortan a sus hijos; por los niños que son vendidos y extraviados en el mundo; por los ancianos que son maltratados; por las almas que padecen enfermedades en los hospitales y sólo reciben desprecio, sin conocer el amor consolador.

Hoy Mi Corazón se complace por cada una de esas almas, por las almas que no tienen nada que comer, sino solo vivir en oración, esperando una Gracia Mayor.

Hoy ofrezco este Sacramento por los Reinos de la Naturaleza que, en silencio, son ultrajados; por los animales que son despreciados, que son matados y que sirven, injustamente, como lujo en las mesas de los ricos.

Por toda esa sangre injustamente derramada, por los que no conocen a Dios y que han endurecido sus corazones al Amor Eterno, ofrezco esta Comunión, y les pido a cada uno de ustedes que así lo haga, porque esta será Mi última intervención por la humanidad, antes de que todo suceda.

Que sus corazones sean valientes para ofrecer este sacrificio por Mí, aunque no estén preparados.

Yo recogeré sus súplicas, así como siempre lo hago, para depositarlas, como pétalos de luz, a los Pies de nuestro Creador.

Porque, a pesar de todo el sufrimiento del mundo, grande es Su Misericordia, más allá de este Universo.

Yo consagro, en esta noche, el vino y el pan, trayendo la Piedad de nuestro Padre Dios.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (x3)

Amén.

Que sus voces sean escuchadas en este Universo, proclamando los Nombres de Dios.

Les agradezco.

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Por la potestad que Dios Me concedió como intercesor de este mundo y de algunos otros, hoy abro las puertas de este Reino para que las almas que sufren puedan recibir una Gracia tan grande, como la que ustedes recibieron en los últimos días.

Por el despertar de sus corazones y por el sí que enviaron a Dios, respondiendo al Llamado de Cristo, generaron méritos para que muchos otros, que desconocen, puedan recibir la Misericordia que emana de los Espejos de este Reino hacia todo el planeta.

Hoy, más que para hablarles, vengo a orar con ustedes por este mundo, por los niños que deben crecer y poblar la Nueva Tierra, vengo a orar por los Reinos que tanto sufren por la indiferencia humana.

Vengo a orar por los ángeles de las naciones que intentan, día y noche, sustentar el planeta y atraer hacia cada nación aquel Principio Divino que ella debe manifestar.

En este día, vengo a profundizar en el despertar de sus consciencias para que puedan, definitivamente, tornarse servidores del Plan de Dios. Que el amor a este Plan pueda ser mayor que el amor a sus propias vidas, porque de esa forma podrán ser un triunfo de Dios en el mundo.  

Hoy vengo a mostrarles a sus corazones una realidad que aún desconocen.

Yo les pediré que cierren los ojos para que Yo les pueda mostrar aquello que Yo veo como intercesor de este mundo.  

Recorran Conmigo el planeta con los ojos del corazón. Contemplen Mi Presencia, Mi túnica marrón, Mi manto rojizo representando la Sangre de Cristo que aún se derrama sobre las almas inocentes.

En Mi mano derecha, hoy llevo un cayado, representando que, además de intercesor como Mi Hijo, hoy vengo a conducir sus almas a un nuevo propósito.

Mis pies descalzos simbolizan Mi resignación ante Dios, simbolizan Mi voluntad unida a la Voluntad del Padre, y que seguiré Sus caminos por toda la eternidad.

Contemplen, detrás de Mí, un gran portal a través del cual Yo los conduzco al planeta. Quiero que conozcan el Oriente para compartir las Llagas de Dios y repararlas.

Arrodíllense Conmigo en el suelo de esta tierra que un día fue sagrada y que debe volver a ser sagrada, porque así como su Señor y Rey caminará por Occidente, también caminará por Oriente. Y aquellos que lo negaron y que no lo aceptaron desde el principio se curvarán delante de Él,  se golpearan sus pechos y se arrepentirán, pero será tarde.

Hoy vengo a compartir con ustedes una de las mayores Llagas de Dios, que es la indiferencia humana por el Sacrificio de Su Hijo.

Cuando Jesús era pequeño, Él Me enseñó a orar el Padre Nuestro, una oración que traía del Cielo, que había aprendido con Su Padre para que todas las almas puedan unirse a Él. Les pediré que oren Conmigo esta sagrada oración para interceder por las almas que hoy deben ingresar en Mi Reino, que es el Reino de Dios, que es su casa y también la Mía.

Contemplen en el cielo de Oriente una gran puerta de luz que irradia una luz dorada y brillante. A través de ese portal, la Voz del Creador resuena para todos Sus hijos. 

En nombre de la humanidad, respondan a Su Llamado y, como un clamor, hablen con Dios:

 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Ahora, con el corazón aún más unido al Corazón del Padre, oren por los niños, aquellos que sufren injustamente.

Por la Gracia que Dios Me concedió de tener al Niño Jesús en Mis brazos, hoy le ofrezco al Padre todos los niños del mundo y, junto con ustedes, ruego a Dios:

 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Por la Gracia que Dios Me concedió de tener a la Santa Virgen María como esposa y compañera, como una Luz en Mi Camino que Me llevó a comprender la Presencia de Dios en Mi Corazón, hoy ofrezco esta oración a todas las mujeres que sufren injustamente, para que no pierdan su pureza por los ultrajes de este mundo. Junto a ustedes, Yo ruego a Dios:

 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Por la Gracia que Dios me concedió de ser un hombre simple, servidor y humilde; de cumplir Sus Designios y de hoy estar a Su lado; le ofrezco al Padre todos los hombres que están ciegos en esta Tierra, que no lo comprenden, que no buscan a Dios, que no encontraron lo Sagrado dentro de sus corazones. Roguemos al Padre: 


Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Por la Gracia que Dios Me concedió de comprender la presencia de los Reinos en la Tierra, de amarlos y de reverenciarlos para que ellos cumplan con su misión; hoy ruego a Dios por todos los animales, minerales, vegetales, por todos los devas, por todos los elementos que en los desiertos del mundo contemplan las atrocidades causadas por el hombre; que en las florestas, en los ríos, en las montañas, en las ciudades, en las casas y en todos los lugares sufren las atrocidades causadas por la ignorancia del corazón humano.

Padre, hoy te ruego por todos los Reinos para que, a través de esta oración, la humanidad comprenda que es Tu propio Corazón y el Corazón de la Santa Virgen María los que son ultrajados cuando los Reinos sufren y padecen en este mundo. Junto a Tus hijos, Te ruego: 

 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Con esta oración, digamos al Señor, Nuestro Dios, que deseamos iniciar un nuevo ciclo, para que ahora, hijos, ya no piensen tanto en sí mismos, sino que contemplen las necesidades del planeta, del Plan de Dios para que él se manifieste, para que esta Tierra sea sagrada.

