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Quisiera hablarles de la unidad con Dios y de la fusión absoluta con Su Divino Espíritu; sin embargo, antes deben aprender sobre la unidad, los unos con los otros y con los Reinos de la Naturaleza.
La unidad es un principio divino primordial para la creación humana, que deberá alcanzar el ápice de su evolución por medio de ella.
Así como la máxima expresión del proyecto humano es la unidad perfecta con Dios, la mínima expresión debe también estar basada en la unidad. Para que alcancen mínimamente a expresarse como Creación Divina, la unidad debe ser una meta y una realidad para sus consciencias.
Para que puedan vivir la unidad, deberán desterrar de la consciencia humana lo que los lleva a la desunión, que es la competencia.
Cuando no hay competencia, los corazones pueden unirse en un único propósito y caminar como raza hacia un fin común. Pero cuando quieren ocupar lugares que no les corresponden, cuando quieren sobresalir entre los demás, cuando intentan llamar la atención sobre sí mismos, cuando quieren hacer de la propia presencia algo insustituible, cuando buscan los defectos ajenos y los afirman para que se eleven sus habilidades y destrezas, cuando realizan todos esos movimientos, tan conocidos ya por la conducta humana actual, ustedes se apartan completamente del Propósito de Dios. Con aparentes buenas intenciones de vivir la santidad, al querer ser más santos que otros, están alimentando el reinado de aquel que reina en los abismos del orgullo humano.
Ustedes deben comprender, sentir y vivir que cada pieza que compone la humanidad tiene un papel primordial, una misión única que debe cumplirse para que el Plan de Dios se manifieste.
Antes de juzgar o desvalorizar a alguien e intentar sobresalir, piensen que existen civilizaciones enteras en el universo que dependen de la victoria de Cristo en el interior de la consciencia de ese alguien.
Antes de derribar al prójimo con críticas y juicios, ayúdenlo a dar sus pasos, porque el Plan de Dios, para el que supuestamente todos trabajan, depende del triunfo de Su Corazón en cada una de Sus criaturas.
En estos tiempos definitivos, deben batallar contra todo aquello que trabaja por la desunión, incluso si eso se encuentra dentro de ustedes, pues muchos soldados ya quedaron atrás porque el propio Ejército de Cristo los derribó por la falta de amor y de unidad.
Caminen como un único corazón y, en vez de dejarse envolver por las fuerzas que reinan en el mundo, envuelvan al mundo con el Poder de Dios que habita dentro de ustedes.
Ámense los unos a los otros, siempre. Ayúdense, levántense, caminen juntos. Vivan la fraternidad como una puerta hacia la unidad con Dios.
Si trabajan sobre este punto, muchos caminos internos se abrirán para la propia transformación.
Su padre e instructor,
San José Castísimo
Buscar la Verdad debe ser la única aspiración existente en el corazón de aquellos que caminan hacia Dios.
Mira, por un instante, dentro de tu interior y siente la presencia del Creador en ti, llamándote a reconocer la verdadera razón de la vida manifestada en el mundo.
Respira profundo y siente el principio de la unidad en el aire que llena tu cuerpo. Sé para el planeta como el aire que te da la vida y, que en perfecta unidad contigo, nutre cada espacio de tu ser, lo equilibra y lo lleva a la perfección.
Sé para el planeta como el aire que respiras en el campo. Deja que, en tu presencia, la consciencia de esta Tierra respire profundo, aliviada por encontrar algo puro y limpio.
Eres un puente entre el Cielo y la Tierra; para eso, existes como ser humano, para generar equilibrio y atraer la unidad con Dios.
Sé como el viento fresco en un día de mucho sol y calor. Con tus oraciones y con tu unidad con Dios, atrae no solamente la vida hacia la Tierra, sino también aliento, alivio y paz.
Dirígete a un campo y, en silencio, cierra los ojos y siente la naturaleza; respira profundo el aire que te rodea; deja que tu alma se alegre al escuchar el loor de un pájaro. Siéntete aliviado de la presión de la vida en la Tierra: ve cómo, delante de la naturaleza, tu alma encuentra sentido para existir en el mundo.
Así debes ser para el planeta. Que en tus oraciones él encuentre alivio; en tu unidad con el prójimo, encuentre esperanza; en tu comunión con los Reinos, encuentre paz. Que en tu consciencia de la existencia de un espíritu mayor que te ampara, dando vida a tu planeta, ese espíritu encuentre la razón de su existencia y la fe en la concreción de su misión.
Percibe con el corazón que este mundo tiene un espíritu, un espíritu que sufre con las guerras y que encuentra aliento en la fraternidad; un espíritu que es llagado por la depredación y restaurado por la hermandad entre los Reinos.
Siéntete a ti mismo como parte de esa consciencia. Puedes ser una célula enferma que genere un cáncer en el mundo, o puedes ser una célula milagrosa que convierta a otras y proporcione la cura para el cuerpo planetario.
Toma consciencia de la Vida. Sé parte de un Todo y disuelve la tan amada individualidad de la consciencia humana. Sé uno con el prójimo, con los Reinos, con Dios. Lleva el Reino Celestial como principio vivo en tu interior.
Arroja fuera el viejo hombre y sé tú el principio fecundo del nuevo mundo, de la nueva Tierra redimida.
Que la paz y la esperanza sean una realidad en el corazón humano y que impulsen a la humanidad a la renovación de la vida y del espíritu.
San José Castísimo
Cuando la Voluntad de Dios se expresa en el universo, todas las estrellas y todas las consciencias evolutivas se unen al Propósito Divino. Son las Leyes de la Obediencia y de la Unidad, que reinan entre los mundos confederados, que permiten la disolución de todo lo que obstaculiza la Voluntad Superior.
Para que la Voluntad de Dios se manifieste en la Tierra, así como es en el universo, aquellas consciencias que responden al Plan y lo aman por encima de todas las cosas, incluso más que a sí mismas, deben unirse a ese Propósito bajo el espíritu del amor y de la fraternidad. El triunfo de Dios es una ley; sin embargo, las criaturas que habitan en este mundo, así como en todos los otros, necesitan adherirse al Propósito Divino y dar muestras de su adhesión, no solamente con el verbo, sino también con las acciones y con el esfuerzo consciente para vivir la propia transformación.
