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Sientan en sus corazones la angustia del Corazón de Dios, no por la purificación de las naciones, sino por la indiferencia de los hombres ante un tiempo de transición, momento en el cual los corazones deberían estar despiertos, conscientes y dispuestos al Amor.
Muchos creen que no son indiferentes ante la situación del planeta, porque sienten que hacen mínimamente su propia parte; pero, en estos tiempos definitivos, hijos, ser indiferente es vivir y sentir la vida como siempre, como si la transición y la definición de la Tierra fueran algo para el futuro, para otros, para los que hoy son pequeños niños y que en su vida adulta vivirán la transición del planeta.
Ser indiferente, en este tiempo, es no querer ver que la purificación del planeta ya comenzó, que está sobre la Tierra y sobre la consciencia humana, esta que, poco a poco y sin percibirlo, es absorbida por el caos.
Ser indiferente es darse permisos para no cumplir y no vivir aquello que ya saben que les corresponde.
Ser indiferente, en este tiempo, es permitir que la propia consciencia salga de la Ley de la Jerarquía, de la Ley del Amor y de la Unidad, de la Ley de la Obediencia, pensando que al transgredirlas no se generarán ningún mal.
Ser indiferente, en este tiempo, es no vigilarse rigurosamente para no permitir que la propia consciencia se adentre en la impulsividad humana y caiga en las mismas pruebas de siempre, como si eso fuera algo natural.
Ser indiferente, en este tiempo, es recibir todos los días las palabras y las instrucciones divinas y no escucharlas con atención, no meditar en ellas y no saber que, en tiempos de emergencia, el mismo Dios es quien los instruye con detalles y precisión para que no pierdan el camino.
Ser indiferente en este tiempo, hijos, es no querer ver que esta batalla no es humana o social, sino espiritual y definitiva, una batalla que comenzó en el Universo y que en este momento viene para definir el destino de la Creación Divina.
Escuchen Mis palabras y extirpen de sus corazones su propia indiferencia.
Tienen Mi bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ora no solo en un momento de urgencia y de agonía; ora por una nueva vida, ora por el despertar de tu corazón y de tu consciencia a un nuevo tiempo, a una realidad superior.
Ora por todas las naciones, ora por los continentes y por los mares, porque llegó el momento de la gran prueba de la Tierra y la humanidad no puede estar indiferente delante de lo que sucede en el planeta.
Ora para traer la paz, ora para saber discernir y para que la sabiduría impregne tu espíritu, tu mente y tu corazón, retirando de tu consciencia las potestades del miedo y de la inseguridad.
Encuentra tu refugio en Dios, hijo, contemplando la grandeza de Su Plan para los corazones de los hombres, y ora para que este Plan, que es perfecto, descienda sobre la Tierra y sobre la consciencia humana.
Ora para que los corazones conozcan el amor y que sea el propio amor que los impulse a la unidad y a la transformación. Ora para que haya paz y se disipe la ignorancia de los hombres. Ora también por los que despertarán tarde y precisarán de una oportunidad para vivir la propia redención.
Ora para que en los corazones de los hombres siempre haya piedad y humildad, para que sepan perdonar y reconciliarse con el prójimo y con Dios.
Ora sin cesar y sin cansancio; ora porque esta es la herramienta para estos tiempos, que abre las puertas para que descienda sobre ti y sobre el mundo todas las virtudes que sustentarán la Tierra.
Ora y no te canses de orar.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
La irradiación de ciertos Espejos puede alterar o modificar rápidamente la composición orgánica y espiritual del ser humano.
Eso se debe a que los Espejos, que son grandes usinas que revierten procesos de resistencia o de estancamiento espiritual, movilizan situaciones planetarias o personales y también trabajan en las consciencias grupales.
Así es que los Espejos actúan en varios niveles de consciencia, llevando al ser humano a tomar contacto con voltajes más elevados de vibración y de armonía.
Por esa razón, los Espejos son reconocidos como transmisores de información divina, y al mismo tiempo, generan la elevación de la vibración de ciertas regiones o situaciones del planeta.
Los Espejos son portadores de códigos lumínicos e impulsan el acceso a estados de consciencia cada vez más elevados.
Los Espejos son capaces de contener una situación de riesgo o de emergencia a nivel espiritual.
Los Espejos conectan al ser humano con vibraciones de luz y de amor mayores.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Escucha al Corazón de Dios que palpita en el silencio de cada corazón humano. En oración, une tu espíritu al Espíritu del Padre y crece en virtud, en gratitud y en amor, porque el mundo lo necesita.
Ha llegado el momento de que el planeta también se adentre en su agonía, así como tú, hijo, en lo profundo de tu ser, puedes sentir la agonía que precede a una gran entrega y al triunfo y la renovación del Amor de Dios.
Escucha en tu interior al Corazón de Dios, porque en este ciclo que comienza, solo Él podrá guiarte en tus acciones, pensamientos y sentimientos; solo con tu espíritu unido al Suyo, sabrás discernir para dar pasos seguros y sin temor.
Escucha la Voz de Dios en tu interior, inconfundible, impasible, transmitiéndole quietud a tu alma y fortaleza a tu corazón.
La agonía del planeta está comenzando y, así como tú fuiste y eres probado en las tentaciones del mundo para perseverar en tu entrega a Dios, también las naciones y sus pueblos serán probados y una a una se confirmarán en su entrega y unión al Padre, para que sean la cuna de una Nueva Vida.
Tú deberás orar y unir tu corazón al Corazón de Dios, prestando el mayor y más grandioso servicio que es mantener abierta la puerta de la consciencia humana al Corazón del Padre, para que los hombres no pierdan el vínculo con Su Creador.
No temas, ni te entristezcas, solo mantén tu corazón en Dios. Tú conoces la Cruz del Señor y sabes que, después del sacrificio, de la humillación y de la entrega, llega la renovación del amor. Por eso, concentra tu corazón tornando verdadera tu oferta y que, cada segundo de tu vida en este mundo sea para la renovación del Amor de Dios, sea un ladrillo que colocas en la Tierra para construir la Nueva Vida.
Tienes Mi bendición para ello.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
El Corazón de Dios está por encima del caos y más allá de toda dualidad humana y universal.
Tu Padre, hijo, te llama a transformar las leyes de la Tierra que son frutos de la degeneración humana; te llama a transformar lo que para muchos es la condición natural de los hombres. No creas que la condición actual es imposible de transformar. Cree en el misterio del Corazón de Dios que está más allá de todo lo que los hombres conocen y expresan.
Mira al Hijo Primogénito de tu Padre Creador: Él jamás debe ser una excepción para ti. Él es la punta de una lanza de la cual tú formas parte; una lanza que rompe las estructuras del viejo hombre y establece una nueva vida, vida que expresa la verdadera esencia de la creación humana. Cristo es la punta de la lanza y Su Padre y Señor, la mano que la sustenta y dirige para que su meta sea exacta y su camino correcto.
Siente a tu corazón como parte de ese Plan, parte de esa divina lanza en las Manos de Dios, la que deberá ser fuerte y precisa para romper las estructuras de un viejo ser. Ante todo, siente que esa lanza traspasa y atraviesa tu propio corazón, tu alma y tu espíritu y, transformando todo lo que eres, te hace parte de la instauración de lo nuevo.
Persevera, hijo Mío, y no temas.
Deja que todo se quiebre y se transforme dentro de ti. Ofrécele tu corazón a Dios como la primera parte a ser transformada de esta consciencia humana. Que tu redención sea el primer símbolo del triunfo de Dios en este mundo.
No temas, pero sé firme. Deja que Dios envíe esta lanza a su meta y, con un Amor que está más allá de toda comprensión humana, Él transforme este mundo.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
¿Hijo, no ves que el mundo agoniza?
De las entrañas de la Tierra son expurgados los males que le ocasionan heridas profundas y espirituales. De las entrañas de los hombres son expurgados los males milenarios, frutos de una historia construida con base en errores y desvíos, en decisiones sin Dios, en corazones sin amor.