Cuando piensen en ustedes y crean que sufren mucho, recuerden este portal que abrí en sus corazones para que contemplen la mayor Llaga del Corazón del Creador, y no sean ustedes también indiferentes al Sacrificio de Cristo.

Ahora retornen Conmigo hasta aquí, pero nunca se olviden de los niños que sufren, de las mujeres, de los hombres, de los Reinos que necesitan de sus oraciones.

Cristo les entregó una gran Gracia y no fue solo por ustedes, fue para que respondieran a Su Llamado, abandonando las mezquindades de sus vidas para contemplar la Voluntad Superior y reconocer finalmente que llegó la hora de cumplir el Plan de Dios, porque si la humanidad no despierta, la vida en el planeta podría extinguirse.

No permitan hijos, que una Llaga más se abra en el Corazón de Dios. Sean dignos de todo lo que recibieron y multipliquen estas bendiciones para todo el planeta, y para todo el universo que aguarda que respondan al Llamado de Dios y que lo vivan.

Hoy vine para orar con ustedes porque Mi Corazón ya no puede contemplar el mundo sin sentir el pesar de las almas que sufren.

Después de conocer la grandeza del Padre, de Su Reino y de todos los Reinos semejantes al Suyo que se esconden en el interior de la Tierra, no puedo contemplar el sufrimiento humano sin sentir en Mi Corazón el pesar de las almas. 

No puedo contemplar las atrocidades que viven los Reinos sin sentir en Mi Corazón el gran pesar que la ignorancia humana Me causa por no comprender la verdadera misión de la naturaleza en el planeta.

Por eso hoy vine a orar con ustedes y solamente a ofrecer al Padre los méritos generados por nuestros corazones unidos en Su Nombre, para que Sus compañeros puedan llegar un día a Asia, respondiendo a Su Plan, haciendo triunfar Su Corazón.

El pan consagrado por Cristo ya ingresó en sus esencias como una semilla de luz que está comenzando a fecundar, germinar y crecer, para tornarse el árbol de una nueva vida. Que cada Comunión que el Creador les ofrece, a través de Sus Mensajeros, nutra esta semilla, la fortalezca y la haga más poderosa que cualquier aspecto humano, para que puedan despertar la Esencia Divina en sus pequeños corazones.

Una vez más, oren Conmigo, ahora en arameo como Mi Hijo nos enseñó, para abrir las puertas del Cielo, y para que todas las almas, todos los Reinos y el propio espíritu de esta Tierra comulguen del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.

 

Oración: Padre Nuestro (en arameo).

 

Que vengan hasta aquí los niños, que comulguen por todos los niños de este mundo y que, sobre todo, dentro de ellos se fecunde la nueva vida, que puedan ser dignos de vivir en la Nueva Jerusalén, el Reino de Dios manifestado en la Tierra. Canten mientras ellos llegan hasta aquí:

 

¡Oh!, San José,
clamamos a Ti por la salvación
de todas las almas del mundo.
Misericordia, Misericordia,
¡Oh! San José, Misericordia.

(Se repite cuatro veces)

 

Hoy dejaré Mi bendición sobre todos los niños y sobre todas las familias. Que cada padre y cada madre reciban de Mi Casto Corazón la inspiración para educar y criar a sus hijos. Les pido que sean fuertes para no dejar ingresar en sus casas las influencias de este mundo, que separan a las familias y las hacen infelices.

Hoy dejo en ustedes una semilla de la nueva vida para que, donde quiera que vayan, puedan sembrarla en muchos otros corazones que hoy no están aquí.

Por la Gracia que Dios Me concedió de vivir en la Familia más Sagrada que estuvo sobre este mundo, hoy Yo los bendigo y les agradezco por estar aquí y por dejar que en sus hijos florezca un niño nuevo. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan en Paz y superen con Paz los desafíos de esta vida.

Les agradezco.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 6, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

 

Oración: "Padre Celestial".

Cuando vean a su Maestro mostrar las Llagas de Sus Manos, de Sus Pies y de Su Costado, despertando en ellas la Luz de Dios, es señal que un nuevo misterio está siendo revelado para el mundo.

Cuando vean a Sus ángeles rodeando al Santo Señor, en la contemplación de Su divino Sacrificio por toda la humanidad, es señal que algo importante está por suceder.

Cuando vean detrás de su Señor, en lo más alto del universo, la presencia del Padre Celestial y del Espíritu Santo, es señal que algo importante está por suceder.

Y esto importante es lo que ha traído el misterio de Mi Cruz, hace más de dos mil años, en donde la preciosa Sangre se vertió sobre el mundo y el Agua divina se derramó de la Llaga principal de su Señor.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Los consagrados que están aquí, ¿pueden acercarse, por favor?

El Señor los está llamando para revivir el misterio de Su Cruz, porque es importante que sus corazones comprendan que la victoria de Cristo no fue algo solamente humano, sino también profundamente universal.

 

Y ustedes, que hoy prepararon este sepulcro para Mí, sepan que de él haré resucitar a la humanidad, que se ha perdido del camino de Dios, por las tinieblas.

De este sepulcro nacerán los Nuevos Cristos y así resucitarán las consciencias, para que puedan vivir el llamado de Dios, cumpliendo así Su Divina Voluntad en estos tiempos de crisis.

Quiero ahora, que cada una de las nuevas santas mujeres, que Me auxilian en la Divina Misericordia, encienda una vela para su Señor y así podré dar continuidad a la revelación universal, que hoy les traigo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Sol, Janisa, Aylén y Nadia, subirán aquí y estarán al lado del sepulcro, a pedido de Nuestro Señor.

 

Yo llamo a las ovejas por su nombre, para que puedan alimentarse espiritualmente de las vibraciones más sutiles de su Señor.

En aquel tiempo Me comprometí con las santas mujeres, para revelarles interiormente los misterios de Mi Pasión y las victorias universales de la Cruz.

Dejen entonces que Mi Luz penetre en lo más profundo de las células, para que despierten las células crísticas, que los renovarán y los harán dignos hijos de Dios.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cantemos: "Adoramos" por algunas veces.

Ahora, aquellos que puedan colocarán sus manos en señal de irradiación.

Nuestro Señor, en este momento, está mostrando Sus cinco principales Llagas: las de Sus Manos, las de Sus Pies y la de Su Costado. Y las cinco Llagas brillan más que un sol, mientras los ángeles lo rodean.

Está descendiendo un ángel mayor, quien le entrega a Nuestro Señor un pergamino, que ahora Él, está leyendo.

 

Él dice:

Esta es la revelación sobre Mi Divinidad; desde donde provengo y hacia donde fui, después de Mi Ascensión. Todo esto es posible por la exposición de Mis cinco principales Llagas.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Ahora, los ángeles están orando:

¡Oh!, Señor Jesús,
resucita nuestra vida espiritual,

redime nuestro corazón,
eleva nuestro ser ante Dios.
Amén.

