Martes, 13 de septiembre de 2016

Apariciones
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Adonai,
Misericordia, Misericordia, Misericordia.
Redención, Redención, Redención
para este planeta.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Mientras las puertas del Cielo aún se abren, Yo vengo como su Gobernanta Universal, como Reina y Madre de todos los ángeles, a pedido de Mi Amado Hijo.

Hoy vine con todos ellos, los que dieron principio a la Creación. Véanlos en su interior. Siéntanlos con sus corazones, son los ángeles de Dios que vienen al mundo para pacificarlo, para traerle la Misericordia de Dios a todos los conflictos del mundo.

Cuán grande es este Universo de Dios que solo los corazones más simples y humildes consiguen vislumbrarlo completamente con la visión del infinito. Es ese Infinito el que hoy se aproxima a ustedes, queridos hijos, es el Reino Celestial que se acerca para traerles la Luz a los corazones, la cura a todas las almas y la compasión a todas las consciencias.

Hoy, los ángeles del universo sustentan Mi Manto de Luz para que se extienda sobre el mundo, especialmente sobre las naciones en donde falta la paz y la redención.

Vean cuántos ángeles se aproximan a ustedes para traerles la sabiduría de Dios y para que esta sea comprendida por sus corazones como un sentimiento profundo de unidad.

Así, perciban el tiempo real, la verdadera realidad que hoy desciende al planeta y sobre este Centro Mariano para renovar su propósito ante Dios y el propósito de todos los demás.

Hoy, vengo a darles a conocer, queridos hijos, la esencia de la Creación de Dios, algo que en estos tiempos se revelará a los que están despiertos y dormidos, porque aún queda un tiempo más de Misericordia.

Quisiera que todos Mis amados hijos traspasaran con sus consciencias y, sobre todo con sus corazones estas sagradas dimensiones que hoy se hacen presentes ante ustedes.

Hoy, les he traído especialmente a ustedes, queridos hijos; y a todos Mis hijos del mundo, despiertos e ignorantes de este conocimiento; a cada uno de los ángeles de la Creación de Dios. Porque, en verdad, Mi Padre, a través de Su Amado Hijo, les ha enviado estas sagradas presencias aladas ante sus ojos, para traerles el Soplo del Espíritu. Aquel Soplo de Dios que, de tiempo en tiempo, vivifica el alma y engrandece al espíritu por estar unidos a Su gran humildad.

Estos santos ángeles, queridos hijos, son los que se aproximaron cuando el Hijo de Dios encarnó a través de Mí. Ellos fueron los que prepararon, en el mundo, la Venida del Mesías. Fueron los que anunciaron a San José que sería el Padre de Jesús, el testigo de este gran milagro de Amor. Los mismos ángeles fueron los que anunciaron a Mi Madre, Santa Ana, la venida de Mi Pureza Original al mundo. 

Los ángeles de esta Creación Superior fueron los que guiaron a Moisés y permitieron guiar a los pueblos en el desierto. 

Fueron los mismos ángeles que estuvieron con Abraham para formar las nuevas tribus que guardarían los códigos de la Venida del Redentor en la esencia de sus almas y de sus espíritus.

Fueron estos mismos ángeles, queridos hijos, los que Me han acompañado a lo largo del tiempo en las Apariciones, en cada lugar del mundo en donde Yo Me he hecho presente para traer la advertencia del Cielo, el Mensaje de paz y de reconciliación, al mundo.

Son estos mismos ángeles de Dios que hoy, presentes ante ustedes y sus corazones, vienen al mundo para poder guiarlos hacia el Propósito final, hacia el día del gran Juicio Final.

Fueron estos mismos ángeles, los que acompañaron la Pasión de Mi Hijo; los que juntaron, con sus propias manos, cada gota espiritual que Mi Hijo derramó a través de Su Santa Sangre.

Fueron los mismos ángeles, queridos hijos, los que junto con Mi Hijo sustentaron el Cáliz de la Última Cena, derramando sobre él la Misericordia de Dios y dando al mundo el testimonio de que Él era el Redentor, el Salvador de todas las consciencias, a lo largo de todos los tiempos.

Fueron estos ángeles, enviados por San Miguel Arcángel, los que acudieron a Jesús durante la flagelación, los que vivieron junto con Él cada dolor padecido y la Sangre derramada por la salvación de la humanidad.

Fueron estos ángeles los que consolaron al Corazón de su Madre Dolorosa, al ver a Su Hijo flagelado y ultrajado por los pecados del mundo.

Fueron estos ángeles, queridos hijos, los que llevaron junto con Jesús y el cireneo, la pesada Cruz del mundo, la gran deuda universal que aún no se ha pagado.

Fueron estos ángeles, los que sustentaron la Cruz cuando el Rostro de Mi Hijo tocó el suelo.

Fueron estos ángeles los que, a los pies de la Cruz, durante tres días, contemplaron el sacrificio del Hijo de Dios y ayudaron a Jesús a liberar de los infiernos del mundo a todos los que estaban dentro de ellos.

Fueron estos mismos ángeles, los que anunciaron a las mujeres de Jerusalén la Victoriosa Resurrección de Cristo, Nuestro Señor.

Fueron los ángeles, que hoy nos acompañan, los que acompañaron a su Señor por el camino de Emaús, para testimoniar Su Resurrección ante el mundo.

Estos mismos ángeles, hijos Míos, acompañaron la Ascensión de Jesús y guardaron en sus corazones la promesa de la Segunda Venida de Cristo; algo que hoy, estos mismos ángeles de Dios, ante la Presencia de su Madre Celeste, vienen a testimoniar y a confirmar que el Retorno de Mi Hijo está próximo.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

¿Alguna vez se preguntaron por qué Yo Soy la Reina de los Ángeles?

¿De dónde viene la potestad que el Creador Me entregó, de cruzar los universos y las dimensiones, acompañada por aquellas criaturas que habitaron primero el cosmos y que representan Su Propósito para toda Su Creación?

¿Alguna vez se preguntaron, hijos Míos, de dónde proviene Mi Maternidad? ¿Será de este mundo o de todo el cosmos?

¿De Mi Vientre Purísimo nació solo el Redentor o todas sus esencias?

Hoy les traigo un gran misterio, que escribo en los espejos de sus corazones, reflejando en cada uno de ustedes la santa presencia de los ángeles celestiales.

Cuando les revelo cada pasaje de estos ángeles por la Tierra, no solo les cuento una historia; les traigo a sus consciencias un impulso, una llave que les abre una puerta para que reconozcan una verdad que es más que milenaria, es eterna.

Ante Mis santos ángeles y arcángeles, quiero que reconozcan, hijos Míos, la esencia de su creación, la procedencia de sus esencias; porque hoy, en esta noche, representado en Mi Presencia y en la presencia de los santos ángeles, tienen aquí todo el misterio divino.

Yo Soy esa Fuente Madre de donde proviene la vida, y cada uno de los arcángeles, que hoy les traigo, representa la manifestación de la vida.

Hoy, contemplen en Mi Presencia, no solo Aquella Mujer de Nazaret que traía en Su Vientre al Hijo de Dios. Contemplen hoy este Gran Vientre de la Creación, esta Fuente Materna de donde provienen todos aquellos que, como el Hijo de Dios, deben manifestar Su Propósito y Su Plan.

En esta noche, hijos, al revelarles los pasajes de la vida de Jesús, junto a los santos ángeles, quiero demostrarles que estos mismos ángeles están presentes ante ustedes para que manifiesten aquel Propósito, tan sagrado, vivido por la Sagrada Familia. 

Estos mismos ángeles despertaron a cada una de sus almas, las condujeron al camino de la purificación y hoy los colocan delante de un propósito infinito; porque llegó el tiempo de vivirlo.

Quisiera revelarles muchas cosas, y se las revelo al corazón; aquel que es capaz de comprender este símbolo, que hoy les traigo, y que les develará muchos misterios que la humanidad siempre ignoró.

Por eso hoy, hijos, contemplen esta Presencia Divina y, en el silencio de sus corazones, dejen que Yo les muestre lo que verdaderamente quisiera decirles en esta noche.

Poco a poco, prepararé sus almas, sus espíritus, para que en nombre de la humanidad cumplan el Plan de Dios, conscientes de Su manifestación.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Mis amados hijos, ahora rezaremos la oración que les he transmitido, para que la consciencia planetaria y, sobre todo la consciencia humana, despierten a esta verdad.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a orar siete veces:

Santa Reina de los Ángeles, 
Santa Madre de Dios,
revela a nuestras almas 
la presencia de los ángeles de Dios
para que, unidos a ellos, 
vivamos el despertar y la redención.
Amén.

 

Ahora, queridos hijos, llamaré aquí a dos almas que son parte de Mi Espejo, del Gran Espejo de la oración universal: Anarel y fray José de Arimatea. En este, su día, Mi Corazón impulsa una bendición maternal.

Que vengan aquí.

Vean como en el espejo de un corazón se da el impulso de la cura para las almas y en el espejo de otro corazón se da el impulso de la devoción para la salvación del planeta.

Que estos, Mis amados hijos que hoy bendigo, coloquen sus manos en señal de recepción.

Parecen ser diferentes, pero son iguales. Desde donde surgieron, existe la unidad y es esa unidad, queridos hijos, la que debe mantener unida a los espejos de sus corazones para que se concrete Mi Plan, así como se cumple en ellos y en cada uno de Mis hijos.

Como Reina de la Paz, coloco Mis manos sobre sus consciencias, irradiándoles Mi bendición maternal y Mi gratitud celestial por seguir cumpliendo esta sagrada Tarea.

Que este testimonio de amor los ayude a todos a seguir adelante, porque Mi Propósito en ustedes es infinito.

Los bendigo con la autoridad celestial y en la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

No Me he olvidado de los Hijos de María, solo les enseño, como les enseñó Mi Hijo, que los simples de corazón, los últimos, entrarán en el Reino de los Cielos.

Que vengan aquí los Hijos de María, aquellos que hoy se consagrarán.

Contemplen a los ángeles de Dios con amor, sagradas presencias del infinito que vienen a unir a las almas con el Corazón de Dios. Que sean estas, sus almas, las que vivan el Propósito del Padre, así como Yo lo he vivido por ustedes, en el principio.

Que este compromiso, que hoy asumen Conmigo, sea el servicio a sus semejantes, la caridad a los más necesitados, la oración por los enfermos de cuerpo y de alma y la unión perfecta de sus corazones con Dios, para que así Mis Gracias siempre estén entre ustedes.

Anuncien a Mi Corazón silenciosamente el voto de su consagración. Coloquen su mano izquierda sobre el pecho y dígame, silenciosamente, lo que hace ya bastante tiempo siempre Me quisieron decir. Yo escucho la voz de sus corazones y en sus corazones realizo Mi Obra, porque así los aproximo, queridos hijos, a la Consciencia Divina de Dios, aquella Consciencia que los creó en el principio y a la cual retornarán cuando llegue su fin.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón: 

Oraremos a pedido de María, con todos los Hijos que se consagrarán hoy, la Oración a la Madre Universal.

 

Demos gracias y gloria a Aquel que permite todas estas cosas, porque es a Él, al que le debemos la gloria, la Gracia y la gratitud por todo lo que realiza desde Su Consciencia Infinita de Amor.

Hoy, no les pediré que canten el Himno de Consagración, sino que entonen junto con los ángeles aquel canto que abrió los Cielos para que ellos estén presentes: “Aleluya”.

¡Gracias por responder a Mi llamado, al llamado de la Creación!

Los bendigo, Mis queridos hijos, abrazando a cada uno con Mi Manto de Luz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Domingo, 25 de septiembre de 2016

Apariciones
APARICIÓN RESERVADA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Desde el Cielo vengo a visitarlos para traerles Mi Paz y Mi consuelo.

Hoy vengo revestida por las banderas de las naciones de Centroamérica y los llevo de Mi mano hacia la peregrinación que vuestra Madre Celeste realizará por las almas del planeta.

Necesito que estén Conmigo en este camino y que puedan abrazar Mi llamado. Deseo ardientemente que todos Me acompañen y que, con la llama de fe de sus corazones, hagan propagar Mi Paz en el mundo.

Aunque Mi Obra fuera de la Iglesia está siendo enfrentada, no teman, ya no teman. Es hora de que las conciencias abran sus corazones para poder comprender lo que Yo estoy pidiendo en estos tiempos.

Por eso, vengo a buscar a aquellos que nunca vivieron en Cristo y que están fuera de la Santa Iglesia.

Vengo a darles una oportunidad a todos Mis hijos, porque el Proyecto de la Divina Misericordia es para todo el planeta.

Hoy los acompaño a todos desde muy cerca y digo, para los hijos que hoy se consagrarían a Mí, que sigan trabajando en oración y en servicio para que, cuando Yo retorne aquí, a este árbol sagrado, los pueda encontrar prontos, y así los consagraré en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Muchas almas Me esperan en Centroamérica. Muchas más de las que ustedes se imaginan. Mi Obra no es solo material, sino celestial y universal. Mi Consciencia Divina abraza a muchos universos y esta tarea que Yo realizaré en Centroamérica, es una pequeña muestra de Mi Obra universal.

Quiero que abran sus sentidos para eso, para que puedan ver más allá de todo, y así sentir en lo profundo de sus corazones, la importancia de que esta Obra se realice, más allá de los videntes, más allá de todo su grupo y de toda la humanidad.

Vengo hoy a demostrarles el Propósito de Dios a través de este pedido que Mi Corazón de Madre realiza para todos. Desearía profundamente, con toda Mi alma, que la Iglesia estuviera unida en esta propuesta, porque Mi Consciencia no viene a traer el conflicto ni la guerra, sino la paz, la paz que les falta. Todos son dignos hijos de Dios y todos merecen una oportunidad, así como la Iglesia la ha recibido a través de los tiempos y de Mis Apariciones.

No vengo a pedirles que crean en Mí, sino en el llamado de Dios a través de Su Sierva fiel. 

Yo vengo, como Mensajera, para anunciarles un nuevo tiempo, una nueva etapa que no es moderna, sino profundamente espiritual e íntima con Dios. 

Yo no vengo a realizar aquí, a través de esta obra, una nueva Iglesia, sino vengo a renovar la Iglesia que existe, en la fe, el amor y la devoción.

Únanse todos en esta sagrada misión y podrán vivir Mis planes verdaderamente. Quiero que puedan encontrar en esta propuesta un sentido para la vida y el espíritu.

Vengo así, a derramar Mis últimos tesoros celestiales sobre el mundo y esta vez en las almas de Centroamérica, que también son merecedoras de Misericordia y de Paz.

Así, Yo los invito a fraternizar entre los pueblos y las naciones, bajo el Espíritu de la Paz, del Amor y de la Unidad.

Yo los invito a todos Mis hijos del mundo, a encontrar a Cristo en sus hermanos y a poder verlo, más allá de toda apariencia. Si ustedes consiguieran vivir eso, tal vez el mundo no se purificaría tanto como está previsto. Por eso, es necesario que Yo recorra las naciones con Mis hijos, trayendo la buena nueva y renovando el Mensaje de Mi Hijo para el mundo.

Quiero que todos puedan orar Conmigo todo el tiempo y que aprendan a sustentar esta humanidad. Pero si nadie se ofrece a hacerlo, ¿quién lo hará?

Por eso, convoco a los soldados de Mi Hijo, de tiempo en tiempo, como Madre de los apóstoles y de los discípulos de Cristo, para que realicen junto a Mí la Obra de Dios, para que Me ayuden a concretar el Pensamiento Divino sobre la Tierra.

Junto a Mis ángeles, hoy los bendigo y espero poder llegar a Centroamérica definitivamente, porque hay almas que necesitan de auxilio, así como también los Reinos de la Naturaleza.

Ustedes deben alcanzar una nueva consciencia que ya no es más personal ni individual. Deben alcanzar la consciencia grupal de la humanidad y ver que cada espacio de este mundo les pertenece y debe ser cuidado.

Como Madre de los Reinos les imploro, oren por las Américas, así como lo vienen haciendo. Esta peregrinación a Centroamérica abrirá nuevos grupos de oración que podrán ir fortaleciéndose para los tiempos que llegarán.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Aún existe, hijos Míos, un pasado que debe ser curado en el corazón de Mis hijos de América Central. Así como Yo los perdoné, lavé sus heridas, los recogí bajo Mi Manto y los torné Mis soldados de la paz, aún debo hacerlo con muchos de Mis hijos.

Vengo a enseñarles a amar el Plan de Dios más que a sus propias vidas. Amar este Plan no incluye una meta personal, sino a toda la consciencia del planeta, del universo, de la Creación.

Por eso, vengo como Madre Universal. Por eso, Me presento ante sus ojos y corazones como su Madre Celeste, para que aquellos que se reconocen como Mis hijos, que reconocen Mi maternidad, puedan servir a este Plan Divino que el Creador pensó para este mundo y de cuya manifestación depende todo el cosmos.

La humanidad cometió muchos errores a lo largo del tiempo y sigue cometiéndolos. Aquellos que tienen sus ojos mínimamente abiertos pueden percibir, hijos, que el futuro que se diseña ante los seres humanos, por sus acciones y pensamientos, no es aquel que Dios pensó para la humanidad.