Un nuevo ciclo se precipita sobre el mundo; es la Voluntad de Dios que se manifestará. El Señor ya dio Su ultimátum sobre el Plan de la Tierra y pide definiciones claras a los espíritus
encarnados en ella.
Los seres reconocen, internamente, la necesidad de un cambio inminente y completo; aunque reconocer esa necesidad no es suficiente, porque se necesitan manifestaciones concretas de espíritus en evolución, ejemplos que puedan servir de guía para los que despertarán en el último segundo, antes de perder por completo la evolución.
El ciclo que se iniciará en este mes de diciembre tendrá como finalidad dar un último gran impulso a las consciencias encarnadas, a las almas que se perdieron en los abismos planetarios,así como también a los Reinos de la Naturaleza.
El Creador hará descender Su Potencia Solar como una señal, que dará a las consciencias de todas las criaturas del planeta, de que está entregando lo mejor que hay en el universo como regencia y guía para todos, para que, así, ustedes también sean impulsados a entregarlo todo.
Ese movimiento universal generará resistencias en su concreción, dentro y fuera de los seres; sin embargo, aunque pocos afirmen su entrega y adhesión al cumplimiento del Plan y a su inmediata autopurificación para que él sea una realidad, este será el permiso que el Creador necesita para actuar plenamente en toda la consciencia planetaria.
Ahora, más que nunca, ustedes necesitarán desarrollar el espíritu de la fe y colocar en práctica la fraternidad y la unidad entre los seres, algo que fueron aprendiendo en los últimos tiempos.
La oscuridad resistirá, pero de la persistencia nacerá el amor, principio del triunfo del Creador en el corazón humano.
Más que contar con su fortaleza interior, afiancen la unidad entre los espíritus congregados para cumplir esta misión. Recuerden lo que les digo, porque la unidad es primordial en todo el universo para que se cumpla el Propósito de Dios. En donde haya unidad, ahí estará el Espíritu Divino.
Les dejo Mi paz y Mi bendición paternal para los tiempos que llegaron al mundo.
Sus acciones de hoy, de ahora, les indicarán los pasos para el instante siguiente de sus vidas. Es hora de despertar al momento presente y escribir con el corazón la propia historia, la historia de la humanidad y, en consecuencia, la historia de este universo.
Su compañero e instructor de siempre,
San José Castísimo
Queridos hijos, que solo reine la paz y la unidad entre los seres.
Queridos hijos, que sus vidas sean el espejo de Mi Paz en el mundo.
El Señor espera que los apóstoles de Cristo vivan las enseñanzas y sean el espejo vivo de Su Presencia misericordiosa en el mundo.
Que sus acciones sean acciones de paz y de misericordia. Que sus pies caminen seguros por el sendero de Jesucristo.
Hijos Míos, todos necesitan de la paz, todos deben aprender en la escuela de la paz a ser verdaderos pacificadores.
El mundo actual está en crisis porque las almas no viven en paz o no quieren saber de ella. Por eso, para que sus vidas sean el camino de un verdadero cambio interior y espiritual, los invito a ser portadores de Mi Paz y de Mi Misericordia.
Queridos hijos, sus consciencias deben transformarse, y en ese gran cambio que deben experimentar encontrarán las puertas abiertas para vivir los nuevos tiempos que llegan.
Sean pacificadores y no olviden serlo todos los días, así el Señor podrá plasmar Sus Obras en toda la Tierra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice en el nombre de la Paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Deseo que todos los días despierten a la Consciencia Omnipotente de Dios y que desde allí, en el Universo del Amor de Dios, ustedes puedan vivir Su Voluntad.
Para eso, queridos hijos, Yo los invito a buscar todos los días el Sagrado Propósito de Dios. Propósito que muy pocos hijos Míos están cumpliendo, ya que la mayoría se encuentra en el mundo de la distracción, del pecado y de la vida externa.
Hijos, Yo ya les enseñé, a través de la oración del corazón, que ustedes pueden unirse a la vida divina de los ángeles y arcángeles y de todos los bienaventurados. Mi propósito, hijos amados, es que encuentren el camino de la Voluntad y que no pierdan la oportunidad de aprender y de madurar en Cristo.
Cuanto menos vivan esta Voluntad, la purificación y las pruebas tendrán una repercusión muy grande en la consciencia, y les aseguro que eso irá más allá de las capacidades intelectuales y materiales.
Deseo que puedan cumplir con la Sagrada Voluntad, no solo a través del amor, sino también de la unidad y de la hermandad. Como vuestra Madre Celeste espero que por medio de vuestra unión y fusión con el Espíritu Santo alcancen las esferas celestiales, las que los aguardan para ayudarlos a concretar la misión en este planeta.
Por eso vengo en este tiempo para pedirle a la minoría que asuma la mayoría de las obras; deseo verlos fuertes en el camino y humildes en vuestras ideas.
Hijos, Yo soy quien los guía. Vengo del Cielo para traerles Mi Paz. Sigan Mis pasos. Yo no los haré sufrir, les haré conocer el Amor de Dios, Amor que espera todos los días transfigurar vuestras vidas.
Queridos hijos, por lo menos piensen en lo que les digo, siempre Mi Corazón los comprenderá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en la máxima Voluntad del Creador,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que hoy despierten a la esencia de Mi Plan de Amor. Que hoy comprendan la grandeza del camino en el que coloqué vuestros pies, para que sus almas no se perdiesen de Dios.
Mi manto de luz se teje en lo invisible de este mundo y Mi Corazón une las diferentes expresiones del Reino de Dios en la Tierra.
Hijos queridos, aunque vuestros ojos no puedan ver, ábranse para comprender con el corazón que Yo soy la misma en todas Mis manifestaciones en el mundo y, si bien para cada uno de Mis ejércitos tengo un plan perfecto, en estos tiempos, vengo para unir en esencia y en corazón a todos aquellos que responden a Mi llamado, no importa donde estén. Porque llegará el tiempo en que las circunstancias de esta vida necesitarán encontrar corazones fortalecidos por el espíritu de unidad; de otra manera hijos Míos, Mis planes no podrán cumplirse.
Yo los reúno en este tiempo, como en todos los otros, por un propósito mayor, por un propósito universal, pero muy pocos pudieron comprender lo que Yo les traje como Mensaje de Salvación y de despertar.
En Medjugorje, vine para instaurar el espíritu de paz y de conversión en el mundo entero. Aquí en América, vine para despertar a la humanidad para la concepción verdadera de Dios y que toda la Sabiduría que proviene de Su Espíritu Sacratísimo pudiera ser entregada al corazón humano. Como Rosa de la Paz, vengo para entregar al mundo lo más puro que existe en Mi interior, como última tabla de salvación para las almas.
Les digo todo esto, Mis queridos hijos, porque hoy en este día de conmemoración, tanto en el Cielo como en la Tierra, no pediré solo que vuestros corazones se alegren y oren con gratitud y con regocijo. Hoy les pediré que reflexionen profundamente sobre Mi presencia en el mundo, sobre todo lo que transformé en vuestras vidas y en las vidas de tantas almas.
Quiero que descubran en lo profundo de vuestros corazones la verdadera razón de Mi presencia entre ustedes. Quiero que se abran para unirse a Mis diferentes hijos en el mundo entero, no solo con Medjugorje, deberán estar unidos, en fraternidad y amor, a todos los corazones orantes donde quiera que se encuentren.
Porque es por medio de aquellos que pueden estar más conscientes de Mi Plan que Yo construiré el Reino de Dios y prepararé para Su Hijo el camino perfecto, con las preciosas oraciones de los seres de este mundo.
Hijos, si viven en el espíritu de la unidad, podrán dar y recibir los códigos de luz que deposité en Mis diferentes soldados. Podrán unir este rompecabezas que construí en el mundo, con piezas esparcidas por los cuatro rincones de la Tierra y que, solamente por el espíritu de Absoluta Unidad, se podrán unir y formar el diseño perfecto de Dios para la raza humana.
Mis amados, conmemoren este día con oraciones y alabanzas, con gracia y con regocijo. Únanse a Mi Reino que se enciende en luz en Medjugorje, para redimir y salvar muchas almas, pero también despierten un poco más a la esencia de Mis palabras y no dejen que pasé un año más, sin que puedan vivirlas plenamente.
Yo los amo, los bendigo y los reúno en este cenáculo de redención universal.
Su Madre María, Reina de la Paz, Rosa de la Paz, Madre del Mundo, Madre Universal
El principio de la Sagrada Familia universal
Érase una vez, una familia humilde de Nazaret, que en su espíritu cultivó la sagrada obediencia a las Leyes Divinas.
De un vientre purísimo nació la Suprema Misericordia llamada Jesús y, en aquellos tiempos tan difíciles, los Tres Sagrados Corazones cumplieron una tarea en pro de la salvación espiritual de la humanidad.
De San José brotó la humildad de servir a Dios. En María, se expresó la obediencia y el amor por las almas, y en el pequeño Niño Jesús se manifestó la Gracia y la Misericordia del Universo Mayor.
Era este proyecto de Familia Sagrada el que debería cultivarse en todas las criaturas no redimidas. Era este proyecto, tan pensado, el que trascendería las barreras del mal y del dolor por medio del Amor profesado por el pequeño Jesús.
Este proyecto trino finalizó cuando el Maestro cumplió la Voluntad de Dios al dejarse clavar en la Cruz, y fue allí que la Sagrada Misericordia se derramó una vez más sobre el mundo.
Es este proyecto el que aún está latente en los Mensajeros Divinos y es por él que Ellos trabajan incansablemente, para que la obra máxima de la redención planetaria se pueda cumplir en la humanidad.
Que se abran los oídos internos de las criaturas y que puedan escuchar el llamado celestial, pues la Voluntad de los Mensajeros Celestes, que todo lo abarca, es que todas las criaturas de la Tierra sean una sagrada familia universal. Y será, hijos Míos, durante el tiempo de la purificación que este sagrado y divino deseo de Dios se podrá concretar.
No dejen de trabajar por su redención. No descansen hasta que estén completamente vacíos de ustedes mismos; será así que Mi Hijo encontrará barro nuevo para moldear el arquetipo de una familia divinizada por Dios y por la Santísima Trinidad.
Es este sagrado proyecto creador el que deberá cumplirse al menos en una parte de la humanidad. Cuando alguien consiga vivir los principios de la unidad y del amor, será la señal para los Mensajeros Divinos de que la Obra Sacra fue completada.
Será, en ese día, que los ángeles cantarán Aleluya porque habrán visto cumplirse la promesa de la sagrada familia universal, que deberá estar formada por cada uno de ustedes, así el mal será liberado del planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en la Santísima Trinidad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy la Divina e Inmaculada Alma Peregrina que acompaña y guía los caminos de los corazones que se abren para transformarse a través de la oración y de la donación.
Yo soy esa Divina Alma Peregrina que reúne a todas las esencias y consciencias a pesar de que existan distancias. Mi único propósito materno es unificarlos todos los días en Dios Padre para que así se quiebren las barreras de la inercia, de la desunión y de las indiferencias entre los seres que pertenecen a Mi Sagrado Reino.
Yo soy esa Divina Alma Peregrina que acoge las dificultades y redime las causas que generan la soberbia y el orgullo, cuando tan simplemente el corazón está abierto hacia Mí como una flor a los rayos del sol.
Allí, en ese principio, no existen divisiones ni barreras y las almas, por medio de Mi Gracia, pueden convertir todos los males.
Deseo, como Divina Alma Peregrina, que aprendan a caminar en confianza a Mi lado y que Me permitan desterrar de ustedes todo lo que genera la distancia entre las almas y el Amor de Dios.
Por eso vengo para entregarles todos los días ese amor materno, un amor renovador, que vence a la perdición y los miedos al fracaso. Quien en verdad Me permite guiarlo, nada perderá, tan solo será libre de ese pesado equipaje que lo cansa y no lo deja caminar y podrá volar como el cóndor de las montañas.
El tiempo y la hora de vuestra redención está marcada, por eso vuestra Madre Santísima viene para bañarlos en la Fuente de Vida de Su Hijo, y así vuestras vidas se dejen transfigurar en Cristo.
Mi profundo deseo es convertirlos en aquello que nunca fueron.
Ríndanse a Mí y Yo los sustentaré.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los purifica en el Fuego Divino de Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo los uno a todos por medio de Mi Corazón Materno, y quien en verdad está Conmigo, de corazón y de alma, nunca se separará de esa unidad.
Sus vidas sin Cristo podrían no soportar por mucho tiempo los asedios de Mi adversario y perecer. Aquel que vive la sagrada unidad no está separado de Dios y siempre reconoce Su Voluntad en todas las cosas.
