Jueves, 24 de noviembre de 2016

Mensajes diarios
MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE MÉXICO, MÉXICO, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Hoy Me presento ante sus corazones como la Madre de Guadalupe y Madre de todos sus espíritus aztecas.

Vengo en este día a México para bendecirlo nuevamente y para recordarle sobre su pureza esencial, porque a pesar de todo lo que han vivido a lo largo de los siglos, esa pureza aún no fue disipada por Mi enemigo.

Quisiera que ustedes, hijos Míos, abriendo sus corazones al Mío, pudieran sentir que en este momento su nación debe estar protegida de las influencias de otras naciones.

Con esto quiero decirles que, para que sus corazones y vidas estén protegidas de todo, deben mantener viva la devoción y el amor que los caracteriza como nación y como pueblo.

Quisiera que todos ustedes en la simplicidad del corazón, recuperen los valores de la fe y de la pureza, para que todos los descendientes de los aztecas, que hoy viven en México, puedan expresar el amor interno que alcanzaron en los tiempos pasados.

Es a través de la unión espiritual que sus pueblos originarios tenían con el Universo, donde se encuentra la llave que abrirá las nuevas puertas hacia el futuro y en donde todas sus almas recuperarán el sentido de estar presentes y colaborando en este ciclo planetario.

He venido como Guadalupe para unir lo que el hombre blanco estaba diezmando en la consciencia indígena.

Por eso, hijos, hoy es el día en que sus consciencias aztecas, en nombre de ese amor incalculable que ustedes construyeron dentro de sí como pueblo, deberán perdonar a la consciencia de los europeos por haber destruido toda una cultura milenaria.

En ustedes, hijos Míos de México, está el potencial de poder vivir y expresar la Misericordia de Dios.

Es así, que su Madre de Guadalupe rodeada por todas las estrellas del Universo, retorna a su nación para establecer ese acto de perdón y de reconciliación definitiva, como un importante momento de liberar todo el pasado.

Su devoción a la Santa Virgen de Guadalupe ha generado en la nación mexicana una íntima y hermosa filiación de todo su pueblo con la Madre de Dios.

Por eso, hijos Míos, gracias al Padre Celestial y a todos Mis hijos que colaboraron para que esta sagrada misión se cumpliera, es que Yo he podido retornar a su tierra para volver a colmarla con los códigos del amor y de la piedad.

Que a través de esta especial Vigilia de Oración por la Paz en las naciones que más sufren el caos, sus corazones se exalten de alegría y de regocijo al estar participando del triunfo espiritual de Mi Inmaculado Corazón.

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Los bendice desde el Monte Tepeyac,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de México