Por eso, a pedido del Creador, Yo vengo al mundo para reescribir ese futuro, para borrar el pasado y, de esa forma, disolver las consecuencias que los harían sufrir y equilibrar el mal causado en otros tiempos.

No solo aspiro a llegar a América Central y a México, aspiro a llegar a todos los continentes, porque aunque América se deba tornar la cuna de la nueva vida, quiero rescatar hasta la última de las almas que vive en el planeta y que no encontró a Dios.

No les vengo a insistir, hijos, por un viaje material y quiero que comprendan eso definitivamente; porque si no consiguen abarcar el Plan de Dios como un todo, si no consiguen amar y buscar una oportunidad para sus hermanos, como la buscan para sí mismos, ¿con quién contaré para manifestar este Plan?

Deben saber que el Creador tiene una Voluntad única para cada alma, para cada esencia que Él creó y que Él aspira ardientemente a que Su Pensamiento se pueda cumplir y manifestar en todos Sus hijos por igual.

No fue la Voluntad de Dios la que distanció Su proyecto de la perfección, sino los propios pasos humanos. El Creador aspira a que todos Sus hijos tengan la misma oportunidad, la misma posibilidad de redimirse y, a medida que despiertan y retoman sus lugares en este ejército de Luz, deben esforzarse cada día para que esta Luz se expanda por el mundo.

De esa forma, hijos, Me ayudarán a que Mi Plan se cumpla y que así, la humanidad pueda manifestar ese arquetipo perfecto, pensado por Dios.

Quiero que imiten a Mi Hijo. Que puedan llegar a aquellos que están más perdidos, sin importar sus costumbres, su clase social, su cultura o su creencia. Jesús comía con las prostitutas y con los eruditos, llamaba a la mesa de Su Padre a todos aquellos que se abrían de corazón.

Llegó la hora, hijos, de que ese ejemplo salga de los Libros Sagrados y se torne vida, porque la enseñanza ya fue entregada, ya fue renovada a lo largo de los tiempos por la Presencia de los Mensajeros Divinos, no solo aquí, sino también en muchos otros lugares.

Mi Hijo retornará y buscará en aquellos que se dicen Sus compañeros la vivencia de Su Evangelio, porque aspirará a renovarlo. 

Por eso, quiero que comprendan que ayudarme a llegar a América Central es más que un acto material. Debe partir de sus corazones como una aspiración, que proviene del espíritu, de que Mi Plan se cumpla y de que más almas despierten a la vivencia del Amor.

Si así lo hacen, hijos Míos, esta peregrinación generará más méritos que lo pensado por Dios; porque, aunque no Me acompañen y físicamente, si Me ayudan a llegar hasta allí de una forma sincera y oran por el despertar de sus hermanos, estarán formando parte de esa misión mariana y estarán ampliándola más allá de las fronteras entre las naciones, entre los continentes.

Por eso, les digo todo esto y con Amor espero que respondan a Mi llamado, y que lo hagan de corazón.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Es así que pido para los Hijos de María, que en este día renueven sus votos, dentro de este Plan de Paz que Yo les propongo al mundo y a todas las almas. Es así que Yo podré seguir viniendo a encontrarlos, mes a mes y que la Puerta del Cielo no se cerrará antes de tiempo, para que ningún alma se quede sin poder ver la Luz y el Amor de Dios.

No crean en lo que Mis otros hijos divulgan, en este mundo, sobre esta Obra que Yo realizo con ustedes. Les pido que crean en lo que han sentido una vez, en lo profundo de sus corazones, cuando Me conocieron y Me sintieron viva en ustedes. Eso es lo más importante para Dios, porque es la respuesta de que las almas comprendieron lo que Yo vine a realizar aquí, en este tiempo.

Dejo una de las estrellas de Mi Corona brillando sobre este Centro Mariano, para que las esencias reconozcan que la Madre de todos, que nuestra Señora de Guadalupe, está aquí para ayudarlos y llamarlos a la oración.

Los encontraré por su ayuda en Centroamérica, para que Mi Consciencia Divina abra las puertas al perdón y a la reconciliación.

Les agradezco por responder a Mi llamado y por cumplir este Plan de Paz, que va más allá de este planeta.

Dios los guarde y les de Su Sabiduría, les entregue Su Paz y Su Misericordia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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