Queridos hijos:
Hoy, vengo con la intención primordial de realizar la misión peregrina a Asia y Oceanía; porque si esto sucede en esa región del mundo, muchas situaciones serán evitadas y otras reparadas.
Necesito que cada ser orante se vuelva consciente de que cada paso, que desde ahora será dado, ayudará a construir la próxima etapa de trabajo espiritual e interno en la humanidad.
Como Madre y Guía de las almas, necesito, queridos hijos, que los pasos que Yo les pido que den en este momento para que esa misión se concrete no sean solo materiales, sino también internos y espirituales.
Eso facilitará que el propio universo interior de cada ser esté preparado para asumir esa próxima misión con otro estado de consideración y de consciencia; porque lo más importante, hijos, es lo que comenzará a generarse y a gestarse desde ahora. Más adelante, las condiciones internas, espirituales y materiales, repercutirán ampliamente para que todo se realice, así como está previsto por el Padre Celestial.
Vivir una misión en Oriente no es lo mismo que vivir una misión en Occidente. A pesar de que la humanidad es la misma biológicamente, otras necesidades, carencias y urgencias deberán ser suplidas desde el momento en que Mis misioneros coloquen sus pies en esa región del planeta. Por eso, vuelvo a repetirles, Mis amados, que todo lo que hagan repercutirá en el futuro para que la misión se pueda realizar.
Su Madre Celeste no habla de ser autoritario o severo, su Madre les habla de la importancia de colocar más amor y consciencia en todo lo que los rodea diariamente. Corrigiendo esto, se construirá la nueva misión y las puertas a la Divina Providencia estarán abiertas. Así, todo se llevará adelante bajo la ardiente aspiración de Mi Inmaculado y Materno Corazón.
Desde ahora, les agradeceré que estén atentos a ustedes mismos para que se pueda construir una nueva misión victoriosa y plena en el Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz