APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN JERUSALÉN, ISRAEL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL 4 DE ABRIL, TERCER DÍA DE LA SAGRADA SEMANA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En verdad, en verdad les digo que quien no siga el camino de Mi Amor, no lo imite y no lo viva, no podrá superar el fin de estos tiempos.

Por eso, hoy dejo a Mis Pies las Sagradas Reliquias del Redentor, guardadas preciosamente en el Arca de la Santa Alianza, para recordarles a todos Mis seguidores que este es el camino que Yo les ofrezco, un único camino hacia el Amor de Mi Corazón.

Si en estos tiempos no viven ni practican el Amor Divino, hasta en las cosas más pequeñas e insignificantes, en verdad les digo que no podrán superarse y sus propias resistencias y amarguras los harán perecer.

Pero antes de que esto suceda, y ya no sea culpa o responsabilidad de nadie, Yo vengo a recordarles este sagrado atributo del Amor, por medio de las Sagradas Reliquias que hoy expongo al mundo; Reliquias que He retirado del Arca de la Santa Alianza para que las almas contemplen las experiencias crísticas del Señor y no se olviden de cuál es el camino que Yo les ofrezco para poder madurar y crecer interiormente.

A medida que los acontecimientos se presentan en la actualidad, las naciones y los pueblos sufren el caos de estos tiempos.

A medida que el cambio climático avanza de una forma inesperada para todos y que la impunidad somete a muchas consciencias, esta raza de superficie se aleja rápidamente del verdadero Amor de Dios.

Por eso, Yo les traigo este camino que siempre les presento una y otra vez, el camino del sacrificio y del amor maduro, para vivirlo y experimentarlo en nombre de la humanidad y del planeta, en nombre de la realización del Proyecto del Padre Eterno a través de esta civilización de superficie.

Por eso, ustedes deberán enfrentar situaciones y aprendizajes que tal vez nunca antes vivieron, para que cada lección vivida les permita despertar a lo que es real y verdadero, al verdadero sentido de vivir este camino que Yo les ofrezco hacia la cristificación.

¿Será que están dispuestos a vivirlos por Mí?

Hoy, debo volver a preguntarles lo mismo; porque sé que algunos mundos internos no Me están comprendiendo y todo lo que Yo les He ofrecido a través de los años no puede haber sido en vano. Todo tiene una razón y un propósito desconocido para ustedes.

Quiero que tengan muy claro que Yo llamo a cada uno de ustedes a vivir el mismo camino que vivieron Mis apóstoles del pasado, pero ahora con una intensidad y un desarrollo nunca antes visto, con una transformación segundo a segundo, a través de un acontecimiento que tal vez nunca antes vivieron o experimentaron. Esto es debido a la aceleración del fin de los tiempos y por todo lo que la humanidad debe enfrentar en este ciclo.

Porque está escrito, desde el principio, que esta última raza de superficie viviría los acontecimientos del Armagedón y, a través de estos acontecimientos, debería aprender a crecer por medio de las lecciones aprendidas; sin perder la oportunidad de crecer interiormente, de comprender y de amar el Plan más allá de cada uno de ustedes, y de ayudar a concretar ese Sagrado Plan que aún deberá cumplirse.

Por este motivo y en este nuevo día de la Sagrada Semana, les dejo las Reliquias del Señor a los núcleos internos, porque en ellas están guardadas las experiencias que Yo viví en esta superficie y, sobre todo, los códigos que ustedes necesitan para redimirse y trascenderse, para que se puedan purificar y así se puedan consagrar paso a paso.

Algo que las almas a veces no comprenden es que la consagración es gradual, no solo termina en una consagración monástica o civil. La consagración es en cada etapa de sus vidas y, diría, hasta los últimos días de sus vidas, y continúa después de esta vida.

Así, podrán comprender que aún hay un largo camino a recorrer, un largo camino para que sus almas atraviesen los aprendizajes y las lecciones de la vida, para que no solo sean mejores personas, sino también sean servidores más conscientes y disponibles para el Plan Mayor.

Porque esa consciencia sobre el Plan Mayor no solo los hará madurar, crecer y responsabilizarse; sino que aprenderán a sostener ese Plan, cueste lo que cueste, y no oscilarán ante cualquier embate o movimiento que primero pueda estar sucediendo dentro de ustedes.

¿Comprenden que el Plan no puede quedar supeditado a sus oscilaciones internas?

Es necesario colocar la Voluntad de Dios en el lugar que ella merece estar y, a partir de allí, confiar plenamente que esa Voluntad Divina se cumplirá.

Por eso, como He dicho en muchas Sagradas Semanas, vuelvo a recordarles que no pueden perderse en las cosas superficiales, en todo aquello que los aparta de su verdadero Propósito.

Si confían en Mí, se liberarán de ustedes mismos; y el camino, que ya está escrito, será trazado por el propio Padre Eterno y, así, se cumplirá en cada paso el sagrado impulso de Su Aspiración.

Hoy, les traigo estas Sagradas Reliquias del Señor, no solo para que sus almas las contemplen, las sientan, las acepten, sino también para que sus espíritus se fortalezcan, maduren, se responsabilicen de esta encarnación y comprendan que tienen parte Conmigo en todo este Plan de Amor y de Redención.

Mientras tanto, en cuanto no dan el paso definitivo que aún Yo estoy esperando en el sagrado silencio de Mi Corazón, estaré orando por los Míos; para que, algún día, y que sea pronto, comprendan que el Plan debe cumplirse y que no han venido a este mundo por casualidad, sino por un Propósito Mayor que todo el universo conoce.

Hoy, los instruyo a todos, así como He instruido en el Templo de Jerusalén; porque el Padre Me Ha pedido prepararlos y también advertirles, así como lo preparé y le advertí a todo el pueblo de Israel en aquel tiempo, sobre todo lo que iría a suceder después de la Pasión y Muerte de su Maestro.

Ahora, están en un tiempo semejante. ¿Cuál será la respuesta de Mis apóstoles?

Les dejo esta reflexión, porque aún su Maestro tiene mucho por hacer en la sagrada obra de los planos internos, en donde todo comienza y en donde todo termina.

Pidan la Gracia de poder ser consecuentes Conmigo, y la Gracia de Dios será concedida, aun a aquellos que no lo merecen.

Es tiempo de madurar, antes de que todo se desencadene en el mundo.

Seguiré rezando por ustedes y por sus hermanos, a través de Mi Iglesia Espiritual sobre Israel y el planeta.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.