Atributos

Atributos de Cristo Jesús
 

Los atributos son para nosotros estrellas guía: iluminan nuestro camino, nos revelan los pasos a dar y nos orientan en la tarea de tornar sagrada a la vida. Profundizar en ellos significa penetrar en la esencia de nuestro propio ser. 
      

Silencio

Al conocer el silencio, se conoce el amor.

“El verdadero acto de silencio consiste no solo en no hablar, sino también incluye a los pensamientos y a los sentimientos.
El mundo se habituó a hablar continuamente y los ruidos propios tocan los niveles profundos de la consciencia
y originan una desconexión con Dios Creador”.
Cristo Jesús, 9 de mayo de 2013.

Obediencia

Incluye la fuerza de la persistencia y el poder transformador de la voluntad. La obediencia lleva al silencio y a la verdad.

“Un buen discípulo está atento a las reglas y ellas serán siempre la luz para su camino;
si en verdad, el Padre Eterno no hubiera creado la obediencia, habría sido difícil la venida de Cristo”.
Cristo Jesús, 10 de octubre de 2013.

Sacrificio

Desde el punto de vista humano es esfuerzo, privación y renuncia. Desde el punto de vista interior es consagración. El sacrificio lleva a la consciencia externa a superar límites.

“En el sacrificio se encuentra la liberación del propio ser, y esto da el permiso para que
otros principios universales y celestiales guíen el espíritu de cada ser.
En el camino del sacrificio se construye la verdadera consciencia de la caridad;
y es por esto que de ella nace la verdad, que siempre estará impregnada por la Luz Mayor.
A través del sacrificio se encuentra la verdadera paz y la conversión”.
Cristo Jesús, 3 de agosto de 2013.

Humildad

En este estado, el ser humano reconoce la Omnipotencia y la Omnipresencia de la Vida Única, se entrega a ella y comienza a percibir que todo proviene de esa Fuente Suprema.

“La humildad está presente en la esencia del servicio, en la esencia del bien común y fraterno,
como también en la esencia de la verdad y de la sabiduría”.
Cristo Jesús, 16 de febrero de 2013.

Mansedumbre

Se considera “fruto del Espíritu Santo” (Gálatas 5,22). El fruto es un beneficio espiritual que surge en el alma cuando ella se aproxima a esta virtud.

"“Es en el propio vacío de sí que el alma encuentra la mansedumbre para su consciencia
y así podrá curarse de todo por medio del sabio y amoroso perdón de Dios Padre”.
Cristo Jesús, 3 de junio de 2013.

Compasión

Cuando estamos imbuidos de la esencia de la compasión, comenzamos a conocer a nuestros semejantes en su interior, a saber ayudarlos según leyes espirituales.

“La Infinita Compasión es el remedio perfecto para curar todos los males.
Por eso, en la hora de la Divina Misericordia, Mi Corazón Sagrado se compadece de los pecados del mundo
y aquella alma que en sinceridad se une a Mí, recibe los rayos de Mi Compasión Infinita”.
Cristo Jesús, 8 de septiembre de 2013.

Amor

El amor atrae y unifica. Es la energía que conduce la vida al encuentro con el mundo espiritual.

“El verdadero Amor crístico y casto entre los seres nace cuando en ellos se revela la verdad,
porque allí está presente la Sabiduría de Dios y el amor que existe entre las almas será purificado,
para que se amen en espíritu y en fraternidad. Por eso, les pedí que se amen los unos a los otros,
les pedí que se amen tal como son, para que aprendan a amar el alma de cada consciencia, porque esta es su meta interior”
Cristo Jesús, 19 de junio de 2013.

Piedad

El alma contacta a la Piedad por medio del servicio abnegado. En el camino de la Misericordia, las vertientes de la Gracia y de la Piedad que emanan del Corazón de Cristo, se convierten en un flujo, una corriente veloz de perdón y de cura para cada situación interior.
 

Oración y pedido espiritual a Cristo Jesús:

“Salve Rey,
¡Fuente inagotable de Gracias y de Piedad!

Entrégame por entero a los brazos de Tu Sumo Padre Creador.

Amén”.

Misericordia

La Misericordia es el estado de iluminación de un alma terrestre a través de la piedad, del perdón y de la redención.

“Aquel que en verdad ora de corazón Mi Insondable Misericordia,
fortalece su fe, su piedad, su compasión y su perdón interior”.
Cristo Jesús, 21 de septiembre de 2013.