 

Podemos, ahora unir nuestras manos en señal de oración, aquellos que puedan, o de lo contrario colocar la mano izquierda sobre el cardíaco

 

Esta revelación fue escrita por los ángeles del universo, guiados por San Gabriel Arcángel.

Tres días después de Mi Ascensión, cuando Me elevé a la Casa de Mi Padre, a pedido del Único, por intercesión del Arcángel Gabriel, Sus huestes celestiales se reunieron en el universo, para dejar plasmado en este universo material y en todos sus éteres, la revelación sobre Mi Divinidad y Origen, de la cual, hoy contaré solamente una parte, porque la segunda parte será conocida cuando Yo retorne al mundo y Me vean venir entre las nubes, con el poder de la Gloria de Dios y de todos Sus ejércitos angélicos.

Yo provengo de una Fuente desconocida, llamada por los seres materiales “Fuente Primordial”. Nací y surgí como el segundo aspecto de la Santísima Trinidad. Y Mi Espíritu, por Obra y Gracia de Dios, descendió a un sol más radiante que este, que los alumbra todos los días, desde el amanecer hasta el atardecer.

Este sol es el centro de muchos universos, de muchas constelaciones, planetas y estrellas. Allí reposó por primera vez, la Divinidad del Hijo de Dios.

Por las manos de los arcángeles, en una sagrada Fuente solar, más radiante que el oro rubí, Mi Consciencia fue preparada como una sublime Esfera de Luz, que penetraría las dimensiones y los universos, hasta llegar a encarnar en la Tierra y nacer en el sagrado pesebre de Belén.

Pero antes de llegar al mundo, los tenebrosos ya sabían Quién era Yo. Sus planes temblaron y sus reinos fueron derrotados, porque era la Misericordia misma, que en Su Sagrada Divinidad, estaba naciendo y surgiendo en el Corazón del Universo.

Sutiles consciencias presenciaron, así como todas las criaturas celestes, el surgimiento de la Divinidad de Cristo, que por primera vez se materializaba dentro de este universo material, para despertar el Amor superior en todas las consciencias.

Concéntrense. No permitan que el enemigo abunde en las mentes. Quien contempla Mis cinco Llagas mientras escucha Mis Palabras, no se desconcentrará, porque estará en el propósito y en la vibración correcta para recibir lo que tiene que recibir y así, no perder todo lo que hoy traigo, para una humanidad en tinieblas.

Soy sincero con sus corazones, para que puedan crecer en la verdad y no perder las oportunidades que hoy les traigo, con el objetivo y la misión de aliviar su propia cruz, a través de Mi Divinidad Crística, desconocida por el mundo y por toda Mi Iglesia.

Es así como Yo les enseño que Jesús dejó de ser un hombre después de haber vivido la Cruz y de haber resucitado, entregando la expiación al mundo. Su Cuerpo, Mente y Alma se tornaron divinos para dar continuidad al Plan de salvación universal.

Fue esta Esencia que surgió desde ese sagrado Sol, la que atravesó los universos y los planos de consciencia hasta llegar a este planeta, para traer nuevamente la Fuente de Dios, que toda la raza en el tiempo pasado, había perdido.

Para que esta Divinidad estuviera aquí, Dios tuvo que sacrificar Su segunda Persona. Y en una universal humillación, volverse pequeño, humilde y simple, entre los más simples.

¿Ahora comprenden, compañeros, con Quién están conversando y a Quién están escuchando, aunque todos los días parezca lo mismo?

Mi Divinidad viene a cambiar el punto de sus consciencias, para liberarlos del engaño diario y para que así ingresen en la verdadera fuente de sus corazones, en donde Yo aspiro a estar todo el tiempo.

Hoy, es esta Esencia, esta Divinidad Solar, la que se muestra al mundo por segunda vez, después de haber encarnado en Belén, para traer la Luz al mundo y la Redención de la humanidad.

Hoy, no todos pueden ver esta Divinidad, pero sí pueden coligarse con Ella a través de sus esencias, en donde se guardan los verdaderos secretos de la historia de su evolución y de su despertar. Quiero servirme de esas esencias crísticas, que en estos tiempos son atormentadas por su personalidad; son flageladas por sus pensamientos; son crucificadas por sus acciones.

Dejen nacer, ahora y siempre, su verdadera esencia solar. Esto fue lo que Yo vine a encender hace dos mil años atrás, en todos Mis apóstoles y en las santas mujeres, con la ayuda de Mi amada Madre, Quien se comprometió a los pies de la Cruz, a ser guardiana de la fe de todas esas esencias, hasta el fin de los días.

Dejen nacer a su verdadero Ser interior. Él espera ser morada del Corazón de Cristo.

No pierdan tiempo. No se confundan. Ya no juzguen. Sean uno en Mí y Yo, hasta el fin de los tiempos, podré ser Uno en ustedes, en sublime hermandad.

Dios llora en este tiempo, en Su profundo silencio, al ver tantas esencias solares perdidas, que buscan el amor en lo exterior; que satisfacen sus necesidades en la superficialidad de las cosas; que no encuentran sentido ni salida, ni tampoco ninguna cura para sus consciencias.

¿Qué esperan, soldados Míos?

Esta, Mi Divinidad Crística, que estuvo entre ustedes por treinta y tres años, retornó a la Casa de Su Padre para terminar de concretar las Obras de la Santísima Trinidad, después del triunfo de Mi Corazón en la Cruz.

Hoy les traigo esta Comunión con Mi Divinidad, porque llegará un tiempo en que solo podrán estar en comunión perpetua con Mi Divinidad eterna. Ese será el refugio no solo para sus almas, sino también para sus consciencias y sus cuerpos. Ese refugio divino que hoy les ofrezco, es fuente de reparación y de prodigios en las consciencias que se rinden y se despojan de sí, para que habite en ellas el Supremo Rey.

Contemplen Mis cinco Llagas. Sírvanse del Manantial de Mi Corazón, para que todo resucite como era en el principio de esta Creación.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Por la Bendita Llaga
que marcamos en el Costado
de Nuestro Señor Jesús
de donde brotó la Fuente Insondable de Misericordia
para el mundo entero,
Adonai, Padre Eterno,
reconcílianos con Tu Glorioso Reino.
Amén.

Acepten en silencio, los sufrimientos que hoy les imparto y háganlo por Mí, por la salvación de la humanidad y de los Reinos de la Naturaleza.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Las cruces.

 

Hoy, Mi Cruz se reparte en muchas consciencias del planeta, que se animan a aliviar Mi Corazón agonizante, para que así, todo el planeta sea restaurado; para que el planeta sea restaurado en esta hora aguda de la Tierra. La cruz representa la liberación interior de todos los atavismos de los seres humanos, de todos los que aceptan vivir esta entrega, por el surgimiento de una Nueva Humanidad.

Hoy también dejen posando sobre Mi Pecho su cruz espiritual, para que sea aliviada por el Amor de su Señor.