En estos tiempos, las almas son llamadas al camino del corazón y no al camino de la mente; es su corazón unido al Mío el que estará en el camino correcto y en el lugar correcto, sin dejar atrás todo lo que se debe convertir en Cristo y a través de Él.
Busquen esa sagrada unidad en su interior y destierren sus ideas de cómo mejorar todas las cosas, porque en verdad les digo, que todo lo arregla Dios y Él sabe en Su humildad el tiempo para cada etapa de sus vidas.
El primer paso de la madurez es la unidad del corazón con Dios y Su Divina Voluntad. Si no alcanzaran a vivir en simplicidad por un fin mayor, mayor será la dificultad para transcender los tiempos.
El segundo paso de la madurez es la pureza en todo lo que hacen, aunque lo intenten muchas veces la perseverancia los fortalecerá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
No pediré que en poco tiempo sean diferentes a lo que son hoy; para el Padre, su hora de purificación y ascensión está marcada.
Por eso, permitan transformarse así como su Padre lo previó desde el principio.
Vivan en Cristo y sean en Cristo, pues el único camino que les resta recorrer es el camino de la redención.
Si no están unidos, ¿cómo proseguirán?
La Gracia ha tocado sus vidas y ustedes deben ser consecuentes con esa Gracia que los unifica y los renueva todo el tiempo.
Queridos hijos, estén Conmigo y no del otro lado del camino. Yo los necesito siempre fieles a los que los guían por amor. Eso los protegerá mientras estén en la Tierra.
La obediencia es el don que los colmará y los librará, todo el tiempo, de equivocarse.
Por eso, hijos, que en estos tiempos ustedes puedan observar el verdadero camino, porque los desánimos y las crisis internas serán las barreras que deberán superar a través del amor y de la unidad.
A las puertas del Armagedón humano, sean conscientes y agradecidos por lo que reciben, al menos vívanlo por aquellos que no reciben ni siquiera la mitad de todo lo que les dona el universo.
Sumérjanse en Mi Corazón y así serán libres.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Un alma que ora con el corazón es, para Mí, predilecta, porque la llamaré intercesora entre Dios y los hombres.
Un alma que se consagra a la vida de oración es, para Mí, predilecta, porque la llamaré instrumento de Dios en el mundo, puerta de Su Misericordia para los que más la necesitan.
Un alma que busca, sedienta e incansable, la Fuente de la vida universal es, para Mí, predilecta, porque la llamaré precursora de la Nueva Raza, semilla de la Nueva Humanidad, que vivirá la paz, el perdón y la redención.
Un alma que busca la redención y camina en dirección al Infinito sin perder de vista el retorno al origen celestial es, para Mí, predilecta, porque la llamaré luz del mundo, guía de los perdidos, camino seguro, un ejemplo a seguir.
Un alma perdida que Me extiende los brazos es, para Mí, predilecta, porque representa Mi posibilidad de ayudar a muchos más; la llamaré razón de Mi venida al mundo.
Un alma pecadora que se arrepiente de corazón y busca el perdón de Dios es, para Mí, predilecta, porque le muestra al Universo que esta humanidad aún es rescatable; la llamaré esperanza divina en el corazón humano.
Un alma que no cree en Dios, que no lo busca, que no se arrepiente de sus pecados y sigue causando el mal en el mundo, también será, para Mí, predilecta, porque esa alma Me impulsará a ser incansable, y Mi Corazón no se retirará de este mundo hasta que la última de ellas sea rescatada; la llamaré Victoria de Cristo en el mundo y en el Universo, porque algún día esa victoria ocurrirá.
Mis amados, quiero con estas palabras, decirles que todas las almas de este mundo son predilectas ante Mi Corazón; cada una de ellas Me impulsará a derramar sobre la humanidad una Gracia diferente de Dios.
Con el mismo amor, perseverancia y alegría, buscaré a los que Me acompañan y a los que Me niegan todos los días, porque Mis ojos maternales saben lo que representan para Dios y solo ven, en cada alma, su origen divino.
Cuando Mis ojos contemplan al mundo, encuentran en cada ser una posibilidad de manifestación viva del Amor de Dios, así como se dio en Mi Amado Hijo Jesús, porque Dios vive dentro de cada ser, así como vive dentro de Cristo.
En este día en que desciendo al mundo para bendecir de forma especial a la humanidad, los invito a que sean Mis auxiliares en esta bendición. Mis amados, les pido que coloquen dentro de vuestros ojos Mis ojos maternales y dentro de sus corazones Mi Corazón Inmaculado y así vean a cada criatura con Mis ojos y la sientan con Mi Corazón.
Descubran la grandeza que se guarda en la esencia de cada ser y ayúdenme a despertar lo más puro de cada corazón. Ayúdenme a mostrarle a esta humanidad que un Dios Vivo desea vivir en vuestro interior y esto es para todos, incluso para los más perdidos.
En este día, Mis queridos, Dios los llama para que lo contemplen en cada ser y, de esta forma, crear una condición de unidad para que Él pueda despertar en el corazón humano y así, la Nueva Raza, plena de Dios, sea una realidad y no solo una esperanza.
Yo los amo y dejo hoy Mi bendición y Mi gratitud a Mi querido hijo, que con su esfuerzo torna posible Mi venida al mundo.
Oren hijos Míos, por todos los videntes consagrados a Mi Corazón, para que estén fortalecidos y firmes en Cristo en los tiempos que vendrán.
Que la Gracia de Dios y Su Paz estén hoy en vuestros corazones y en el mundo entero.
Yo los bendigo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como el Soplo del Espíritu Santo sobre los apóstoles de Cristo, hoy este Soplo Divino inunda sus espíritus, para que viviendo el ciclo de la rehabilitación interior, confirmen ahora su unión con Cristo, Nuestro Señor.
Así, Mi Hijo encontrará apóstoles dispuestos a servirlo por encima de todo, porque verdaderamente su purificación es el preámbulo para ingresar al estado de la Consciencia Divina.
Entre sus seres terrestres y el alma de cada hijo Mío no puede existir ningún abismo que los separe del Propósito y del cumplimiento de la tarea que Mi Hijo les encomendó desde el principio.
Ahora, este Soplo Divino los llevará al descubrimiento de todo aquello a lo que le ha llegado la hora de vivir su muerte para que, cruzando el portal hacia los Cielos, sus células se divinicen en Cristo, el Señor.