Como tu Señor en el huerto Getsemaní, cierra tus ojos y observa el mundo; ve cómo el planeta agoniza y la consciencia de los hombres se estremece sin percibirlo. No conocen la razón de sus males y catalogan nuevas enfermedades para darle nombre a una vida vacía de Dios o plena de una profunda ignorancia.
Como tu Señor en el huerto Getsemaní, observa la vida sobre la Tierra y ve, hijo, como solo un gran Amor podrá curar a este mundo.
El Amor es esa potencia desconocida y oculta que hizo que el propio Dios se multiplicara y se espejara en Sus criaturas para que ese Amor se tornara vivo y se renovara, de tiempo en tiempo, en un Amor Mayor.
El Amor crece cuando el corazón se aparta de la ignorancia y se adentra en la Verdad. El Amor se multiplica cuando el ser no solo conoce la Verdad, sino que la vive, expresando su sabiduría por medio de acciones de amor.
El camino hacia la Verdad es la oración, la que los coloca en dimensiones internas, que están más allá de toda la ignorancia. Por eso, ora y clámale al Padre por Su presencia. Elévate hacia Su Corazón y desde adentro del Corazón de Dios observa el mundo y la vida, así como lo hizo Su Hijo en el Huerto Getsemaní.
Ve que no hay límite para el Amor, porque él es infinitamente necesario en la Tierra y mucho más allá de ella.
Ora, hijo, y encuentra una causa mayor para tu propia vida. Encuentra la causa de Cristo, la causa de Dios, el sentido de tu existencia que se guarda en la necesidad que tiene la vida de una constante renovación en el Amor de Dios.
Observa cómo en el silencio de tu corazón puedes servir y en la sinceridad de tu espíritu puedes traspasar fronteras. Sin una vida espiritual verdadera y profunda nada tendrá sentido. Esta es la gran sed del mundo; esta es la sed de Cristo; esta es la Sed de Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
En donde hay vida, allí habita el Corazón de Dios, esperando manifestarse y expresarse en el interior de los seres.
En donde hay vida, allí habita el Corazón de Dios; a veces silencioso y humilde, oculto, secreto, solo observando y esperando que la mirada tan distraída de los seres se vuelva hacia su propio interior y lo encuentre.
Ve, hijo, dentro de ti, más allá de todo lo que ya conoces de tu propio ser. Traspasa las capas del cuerpo, de la mente, de la consciencia, del subconsciente y deja atrás todo lo que la ciencia espiritual y humana te enseñó hasta hoy.
Llega a aquello que está oculto, que es desconocido y cuya presencia nunca fue verdaderamente develada, sino solo en Aquel que abrió el camino a la Unidad con Dios. El Padre solo se expresó con perfección en Su Hijo, porque la misión de Cristo fue revelarle al hombre el verdadero propósito de su existencia.
Hijo, Cristo no vino al mundo para decir: "Yo Soy un ejemplo para ti". Él te dijo: "Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida".
Si Él es el Camino, coloca tus pies en esta senda. Si Él es la Verdad, cruza el umbral entre la ilusión y lo que es real y entra en Cristo para encontrar la Verdad. Si Él es la Vida, apártate de la muerte y encuentra en Él lo que verdaderamente significa vivir.
Dios envió a Su Hijo al mundo para ser un Espejo para la humanidad y para que, ante Él, los hombres pudieran descubrir cuál es el verdadero sentido de la vida, cuál es el propósito de la existencia, qué es el Camino, la Verdad y la Vida, tanto en la Tierra como en el Cielo.
Adéntrate en ese misterio que está dentro de ti, pero que se oculta de ti mismo. Cumple con la Voluntad y con la Obra de Dios en su manifestación sobre la Tierra; pero, por encima de todo, busca el cumplimiento de la Voluntad y de la Obra Divina en tu interior.
Adéntrate en este Camino, encuentra esta Verdad y vive esa Vida que Dios pensó para Sus criaturas desde el principio.
Tienes Mi bendición para eso.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Lo que se revelaba al mundo a través de parábolas y profecías, hoy se revela a través de conocimientos cósmicos y de la sabiduría que Dios manifiesta en la voz de Sus Mensajeros.
