Venerdì, 12 Aprile 2013
¡Salve Cristo!
Queridos hijos de Lavras y Minas Gerais:
Con alegría infinita, Mi Corazón materno abre nuevamente las puertas del Cielo para derramarles las Gracias en sus corazones.
Mi Corazón Inmaculado recorre el mundo para despertar a tiempo a todos los hijos de Dios que deberán corresponder al llamado mayor del Cielo.
Hijos Míos, hoy estoy presente en Lavras, como lo he estado durante estos días en Recife, Olinda, Teresópolis y Rio de Janeiro para pedirles, una vez más, que ingresen al universo del Amor de Dios, porque sin amor el mundo no se podrá curar.
El Amor del Padre les hará encontrar el camino perfecto y armonioso que sus almas tanto buscan.
Vivan en el Amor de Cristo, porque en el Amor de Mi Hijo alcanzarán la redención de sus faltas y recibirán la Misericordia y el perdón que sus corazones necesitan.
Queridos hijos, busquen permanecer en la Fuente del Amor, en el Reino de Amor del Padre y de esa manera eleven, a través de la oración, a los que necesitan de ese Amor curador de Dios.
Que, en Cristo Jesús, caminen por el sendero del Amor, Amor Crístico que muchos en este tiempo están perdiendo por la acción del falso amor, que engaña y confunde a los corazones con el verdadero camino del Amor de Dios.
El Amor del Padre debe ser su única elección y el arte que despierta la oración permitirá hacerlos encontrar con la Fuente del Amor.
Si intentan vivir en el camino del Amor, podrán amorosamente vivir en el Reino de la Paz y el Padre será adorado con amor por todos Sus hijos en el universo.
Queridos Míos, ingresen a tiempo a la escuela del Amor que les despierta el acto verdadero de la oración del corazón, porque la oración los llevará a encontrar siempre el Amor único por todo lo que fue creado por Dios y así sus almas estarán en el regocijo perpetuo del Amor universal.
Si se deciden, a partir de ahora, a aprender a amar a Dios, ustedes iniciarán el camino de la vivencia del Amor de Dios a través de todas las experiencias de la vida.
Como Madre del Amor de Dios, quiero que este Amor se geste de manera verdadera en el corazón de las familias, en las tareas que Dios les encomienda día a día y, principalmente, en cada una de sus consciencias.
La falta de amor es lo que ha borrado del corazón de los hombres la caridad y la paz. El amor los llevará a encontrar la paz, más aún si ustedes viven en el Amor que el Sagrado Corazón de Jesús les derrama para cada momento de sus vidas.
La ausencia de amor ha dejado ciego a muchos corazones, porque ellos se han olvidado de amar en el Amor de Dios y han pasado a actuar en el amor personal.
Que la semilla del Amor de Cristo, que deberá gestarse en sus corazones, les permita reconocer el gran Amor infinito que el Padre tiene por cada hijo Mío.
Caminen juntos hacia el encuentro del Amor que cura y que sana las heridas profundas, porque será el Amor de Jesús que los llevará a Dios y Dios les revelará, en el silencio, los dones preciosos de Su santa Voluntad.
Por eso, queridos hijos, ¿qué esperan para renovarse en el Amor de Dios?
Vayan con alegría y difundan el poder del Amor de Dios en ustedes y demuestren a todos qué grande es la Misericordia de Dios, que todo lo puede hacer en cada pequeña alma de este mundo.
Queridos hijos, si ejercitan el Amor de Cristo día a día, como Mi Hijo les ha dicho, ustedes verán la verdad y el camino que el Padre con tanto amor ha diseñado para cada uno de Sus hijos.
Pequeños hijos, sean partícipes del Amor que el Espíritu Santo les provee a las almas que se disponen a vivir el amor del espíritu. La oración es el sendero para vivir el amor del espíritu, amor fraterno que une lo que está separado y construye lo nuevo a través del amor y la unidad en cada ser.
La mayor dolencia de la humanidad es la falta del Amor de Dios, porque se olvida fácilmente que el Amor del Padre está en todas las cosas. Vean el poder y la manifestación del Amor de Dios en los Reinos, ¡qué verdadero encuentro de amor pueden vivir, queridos hijos, con una planta, un perro o también con una gran floresta!
¿Han percibido que en cada Reino existe el Amor de Dios? Abran los ojos y vean como los Reinos sufren, porque ellos no reciben el amor de sus semejantes hermanos. El mundo sufre por la falta del amor fraterno entre los Reinos y los hombres.
¿Qué han hecho Mis hijos, que se olvidaron de amar a un Reino hermano?
¿Dónde está el amor infinito por lo que Dios les ha entregado a través de cada uno de los Reinos?
Por eso, queridos hijos, muchos de Mis soldados marianos se están dedicando con amor a la reparación y a la cura espiritual de cada uno de los Reinos, porque si los Reinos son ultrajados, también Dios está siendo herido por Sus propios hijos.
Yo los llamo a despertar el amor en la consciencia. Es tiempo de ordenar, a través del amor, todo lo que debe ser ordenado.
Bendigo con el amor universal a toda la obra magnífica que tan pocos hijos Míos donan por la salvación de los Reinos aquí, en Lavras.
Recuerden que Mi Hijo nació en un pesebre y que, desde ese pesebre en Belén, los Reinos junto a Mi Hijo intercedieron una vez más por la salvación del mundo.
Recuerden que el burro que llevo a María, que guardaba en Su vientre al Hijo de Dios, la sirvió en el amor por el Plan del Padre.
Recuerden que las aguas del Jordán intercedieron como Reino por la purificación de las consciencias y por la redención de las almas, porque en el agua se derramó el Espíritu de Dios.
Queridos hijos, vean qué magnífico es el Amor del Padre, el que ustedes desconocen, pero ahora están a tiempo de retornar a la Fuente del Amor.
Vayan en Paz. Vayan en Cristo y a partir de ahora sean transmisores del Amor de Dios en sus corazones.
Que el Amor del Padre, el Amor del Hijo y el Amor del Espíritu Santo vivan eternamente en ustedes.
¡Les agradezco a Mis hijos de Lavras por haberme recibido con tanto amor!
Los bendice en el santo Amor de Jesús,
María, Madre y Reina de la Paz