Entre un ciclo y otro encontrarán los abismos de la consciencia, abismos que deben ser iluminados por el poder del amor y de la unidad entre las almas. Esta es la llave que les abrirá la puerta a la liberación de sí, y crean desde ahora que deben dejarse amar y deben abandonar el calvario que por incomprensión están viviendo en ustedes mismos.
Sus almas deben estar en constante unidad y fraternidad, los pareceres y las ideas concretas ya no pueden reinar en el pensamiento colectivo de las almas. Su fuente de renovación debe ser el Amor de Dios, Amor que todo lo soporta, todo lo perdona y todo lo entiende.
Así, estarán libres de mirar todo el tiempo la imperfección y despertarán a las virtudes de la unidad y del amor que Mi Hijo les enseñó. Por eso, hijos, están a tiempo de recapacitar y de no permitir que las ideas de Mi adversario invadan por completo sus consciencias.
Ya comenzó la batalla espiritual del fin de los tiempos que vendrá de la mano de la purificación acelerada e intensa que muchos enfrentarán, para después poder ingresar en el Reino de Dios.
Durante la batalla, será el momento en el que deberán estar más unidos que nunca, para que el Soplo Divino de la Sabiduría los coloque siempre en el camino correcto. De esa forma, podrán colaborar y ayudar a que todos los que se perderán, por ignorancia o por engaño, se coloquen en el camino correcto.
Sean testigos de todo el Legado Divino que les ha sido entregado. Nada es por acaso, ese Legado será su fortaleza y su conocimiento, así como también lo serán Nuestros Sagrados Corazones.
Les agradezco por responder en consciencia a Mi llamado por la paz, en este tiempo de batalla espiritual del fin de los tiempos.
Los reúne en el Corazón Luminoso de Cristo,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Como una Estrella-Sol desciendo al mundo para iluminar los abismos de los corazones heridos y, así, rescatar a las almas de la perdición. A cada una de ellas le entrego la fuerza para poder proseguir, para que luego encuentren el nuevo camino que las llevará hasta Cristo.
Yo Soy la Estrella Universal que desciende sobre la humanidad para salvarla y volverla a colocar en el Propósito de Dios. Indico el camino a recorrer, así ninguna esencia de Dios pierde la Gracia de volver a reencontrarse con su cristo interior.
Yo Soy la Estrella del Mundo, la que señala el advenimiento de Cristo a los corazones, la que se suspende en el cosmos para irradiar el Amor de Dios y la que enciende el fuego de la nueva devoción.
Yo Soy la Estrella Guía de los navegantes, de las almas buscadoras de la redención, de los que esperan con paciencia la llegada de la Gracia y el gran día del perdón.
Yo Soy la Estrella del Cosmos, soy la Luz que proviene de Dios, soy el Espíritu de la Pureza, soy la Divinidad Espiritual del Creador, porque Mi Corazón brota de Su Amor Castísimo y Su Omnipotencia se expresa a través de la unidad perfecta de la Creación.
Yo Soy la Estrella de la Esperanza, soy la Madre que trae el espíritu de la redención, soy la que obra en nombre de Cristo y la que construye el nuevo templo interior.
Yo Soy la Estrella de las esferas celestes, soy aquella Ave que busca Su nido en la morada de los corazones humildes, soy la Madre que gesta a la Nueva Humanidad.
Yo Soy lo Puro, lo Invencible, soy lo Simple y lo Humilde, soy la Madre Curadora que cicatriza con Su Amor todo dolor. Soy la que guía a los perdidos, soy la que purifica el corazón, soy la Madre que limpia las manchas, soy la Reina del Amor.
Vengo a este mundo para buscar a Mis hijos. Desciendo en Gloria para llamarlos porque ya es la hora de despertar del sueño ilusorio. Vengo para establecer la paz en cada mundo interior. Vengo para que descubran la vida que se vive en las estrellas. Vengo por última vez para socorrerlos y para que emprendan vuelo hacia el Cielo. Vengo a buscar lo mejor de cada uno y a despertar las sagradas virtudes que Cristo les dejó.
En este tiempo vengo para que se preparen en consciencia y corazón para recibir a Cristo, vuestro Pastor. No dejaré sola a ningún alma, pero les pido que siempre recen Conmigo, para que todos sean merecedores de la paz y despierte en vuestra consciencia el arrepentimiento, así estarán libres del peligro y de los asechos del adversario. Sean inteligentes y buenos, sean mansos, humildes y verdaderos en este tiempo.
El mundo es una mentira, pero las almas son la plena verdad de Dios. Busquen los caminos correctos para tener resultados correctos. No se permitan ser engañados, el único consolador es Jesucristo. No busquen esperanza en nadie, sino solamente en Dios, el Padre Celestial. De Él recibirán la fuerza y el poder, de Él podrán tener esperanza para caminar. Solo sean verdaderos y nada les pasará. Pues el tiempo de la mentira mundial sucumbirá y vuestros corazones deberán estar prontos para orar con fervor y perseverar.
Únanse a Mi Hijo y adórenlo. En Él está la salida, en Él está el camino al Paraíso.
Agradezco a Brasilia, al Centro Mariano de Figueira y al Centro Mariano de Aurora por haber preparado este especial encuentro.
¡Bendiciones de Paz en este día para Mi hija María Shimani!
Les agradece,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Descalcen vuestros pies del pasado y vivan en el eterno presente. Están siendo colocados en la escuela del perdón y del amor, para que la unidad que mora en cada hijo de Dios se pueda expresar y cumplir su tarea.
Existe cierto tipo de calzado que es muy difícil de quitar, porque en ellos se guardan las experiencias de otros caminos tomados en el ayer. Existen ciertos calzados en punta que son más complejos, porque en ellos se guarda la necedad de intentar nuevamente alcanzar ciertas cosas.
Otros calzados son más robustos y pesados, porque los pies han cargado con sufrimientos de años enteros. Y hay algunos muy delicados, de consistencia tan frágil que cualquier camino distinto los podría romper.
En fin, hijos Míos, lo más grande en este tiempo es descalzarse de sí mismo, es una meta dura que cuando es alcanzada el alma, victoriosa, encuentra la liberación de la prisión interior. Recuerden, queridos hijos, que la vida despojada es un camino libre que vuestros pies pueden caminar, pero no todos llegan a vivirlo al mismo tiempo.