¡Cuántas cruces vive el mundo! ¡Cuántos sufrimientos viven las almas inocentes! ¡Cuántas guerras son generadas! ¡Cuántos conflictos son realizados! ¡Cuánto amor falta en los corazones endurecidos, que no aceptan Mi Divina Misericordia!

¿Por qué les he pedido colocar las cruces sobre este simbólico sepulcro? Porque estas cruces, que también carga su Señor, deben repartirse amorosamente entre Sus discípulos y seguidores.

Hoy, esta es Mi invitación para ustedes: que salgan de sí, para que Yo pueda estar en ustedes, compartiendo las cruces de la humanidad.

¡Cuántas razas y pueblos viven su cruz! ¡Cuántas culturas y tribus son diezmadas! ¡Cuántos niños son explotados! ¡Cuántos pequeños aún son abortados! ¡Cuántos padres están solitarios, sin tener a un niño en sus brazos, mientras muchos son retirados de los vientres de sus madres! ¡Cuántos enfermos agonizan en este Viernes Santo!

Así, Yo digo para Mi hijo Miguel que estoy con él, cargando su cruz hasta que Mi Amor venza.

¡Cuántos moribundos están en las calles de este mundo! ¡Cuántos ancianos son lastimados! ¡Cuánto sufre el Reino Mineral, en su más perpetuo silencio! ¡Cuántas piedras preciosas son retiradas de las montañas que son explotadas! ¡Cuántos vegetales son cortados y nadie lo percibe! ¡Cuántos animales son ultrajados, tanto en la tierra, como en los océanos! ¡Cuántos de ellos son comidos y no existe compasión por el sufrimiento de esos semejantes! ¡Cuántos devas son retirados de las grandes florestas del mundo! ¡Cuánta maldad se ha hecho a la Creación, después de tanto Amor expresado por el Padre! Y ni siquiera después de haber encarnado Su Hijo y de haber muerto en la Cruz, han terminado los males en el mundo.

¿Ahora comprenden por qué tantas esencias solares se pierden?

Llegó el tiempo de la gran fraternidad, de la unidad entre los corazones, entre las culturas y pueblos. Los simples reerguirán a la nueva humanidad, después de tantas catástrofes vividas.

Les doy la esencia de Mi Misericordia, para aliviar estas pesadas cruces del mundo.

Les dejo esta reflexión para que oren por ella y que, aún más, las puertas a Mi Divina Misericordia se abran para la humanidad.

Que así sea.

Mientras Me elevo al Universo, por Mi dolorosa Pasión, ofrezcan a Dios sus voces, invocando a Adonai, Su Espíritu Santo y Su Misericordia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Canten con toda la fuerza del corazón y del alma, para que la Tierra sea repoblada de nuevos códigos crísticos.

Que así sea.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

¡Gracias Señor por cuánto nos das!

En este encuentro, te honramos Señor.

 

 

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 40ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE SAN JOSÉ, COSTA RICA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Padre Nuestro...

Vean cuántos ejércitos Me siguen y muchos no lo saben.

Esta es la verdadera presencia de Mi Reino en la Tierra; Reino que está unido a cada corazón orante. Y ese Reino se expande por el mundo en su universo invisible para revelarse a los simples de corazón.

Este es el Reino que Yo prometo para todos, el cual prometí una vez cuando estuve entre ustedes en Mi amada Tierra Santa, revelándoles el poder de Mi Evangelio, la Sagrada Palabra de Dios, que viene a redimirlos de tiempo en tiempo.

Hoy estoy con inmensa alegría en Costa Rica, porque los corazones Me escuchan, no por su cantidad sino por su espíritu, su espíritu simple que se une al Mío y trae así al Reino de Dios para un lugar tan necesitado de la presencia de la Santísima Trinidad.

Busquen a Dios en todo lo que existe, en todo lo que Él ha creado a través de la Naturaleza. Allí Yo también Me encuentro en silencio y en lo alto de los volcanes, contemplando a toda la población planetaria, esperando por su despertar, por su gran y último paso al camino de la Luz y del Perdón.

Vean entonces, compañeros, que Yo estoy en todos los lugares. He venido aquí para darles Mi Fuerza interior y Mi Amor, para resucitar a Centroamérica en su propósito y su misión espiritual con el fin de cumplir el Plan de Paz de Dios.

Únanse cada vez más y cumplirán este propósito que hoy les pido. Háganlo por todos sus hermanos, sus hermanos de todas las naciones de Centroamérica, que tanto necesitan de Mi Divina Misericordia para poder continuar adelante en este tiempo final que se aproxima.

La fuerza de su oración ha llegado más allá de Centroamérica, abrazó gran parte del planeta y muchas esencias condenadas se vieron beneficiadas. Y esto fue posible, compañeros, por su unidad con la Unidad de Dios, del Hijo y del Espíritu Santo, con cada uno de sus hermanos de las naciones que abrazaron fervorosamente el fuego de esta oración, cumpliendo así la tarea en este día.

Gran parte de Mis ejércitos está formado por los ángeles del Cielo, ángeles que los acompañan de tiempo en tiempo, de ciclo en ciclo para hacer madurar su evolución y su gran momento de despertar.

Quiero que tengan presente estas palabras, porque sus ángeles de la Guarda los esperan para mostrarles el camino hacia la Verdad, para fortalecer sus espíritus y para que encuentren la paz que debe ser irradiada a todo el planeta.

Hoy vengo aquí con la Gracia de Dios y de Su Santo Espíritu. Por medio de Mi Divina Misericordia traigo para todos la expiación, la santa absolución de cada una de sus vidas en este momento crucial del planeta, en donde muchas consciencias, muchísimas almas necesitan del perdón y de la liberación.

A través de este ejercicio espiritual, compañeros, y después de cuarenta encuentros consecutivos, ya están en otro punto de su despertar. Y a medida que fueron avanzando esos encuentros, muchas almas más fueron despertando a Mi llamado.

Eso significa que aún hay mucho por hacer, mucho por sacrificarse, sobre todo por entregar a Dios, cada uno en el grado de su consciencia y de su disponibilidad interior.

Es así que Yo vengo a darles Mi Mensaje de Paz para que lo hagan llegar a sus hermanos de camino, a sus familiares, a todo el pueblo, el pueblo de Dios, que debe retornar al camino de la esperanza y al camino del perdón, que muchos aún están buscando y no lo encuentran.

Por eso hoy, también de Brazos abiertos, como el Redentor les muestro Mi Sagrado Corazón, Mi Eterno Espíritu, para que lo abracen fuerte, interiormente, lo adopten en sus vidas como la única Llama, como el verdadero camino, como la esperanza para sus vidas y no otros espíritus.

Esos espíritus también deberán redimirse. Libérenlos, déjenlos de lado y sigan Mi Camino, porque Yo los confortaré y los liberaré de todo mal, sin dejar  atrás a ningún discípulo Mío, especialmente a aquellos que deben retornar a Mi Camino y que por un largo tiempo se olvidaron de Mí.