Para que Su Hijo estableciera un nuevo ciclo y anunciara la venida del Reino Celestial y la nueva y eterna Alianza con el Padre Creador, el Señor hacía resonar Sus enseñanzas en la Voz de Jesús, a través de parábolas y profecías, porque esa era la forma como la humanidad podía escucharlo en aquel tiempo.
Hoy, hijos, Dios los prepara para el establecimiento de un nuevo ciclo, de un nuevo tiempo; prepara la consolidación de la Alianza con Él. Este es el ciclo de la definición, y solo permanecerán sobre la Tierra y en los mundos escogidos por Dios, aquellos que hayan cruzado la puerta de la redención. Cuando todo se haya definido, Su Alianza ya no será con unos pocos, será con todos.
Aquellos que no puedan dar los pasos necesarios en este ciclo, cruzarán los umbrales hacia una nueva vida que corresponda a sus elecciones y aprenderán, una y otra vez, del sacrificio y de la renuncia, hasta que se abran para aprender con el amor.
Estas nuevas escuelas no serán un castigo de Dios para hacer sufrir a sus hijos; ellas serán fruto de la Gracia del Padre, por los méritos generados por los que dijeron "sí" para que otros tengan una oportunidad de recomenzar. No habrá castigo eterno, sino eternas posibilidades de recomenzar, hasta que todas las criaturas, donde quiera que estén, vivan la redención y den sus pasos en el camino evolutivo.
Sé que todo esto es muy misterioso y que poco pueden comprender de algo que no conocen y que no viven.
Hoy lo que Yo les digo no es para ser comprendido, sino para ser guardado en el corazón y depositado en la consciencia, porque llegará el tiempo en el que los caminos se dividirán delante de sus ojos y dos puertas les serán ofrecidas para cruzar: la puerta estrecha del amor y de la entrega, y la puerta amplia del recomienzo de la evolución de los seres.
Para saber elegir, ustedes deberán conocer las decisiones que toman. Por eso, preparo a sus seres porque ninguno de esos caminos será fácil y simple, pero solo uno de ellos colmará sus corazones y reparará a la Consciencia Divina, llevando al propio Dios a la renovación del Amor.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
En lo profundo de tu cuerpo, en el centro de tus átomos, yace una luz oculta y silenciosa. Es el Espíritu de la Vida, es el Soplo de Dios, que habita en ti y que es la verdadera composición de tu ser.
Eres parte viva del Espíritu de Dios. Así, el Padre, omnipresente, habita en la esencia de tu ser. Así, Su Espíritu que todo lo abarca, habita en todo lo que es vida.
Permite a tu consciencia penetrar los misterios acerca de sí misma y descubrir a través del amor, de la sabiduría y de la humildad, la materia pura y plena de la Gloria de Dios, que se esconde en tu ser.
La glorificación del cuerpo es el despertar de la Verdad en lo más íntimo de la composición de la materia humana. La Gloria de Dios está en Sus hijos desde el principio de la Creación, pero así como Su Presencia se mantiene silenciosa en la esencia de los seres, Su Gloria y Su Espíritu también se silencian en lo más íntimo de la materia humana.
Cuando el ser alcanza la plena unidad con el Padre y le da espacio y permiso para que Él se manifieste en su cuerpo, la Gloria de Dios comienza a despertar en sus átomos físicos y materiales.
Todos los seres, así como toda la vida, son partes de Dios, desmembrados de la Creación y manifestados en criaturas aparentemente individuales.
Hoy te revelo un misterio: todo es parte de Dios. Todo es proyección y partícula divina. Pero el Creador se expresa en los que despiertan. Su Espíritu habla y vive a través de los humildes que reconocen su ignorancia y no limitan la Grandeza de Dios que aún es tan desconocida e incomprensible para la mente humana.
Medita en la vida que está en ti, en la vida que eres, parte de Dios, parte de Su Espíritu y de a poco deja que se manifieste Su Gloria en tu ser para que comprendas que resucitar no es morir en el cuerpo y volver a la vida; resucitar es morir a la ignorancia y a la ilusión y descubrir la Verdad dentro de sí.