Por eso, el don del amor fraterno y la llave maestra de la unidad son los complementos perfectos para que esta Creación pueda seguir adelante.
Algunos de ustedes ya están en la puerta del vacío interior y se les está pidiendo que abandonen ya los viejos hábitos para que, descalzos de todo, levanten vuestros espíritus y consciencias hacia la luz. Solo allí serán libres, y las cadenas se romperán.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Les enseña a caminar descalzos de todo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Postrada a los pies del Creador, en oración por la humanidad, veo las manos de Dios, que apuntan al mundo, señalando las Américas. Él Me pide que vea que Mis oraciones no fueron en vano.
Abro los ojos y veo que en el mundo Mi manto se está encendiendo en pura luz. Veo que la luz de Mis ojos ya no solo brillan en estos ojos Míos, sino que se refleja en el corazón de cada uno de Mis hijos.
El Señor entonces Me permite retornar a la Tierra y con alegría recorrer el camino de flores preparado por Mis hijos en oración.
Siento el alma de los Hijos de María, que aunque esparcidos por el mundo, hoy se vuelven uno sola, en la unidad de la oración y en la renovación del compromiso que realizaron Conmigo.
Hijos Míos, hoy reuniré vuestros espíritus, congregaré vuestras almas en un cenáculo de oración, para derramar sobre los discípulos de ayer, las Gracias los Dones del Espíritu de Dios, transformándolos así en los apóstoles de este último tiempo.
A los que se renuevan en Mi Inmaculado Corazón, los enviaré de dos en dos, como Me pidió Mi Hijo, para que la Luz de Mi Corazón, que brilla en vuestras esencias, pueda expandirse por el mundo y así no permita que se pierdan aquellos que no pudieron venir a Mi encuentro en este tiempo.
Hijos Míos, vuestras almas serán la prolongación de Mi Inmaculado Corazón. Vuestros corazones serán como flores de Mi inmaculado jardín y ustedes deberán llevar al mundo el polen, que traerá vida nueva a los que están muriendo en el corazón. Siembren nuevas flores, que darán nuevos frutos para la Tierra futura y prometida, tan esperada por Dios.
Mis amados, muchos de ustedes están siendo llamados a vivir la transición hacia un mundo nuevo y no les prometo que verán el nuevo sol en el horizonte, pero los llamo a ser aquellos que abrirán las puertas y la ventanas del mundo para que entre este sol.
Yo los congrego para que sean aquellos que preparando la tierra, con todo esfuerzo, se transformarán a sí mismos y al mundo, trabajando en este plantío de redención. Muchos no estarán aquí para cosechar los frutos de la nueva Tierra, pero desde Mi Reino, verán crecer y florecer aquellas semillas que un día dejaron en este planeta.
Mis amados, quiero consagrar el mundo al Inmaculado Corazón de María y conseguiré esto por medio de vuestros corazones. Quiero llevarlos al Corazón de Mi Hijo, que los conducirá a Dios y será en Dios, Mis amados, que descubrirán que nada está separado y que Yo estoy en Dios, así como está Su Hijo. En Mí, estarán todos ustedes cuando retornen al vientre divino del cual provienen, para renacer como seres redimidos.
Son para Mí, la Luz de Mi Corazón y así deberán ser para el mundo, cuando este se oscurezca. Que Mi manto, que está hoy sobre ustedes, pueda volverse como un faro que conduzca al camino a las almas perdidas.
Cuento con todos los hijos de María, los que llegaron y los que llegarán. Dios espera que sean la puerta al nuevo mundo, puerta por donde toda la humanidad ingresará. Por eso, hijos Míos, después de reconfirmar sus compromisos Conmigo, sigan sin miedo viviendo la paz y llevando la paz al mundo.
Sepan que desde hoy, serán como una única alma, un único corazón que deberá fortalecerse por la unidad y por la fraternidad. Así podrán cumplirse los Planes que tengo para ustedes y que los llamé para que manifiesten.
Jamás se olviden que son Mi verbo orante de amor para el mundo. Son Mis manos serviciales para los que necesitan. Son Mi guía para los que están perdidos. Unidos a Mí, es como Yo los quiero encontrar todos los días.
Yo los amo.
Su Madre María, Rosa da Paz
Dios Todopoderoso proclama el poder de Su Verbo a través de Mi Inmaculado Corazón. Este Poder Soberano los acoge en el seno predilecto de Su Corazón Purísimo.
Hijos, a través de la magnitud del Verbo Divino y Creador se construyen las formas y, así, la vida divina y superior se expresa por medio de la existencia de las criaturas de este vasto universo.
Es a través de las almas que Adonai realiza Su Obra Magnánima e Infinita, porque en toda ciencia espiritual la vida de todas las almas y de las esencias es el motivo principal de la existencia del Plan del Creador.
Es por la intervención divina, de los ángeles creadores y celestes, que el Pensamiento Divino se manifiesta en las moradas de todos los Cielos; desde allí provienen la esencia fundamental y el principio mayor que permiten la concreción de los proyectos pensados por Dios.
Y las almas de la Tierra, ¿cómo participan del origen de este principio?
Solo basta, hijos, que todos los días se reconozcan como dignos hijos de Dios y cumplan con los comandos que llegan directamente de la Mente Creadora hacia vuestros corazones.
Ustedes, hijos Míos, son una parte muy importante y destacada de la realización imprescindible de este proyecto; desde el principio de esta humanidad Dios pensó concretar Sus más íntimos deseos a través de la manifestación álmica de las criaturas.
Vuestra alma es el puente directo que los unirá a las infinitas moradas, en donde se expresa la vida del espíritu y la experiencia sublime con la ley del Amor y de la Unidad.
De vuestras raíces y de vuestros orígenes surge el principio del Todo y, de ese Todo nace la voluntad de realizar las obras que nunca terminan. Porque en el Corazón del Padre Celestial ustedes están en el primer lugar de Su Purísimo Propósito y sin ustedes, almas en redención y en rehabilitación, no podrá despertar la venida de la Nueva Humanidad y de la nueva alma.
Ustedes, Mis amados, están en el tiempo justo de una transición que todavía no ha comenzado. Abracen en vuestro interior la Gracia de pertenecer al Plan de Dios y, siendo conscientes de las leyes divinas que todos los días los rigen, sean agradecidos; así serán dignos y merecedores de esperar a Mi Hijo Amado en algún rincón de vuestras consciencias y almas.