Vengo a recuperar en Centroamérica a Mis viejos amigos, aquellos que se comprometieron Conmigo a vivirme, a adorarme, a honrarme, a amarme, a buscarme por encima de todas las cosas, y, especialmente, a servirme en este tiempo final en esta Obra de Redención y de transformación de la consciencia.

Es así que Yo les abro las puertas para que vuelvan a ver la Luz, la Luz invisible de Dios que proviene de Su Espíritu, de lo más íntimo de su Corazón Sagrado. Les trae Su Misericordia a través de Su Hijo Amado, para que se puedan liberar y caminar libres en la Redención.

Hoy, lanzo las redes de Luz para que muchas más almas puedan retornar a Mi Corazón.

Hoy, vengo como el Pescador de Hombres, una vez más, buscando a los que están perdidos, a los que no encuentran el camino, a los que hasta ahora no han visto la salida ante tanta oscuridad.

Y Yo los bendigo, compañeros. Los impulso a seguirme en la fe y en el amor, confirmando en sus vidas que si Yo estoy en ustedes, ustedes estarán en Mí y todo siempre estará bien y a nada deberán temer, porque estarán Conmigo y Yo estaré con ustedes en vigilia y oración.

Vengo a retirar del sueño a muchas consciencias. Pero eso lo verán de tiempo en tiempo, porque esas almas deben aprender a conocerme, deben aprender a encontrar el camino a través de la semilla de Luz que hoy vuelvo a sembrar en sus corazones, para que alcancen la paz de vivir en Dios y en Su Divino Reino.

No pierdan de vista estos momentos.

Y vuelvo a decirles, compañeros: sientan la fuerza de Mi liberación sustentada por todo el Universo, por sus Leyes Divinas que vienen a intentar reformar sus vidas en espíritus consagrados a Dios y a Su Santo Propósito.

También les traigo Mi alegría, por la alegría que Me han transmitido en este día; la sana alegría del corazón que cura y redime a las almas y a gran parte del planeta, porque la alegría es la flor del Amor, y el Amor los llevará a la Unidad con Dios, con toda Su Consciencia.

Comprendan este misterio de una forma simple. La alegría los llevará a la paz y la paz podrá estar en todos, especialmente en los que más la necesitan.

Guarden la paz como un gran tesoro para estos tiempos. Que nada los inquiete ni los incomode.

Ofrezcan cada desafío como una oportunidad de humillación y de redención, sin perder nada y ni buscar nada a cambio.

Y ahora les muestro las llagas de Mis Manos, cómo por milímetros ellas se cicatrizan al sentir el amor de todos Mis compañeros, de los que buscan la trascendencia, la perseverancia, la fe inquebrantable, la devoción, la paz, la vivencia de Mi Divina Misericordia.

Vean cómo la luz de sus oraciones cicatriza Mis Llagas trayendo el alivio a Mi Corazón al ver los horrores del mundo y los pecados de la humanidad.

Adoren este momento, contemplen Mi Corazón y vívanlo en este último momento, en donde Mi Gracia todo lo permite y Mi Misericordia todo lo impulsa, para que estén en el Reino de Dios.

Cada vez que vivan una prueba o enfrenten una dificultad o enfermedad, recuerden este momento en donde Mis Llagas son cicatrizadas por la luz de sus oraciones y a través de este ejemplo, de este símbolo de santidad, fortalézcanse y no se permitan caer, porque Mi ofrenda siempre será levantarlos del suelo para que Me vivan, para que Me miren a los Ojos sin vergüenza, sin temor, no importando lo que suceda, contemplando el Amor que Mi mirar expresa por todas las almas.

Y así, con Mis ángeles, santos y bienaventurados que hoy ayudan a Costa Rica y Centroamérica, entramos en comunión, en unión de espíritus, de esencias y de almas, con el único y poderoso Dios que les da la vida eterna.

Vengo a consagrar especialmente todo lo que Me han traído al altar, porque he visto en este día los corazones sinceros, orando por la justa causa que Yo les he transmitido en el mensaje para esta Maratón.

Comprendan Mis Palabras con simplicidad y así las podrán vivir, una a una.

Los objetos sagrados son símbolo de redención para las almas y motivo para encender el espíritu en profunda devoción.

Es así que hoy también los sacramentaré a cada uno de ustedes, a través del oficio sagrado del sacerdocio, por medio de los Sacramentos que Yo instituí en el pasado, como el legado interior para las almas y para todas las consciencias que se quieran unir a Mí en los Dones del Espíritu Santo.

Hoy veo que están viviendo el Don del Temor de Dios. Para Mí eso es increíble, sobre todo en este tiempo en donde la humanidad está muy distraída; eso no Me hace bajar los brazos, porque si cargué la Cruz por ustedes, ustedes Conmigo y Yo con ustedes podremos cargar la cruz de este planeta para alcanzar la Redención.

Ofrézcanse a vivir este sacrificio por el triunfo de los Tres Sagrados Corazones en toda América y el mundo.

 

Adonai, Misericordia, Misericordia, Misericordia
Redención, Redención, Redención para este planeta. Amén. (x 6 veces)

 

Y antes de consagrar todos los elementos, quiero que se tomen de las manos para implorar Conmigo a Dios.

Sintiendo sus corazones sinceros, nos unimos en la paz y trabajamos por la paz para los lugares que más la necesitan, en donde el caos reina y hace temblar más corazones.

 

Adonai, Padre-Madre Creador, única existencia entre todo lo creado,
Espíritu Omnipresente y Omnipotente, vivencia de lo Sagrado y de lo Eterno,
desciende con toda Tu Luz Universal y que Tus ángeles abran las puertas
para que desciendan los Padres de la Creación.

Que los doce arcángeles ayuden en la Redención de las consciencias,
en la Liberación de los pecadores.

No te olvides, Santo Padre, de ninguna esencia creada.

Somos semejantes a Tu Faz. Fuimos creados a Tu Imagen.
Estamos fecundados por Tu Divino Espíritu.

Cierra los infiernos que se han abierto y redime
a aquel que se ha caído y que ha creado todo el mal.

Disipa las dudas de todas las mentes.
Que el poder de Tu Amor penetre en lo íntimo de los espíritus,
para que así se establezca el Poder de Tu Unidad y
de Tu infinito Amor, por los siglos que vendrán. Amén.

 

Lleven las manos al corazón y ahora canten al corazón sincero, porque es este corazón que Me acompañará hasta los últimos días de la Tierra y verá en el horizonte la aproximación de Mi Reino y de Mi Gloria estableciendo los mil años de paz.

Les agradezco por acompañarme en este día en cada rincón de este planeta.

Sigamos orando, proclamando el corazón sincero. Es ese corazón que los unirá a todos, los liberará de la indiferencia.

Que así sea.

En nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE  CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mi silencio proclama la victoria y la renovación de las almas.

Es en el triunfo de vuestro Rey en el silencio de Su Corazón Sagrado, en donde se guarda el Misterio de Dios para todas las consciencias de la Tierra.

A través de Mi Corazón encontrarán el Portal que los dirigirá hacia Dios, para que estén en Él y en perfecta reconciliación.

Es el silencio de Mi Corazón que renueva todas las consciencias, que trae la paz, el amor y la luz para todos los seres que se rinden ante Mí.

He venido aquí para pedirles colaboración, siguiendo los pasos de Mi Santa Madre y de Mi Padre San José, en perfecta Trinidad con el Todopoderoso.

Derramamos nuestras Gracias sobre aquellos que no las merecerían, porque son todos mis seguidores que han permitido esta Gracia mayor y extraordinaria sobre este pueblo del Brasil y más allá de él.

Vean entonces, compañeros, cómo es que trabaja la Consciencia divina donde no tiene límites ni fronteras, donde se abren nuevas puertas para todos los corazones que buscan una oportunidad de redención y conversión.

Les pido, compañeros, no endurezcan el corazón, pues Mi Corazón Todopoderoso les viene a traer la transformación y la paz.

Vuestro Maestro del Amor está moliendo el grano duro, los aspectos más difíciles de las consciencias de este planeta. ¿Qué resultará de todo esto? Si ustedes se dejan moldear por Mi Espíritu, nada malo les pasará.

Yo Soy el Sagrado e Invencible Corazón de Jesús, que viene a unir las consciencias y las naciones, en este Espíritu Universal de la Paz, que viene al mundo para poder rescatarlo de su profunda ilusión e indiferencia.

Yo les traigo, compañeros, el último chance, momentos antes de Mi Glorioso Retorno.

Yo les traigo, compañeros, la posibilidad de amar y de perdonarse a sí mismos y a sus semejantes.

Ya no esperen más, compañeros, amen y perdonen, y así alcanzarán la liberación.

Las dudas y todas las confusiones se disiparán de sus corazones y mentes; porque podrá ingresar Mi Divina Misericordia, que viene a desterrar el viejo ser para que nazca el nuevo hombre, la nueva consciencia, al alma que aún está dormida.

A través de Mi Presencia Yo les traigo la Pacificación.

Les pido que crean en Mi Mensaje, en Mi Nuevo Evangelio que vengo a dictar para los corazones simples; porque si sus corazones viven en la simplicidad, no sufrirán, tendrán fuerza, fuerza interior y fe para superar todas las barreras de esta gran inercia planetaria.

Nuevamente, como hace ya dos mil años atrás, vengo a traerles la Palabra de Dios, la salvación de sus consciencias y de todos los Reinos de este Planeta, que también sufren por ustedes  en este tiempo que cambia.

Quiero de sus vidas un ejemplo verdadero de amor.

Moldeen sus corazones en Mi Corazón. Sentirán la verdad y el alivio que tanto buscan.

No vengo a traerles los milagros de hace dos mil años atrás y de todos los tiempos, que fueron realizados por Mi Consciencia Divina para demostrar al mundo que Yo estoy presente en la Eucaristía, en la eterna comunión que pueden vivir las almas Conmigo.

Dichosos son los que comulgan de Mí, a través del Cuerpo Vivo, de la Preciosa Sangre de vuestro Señor. En este Sacramento está su renovación y la justificación ante el Padre, delante de todos los pecados que comete el mundo sin detenerse.

A través de Mis Llagas, las Llagas de Mis Manos, Yo los vengo a bendecir, y así a revelarles que Soy el mismo Jesús de Nazaret, el Hijo del Dios Vivo que viene al mundo para conducirlo hacia la vida eterna,  para sacarlo de la perdición, de la profunda indiferencia y la falta del amor, de la caridad y de la hermandad.

Primero debe comenzar en ustedes esa gran experiencia de amor, que es interno y no humano.

Debe comenzar primero en ustedes la hermandad y la caridad, el servicio que cura y abre las almas para que encuentren la Fuente del Amor de Dios.

En nuestros Sagrados Corazones están las llaves para su liberación y redención.

Hoy vengo en la quietud del Espíritu y no de la batalla. Vengo a pacificar a las consciencias que deben despertar a Mi Amor Misericordioso y aceptarlo  como una tabla de salvación ante  la Justicia de Dios.

No pierdan esta oportunidad de reencontrar todos los días el Amor de Dios. No pierdan esta Gracia de salir renovados y vivificados en la fe, en la fe que les trae Mi Corazón, con toda Su Gloria.

Oren por el mundo que está agonizando.

Oren por la Madre Tierra que está sufriendo las acciones de sus hijos en la superficie.

Oren por las almas que se están perdiendo, por los olvidados, por los que están perdidos sin poder ver la luz.

Oren por los que están enfermos y los que sufren.

Es la oferta de Mi Corazón de que puedan salir de sí, para ver la verdadera necesidad de estos tiempos.

Oren por los Reinos que se están perdiendo por las manos de los hombres de esta humanidad, que destruyen la Creación de Dios si ningún gramo de consciencia.

Oren por los que, verdaderamente, necesitan encontrar la salida hacia Mi Corazón, la cura de sus consciencias y la redención  de sus espíritus.

Oren por los que padecen la guerra, las consecuencias de la tribulación .

Oren por los continentes y las  naciones, que enfrentan el caos de estos tiempos, generado por la propia humanidad que no mira para Dios sino para sí mismo.

Oren por los que claman por Misericordia.

Por los que sufren el hambre y la enfermedad.

Oren por los que mueren solos.

Por los que no tienen padres ni madres.

Oren por los niños que lloran sin consuelo.

Oren por los animales que son sacrificados y por el perdón que necesitan los hombres, al no ver en ellos, el amor semejante de Dios que se vivifica en cada Reino de la Naturaleza.

Oren por los mares que están contaminados y por los grandes Espejos que son afectados, que traen la armonía a este Planeta y la consciencia humana los lastima, sin saber lo que están haciendo.

Oren por el desequilibrio mundial, por la falta de igualdad en todos los pueblos.

Oren por los que tienen mucho y no dan nada.

Oren por los que no tienen nada y reciben poco, porque ellos están sufriendo la consecuencia de estos tiempos.

Oren por las esencias que se están perdiendo.

Oren por los que ignoran la realidad superior y que no tienen interés de conocerla y pierden su filiación con Dios.

Oren por los que se sumergen en la vida material, por los que son vendidos y traficados, como animales del fin de los tiempos.

Oren por los que no viven la paz en su interior y en el planeta.

Oren por los que no conocen Mi Divina Misericordia.

Salgan de sí por un momento y vean todo así como Yo lo veo, con profunda piedad y compasión.

Oren por los ángeles que están caídos y que son llevados a la perdición, por las fuerzas contrarias a Dios.