Hubo aquellos que murieron en el cuerpo y no encontraron la glorificación en Dios y hubo unos pocos, desconocidos por los hombres, que murieron a su ignorancia y dejaron que Dios les mostrara Su Verdad, viviendo, sin comprender, la gloria y la magnitud del Espíritu del Creador.
Este es el tiempo de que surja no solo un ser glorificado, sino una raza glorificada que, muriendo a la ilusión de un falso tiempo y de una falsa vida, resucite a la Verdad destituyendo la vida retrógrada de la superficie de la Tierra y abriendo el camino para que el Reino de Dios habite aquí.
Vive en Cristo para que Él te conduzca hacia Su Gloria y te glorifique en Él, despertando, en todo lo que eres, la presencia viva del Espíritu Santo de Dios.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Del más profundo Amor del Corazón de Dios provienen los hombres. La humanidad es la revelación del Amor del Padre y, a lo largo de los siglos, Él se los recuerda, a través de las diferentes expresiones de Su Presencia.
Dios les recordó Su Amor a través de los patriarcas y de los profetas, mediante el Soplo de Su Espíritu, de Su Perdón y de Su Reconciliación con la consciencia humana, a través de Abraham y de Moisés.
Dios les recordó Su Amor a través de Buda, quien comprendió que la humanidad era la expresión del más profundo Amor del Padre y despertó en sí la compasión, como un símbolo, de la forma más elevada que podía alcanzar para imitar ese Amor en aquel tiempo.
Buda buscaba, en la verdadera expresión de la consciencia humana, el objeto del Amor de Dios; y buscando esta Verdad se encontró, no sólo a sí mismo, sino con la propia Consciencia Divina. Cuando conoció la verdad sobre sí, Buda encontró, dentro de sí mismo, a Dios.
La revelación máxima de Dios fue a través de Jesús, cuando el Padre no solo amó a la humanidad, sino que experimentó la humanidad y vivió la condición humana. Dios se manifestó en plenitud, despertando así la plenitud del hombre y revelando Su semejanza con él. Jesús es la manifestación de la semejanza entre Dios y los hombres. Él es la nueva y eterna Alianza, la Revelación del propio Dios.
La semejanza con Dios es el Amor revelado en Cristo. Cristo es la Alianza hecha Vida. Dios pleno, creando al Hombre pleno y, todo eso, solo es posible a través del Amor.
A partir de ese momento la revelación fue hecha, la Verdad fue develada y solo necesita que la consciencia humana la recuerde y la profundice.
Dios, entonces, le recordó Su Amor a Mahoma para que él le recordara ese Amor a los hombres que se perdían en su época. Y así, a lo largo de toda la evolución humana, el Padre viene recordándole Su Amor a Sus hijos.
Lo que llamamos revelaciones en estos tiempos es la profundización de la revelación primera de Dios en Jesús. Hijo, la verdad es única y hoy ella llega nuevamente a los hombres, porque ha llegado el momento de profundizar aún más, no sólo en su comprensión sobre ella, sino en la experiencia y en la vivencia de ella. Porque en estos tiempos el Padre aspira a retirar los velos de sus ojos y de sus corazones para que, conociéndose a sí mismos, ustedes reconozcan a Dios en su interior.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Abre tu corazón y tu mente para percibir las señales crísticas que Yo podría depositar en alguno de los Míos, a fin de salvaguardar físicamente el Proyecto Redentor de la humanidad.
Ábrete al misterio de lo Divino y de lo Superior para que en tu mundo interno se prepare el templo central del corazón, para poder acoger nuevas leyes y nuevos principios de vida.
Dentro del contexto de la situación mundial, el Universo Celestial llevará adelante algunos movimientos, a fin de proteger y de amparar lo que está previsto concretarse a través de los siervos que Yo he convocado para esta sagrada tarea.
Por eso, abre tu consciencia, aunque todavía no sepas ni comprendas lo que sucederá y lo que tengo previsto para cada ser.
Lo más importante es que se establezca la Voluntad de Dios y que esa Voluntad se realice en donde fue previsto concretarse y manifestarse.