Yo les doy a conocer, a través de Mi Espíritu Divinizado, la existencia y la realidad que los reúne y los espera encontrar preparados para testimoniar que ahora son fieles hijos del Creador.
Abriendo las puertas de los Cielos Infinitos, últimas oportunidades serán derramadas como Gracias en el corazón de los justos y de los sabios. Sean como Moisés, que fue fiel a los pedidos del Señor y que, a pesar de su caminata durante cuarenta años en el desierto, nunca perdió la fe y la esperanza.
A pesar de todo, Moisés no se sintió abandonado y construyó en su interior la unión perfecta que lo llevó a encontrar el Plan de Dios por encima de toda dificultad. La fe inquebrantable de Moisés mantuvo unidos a los pueblos de Dios en el origen y en el principio de su linaje y de su propósito.
Fue esta fe, la que una vez Jesús vivió por todos, y la esperanza, que permitieron cumplir, a pesar de todos los males, con el objetivo primordial: el futuro surgimiento de una Nueva Humanidad.
De esa forma, Mi Corazón silencioso y calmo aprendió que en la fe absoluta no existen barreras para concretar lo que Dios pide, aunque parezca imposible.
Ahora, hijos, están delante de una ciencia espiritual que los invita, por medio de la oración, a despertar a todo lo que existe en la morada de Dios. Si el mundo se abriera a reconocer su verdadera identidad para con el Universo, la raza entera ya estaría en la escuela de los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por abrirse a descubrir vuestro propio y verdadero llamado de Dios; el Universo los acoge siempre!
Los reúne en el Cenáculo de los Ángeles de la Luz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
De Mi Espíritu Inmaculado nace el gozo y la alegría por todos Mis hijos del mundo.
Cada vez que Yo desciendo del Cielo a su encuentro es para reunirlos en el sagrado tabernáculo del Corazón de Mi Hijo, lugar al que siempre podrán ir en los momentos de mayor alegría o de sufrimiento.
Hijos Míos, de Mi Espíritu brota la grandeza del Amor puro, que Yo todos los días les traigo a las almas de este mundo y, principalmente, a aquellas que, por error o sufrimiento, se distanciaron de la Misericordia de Mi Hijo.
Día a día, hijos, como su Madre Celeste intento llevarlos a la plenitud y a la esperanza, fuentes que brotan de Mi Corazón castísimo y que Yo dono en confianza a las almas de la Tierra y; a pesar de que el infierno somete a los corazones inocentes, Yo vengo a través de la Gracia de Dios a impedir muchas cosas, hasta las más irreversibles.
Mi Corazón prepara el encuentro del día 23, fecha indicada por Dios para que todos Sus hijos reconfirmen su compromiso de hacer triunfar Mi Inmaculado Corazón en todo el mundo. De esa forma, queridos hijos, atiendo a sus pequeñas necesidades que ustedes piden diariamente a Mi Corazón de Paz.
Los tiempos indican muchas pruebas para el mundo entero, pero con la actitud de su consagración diaria, permitirán que su Madre de la Paz pueda cumplir con los Designios que Dios le ha indicado.
A través de los Hijos de María, hijos de Dios, Yo puedo expandir Mis células de Gracia por los cuatro puntos de la Tierra, y esto es más fuerte y pleno cuando los corazones oran a Mi Espíritu maternal y virginal.
Hijos, Yo rezo por ustedes y espero de cada uno el gran momento en el que alcancen la fusión divina con Mi amado Hijo Jesús.
De sus pruebas, penas, dolores y dificultades puede surgir la voluntad interior necesaria para alcanzar la hora de la redención y de la unión con Dios. Mis pasos guían a los corazones simples y dispuestos a recibirme en su interior como la Madre y Señora de la humanidad.
Hijos, les dejo a ustedes la siguiente aspiración: que por medio de ese encuentro, de renovación y de fe, Mis niños salgan de este lugar con la esperanza sembrada y experimentada como llama propia del corazón.
Les digo, Mis hijos, que en ese día, al final de todo, volveré del Cielo y del Universo para estar nuevamente con ustedes. Traeré las estrellas del cosmos que esparcirán sus atributos y orígenes a los espíritus abiertos a recibir la Presencia Celestial.
Sepan, hijos Míos, que cuando Yo ya no esté entre ustedes, Me deberán esperar, después de que llegue Mi Hijo a este mundo, en la hora de Su Retorno.
En ese momento, muchos de ustedes recordarán lo que con Amor materno les entregué, y la verdad de esta larga historia será revelada a los puros de corazón que nada temerán porque se unirán a Mi Hijo.
El cansancio, el esfuerzo y el trabajo serán grandes en el final de los tiempos y la unidad será la llave maestra que los mantendrá firmes e impenetrables frente a todo mal, porque de sus almas se reflejará la paz que Yo les he entregado en los últimos años.
¡Les agradezco por corresponder a Mi llamado!
Los bendice en la Luz del Corazón de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
Que, con alegría por verlos reunidos en unidad y amor, reciban en este día la venida del Espíritu Santo, en Pentecostés, para que, invadidos por los Dones del Espíritu de Dios, sus obras siempre sean bendecidas por el Señor.
Su Madre Celeste, Madre del Santo Espíritu, los reúne en el cenáculo de Su Corazón Inmaculado para que ofrezcan a Dios sus vidas y consagraciones, con el fin de que se cumpla el Plan del Altísimo entre las criaturas.
En este día santo, deseo instaurar la devoción al Espíritu Santo, porque si aman los Dones antes de conocerlos, ustedes estarán dentro de la gran concepción divina, la que dio origen a la unidad y al amor entre el Cielo y la Tierra.
Desde ese lugar divino Yo he partido, para llegar hasta aquí y mostrarle al mundo entero el camino de simplicidad que Yo deseo que, en esta era, ustedes puedan vivir.
Profesando y viviendo la unidad, hijos Míos, construirán barreras de luz que los harán invencibles ante toda persecución y perturbación.
Por eso, niños Míos, al vivir su primera escuela de purificación y de entrega, sigan el vuelo del Santo Espíritu, para que Él siempre les dé la sabiduría para alcanzar algún día el discernimiento interior, el que será imprescindible para poder distinguir lo bueno de lo malo, lo falso de lo verdadero.