Oren por los que no oran por sus Ángeles de la Guarda, que no tienen conocimiento ni consciencia de esa Presencia divina.

Oren por los que no creen que Yo estoy aquí presente, pero Mi Verbo es más profundo que toda falta de fe.

Oren por la Justicia que se aproxima y para que el mundo se corrija y vuelva a ser un pueblo sagrado, la esperanza de una Nueva Humanidad, unida al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Únanse a los arcángeles que están trabajando en toda esta consciencia planetaria, únanse a sus ejércitos celestiales para que la paz no se disipe del planeta.

Sientan el sufrimiento de Mi Corazón, que trae el peso de este mundo que está agonizando.

Oren por Mis Llagas que están doliendo, al ver los horrores de este mundo que se aparta del amor y de la verdad, que no ama a su semejante así como Yo los amo a todos, sin mirar sus pecados, sino sus esencias divinas que aún deben descubrir en esta hora difícil del planeta.

Oren para que su Madre Santísima los pueda seguir ayudando y Ella derrame la Gracia de lo profundo de Su Corazón, sobre todo lo que es imposible y aún no se transforma en esta consciencia humana.

Oren por los que están padeciendo las injusticias de este mundo.

Oren por los que son perseguidos por las religiones.

Oren por los que son verdugos de este mundo y que traen el sufrimiento a las consciencias.

Oren a Mi Sagrado Corazón para que siempre los ilumine y encuentren, por encima de todo, Mi Eterna Paz. 

Oren por aquellos que no Me escuchan y que no abren su corazón a Mi Llamado.

Oren por los que ignoran Mi Presencia y que no se sirven de Mis prodigios.

Oren para que el Reino Celestial se aproxime sobre todo esta Tierra sufrida.

Oren para que el mundo no pierda el amor y este proyecto humano se cumpla con todos los que despierten. 

Este es el Llamado del Gran Maestro, que anuncia al mundo Su Segunda Venida.

Es la Segunda Persona de Dios quien les habla, el Hijo Primogénito del Padre, que encarnó en este mundo y vivió entre ustedes, para darles a conocer la Fuente del Amor y la Unidad Suprema.

Pero, hoy vengo a agradecer con Mi Corazón manso, que esta tarea en Centroamérica se cumplirá.

No saben lo que significa para nuestros Sagrados Corazones que las consciencias se abran para algo que es invisible y que es perpetuo en el Corazón de Dios.

Agradezco por aquellos que han colaborado para que los nuevos apóstoles despierten en Centroamérica, así estoy lanzando Mis redes, para atraer hacia Mí todos los corazones.

Esta es la victoria del fin de los tiempos, de todos los que se unen a su Rey, para llevar adelante el Plan de Dios entre todos los autoconvocados.

Quiero escuchar esa canción que resuena en Mi Corazón, pues es la súplica de vuestro Maestro para todos los que aún no Me han conocido en su interior.

Por toda esta causa, Yo los absuelvo, les doy Mi Paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. 

En todo el Planeta, derramo Mis Rayos  de Misericordia y congrego a las nuevas almas para que se sirvan de Mi Corazón en esta Comunión perfecta con Mi Santísimo Cuerpo y Mi Divina Sangre.

Como hace dos mil años atrás, parto el pan para ustedes y les vuelvo a decir:

"Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que hoy es entregado por muchos, por el sufrimiento de la consciencia humana".

"Les entrego Mi Cáliz y les doy de beber de Mis Dones espirituales, por todos los que derraman su sangre a través de la injusticia humana y que pierden la oportunidad de poder conocerme".

Los mando de dos en dos, como Mis Apóstoles, para que en estos tiempos prediquen Mi Amor y difundan Mi Paz; esto es obra de Mi Misericordia.

"Con todos los Ángeles reunidos y el Poder Celestial que todo gobierna, Yo transubstancio estos elementos, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén"

Gracias por cantarme y por pedir y orar por el mundo.

Vayan en paz y en confianza.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Sumérgete en el océano de la Divina Misericordia para que, al orar, ese manantial que desciende al mundo pueda fluir a través de tu ser y transformar primero toda tu consciencia y, después, el mundo entero.

Sumérgete en consciencia en la existencia de la Divina Misericordia y reconoce que tú eres un milagro de ese Poder Divino; tu despertar es fruto de su acción.

Medita sobre lo que simboliza para ti y para toda la Creación esa Misericordia Sagrada vertida del Corazón de Cristo en la Cruz, emanada por el poder del perdón de Su Sacratísimo Corazón. Medita sobre esta fuente insondable que no da a los hombres lo que merecen; que actúa más allá de la Justicia y que trasciende esa Ley, que también proviene de Dios.

Medita sobre el Perdón de Cristo, que abrió la puerta a un manantial hasta entonces desconocido para el corazón humano. Fue perdonando cada una de Sus Llagas y todos los ultrajes cometidos contra Él que el Señor se elevó más allá de la Justicia Divina y entregó a los hombres Su Amor y Su Piedad, que juntos se convirtieron en la Sagrada y Divina Misericordia.

Tantos siglos pasaron y la humanidad aún ignora ese poderoso manantial; y los corazones no aprendieron aún a ser misericordiosos ni a pedir Misericordia.

Clama, hijo, por Misericordia para los ignorantes y pide la gracia de ser misericordioso como lo fue Aquel que, para ti, es el Camino, la Verdad y la Vida.

Deja que la Misericordia por la cual clamas te convierta en una imitación de Cristo y, así, haz que valga cada gota derramada de Su Sangre; haz que valga cada una de Sus Llagas, Su Cruz y el Amor que lo hizo resurgir después de la muerte.

Demuestra al Universo que el Plan del Creador se cumple en ti y, por los méritos alcanzados por Cristo en la Cruz, vive Su Divina Misericordia.

Aquel que te enseña a ser misericordioso y a clamar por Misericordia,

San José Castísimo

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 33.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE FLORIANÓPOLIS, SANTA CATARINA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Paz para el mundo y fin para la guerra.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Yo vengo a absolverlos en el nombre del Amor y del Perdón, en nombre de la infinita Piedad que existe en el Universo y que se vive en los ángeles y arcángeles, en todos los seres de buena voluntad, que en el Universo y en la Tierra viven el Plan de Dios.

Hoy, Yo vengo como el Rey del Universo, como la Presencia viva de Dios para esta humanidad, aún muy dormida. 

Vengo a despertarlos del sueño de esta vida material para que sus almas se eleven a Mí y, en comunión Conmigo, sigan Mis pasos, que son los pasos que Dios les pide dar en esta hora definitiva de la humanidad, en el principio del ápice de esta transición, que muchos no sabrán enfrentar. 

Por eso he venido aquí, no solo para bendecirlos con Mi Misericordia, sino para unificarlos con Mi Plan y con Mi propuesta de paz para el mundo.

Hoy, quisiera que dejaran a Mis Pies lo que ya no deben vivir, lo que no pertenece a Mis Caminos, ni a Mi Obra. 