Un lugar en donde deberá realizarse es en tu consciencia, porque ya está previsto y está escrito lo que deberás atravesar y vivenciar en honor a Mi Divina Persona, en honra a Mi Sagrado Corazón.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Quien sea verdadero de corazón y no quiera nada para sí mismo, ese estará Conmigo hasta el fin de los tiempos.
Quien no cambie regularmente de ideas y sea leal con sus hermanos, ese estará Conmigo hasta el fin de los tiempos.
Por esa razón, Yo necesito su confirmación para que el Plan de Redención continúe desarrollándose en la consciencia de la humanidad.
Participa de Mi Espíritu de lealtad y de amor para con tus semejantes, así como Yo Soy con cada uno de ellos.
Recibe este impulso para alcanzar el espíritu de la lealtad, para que las viejas costumbres del ayer no influyan en la sana relación de amor y de hermandad que deberá despertar entre los espíritus servidores de Mi Palabra y de Mi Mensaje.
Anímate en este tiempo a trascender los límites de la consciencia y a colocar al planeta en el lugar que le corresponde.
Que el motivo sea el amor renovador.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Si no puedes adentrarte en los desiertos de la Tierra como lo hacían los Padres de otrora para curar sus pecados y convertir su profunda condición humana, adentra, hijo, en el desierto de tu corazón.
En estos tiempos finales, las cosas del mundo son como imanes que atraen constantemente tu consciencia hacia el más profundo abismo de la oscuridad y de la perdición. Pero tú, como hijo de Dios, consciente de Su Presencia en tu interior, puedes optar por no seguir las tendencias de la Tierra y adentrarte en el desierto de tu corazón para que, solo y en soledad, encuentres a Dios.
Dialoga con el Padre todos los días y siente Su proximidad divina cerca de tu corazón. No dejes que te consuman las cosas del mundo y que te hagan olvidar o colocar en segundo plano aquello que es el verdadero sentido de tu existencia.
No te olvides de contemplar el Universo en tu corazón, así como el Infinito, y de reconocer, una y otra vez, tu pequeñez. El corazón que se reconoce pequeño y es agradecido con Dios, con su simplicidad abre las puertas al Cielo, a las dimensiones divinas, a la realidad superior en donde la verdad se revela.
Deja que tus oraciones se tornen cada vez más profundas y sinceras. Cruza el umbral entre ser un hijo y un compañero de Dios, parte Suya viva, renovándose en Su Creación para retornar al Todo con un Amor mayor.
Que el Propósito Divino siempre esté visible para los ojos de tu corazón, para que jamás pierdas las oportunidades de amar, de perdonar, de comprender al prójimo y de encontrar a Dios.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Padre, en el desierto de los corazones de los hombres, construye Tu Templo. Encuentra, entre las arenas frágiles y susceptibles al viento, la roca de la consolidación de la unión entre Tu Amor y la consciencia humana.
En medio de las distracciones del mundo y del ruido sin fin que causan los hombres para no escuchar Tus advertencias, recibe, ¡Oh, Señor!, el grito que se emite en el silencio de un corazón sincero.
Tus hijos muchas veces no tienen fuerzas para elevar su verbo y alzar su voz, pero en lo profundo de su interior, en donde Tu Cosmos encuentra al microcosmos del corazón humano, allí se eleva, en el silencio, el clamor de las almas que Te buscan.
Tú, que escuchas al que grita en el silencio, recibe las plegarias de los que están débiles y hazlos fuertes en Ti, para que puedan erguirse en Tu Nombre.
A los que reconozcan su nada y se encuentren postrados en su pequeñez, Tú, Señor, los erguirás, porque Te dieron espacio y permiso para que en ellos no habite ningún poder humano, solo el Poder que viene de Ti.
Arranca, de las entrañas de los que Te claman, su condición humana más retrógrada y convierte el pecado que vive en sus células en Pureza Original.
Demuestra Tu Gracia a través de los humildes y que, en ellos, los soberbios encuentren inspiración y se rindan a Ti.
Que aprendan a quebrarse los que están llenos de sí. Que aprendan a entregarse al Señor y verán surgir del polvo el Espíritu, y del Espíritu, la Nueva Vida.
Que así sea.
San José Castísimo
Queridos hijos:
Los Tres Sagrados Corazones, como nunca antes, estamos trabajando dentro de la humanidad y de su consciencia profunda, a fin de que algunos principios espirituales se mantengan intactos y protegidos.
For this reason, more than ever, the Spiritual Hierarchy makes all the necessary efforts to prevent human ignorance itself and the inordinate use of power on Earth from spiritually creating those degenerative conditions that will open the door to decadence and the risks that humanity, with no consciousness, will choose as its destiny.
Paulo Roberto Migray, [24 de fev de 2023 11:15:38]:
Ok, gracias
Es así que, silenciosamente, como hace más de dos mil años, cuando esta raza se encontraba a las puertas de su gran autodestrucción, fue allí que los Sagrados Corazones se reunieron para llevar adelante esa misión compleja de volver a colocar a la consciencia de la humanidad en el lugar que le corresponde.
En este tiempo se vuelve a llevar adelante una misión espiritual semejante a la anterior, solo que esta vez no es solo compleja, sino también difícil, ya que la consciencia humana aprendió a destruirse a sí misma, así como también aprendió cómo deshacerse de su propia vida y trasgredir su sociedad, su cultura y su fe.
A las puertas del Apocalipsis los Sagrados Corazones articulan estrategias amplias, a fin de que la mayoría pueda despertar del sueño y de la ilusión en la cual se colocó.
Estamos ante el desafío de los últimos tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Esperen con amor las Palabras que Dios les pronuncia a sus corazones a través de Sus Mensajeros.
Así como Él les habló a los profetas y a los patriarcas que dejaron para el mundo las bases de la vida espiritual, hoy el Creador renueva Sus enseñanzas y trae nuevas Revelaciones para el mundo; porque, desde los patriarcas hasta ahora, el propio Dios se renovó a sí mismo y vivió Revelaciones que provenían del despertar y de la evolución humana.
Aún con sus imperfecciones y limitaciones, los patriarcas y los profetas de otrora reconocían la Presencia de Dios y respetaban el eco de Su Voz que se pronunciaba a los pueblos y que era seguida por ellos.
Hoy la Voz de Dios hace eco en el desierto de la consciencia humana, porque la indiferencia se apoderó de los corazones y pocos son los que saben reconocer la Voz de Dios y seguirla.
Para escuchar a Dios hoy, deben permitir que el Creador despierte dentro de ustedes los compromisos que quedaron dormidos y las experiencias de unión con el Padre que no provienen de esta vida, pero que están guardadas en lo íntimo de sus seres para servirles de auxilio en estos tiempos.
Denle a Dios el permiso de tocar lo profundo de sus corazones, para que, como seres y como humanidad, aparten sus consciencias de la influencia de la indiferencia e ingresen en las Leyes que los conducen hacia la elevación.
Cuando ustedes unen sus espíritus al Padre pueden trascender las leyes y las influencias materiales para pertenecer a las Leyes del Universo y ser auxiliados por los rayos y por las energías espirituales que descienden al mundo para impulsar a los seres hacia el amor y la evolución.
Para eso, es necesario que exista dentro de ustedes la voluntad para dar ese paso y amar a Dios, a Sus Palabras y a Su Plan, renovando el amor y el respeto vivido por los patriarcas, por los profetas y por el Pueblo de Dios; para que así el Padre encuentre nuevos caminos para cumplir Sus promesas y establecer Su Reino en este mundo, cuando llegue el tiempo.
El Reino de Dios será revelado primero en el espíritu, después en la materia. Estén atentos a la Voz de Sus Mensajeros para que en Sus enseñanzas ustedes reciban las nuevas Revelaciones del Creador.
Dentro de ustedes se revelará Su Reino y, después de encontrar el camino para habitar en ese Reino con sus espíritus, construirán los puentes hacia el Universo para que el Reino de Dios se manifieste en la Tierra.
Su Padre y Compañero de siempre,
San José Castísimo
Queridos hijos:
En este día de celebración por la existencia de la Eucaristía, que sus corazones emanen un espíritu de gratitud profunda, porque a pesar de todo lo que ha vivido el mundo y su humanidad, todavía perdura de forma inextinguible la Presencia de Cristo en la Eucaristía, Comunión que se dona a las almas, así como Dios les entrega la Vida.