Vengo en este día a despertar su interés y esmero por buscar la Fuente del Espíritu de Dios. Así, existirán almas sobre la Tierra que serán receptáculos vivos de los nuevos Dones que el Padre Celestial espera derramar en la humanidad.
Mi Presencia en sus vidas los llevará a encontrar el camino constante de la conversión del corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado por la paz!
Los une al Espíritu Santo del Todopoderoso,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Quédate hoy en Mis brazos, hijo Mío, porque Mi manto de luz te hará invisible a los ojos de Mi adversario. Quédate entre Mis manos, porque Mi Amor Materno te hará más fuerte que el dolor del mundo.
No dejes que la gran puerta de la purificación se abra, pues Dios que está en los Cielos, ya tiene contados los segundos y los minutos en donde cada hijo Mío deberá enfrentar la última batalla.
Quédate Conmigo y reza a Mi lado.
A pesar de que la tempestad sea mayor que las propias fortalezas, que con Mi Amor he construído, el suelo no temblará porque los cimientos que Yo construyo son inamovibles. Quédate hoy entre Mis brazos y no temas por nada, el ciclo de la rendición y de la humillación deberá ser vivido por cada hijo Mío, pues para que pueda nacer el próximo tiempo de paz, todos Mis hijos deberán vivir su purificación.
Deja hoy, hijo Mío, que Vuestra Madre Celeste lave tu cuerpo y tus impurezas con el agua divina de Mi Gracia; recuéstate y entrégate en Mis brazos para que Yo pueda purificarte y convertirte en el modelo que Dios Me ha pedido, en el modelo de la gran redención.
Descansa hoy, hijo, entre Mis brazos y no mires tanto las constantes caídas; vengo para levantarte del suelo y para llevarte al regazo eterno del Corazón de Mi Hijo. Su Misericordia es tan grande como Su Justicia, por eso, ven en confianza hacia Mí y no desistas antes del gran tiempo.
Por Mis hijos cumplo las obras de Dios, por eso los protejo como una leona protege a sus crías, nada podrá amedrentarlos.
Abre espacio, hijo Mío, para que las impurezas del viejo sean desterradas. Así como Mi Corazón ora e implora por cada uno de ustedes, Mis manos de Madre desatan a tiempo los nudos del egoísmo y de la necedad que viven en cada uno de ustedes. La oración es la fuente de toda solución, siempre reencenderá el corazón que esté apagado y sin luz interior.
El dragón rojo aproxima sus ejércitos antes de enfrentar a la Mujer Vestida de Sol. Ya las estrellas de Mi Corona son lanzadas a la Tierra para demarcar los espacios en donde el dragón no podrá pisar ni encontrar a ninguno de ustedes.
Cuando la Mujer Vestida de Sol haya lanzado Su última estrella de salvación a la Tierra, se abrirá la gran puerta y el gran ciclo se desatará y no tendrá fin.
Los ejércitos de la luz deberán estar formados para que, a través del verbo divino de la oración, se manifiesten las islas de salvación, que fueron marcadas por las estrellas.
Y la gran señal llegará, por lo que todos deberán estar más fusionados que unidos, ya que en ese espacio de la consciencia el dragón no ingresará, porque él lo desconocerá. Ese tiempo, hijo Mío, aún no llegó, pero no falta mucho para que suceda.
Los sellos del Apocalipsis están siendo abiertos y los ángeles esperarán la respuesta de las criaturas de Dios. La purificación es el preámbulo de un tiempo diferente para todos, tiempo que desconoce la humanidad.
Que vuestra purificación sea, en este tiempo inmediato, la preparación y la liberación de las deudas, pues la unidad y la oración serán los instrumentos que vencerán a Mi adversario.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Lean los mensajes todos los días.
Los entrena en los ejércitos de la luz celestial,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Deja que Mi Sangre circule dentro de tu corazón, los poderes que Yo manifiesto y te presento son desconocidos para ti.
Deja que Mi Sangre circule por tus venas, para que tus códigos del pasado sean renovados por Mis códigos de luz y redención. Deja que Mi Sangre remueva de lugar todas tus células.
Deja que Mi Sangre purifique tus sentimientos y que transmute tus heridas, pues Yo tengo el poder para revertir todos los males. Si aún Mi Sangre no vive dentro de ti, busca el porqué no Me tienes dentro de ti.
Deja que Mi Sangre libere cada parte de tu ser; y que tu cuerpo, aún siendo impuro, alcance la pureza y la consagración a través de Mí, porque lo que Yo te ofrezco no es parte de tu voluntad ni de tu deseo.
Yo provengo de una célula de Vida Mayor que ilumina hasta las pequeñas partículas de aquellos que buscan la cristificación a través de la donación. Por eso, deja que Mi Agua brote dentro de ti, para que cada rincón de tu ser sea bañado por Mi Agua de Vida y de Liberación.
Deja que Mi Espíritu habite dentro de ti y Él haga morir lo que ya está viejo. Tengo la potestad de renovarte y al mismo tiempo de abrazarte con Mi calor y Mi paz durante las duras noches de frío que llegarán.
Déjame que pueda actuar a través de ti y en poco tiempo no te reconocerás, porque Yo haré maravillas en tu vida.
Deja, sobre las palmas de Mis Manos, tus miserias y lágrimas para que Yo, en nombre de Mi Padre, pueda convertir tus maldades en bendiciones, tus pesares en liberaciones, tus tristezas en alegrías, tus dudas en afirmación y verdad.
Por eso, Yo deseo que Mi Espíritu tenga morada en las almas imperfectas, Yo las busco y ellas se esconden de Mí por temor o desconfianza. Si hoy eso sucede contigo es porque no conoces la fuerza de Mi Amor curador.
Déjame ser en ti, día y noche, tanto en tus errores como en tus virtudes. Yo contemplo al mundo y lo guardo todos los días en Mi Corazón, a pesar de las heridas que muchos me ocasionan.
Déjame ser unidad y vida, Misericordia y consagración; si solo me lo permites, en un tiempo breve serás Mi apóstol.
Déjame ser, déjame actuar, déjame vivir en ti, solo deja que Yo sea en ti para siempre, porque en Mí se encuentra la única salida.
Bajo el Amor de Dios, sean bienaventurados y unidos.
¡Gracias por solo dejarme ser!
Cristo Jesús Glorificado
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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más