Quiero que se transformen en Mí y Yo Me transforme en ustedes, para que sean nuevos cristos; una nueva raza que colonizará a la humanidad cuando surjan los 144 000, que cada día más, se aproximan en el espíritu del despertar y de la misión que son convocados a vivir en este tiempo final.

Sé que muchos de los que hoy están presentes no entienden lo que Yo  digo.

No necesito, compañeros, que Me entiendan, sino que Me vivan, que guarden Mis Palabras en el corazón, porque no son solo palabras.

Mi Verbo es vibración y energía, es principio de manifestación y de toda Ley para este Universo, del cual ustedes forman parte en este sistema solar.

Por eso necesito que abran sus corazones y no sus mentes, porque lo que Yo estoy diciendo hoy, lo dije hace dos mil años atrás, en cada una de la parábolas, en cada uno de los signos, y aún así en Mi Pasión, que fue la señal más visible para todos ustedes, de que Mi Obra aún continúa, en la Victoria de Dios, el Altísimo.

He traído para ustedes a los ángeles de la guarda, para que les puedan prestar un poco más atención, porque ellos les sirven desde sus orígenes y esperan que los puedan percibir. Solo a los ángeles y a nadie más, que se haga parecer a un ángel. 

Su oración los elevará a esa consciencia, a la que Yo necesito que se aproximen, a la Consciencia Ultraterrestre, a la Vida Divina y Universal; porque la humanidad está muy densificada.

Pesan mucho sus acciones, sus sentimientos, pensamientos y las obras que van en contra del Plan de Mi Padre, en contra de la humanidad y de las almas.

Hoy les revelo, a través de Mi Corazón, el Plan de Dios en esta era de la Tierra, en este momento de la humanidad,  en donde cada uno de ustedes, compañeros, debe ser ese principio vivo de Mi Presencia en el mundo; debe ser ese soldado que responde a los comandos y ese apóstol que lleva la palabra de salvación y de verdad.

Para que todo eso sea posible en este momento, compañeros Míos, transfórmense, transfórmense mucho y no teman transformarse.

Ha llegado la hora de que todos ustedes y el mundo se purifiquen, no con temor, sino con valentía, para soltar las amarras del pasado, destituir lo que no es del Plan de Dios y  abrazar la cruz que el Padre les entrega en esta trayectoria evolutiva de la humanidad.

Así, estarán Conmigo viviendo Mis Principios; porque Yo los ayudaré a levantarse del suelo, a elevar sus ojos hacia el Universo para que reconozcan su estrella y así, se unan nuevamente con su Dios.

Adoren al Padre, que sigue ofendido, y ofrezcan una reparación, en este día, por todo el mundo.

Así ustedes, compañeros, recibirán lo que necesitan en la hora cierta y no cuando lo busquen; porque todo tiene un tiempo, dentro y fuera de ustedes.

Hoy les ofrezco Mi Constancia, por cada una de sus almas y por las almas del mundo que aún no Me viven.

Hoy les traigo esta realidad, porque Yo quiero compartirla con ustedes y así ustedes la compartirán Conmigo, en este eterno silencio que hoy promulgo para todos, el silencio que vive en el silencio y que permite descubrir lo que verdaderamente sucede dentro de los corazones.

Abracen este momento como algo único y reconfirmen  sus votos de colaboración con el Plan; ese Plan que hoy no conocen en profundidad, pero que hoy les entrego para que lo puedan seguir en oración y vigilia, en fraternidad y servicio.

Yo necesito que continúen cumpliendo lo que Yo les pedí hace dos mil años.

Las almas están muy perdidas y los corazones se desesperan por no conocer el Amor de Cristo, vuestro Señor.

Si hoy vengo aquí para pedirles estas cosas, es porque en verdad lo pueden hacer, de una forma simple y honesta, sin tantos conceptos, ni formas. Porque en verdad les digo, compañeros, todo nace del corazón, y es el corazón de cada alma  que rige las cosas, y es el que ayuda a que todo se cumpla, bajo la Voluntad de Adonai.

Como les dije en el día de ayer, compañeros, en los más jóvenes debe despertar el discipulado, el discipulado de Cristo, quien guiará sus vidas y los conducirá por el camino correcto de la redención.

Estén despiertos a lo que les digo y no pierdan ni una palabra, porque no podré volver a repetirla.

Digo todo esto antes de que todo suceda, pues ha llegado la hora de que los corazones se conviertan por el fuego de la oración y por el principio de la paz; y que todos sean más hermanos, unidos en una gran familia espiritual regida por Cristo, para esta Obra Redentora del fin de los tiempos.

Esta región y esta ciudad deben ser la cuna de las nuevas cosas, de los patrones elevados de conducta, de fraternidad y de hermandad.

Los jóvenes deben conocer Mi energía crística para que puedan redimirse. Y así como lo hizo Juan, el apóstol, puedan seguir Mis Pasos hasta el monte de la Cruz, en donde Yo compartiré lo que espero compartir con todos, en esta hora del planeta.

Yo vengo a curar en ustedes lo que aún no está cicatrizado, vengo a sanar sus heridas.

A través de Mis Llagas, Yo los purifico; a través de Mi Sangre, Yo los consagro; y a través de Mi Cuerpo, Yo los glorifico en el nombre de Mi Padre, para que al fin se cumpla la Nueva Humanidad.

Recemos:

(Padre Nuestro en arameo).

Y hoy lavarán sus pies, como Yo se los lavé a los apóstoles, que en ese momento no comprendieron la humildad del Maestro de la Luz.

Porque en la humillación y en la renuncia de los que lavan los pies a sus hermanos, se encuentra la existencia del amor y de la vida, que los unifica con el Universo y así, todo es renovado, como Yo lo renové en la Cruz por ustedes y por el mundo. 

Así quiero que lo hagan siempre y que lo vivan todo el tiempo que puedan.

Porque quien se lava los pies, lava su pasado, cicatriza sus heridas y reenciende su alma en la Luz de Dios, expulsando lo impuro, exorcizando todo lo que no es de la Luz, bajo la Energía Crística de Jesús.

Canción: Por las Llagas de Jesús...

A través de Mi Sagrado y Glorificado Corazón, compañeros, Yo les entrego Mi Bondad y Mi Gracia y los hago participar de Mi Espíritu, en esta Comunión perfecta con Mi Padre Eterno. 

Así, Yo los bendigo, los renuevo, los curo y los elevo cerca de Mi Corazón, para que estén entre Mis Brazos y sigan sintiendo la confianza que, desde el principio, todo estuvo bien.

En el nombre de la Luz, les agradezco y los bendigo bajo la señal luminosa de la Cruz Redentora de Vuestro Rey. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Ahora, puedo irme en paz de este lugar, porque sé que Me han escuchado en este momento y en otros tiempos, ¡Mis amados apóstoles en redención!

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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