Hijos, en recogimiento y con amor vivan este grandioso misterio de Luz y de fe que Mi amado Hijo dejó grabado en la consciencia de la humanidad, para que los atributos del despertar, del servicio y, especialmente, de la verdadera donación de sí, estén presentes en este tiempo definitivo.
Por eso, celebren este día, porque en verdad es un día especial para Dios y para todos los ángeles, ya que recordamos la preciosa entrega de Jesús en el pan y en el vino, elementos intermediarios para la salvación y la redención de las almas.
Que hoy sus vidas puedan ser ofrecidas a Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como un Ave de Luz penetro en los espacios más profundos de la consciencia humana para poder transformarla. En ese lugar derramo la Gracia que emana de los Rayos de Mis Alas, para que Mis hijos se reencuentren con el Padre Celestial.
Allí todo es removido, para que las almas estén libres del cautiverio y de las prisiones de la vida.
El Ave de Luz ingresa en lo profundo de la consciencia para mostrarle al ser humano el tiempo y el momento de su purificación. En todo ese camino, el Ave de Luz disipa y disuelve los abismos de la consciencia, para que los seres de la superficie de la Tierra puedan reencontrar el camino espiritual que los lleva a ingresar en la paz.
Podría ser doloroso desterrar y romper con viejas estructuras, por eso el Ave de Luz ingresa en los espacios de la consciencia profunda, para no dejar ningún rincón oculto dentro del ser, sino que todo sea revelado para que pase por la transformación.
Mientras oran, el Ave de Luz puede llegar a lo más profundo y desconocido; mientras oran y tienen fe, la tarea de su Madre Celeste puede ampliarse.
De esa forma, llegará el día en el que ya no existirán, en Mis hijos, todos los atavismos y reinará la sagrada energía divina del Amor, la que nutrirá al espíritu con un eterno gozo, en una espléndida vida unida al Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, irradio al mundo y a las almas lo que tanto necesitan en este tiempo.
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, aparto todo lo que causa dolor y disuelvo las corrientes contrarias a Mi propuesta divina.
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, establezco el Reino de Dios y les doy de beber, de la Fuente espiritual, a los que más lo necesitan.
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, llamo y convoco a los siervos de Cristo, en sus diferentes pueblos y razas, para que despierten más soles en la humanidad.
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, hago concretar los Designios del Padre Eterno en las almas que lo escuchan atentamente.
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, decreto nuevas Leyes para el planeta y aproximo a Mis hijos al Divino Propósito.
Con la Sagrada Eucaristía superpuesta sobre Mi Corazón, elevo la consciencia humana y la llevo a encontrar el sentido de su evolución interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy emito Mi Divino Pensamiento desde los lagos más elevados de los Himalayas.
Desde lo más alto de estas montañas, el cóndor, ave sagrada, sobrevuela los espacios del planeta, para depositar sobre los lagos los nuevos atributos que deberán gestarse en la consciencia de la humanidad que despierta.
En lo más alto de las montañas y sobre los lagos, su Madre Celeste ora, contempla y decreta en silencio todas las afirmaciones divinas que ayudarán, en los próximos tiempos, a concretar en las almas de los seres humanos nuevos principios de rehabilitación y de cura, que hasta ahora nunca fueron recibidos.
A través de los lagos, en lo más alto de los Himalayas, su Madre Celeste moviliza sus mundos internos, para que las almas orantes, que se vuelven espejos con la oración, capten interiormente las señales que provienen del Divino Pensamiento de la Creación.
Es así, que el Universo Mayor intenta espejar, sobre los lagos, los impulsos que harán, de esta humanidad en transición, una raza de discípulos de la Jerarquía Espiritual.
Captando estos impulsos que provienen del universo, la consciencia humana, que se abre para despertar por medio del conocimiento, podrá recibir lo que necesita para dar nuevos pasos en el amor y en la consagración interior.
Desde lo alto de los lagos de los Himalayas, su Madre de la oración trabaja incansablemente para equilibrar el interior del mundo y de la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más